La idea de adornar, aunque sea, una pequeña parte de la casa, fue de Chenle. Había estado tan emocionado con la "fiesta", contando los días, recordándole a los demás, que no pudo disfrazar su emoción y terminó comprando unos cuantos adornos, los cuales acabaron en la escalera de la casa de los Lee. Murciélagos, telarañas, y unas ratas de hule que dejó en el baño, esperando a que alguno se asustara y saliera corriendo de allí. Ponía toda su fe en Hyunjin. Pero debían entenderlo, sólo era un chico de dieciséis años que elegiría mil veces la travesura antes que el dulce.
El día no era precisamente uno caluroso. El viento doblaba los árboles y, las veces que se quedaron en silencio o le bajaron el volumen a la variada música que ponían, la casa sonaba debido a éste, haciéndolo un poco terrorífico.
Los primeros en llegar fueron Hyunjin y Jaemin, el primero con un disfraz del uniforme de Hogwarts, de Slytherin para ser más específicos. Mientras que Jaemin estaba disfrazado de un anime que Mark y Minho no conocían y tampoco se esforzaron en averiguar. El par de chicos se encontraron afuera de la casa de los Lee, por lo que pelearon un montón antes de entrar. Y si se detuvieron fue únicamente porque Minho casi los jala de las orejas. Luego le siguieron Chenle de Penywise, y Han Jisung vestido de negro con unos tiernos cuernos rojos sobre la cabeza.
─Han dijo que se iba a disfrazar del amor de mi vida ─dijo el chino, sacando todos los adornos de una pequeña mochila─, no entiendo por qué no está disfrazado del otro Jisung.
Jaemin rió, negando con la cabeza. Le sorprendía la motivación que tenía Zhong Chenle para caerle bien a Park Jisung.
─No había disfraz de pollo ─respondió Han, echando unas cuantas palomitas en su boca.
Los tres estaban en la sala, Chenle dedicándose a decorar lo que le alcanzara. Han sentado en el sofá, comiendo por simples nervios y para evitar que su querida Petunia le arruinara la noche. Jaemin sólo conversaba con ellos, de vez en cuando revisaba la hora en su celular, se metía a Instagram y volvía a hablar con el par. Así estuvieron hasta que los otros tres hicieron presencia, Minho traía una larga mesa con un mantel blanco ─disfrazado de Chucky─, no fue necesario preguntar, allí iría los dulces, diferentes aperitivos para la noche y el alcohol que le iba a robar a sus padres. Y Mark ─de Spiderman─ con Hyunjin se quedaron en una esquina, compartiendo unas cuantas palabras en voz baja.
─¿Llamaste a Donghyuck? ─Minho le pregunta a Jaemin. En sus manos tenía fuentes con diferentes tipos de chucherías─. Estuve hablando con él hace un rato, pero no me siguió respondiendo.
El pelirosa hizo una mueca en sus labios, incluso desde ahí podía sentir las mil emociones que Donghyuck debería estar sintiendo. Y no era para menos, había estado evitando a Mark por días. No porque realmente quisiera hacerlo, sino porque su torpeza terminaba ganándole y escapaba. Ni él mismo sabía cómo demonios dar el siguiente paso. Jaemin lo entendía, Minho también, pero ninguno quería que el chico siguiera así.
─Seguro se le olvidó.
Una mentira, desde luego. No se le había olvidado, simplemente no quería responder porque, de alguna manera, hablar con Minho lo ponía más nervioso que ir a esa casa.
─Claro, y yo soy idiota ─rueda los ojos─. Puede hacer todo, menos mentirme.
─Ya se le pasará ─Jaemin se escuchaba seguro─. Debes darle tiempo, también es nuevo para él que de un día a otro todo cambie.
─Nada cambió.
El pelirosa quiso golpearlo, a veces olvidaba que Lee Minho no actor es tan terco como atractivo. Pero en vez de responder, simplemente señaló detrás de Minho, donde Hyunjin y Mark seguían discutiendo algún tema que no lograban escuchar.
─Bien, tal vez sí. ¡Pero eso no lo es todo!
─Oh, mierda ─Han se alarmó, interrumpiendo la extraña conversación del par, y dirigió la mirada hasta la fuente azulada a la que ya no le quedaban más palomitas de maíz─. Se acabaron...
Minho vio las manos temblorosas de Jisung, sus ojos vacilantes, el miedo de que no tener nada para distraerse. Estaba seguro de que nunca había sentido lo que Jisung, juraría que jamás había perdido el control, y si llegaba a suceder, no le temía a esto. Sin embargo, verlo al borde del colapso, se sintió como si lo viviera también. Era extraño y diferente, sabía que se debía a que una parte de él seguía considerando a Han Jisung como su crush, y la verdad, no dudaba en que ese sentimiento crecía con el paso del tiempo.
Tomó una de las tantas fuentes sobre la mesa que anteriormente luchó por meter a la sala, y se la extendió a Jisung.
El chico lo miró con la sorpresa grabada en su rostro.
─Gracias... ─recibió las gomitas de oso, supo que eran éstas cuando, después de dedicarle una tímida sonrisa a Minho, miró dentro de la fuente.
─No es nada ─y Lee Minho le sonrió de vuelta.
Luego de eso, en donde ambos chicos compartieron un momento pequeño, pero especial, llegaron los demás.
Jeongin venía vestido de Harley Quin, se ganó varios piropos y halagos debiado a su originalidad y belleza; Felix de un tierno vampiro; Park Jisung de Peter Pan, disfraz que había sido escogido por Chenle, quién al parecer, hizo una buena elección. Donghyuck fue el último en llegar, disfrazado de Michael Jackson y hecho un manojo de nervios. Por otro lado, Jeno y Changbin fueron los únicos que no tenían un disfraz. El primero porque, bueno... es Jeno, y el segundo porque en la búsqueda de su disfraz perfecto, sus queridos amigos comenzaron a bromear diciendo que debía disfrazarse de duende, Changbin los mandó a la mierda y prefirió no ponerse nada.
Y así es como llegamos a la actualidad.
Los doce chicos se encontraban sentados en el suelo, algunos ya habían comenzando a beber, mientras que otros se dedicaban a contar historias de terror e inventar juegos que terminaban mal. El volumen de la música iba variando, a veces fuerte y otras un poco más despacio; lo último que querían era tener problema con los vecinos. Los cuales, Mark y Minho les dijeron, son un grano en el culo.
─Tengo una duda... ─Chenle frunce el ceño, alejando sus rosados labios de un vaso con vodka negro─. ¿Dónde se supone que fueron sus padres? ─le pregunta al par de hermanos.
Mark, como el más sobrio de ambos, respondió:
─Tenían una fiesta de "personas mayores" ─hizo comillas con los dedos.
─Wow ─se escuchó la voz de Jaemin. No estaba borracho, había bebido un poco, pero ni siquiera se sentía mareado. Sin embargo, todo ese alcohol se fue justo a sus mejillas, las que se estaban tan rojas que podrían explotar─. Ya quisiera ir a una de esas. ¿Creen que hayan desnudos?
─Probablemente.
─Los desnudos son horribles ─Han simula vomitar, haciendo una mueca de asco.
─Es naturaleza ─el pelirosa estaba completamente seguro que su moral y ética no fallaban en ese tema en particular─, naces desnudo.
─Pero no lo dices por la naturaleza, es porque eres caliente ─contraatacó─. Lo creería de cualquier persona, menos de ti.
Jaemin se cruzó de brazos y le sacó la lengua. Sí, muy maduro de su parte. De todas formas, todos los presentes sabían que Han Jisung no mentía en eso. Na Jaemin podía ser un angelito, el mejor amigo en el planeta tierra, pero nada de eso quitaba que la mayoría del tiempo pensaba con el pene.
─Tengo una duda ─Minho frunce el ceño y se gira para observar a Hyunjin sentado justo a su lado─. ¿Cómo demonios es que te dejaron venir?
A esa altura, después de unir fuerzas y revelarse contra la escuela, la mayoría estaba al tanto de la situación de Hwang Hyunjin. De sus padres específicamente. Y es que tampoco era difícil saberlo, habían veces que querían salir, especialmente los fin de semana que tenían libre o ir a comer algo después de clases, pero en todas esas oportunidades, Hyunjin no podía. Ya sea por compromisos con sus padres, clases de piano, reuniones familiares, el miedo a que le dijeran que no, y así, un ciclo tóxico en donde no preferían opinar. Entonces, que el chico estuviera allí, la noche de Halloween, bebiendo un poco de alcohol y riendo junto a ellos como si nunca antes hubiese rogado por un simple permiso, era algo que en serio les sorprendía.
Y bueno, Hyunjin sabía que no había sido fácil convencerlos, y si lo dejaron, fue porque les dijo que pasaría la noche donde Mark. Claro que en ningún momento nombró a los demás chicos, ni las diferentes botellas de alcohol y mucho menos al chico lindo a su lado, con quien tenía algo que no sabía qué nombre ponerle y lo besaba cuando nadie veía. Sus padres lo iban a matar si se llegaban a enterar.
─Fue complicado ─dice por fin, después de pensar el tema una vez más y darle vueltas como si se tratara de un rombo─, pero pude ─sonríe, eleva el vaso con... ¿Whisky? ¿Ron? No recordaba bien, pero eso fue suficiente para que los chicos hicieran lo mismo y bebieran.
"¡Salud!" Gritaron todos y chocaron sus vasos.
Le subieron a la música. Comenzaron a bailar como si sus vidas dependieran de ello. Hicieron el ridículo, varios terminaron cayéndose, rieron y siguieron bebiendo.
Sin duda alguna, aquél sería un recuerdo inolvidable. Si existía algo en que los doce chicos estuvisen de acuerdo, muy a pesar de sus diferencias, es en que no se equivocaron al unirse. Como grupo todo se volvía más divertido. La confianza, la lealtad, eran cualidades que se fortalecían con el paso del tiempo. Revelarse, unir fuerzas y alzar la voz fue la excusa perfecta para que una linda amistad comenzara a tejerse. Y en esa noche de Halloween, estaban agregando un momento de los tantos que vendrían. Una pequeña foto en el gran álbum de recuerdos que los esperaba.
Porque ese era sólo el comienzo de estos rebeldes.
─Voy al baño ─Jaemin avisa, luego de estar en silencio, jugando un adictivo juego de adivinanzas en su móvil. Se levanta con cuidado, esperando no marearse, pero al ver que esto no sucedía, terminó por hacerlo con rapidez y sonriente. Sin embargo, al estar parado, pudo tener una mejor perspectiva del lugar, y entonces notó que faltaba alguien─. ¿Dónde está el guapo?
─Creo que salió a fumar ─Felix le responde, quien se había sentado en el sofá hace un rato, tapado con una manta de pies a cabeza como tal bebé.
El pelirosa asintió, iría a molestar a Lee Jeno luego de hacer sus necesidades y convencerse de que no estaba borracho y sólo era un efecto de su cerebro para confundirlo.
─¡Juguemos a la botellita! ─sugirió Donghyuck de repende, saliendo de su trance depresivo. No había hecho ni la mitad de todo el drama que pensaron que haría.
Todos se giraron a verlo. Fue realmente extraño que de un segundo a otro, estuviese sentado con el semblante alegre, si hace menos de un pestañeo estaba acostado en posición fetal, dándole cortos sorbos a su bebida y revisando su celular.
No obstanta, la idea sonaba interesante. Como era de esperarse, Minho y Chenle fueron quienes aceptaron sin detenerse a pensarlo dos veces. El primero se levantó tambaleándose, tomó una botella vacía de la cocina y la dejó en medio del círculo que habían creado.
─¿Quién juega? ─pregunta Chenle, sonriendo de oreja a oreja. Lo cual se veía bastante tétrico teniendo en cuenta su disfraz de payaso.
Felix, Jeongin, Chenle, Hyunjin, Mark, Han, Minho y Donghyuck.
La primera ronda trajo risas, sonidos de asco y hasta coqueteos sin sentido. Hicieron y dijeron muchísimas cosas que, sobrios, la mayoría ni hubiese pensado en hacer. A Jeongin le tocó con Felix, ambos se miraron sorprendidos, pues nunca creyeron que, de todas las posibilidades, justo saldrían los dos, por suerte sólo se besaron las mejillas y así se ahorraron unos cuantos traumas de parte de ellos y los demás. Luego fue el turno de Donghyuck y Chenle, para estos dos no existía el pudor, así que no temieron en juntar sus labios por castos segundos. Lo mismo con los demás, gran parte eran besos que rodeaban lo inocente y sin ninguna otra intención.
Y todo era risas, hasta que llegó el momento de Mark Lee.
─¡Hoy la pones, mi rey! ─bromea Han Jisung, abrazando por los hombros al canadiense.
La habitación se sumergió en un silencio sepulcral, todos esperaban a que la botella apuntara a una sola persona, y si no lo hacía, en serio se iban a desilusionar. En el momento que sucedió, pudieron respirar en paz, dejar de rezar por lo bajo, cruzar los dedos y salieron de la pequeña crisis nerviosa en que se habían sumergido.
La botella se detuvo frente a Donghyuck.
Pero Mark negó con la cabeza de inmediato. ─Está borracho, no lo voy a besar.
─Ese es el chiste ─Chenle hipó─, todos lo estamos.
La tensión en el aire se podía sentir. Por un lado, lo sabían, y realmente estaban esperaban ese beso para comprobar que era cierto y no se trataba de un error técnico de sus cerebros. O descubrir lo raro que sería ver a ambos chicos besarse, después de que se juraron la muerte por tantos años y decían odiarse. Sería algo emocionante y extraño de ver.
Fue Donghyuck el que agarró a Mark del traje de Spiderman y unió sus labios como veces anteriores.
El silencio se hizo en la sala, algunos tenían las bocas en forma de "O", unos estaban sonriendo y otros gritaron con fuerza. Sí, esos últimos fueron Chenle y Han Jisung. Las mil emociones encerradas en esa casa se podrían sentir hasta la Antártida. Y era bastante comprensible, ¿cómo no si esos dos se estaban comiendo la boca? Pero literalmente comiendo, con saliva y sonidos de por medio.
─Vine a beber y terminé viendo una porno, es la mejor fiesta de mi vida.
Changbin golpeó a Jeongin en la nuca después de que dijera esas inocentes palabras.
La unión entre Mark Lee y Lee Donghyuck es sencillamente increíble, no había otra como la de ellos. La manera en que sus labios encajaban tan bien, como si cada parte de sus cuerpos fuera una pieza para armar el rompecabezas final que eran los dos, lo sabían, lo notaban. Estaban bastante conscientes de que, no importara qué sucediera, había algo que siempre los terminaba llevando con el otro. Sucedía desde niños, cuando ni siquiera creían que podrían gustarse, y sucede en la actualidad, siendo un par de adolescentes que comenzaban a entender los porqués a lo largo de los años.
Y a Mark le hubiese gustado seguir besando a Donghyuck; había esperado por eso, por volver a juntar sus labios, sentir su respiración y saber que lo tenía cerca. No obstante, le fallaba a sus principios. Donghyuck le gustaba. Pero en serio lo hacía, y tuvo que dar muchas vueltas en la cama, pensarlo hasta tarde, analizar la situación, temer un poquito, e incluso pedir consejos. Y no llegó hasta allí para olvidar que Donghyuck se encontraba borracho hasta la médula y, probablemente, no era él quien controlaba sus impulsivas acciones.
─Es suficiente ─dijo con suavidad, alejándolo de los hombros─. Capaz que ni recuerdes esto mañana.
Donghyuck hizo un puchero exagerado y se colgó del cuello de Mark, por poco sobre él. Como si no tuvieran un público viéndolos y esperando más acción que eso. Desgraciadamente, no la tendrían. No mientras el honorable Mark Lee sea el anfitrión. Observó el rostro demacrado de Donghyuck, no se había puesto ni la mínima gota de maquillaje y aunque su piel estuviese un poco pálida, unas ojeras adornaban debajo de sus ojos, tenía las pupilas dilatas y el rostro cansado, le seguía gustando. Como si se tratara de la más bella joya en el mundo.
─¿Quieres dormir? ─bajó el tono de su voz y le acaricia el hombro.
El morenito negó con la cabeza de inmediato.
─Quiero seguir jugando.
Y ese fue el momento exacto en donde Lee Minho supo que debía intervenir y lograr que su mejor amigo se durmiera sano y salvo.
─Hyuck, es suficiente ─acercándose, logra decirle, pero Donghyuck ni siquiera lo estaba mirando, pues sus ojos se mantenían fijos en los de Mark─. Deberías ir a acostarte.
─Está bien ─finalmente aceptó, moviendo la cabeza─. ¡Quiero que Mark me lleve!
El mayor de los hermanos buscó la mirada del otro, Minho prefirió ignorar la situación, volviendo a su lugar inicial. Con un simple gesto de manos, le indicó a Mark que hiciera lo que Donghyuck quería. Aunque, desde luego, le había dejado un mal sabor en la boca y se podía notar en su rostro cabizbajo.
Nadie lo notó, a excepción de Mark y Han. El último le dio un suave apretón en el brazo. Y Minho no tenía ni idea de que necesitaba algo como eso, hasta que sucedió.
─Les dije que se emborrachaba con cerveza ─habló Changbin, yendo a la cocina en busca de algo que le quitara el hambre infernal que le daba luego de beber.
─¿A dónde vas? ─Jeongin pregunta, con el rostro confundido─. ¿Te dio sueño, anciano?
─Tengo hambre, mocoso. ¡No jodas!
─¡Ya volví! ─Na Jaemin hizo su brillante entrada. Tenía el disfraz desordenado y los ojos vidriosos. Su ceño se frunció en cuanto vio cómo Mark subía las escaleras con Donghyuck─. ¿Dónde lo lleva?
─A dormir ─Minho respondió, Jaemin tuvo que levntarle una ceja para que se explicara mejor─. Pero en serio a dormir, no se puede ni el culo.
Detrás de Jaemin, entró Jeno. Traía las mejillas rojas probablemente osiblemente por el frío y el salvaje viento de afuera y la ropa desaliñada, dejando en el aire el olor a cigarrillo que siempre lo acompañaba. Ya casi estaba impregnado en él. No existía un Lee Jeno sin la mezcla entre su varonil perfume y el tabaco.
─¿Qué hacían? ─preguntó con una extraña tranquilidad, sentándose en el sofá, al lado de Felix. El lindo chico de pecas no lo dudó ni un segundo y también tapó a Jeno con sus mantas.
─Te acabas de perder los momentos más homosexuales que hemos pasado como grupo ─explicó Han─. Pero todavía no están todos borrachos... ¿Jugamos "Yo Nunca Nunca"?
Y ahí iban de nuevo.
Ninguno era realmente consciente de lo rápido que pasaba la hora, de todo lo que bebían, de como dijeron "sólo un poco" y ya habían cuatro botellas vacías sobre la mesa de centro. La sala se había vuelto un chiquero, muy literal. Con envoltorios de los dulces regados por el suelo, alcohol derramado, partes de los disfraces de algunos y hasta había un huevo que se le cayó a Park Jisung por cumplir un estúpido reto de Changbin. Se descontrolaban de apoco, y eso podía salir muy bien, o al contrario, muy mal.
Sólo esperaban que nadie llamara a la policía por unos adolescentes que hacían desorden.
─Bien, a ver... ─Jeongin parecía un resorte, moviéndose de un lado a otro debido a los mareos. Miró la pantalla del móvil, debía leer la siguiente frase y todas las letras se le juntaron, no tenía ni la menor idea de qué decía─. Yo nunca se la he chupado a una persona mayor... esperen, creo que no era eso. ¿O sí?
─Bah, qué más da ─Jaemin elevó los hombros y bebió del vodka negro en su vaso.
Minho también tuvo que volver a probar el líquido, ganándose unas cuantas miradas curiosas; estaban esperando a que contara la historia. En ese entonces tenía diecisiete años y el chico veintidós, así que le daba bastante vergüenza contarlo en voz alta. Se llevaría el secreto a la tumba, y en respuesta simplemente negó con la cabeza.
─¡Ay, vamos! ─Chenle se queja con una mueca en el rostro─. Puedo apostar que no lo vamos a recordar.
─Yo nunca me he imaginado siendo del sexo opuesto ─dice Han, ignorando a Chenle y siguiendo con el tonto juego.
Juego que había sido su idea.
Todos bebieron entre risas torpes. Sería absurdo negarlo, cada persona pensó, al menos una vez en su vida, cómo sería si hubiesen nacido del otro lado.
─¿Hay alguien que no? ─Felix ríe.
Minho eleva los hombros y dice: ─Mientras no se imaginen siendo hetero, estamos bien.
─Sería magnífica si fuera mujer ─mueve su cabello negro, haciendo reír a los demás. Hyunjin era otro que ya no sabía qué hacía. Comenzaba a hacer cada cosa que su embriagado cerebro le pedía, y la verdad, le gustaba esa sensación─. Pero si hablamos de Minho, que asco.
El recién nombrado se giró a mirarlo con una sonrisa espeluznante, más el disfraz de Chucky y ese maquillaje que casi ni existía lo hacía peor.
─¿Quieres ir a saludar a Dios, Hyunjin?
─Ya me saludó ─dice Changbin desde la cocina, causando las risas y burlas de los chicos.
─Esto aburre ─Jeongin se levanta del suelo, ya le dolía el trasero, llevaba unas buenas horas sentado, bebiendo y riendo de todo y todos. Al menos se había moderado y no hizo el ridículo como la última vez que probó el alcohol, cuando bebió en su casa y llamó a su madre para decirle que no llegaría.
─¡Ya sé! ─Chenle vuelve a hablar. Definitivamente era un ebrio social, porque desde que había llegado, en ningún momento fue capaz de cerrar la boca─. ¡Juguemos a siete minutos en el paraíso!
─Por satán, alguien va a terminar teniendo sexo y no seré yo ─Jaemin se queja, negando con la cabeza y también levantándose.
─Está bien ─finalmente, Minho asiente y señala la escalera, justo al lado de ésta había un clóset vacío que iban a vender. Lo mejor era darle un uso antes de que dejara a la familia Lee, ¿no?─, ve con Jisung ─le dice a Chenle, señalando el mueble frente a ellos.
Risas.
El pobre chino se puso más pálido de lo normal. No podía creerlo, ¡Le ha salido el tiro por la culata!
─N-no se juega así ─y por primera vez en la noche, lo habían callado. Fue una broma, desde luego, pero la idea se escuchaba tentadora.
Con el único fin de que el chino se dejara de molestar.
Después de todo, sabían que ninguno de los dos sería capaz de hacer algo como los mil escenarios que pasaban por esas mentes sucias y perversas.
Mientras que por otro lado, Jisung se quedó boquiabierto. Ir hasta la fiesta fue un esfuerzo, no sentía que era su lugar, y aun así asistió, más por la insistencia de su nuevo amigo chino que por decisión propia, pero le terminó gustando. No bebió ni una gota de alcohol y la estaba pasando bien. Aunque tuvo que hacer un par de estupideces que se le fueron ocurriendo a sus amigos borrachos.
Y sin siquiera notarlo, ya se encontraba dentro del pequeño mueble junto a Chenle.
─Ellos literalmente están en el clóset ─Hyunjin ríe de su propio chiste. No parecía el chico responsable y perfecto que sus padres habían creado.
Han se cruzó de brazos y lo mira con burla. ─Miren quién habló, si tú ya eres una parte del clóset. Te convertiste en los abrigos.
─Muy gracioso, enano.
Jaemin, con el dramatismo que era característico en él, llevó una de sus manos a su pecho y fingió estar ofendido.
─¡No sean así con Changbin!
─Verdad, ¡Dejen a Binnie en paz! ─Jeongin le siguió.
Y Changbin, sin tener ni la menor idea de lo que hablaban, se asomó por la puerta de la cocina con las mejillas llenas de comida.
─¿Qué hacen? ─el mayor de los Lee venía bajando las escaleras con tranquilidad, eso significaba que pudo lograr que el morenito se durmiera─. ¿Por qué están fuera del clóset?
─La verdadera pregunta es, ¿por qué estar dentro?
─Oh, no es nada ─Felix hizo un gesto con la mano, restandole importancia al tema─. Solo estamos jugando a "siete minutos en el paraíso" y encerramos a Chenle y Park adentro.
Mark abrió los ojos, mucho más de lo que hizo cuando Donghyuck lo besó.
─¿Que ustedes qué? ─su ceño se encontraba fruncido y la voz se escuchó irregular─. ¡Tienen dieciséis años, por Dios!
─Cálmate, viejo ─Han le da un ligero empujón a Mark─. Conocemos a Chenle.
─Ese es justo el problema.
Pero cuando ya habían pasado los siete minutos justos, y decidieron abrir el clóset en busca de alguna sorpresa de parte del par, tanto Jisung como Chenle, estaban sentados en el suelo, durmiendo.