Eternos II - Desnuda Tormenta...

By AlejaMejia4

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Esta vez no habrá ningún final feliz, todo esta centrado en el regreso de Bonnie a la dimensión fantástica p... More

Prólogo: James. El Salvador, 1951.
Capítulo 1: James. En algún lugar cerca de Guatemala, 2014
Capítulo 2: Bonnie. España.
Capítulo 3: Bonnie
Capítulo 4: Bonnie. (Maratón 1/3)
Capítulo 5: Bonnie. (Maratón 2/3)
Capítulo 6: Bonnie. (Maratón 3/3)
Capítulo 7: Bonnie. Maratón (1/2)
Capítulo 8: Bonnie. Maratón (2/2)
Capítulo 9: Bonnie.
Capítulo 10: Bonnie.
Capítulo 11: Bonnie.
Capítulo 12: Bonnie.
Capítulo 13: James.
Capítulo 14: James. Panamá, 1952.
Capítulo 15: Bonnie. Salem, 2014.
Capítulo 16: Bonnie.
Capítulo 18: James. Maratón (2/3)
Capítulo 19: Bonnie. Maratón (3/3)
Capítulo 20: James. Panamá, 1954.
Capítulo 21: Bonnie. Salem, 2014
Capítulo 22: Bonnie.
Capítulo 23: Bonnie. A principios de Enero 2014.
Seguira en vacaciones
ANUNCIO IMPORTANTE (LOS EXTRAÑO)
Capítulo 24: Bill. Viaje a Marine, 2014.
Capítulo 25: James. Viaje a Marine, 2014.
Capítulo 26: Bonnie. Viaje a Marine, 2014.

Capítulo 17: Bonnie. Maratón (1/3)

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By AlejaMejia4

Me tiré al piso y James me cubrió con su cuerpo de los fragmentos que volaban, no estaba segura de que era los fragmentos pesados, si partes de la casa o cosas que habían tirado, y no alcanzaba a ver por el humo que se negaba a disiparse.

-Mierda- oí decir a James entre la bulla que nos rodeaba, gritos y más explosiones.

-Hay que salir de aquí- dije y tosí por el humo.

-Los ayudaré- dijo una voz femenina a mi lado, la conocía, la había escuchado en la enfermería de la facultad antes de despertar. La mujer me tomó del brazo para levantarme pero James me cubría dejando descansar parte de su peso en mí, no me dejaba levantarme.

-¿Otra vez tú? No- dijo James que había dejado de cubrirme y pararse a hacerle frente a la dueña de la voz. Tosí.

-Aún no es una Eterna por completo, este humo la hiere- dijo la voz femenina -Déjame ayudarles, soy su amiga, la puedo proteger- añadió y hubiera quedado con la boca abierta de sorpresa si no estuviera ocupada tosiendo.

-¿Amiga? Más bien creo que esos cazadores te contrataron para alejarla de esto, malditos cazadores- gruñó James.

-He renunciado, y si quiera pruebas puedes preguntarle a Daniel que está detrás de todo esto tratando de llevarse a Bonnie, ha invocado a varios demonios, en cambio yo la quiero sacar de aquí pero no estoy con él ni con los cazadores, estoy de parte de ella- finalizó la voz y James me tomó de un brazo y me levantó.

-Iras con ella, pero yo iré por ti, no te preocupes- susurró a mi oído con ternura. Asentí y la mujer me tomó del otro brazo y me arrastró en dirección contraria

-James...- susurré pero ya estaba bastante lejos para que me escuchara. Realmente lo quería a mi lado.

Salimos por el jardín al patio trasero donde el humo no llegaba, se nos dificulto ya que a veces fragmentos caían delante nuestro. Respiré pesadamente recuperando el aliento, me senté al pie del árbol de flores verdes, sus raíces me reconfortaban y por alguna razón me ayudo a recuperarme más rápido de ese humo.

-¿Estarán bien?- pregunté llena inexplicablemente de energía.

-Sí, se saben defender bien, pero tengo que ir a ayudarles- dijo la mujer que me estaba dando la espalda y apoyada en sus rodillas, como si le dolieran los pulmones se palpaba el pecho ya que perdía de vista sus brazos.

-¿Quién eres?- pregunté y volteó, abrí la boca para gritar pero nada salió de mis labios -Noah-

-Sí, larga historia, como habrás notado no soy española y tampoco mortal- dijo en forma de disculpa.

-¿Qué eres? Y ¿Daniel? ¿Qué hay de las mentiras? ¿Por qué me mentiste? ¿Trabajabas para Raquel y Samuel? ¿Me buscan? ¿Estos Eternos que me han estado protegiendo están en peligro por mí?- lancé todas las preguntas que se me ocurrieron.

-Sigues siendo la Bonnie que conocí, no te cansas de preguntar, me alegra saber que hayas descubierto de nuevo a los Eternos no te cambiará- dijo y volteé los ojos.

-Responde- exigí.

-Tengo que ir a ayudarles- repuso e iba a avanzar hacia la casa.

-Ellos pueden con Daniel sin ti- afirmé.

-Sí, tienes razón- dijo rindiéndose y sentándose en el césped.

-Contesta-

-Una pregunta a la vez- dijo e hizo un gesto con la mano para que prosiguiera.

-¿Qué clase de Eterna eres?-

-Un hada- respondió.

-¿Qué? ¿Cómo es posible que tengas el tamaño de un humano corriente?- esto era bastante confuso.

-Mi familia esta maldita, un brujo hechizo a mis padres para que crecieran como un humano promedio-

-¿Qué hicieron tus padres para recibir esa maldición?-

-Ser Eternos, el brujo trabajaba con los cazadores, varios brujos lo hacen, como Daniel-

-¿Daniel... brujo?- pregunté pero la pregunta era más para mí que para ella.

-Sí, él creo ese humo y también el de tu carro aquel día en la universidad, un brujo no muy creativo ni poderoso, aunque lleva varias décadas siendo Eterno-

Ahora hasta la bruma del antro tenía sentido.

-Ahora que mencionas la universidad... ¿Por qué mentiste? Trabajabas para los cazadores ¿verdad?-

-Sí, trabajé para ellos y renuncié ayer, no estaban pensado claramente, querían matar a muchos Eternos para encontrarte, eso no va con mi naturaleza, porque principalmente me contrataron para ayudarte a quedarte en el mundo humano y no en este, pero creo que los destinos dictan otra cosa- dijo y me sonrió -Lamento las mentiras, sabía quién era James y por la forma en que te miraba supuse lo que habías pasado con él-

-¿La forma en que me miraba?- pregunté confundida.

-Sí, lo miras de la misma forma-

Oh genial, él también me mira como si fuera lo único que lo hace vivir, pensé con sarcasmo.

-¿Sabías que Daniel era brujo desde el principio?- asintió -¿Por qué me ibas hacer salir con él? ¿No me tratabas de alejar de este mundo?-

-Tus padres adoptivos me dijeron que tenía que ser él, solo él. Al parecer han hecho un pacto con él-

Recordé cuando me había mudado a España, todo había parecido tan normal, lo único raro era comenzar en una universidad no tener que lidiar con problemas de criaturas mitológicas, si había tenido razón, era simple llevar mi vida en España, esto era lo complicado, las decisiones y confidencias, muertes y pensamientos, mentiras y besos, viajes y batallas, temores y sonrisas, verdades y magia.

-En enero...- dije mientras recordaba aún la mudanza -No recuerdo nada de ese mes, sé que tampoco estuve con los Eternos porque me dijeron que desaparecí finalizando diciembre, ¿sabes algo de lo que me pudo haber pasado ese mes?- añadí.

-No, de hecho Raquel y Samuel una vez mencionaron que estuviste desaparecida hasta la última semana de enero, que pasaste toda una semana inconsciente en tu cama- dijo analizando los detalles, yo también analizaba.

-Tres semanas desaparecida- afirmé -¿Cómo se supone que llegue a la casa en Panamá si estaba inconsciente?-

-Dijeron que un día entraste como si fueras una especie de fantasma, porque tu cara estaba pálida, les entregaste una nota y como si fueras un zombi tu misma te acostaste, no te despertaste hasta una semana después, tus padres para cuando te despertaste tenían todo preparado-

-¿Nada más?- pregunté y ella denegó.

-Solo que Raquel y Samuel huyeron contigo haciendo que todo un ejército de cazadores los persiga, averiguaron lo que eres, quieren tu cabeza, no descansaran hasta tenerla- un escalofrío me recorrió.

-Vaya vida la que tengo- me quejé.

-Estos Eternos...- dijo y señalo a la casa que por fin se iba disipando el humo -Y yo te protegeremos-

-¿Por qué? ¿Qué he hecho para que me protejan? Depende de lo que sé esto de la muerte en este mundo es común ¿Por qué me quieren proteger a mí?-

-Por el libro...-

-¡Bonnie, huye!- gritaba alguien desde los árboles que blindaban con la casa, era Iván que venía corriendo al lado de un lobo gigante de pelaje negro, iban por otro cuerpo masculino, Daniel, este venia hacia mi sonriente, triunfante.

-Corre- dijo Noah mientras se paraba delante mío, yo también me había parado, ella saco un cuchillo largo, de su cinturón, mientras yo estaba decidida a no huir, me había cansado de eso ya hace un tiempo.

El lobo adivino mis intenciones porque gruño con desesperación, corrió más rápido y rebaso a Daniel colocándose al lado de Noah para protegerme.

Daniel se detuvo e Iván también a cierta distancia.

-¿Te tienen que proteger? Pensaba que la única híbrida en este mundo de Eternos podría defenderse sola- dijo y lo odie al instante, una llama se propago por todo mi cuerpo haciéndome avanzar por un lado de James y de Noah, el lobo me detuvo pero lo esquive saltando.

-Puedo con esto- dije entre dientes por la rabia que se extendía en mi cuerpo contra Daniel.

-Escúchala, Cooper, cálmate que con ese hocico no has llegado a ninguna parte nunca- dijo Daniel y el lobo sin más que un gruñido como aviso se lanzó tras él.

Paso tan rápido que no pude detenerlo, ni siquiera Noah o Iván lo habían previsto, James saltó y se arrojó encima de Daniel pero este hizo alumbrar sus manos de un color rojo apuntando hacia James, y antes de que el lobo atrapara a su presa, Daniel lo mando a volar contra tres árboles que se partieron a su paso.

-¡No!- grité mientras Noah se quedaba paralizada al igual que Iván que su rostro seguía mirando donde James impacto.

Ahora ya no era una llama, era una ola de emociones mezcladas, tratando de salir, los estaba sofocando, o mejor dicho ellos a mí, pero sabía que si los liberaba iba a ser un completo desastre.

-Uno menos- dijo Daniel tranquilo. Reí y todos me miraron desconcertados, hasta yo me hubiese mirado como si estuviese loca -No sé cómo salí con una demente- añadió con asco. Calmé mi risa pero aún tenía una sonrisa.

-Bon...- dijo Iván preocupado.

-No, Iván, este bastardo tiene razón, si estoy tan demente como para matarlo no me quejo- dije sonriente.

-¿Bastardo? Hace unos días me pedías cita- dijo Daniel burlón.

-Mi mayor equivocación, en cambio la tuya será haber venido- dije y entonces deje escapar todas mis emociones canalizadas en mis manos que brillaban azul celeste potente.

Daniel se espantó y al retroceder se cayó mientras yo aproveché moviendo una roca grande con mi mente, y mi puntería que no era tan buena ya que apunte a su cabeza, hizo que le diera en un brazo como si fuese una bala, ahogó un grito. Vi como Iván corría hacia mi lado, los colores del cielo y de la tierra habían quedado en escalas de grises, como si magia hubiese absorbido todo.

Noah detuvo a Iván y le gritaba algo que yo no oía, solo veía sus bocas moviéndose, todos los sonidos habían quedado reducidos en nada ante mí.

Mi brillo inofensivo se convirtió en llama azul en mis dedos ardiente y me hacía cosquillas, vi los ojos de Daniel como si los tuviera demasiado cerca a mí y solo vi un dibujado terror por el brazo que estaba debajo de la piedra y por la llama que me disponía a lanzarle.

-Wood...- un susurró entre los tres árboles me distrajo, era James, seguía vivo pero estaba demasiado herido.

Suspiré de alivio y temor por él, cerré mis manos en puños y todo volvió a la normalidad, el color en el paisaje, los gritos de Noah e Iván, hasta pude divisar como Daniel quitaba la piedra de encima de su brazo y escapaba, pero no me importaba, solo me importaba James el cual estaba mal herido. Corrí hacia él que estaba parado entre arboles con parte de la ropa cortada. Llegué a su lado justo cuando se le debilitaron las piernas y cayó en mis brazos, aunque por su peso no resistí mucho y delicadamente lo coloqué en el césped.

-James, vas a estar bien- afirmé en un susurro.

-¿Lo mataste?- preguntó débilmente.

-No, no lo hice- dije y sonrió.

-No...te debes acostumbrar...a matar, eres fuerte, eso lo sé- dijo a duras penas –Pero la Wood... que conozco tiene compasión-

-Pensé que te había matado... estallé, lo siento- me excuse y él me tomó la mano dándome fuerza, lo malo es que se supone que soy yo la que le debería estar dando fuerza.

-Hay que llevarlo a la casa, tu madre lo curará- dijo Iván al llegar a mi lado. Vi las heridas de James, dos en el costado que seguían expulsando sangre, una en la pierna y unos pequeños raspones en el brazo izquierdo, lo menos grave.

-No, solo necesita vendas y transformarse- dije como si en algún lugar de mi mente esa información hubiese salido, mi conocimiento sobre los Eternos, una pequeña parte de todo. James sonrió e hizo una mueca de dolor después.

-¿Estás segura...?- preguntó Iván.

-Segura- dije antes de que él acabara la pregunta.

-Iré yo, no creo que Noah se quiera arriesgar a que la conviertan en una paloma- dijo Iván y se fue corriendo a una velocidad sobrenatural.

Noah se arrodilló a mi lado.

-Hay que quitarle la camisa para dejar destapadas las heridas- me dijo. Respiré profundo preparándome para ver de nuevo el musculoso cuerpo de James que ahora estaba cubierto de sangre. Noah le arrancó la parte del pantalón donde estaba la herida.

Yo con nervios le arranqué la camiseta guiándome por las rasgaduras que ya tenía.

Iván llego a tiempo con la vendas para que nos ayudara a sentar a James, este hacia muecas constantes y yo sufría con él. De vez en cuando le susurraba que pronto estará caminando en dos o cuatro patas y molestando al mundo, como es común en él, James sonreía a causa de los comentarios.

Le vendamos las heridas y Noah me hizo retroceder, él sin esperar un segundo se convirtió y salió a correr.

-Va a estar bien, nosotros volvamos a la casa, hay mucho que explicar...- dijo Iván y me tomó de la mano guiándome.


-¡Esto es inaceptable!- gritaba Tifanny -Nos han atacado en nuestra casa, John. No permitiré que se salgan con la suya, malditos cazadores que no son capaces de hacer el trabajo en Salem y tienen que mandar a uno de nosotros. ¡Eterno contra Eterno! Es inaudito-

-¿Cómo supieron el lugar de tu residencia?- preguntó Charles.

-¡Esos malditos cazadores han infiltrado a alguien! ¿Quién de ustedes es?- preguntó Tifanny con brusquedad.

-Calma, cariño, no creo que sea uno de nosotros, pudo haber sido cualquier criatura del bosque- dijo John tranquilizando a su esposa.

-¡Buscaré a quien fue y lo...!-

-Basta- susurré y mi madre se calló -Esto es mi culpa, vienen por mí, me debería ir...-

-¡Oh ni se te ocurra repetir esas palabras de lamento!- exclamó Iván levantándose de su asiento, tenía a Eli al lado que había estado preocupada por James que aún no había vuelto.

-¿Lamentos?- pregunté confundida.

-Así empezó la otra vez- dijo pero no me miraba a mí, sino que a todos los presentes, como si estuviera exponiendo algún punto.

-¡Para!- grité cansada, en ese momento sentí la presencia de alguien detrás mío, estaba segura que había entrado por la puerta trasera, recorriendo el pasillo. Sabía que era James, no hacía falta verlo -Me cansé que todos ustedes estén recordando mi pasado como si lo hubiesen vivido desde mi punto de vista. Ni ustedes ni yo saben cómo pensaba, así que dejen de hablar de los anteriores tres meses de mi vida antes de que enloquezca tratando de recuperar recuerdos que están perdidos en alguna parte. Dejen descansar mi mente, está más agotada que todo mi cuerpo. Buenas noches- finalicé.

Ignoré las miradas de todos y solo seguí mi camino hasta mi habitación.


Me puse ropa para dormir y me acomodé en la pequeña sala de caoba a leer, no había tenido la oportunidad de hablar con Bill y preguntarle sobre quien mando el libro, pero ahora necesitaba distraerme.

Primera página, empecé:

Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa. Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mente de algunas...

Alguien tocó a mi puerta. Dejé el libro en la misma mesa del florero y como separador utilicé la nota.

Abrí la puerta. James.

-¿Sabes? Últimamente pienso que me estas acechando, siempre apareces...-

Me calló con sus labios encima de los míos, me sorprendió, no me lo esperaba, pero después de tomar aquella sorpresa, le correspondí con el beso. Entró a mi cuarto mientras me seguía besando, cerró la puerta a su espalda.

Me separé de él a duras penas, nuestras narices seguían juntas.

-No lo resistí- dijo con su aliento fresco que rozaba mis labios.

-Oh Dios- dije y él sonrió -Debes de dejar de hacer esto- añadí aunque mis manos estaban aferradas a su camiseta evitando que se apartara.

-O una mañana de estas, con mucha suerte mis parpados se desplegaran y tu estarás al frente- dijo aún con esa sonrisa.

-James, me haces vulnerable, no puedo permitir eso, no ahora- dije con sinceridad.

-Las personas más vulnerables son también las más fuertes- dijo y me atrajo para besarme de nuevo pero me separé y me senté en la cama.

Tengo que alejarlo de mí, no me ayuda tenerlo después de que casi muere por mi culpa, después de que he olvidado todo, no le conviene.

-¿Estás bien?- preguntó mientras se sentaba a mi lado.

-Siento algo malo, destrozado en mí- dije y era la verdad, no toda, pero parte.

-¿Qué es? ¿Quién lo ha hecho? Solo dime y mataré al Eterno o mortal- dijo James en un tono amenazante, pero no hacia mí, lo sabía me miraba preocupado. Me tomó con sus dedos el mentón obligándome a mirarlo, no lo resistí.

-No quiero que te suicides por mí, eso sería estúpido y horrible- dije e inmediatamente se le congeló la mirada quitándome su mano de mi mentón; me miró con cierta tristeza antes de volver a helar su mirada, solo fue capaz de dar la vuelta e irse de mi habitación azotando la puerta.

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