Mi Tormento Favorito©+18 [MC...

By Cinnluna06

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La vida de Amber y Evan da un giro inesperado cuando secretos del pasado se ven mezclados con el presente de... More

*A V I S O*
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Epílogo [P1]
¡3 PARTE YA DISPONIBLE!

Epílogo [P2]

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By Cinnluna06

Evan POV (Dos semanas después)

Vi a Amber dormir en todo el viaje que hicimos para llegar a Italia, justo a la pequeña toscana dónde Audrey iba a casarse, habíamos llegado con tiempo que nos alojamos en una casa muy bonita que servía como un pequeño hotel, nosotros no íbamos a quedarnos más que un día y después regresaríamos a París. La boda era a las cinco, así que subimos todo a nuestras habitaciones, yo compartiría con Amber por supuesto y Mónica y Sebastian también compartirían, empezamos a prepararnos porque habíamos tenido un largo camino, el tráfico había sido más caótico de lo que esperábamos y por eso tardamos más en llegar.

Nos arreglamos lo más rápido que pudimos, aunado al calor de la primavera que no nos ayudaba mucho, Amber bebía mucha agua, más de lo que algún día la vi tomar, ella si tomaba agua pero parecía que a cada diez minutos se deshidrataba.

—¿Estás bien? —le pregunté, atándome el cordón de los zapatos, ella bebía más agua y solo asintió con la cabeza —¿Estás nerviosa?

—No —se dirigió a mi con sorpresa —¿Por qué lo dices? No es mi boda.

Sonreí.

—Debe ser el calor porque he visto que bebes mucha agua, ¿Te sientes mal? Si deseas puedes quedarte aquí.

—Suena a como si quisieras mantenerme encerrada y fuese contagiosa, solo estoy embarazada —admitió con un leve gesto en los labios, decir aquella palabra todavía le costaba mucho y si lo decía en voz alta, tomaba como cierta precaución.

Sonreí un poco, me levanté y fui hacia ella, le acaricié el cabello (que se dejó suelto en ondulaciones ligeras) y la besé en la frente, se relajó, pude verlo en su rostro, su expresión malhumorada había cambiado, de algún modo se había vuelto más voluble, entendía que debía ser el embarazo que a veces la hacia enojarse u ofenderse con más facilidad.

—Jamás pensaría algo como eso, solo me preocupo, es todo, afuera hace calor y la verdad no quisiera que te sintieras mal —la contemplé muy atento, no quería que corriera peligro, era consciente de que debía protegerla —¿Estarás bien?

Me sonrió, sus mejillas se pintaron de un suave color rosado que me gustaba mucho ver, le añadía a su piel un resplandor muy bonito.

—Sí, estaré bien, te lo prometo, gracias por preocuparte, es solo que si estoy nerviosa pero no por la boda, es por Meghan.

—¿Qué sucede con ella?

Me di cuenta de que se había apagado un poco esa sonrisa que me regaló, comenzaba a hacerse ideas que le afectaban y eso no me gustaba, Amber era de esas personas que se preocupaban por lo más mínimo, le gustaba que todo estuviera bien y lo peor es que se empezaba a crear escenarios que la asustaban.

—Me dijo que en cuanto llegara de la boda, me comunicara con ella, ¿Y sí ya no quiere representarme? Sé que hablaste con ella pero ¿Y si no la convenciste y cambió de opinión?

Esbocé una sonrisa, supuse que ella tendría esas incógnitas, la conocía muy bien, quería que se pudiera olvidar de eso, desconectarse y enfocarse en este momento, en nosotros y que disfrutara del viaje. Me acerqué a ella y comencé a acariciarle sus mejillas ruborizadas, la toque con adoración, con deseo, ella no podía evitar el gusto y la satisfacción, su cuerpo se relajaba y eso lo notaba con mucha facilidad, me contempló y para ese entonces su respiración ya estaba acelerada.

—Quiero que confíes en mí, Amber, no pasará nada, te lo prometí y así será, no habrá problemas de ningún tipo —le prometí, acercándome más a ella, concentrándome en como sonaba su respiración a escasos centímetros de mis labios, su corazón como el mío bombeaban rápido, ella se quedaba completamente inmóvil, disfrutando de lo que yo le provocaba. —Por un momento quiero que dejes de pensar en eso, lo que deseo ahora es que te relajes, seamos tu y yo este día, ¿Te parece?

Ella respondió solo mostrando una leve sonrisa dulce, como si se acordara de algo, no sabía que estaba pensando en ese momento pero le gustaba, quizá mi tacto estaba provocando que ella recordara algo y lo que a mi me complacía es que le gustara mucho, que pudiera sentirse feliz y alivianada.

—De acuerdo, trataré de olvidarme de todo eso, por primera vez dejaré de preocuparme, lo intentaré, creo que siempre estoy pensando demasiado las cosas y eso hace que me preocupe de más —agitó la cabeza, yo seguí sonriéndole y ella solo quería quedarse ahí parada, dejando que yo siguiera dando calor a sus mejillas ruborizadas, acariciando una y otra vez.

—Cuando volvamos de la boda estaremos solos, sé que eso es lo que quieres y yo también —admití con voz baja, sin poder evitar esa picardía que fue inevitable en mi voz, le guiñé un ojo y me sonrió tan fuerte que parecía que los rayos del sol se asomaban de sus ojos.

—Me parece genial, concuerdo contigo, entonces, ¿Nos vamos? Empecemos por llegar temprano para acabar rápido.

Me atreví a robarle un beso en los labios, fue algo rápido pero pude sentir la emoción cuando nuestras bocas se unieron,  logró atraparme de verdad con aquella enérgica lujuria con la que estaban empapado sus labios; si yo no me hubiera alejado, seguramente hubiéramos olvidado todo, le habría arruinado aquel vestido celeste de encaje con flores porque habría terminado tal vez rasgado y tirado en el piso.

Yo estaba cautivado por ella de verdad pero tuve que resistirme a no hacerle el amor en ese momento, solo me límite a sonreír, contemplándola en silencio, dándole otro beso en la mejilla, no sin antes inhalar el aroma de su perfume que permanecía impregnado en su cabello, ese aroma a flores dulces. La tomé de la mano y caminamos juntos hacia la puerta, ansiosos de que el día terminara para comenzar con nuestra propia aventura a media noche.

(...)

La boda terminó pero tuvimos que asistir a la fiesta que se haría en un hermoso jardín, donde a lo lejos se podía ver un huerto de uvas, estábamos mucho más tranquilos porque podía pasar el tiempo más rápido en la fiesta que en la ceremonia. Nos acercamos a la pareja de recién casados y los felicitamos, Audrey se veía tan feliz junto con su nuevo esposo, estábamos realmente contentos de que ella pudiera compartir su vida con el hombre de sus sueños como dijo en sus votos matrimoniales.

—¿Se quedarán o permanecerán unos días? —nos preguntó Audrey, supuse que Mónica no le había dicho que nos iríamos mañana temprano.

—Supongo que nos iremos mañana, yo debo asistir a mi nuevo trabajo y Amber también tiene asuntos pendientes —me disculpé con una sonrisita inocente —Sí pudiéramos quedarnos lo haríamos, la verdad es que quería mostrarle a Amber esta increíble toscana, es fabulosa.

—¿Verdad que lo es? Todo esto es de la familia de Billy, sus padres son italianos y americanos, tienen un viñedo y no sabes la increíble calidad que tiene el vino, de hecho hemos servido todo el licor de ese viñedo, ¿Ya lo probaron?

Mire de manera instintiva a Amber quien ella a su vez le sonrió a Audrey quien sin esperar respuesta, lanzó un gritito de sorpresa, abrió los ojos de par en par y se llevó la mano a la boca para detener otro grito más fuerte.

—¿Es lo que creo que es? —aventuró en complicidad, viéndonos a los dos con una sonrisa llena de satisfacción en el rostro.

—Sí, Amber está embarazada —admití sin poder evitar mi fascinación.

Audrey abrazó a Amber, dándole muchas felicitaciones, era la primera vez que veía a Amber feliz o más bien disfrutando de la noticia, desde que se enteró solo había estado un poco callada, no es como que quisiera evitarlo pero parecía que todavía no lo procesaba.

—¿Cuántas semanas tienes? Porque siendo sincera no se te nota nada.

—Solo llevo un mes y medio, no es mucho, esperemos que de aquí a los tres meses se pueda notar más.

—¿Y ya le contaste a tu familia?

—No, la verdad queremos esperar a que pasen algunas semanas más —le explicó Amber —Solo para que podamos estar seguros de que todo está yendo bien.

—Eso quiere decir que ¿Tampoco Karen se ha enterado? —continuó rápidamente, volviéndose hacia mí.

Negué, apretándome los labios para no dejar salir mi sonrisa.

—No, esperaremos a que todo siga yendo bien en el embarazo de Amber, después de los tres meses, se lo diremos a todos, además, será difícil ahora que nosotros estamos lejos.

—Eso es cierto, ustedes tan lejos y con esta gran noticia, será difícil —coincidió ella, sin dejar de observarnos con una grande sonrisa —Solo me queda felicitarlos, es increíble, no me esperaba esto, hace unos cuantos meses atrás no llegué a pensar que ustedes serían pareja y estarían esperando un bebé, ¡Que locura!

Reímos los tres al unísono, Amber se veía muy relajada, creí que estaría tensa en cuanto tocáramos el tema del embarazo pero fue todo lo contrario, adoptó una postura diferente, empezó a decirle a Audrey la pequeña historia de cómo se enteró de la noticia, por primera vez parecía que lo disfrutaba.

Audrey tuvo que retirarse para seguir atendiendo a sus invitados, nosotros quisimos tener nuestro primer baile de la noche, así que nos acercamos a la pista de baile, pequeñas luces amarillas nos alumbraban desde arriba, Amber se veía hermosa bajo aquella luz cálida, sus ojos centellaban como si una galaxia de estrellas se hubiesen centrado en sus pupilas.

Empezamos a bailar al ritmo lento y suave de la balada italiana, yo la contemplaba con una dedicación que a ella siempre la ponía nerviosa, a pesar de tanto tiempo, ella aún no se acostumbraba a eso; me tomé un segundo para ver a los invitados que nos rodeaban y a Audrey con su nuevo esposo, tuve el atrevimiento de visualizar a Amber en aquel vestido blanco y yo en el esmoquin de Billy, quise creer por un momento que esta fuera nuestra boda y que ellos fueran nuestros invitados.

—Recuerdo algo que me dijiste cuando vinimos por segunda vez a París —le comenté con voz calmada, viendo una vez más a aquella pareja feliz de recién casados y luego a ella —Sobre que sería más fácil para ti el casarte conmigo que esperar a tener un bebé.

Se me quedó mirando, fue de esperarse que se hubiera puesto tensa, su mirada fue inexpresiva al principio y después se transformó en inquietud.

—Sí, lo recuerdo también, supongo que...las cosas no resultaron como debían ser. —susurró con cierta desgana, suspirando. —No es que me esté lamentando, es solo que, me hubiese gustado esperar, es todo.

—Lo sé, yo quería también esperar pero tampoco te puedo ocultar el deseo que tenía de poder tener un bebé contigo, supongo que hubieses querido primero una boda, era algo menos estresante para ti.

—Sin duda una boda hubiese sido mejor —curvó una sonrisa nerviosa, su cuerpo todavía estaba tenso —Pero está bien, yo lo único que necesito saber es que en el futuro mi carrera estará a salvo y podré seguir haciendo lo que amo, confío en que así será porque me lo prometiste.

—Y así será —me encargué de que sus ojos se clavaran en los míos, quería despejar sus dudas —Quiero casarme contigo, quiero tener a este bebé pero quiero sentirte segura de todo eso, ¿Es lo que quieres? O tal vez ya no quieras casarte, solo dímelo.

—No, no —me respondió mortificada, sus cejas se fruncieron, casi al punto de tocarse, su postura cambió, de estar tensa a estar angustiada —Si quiero casarme contigo, Evan, solo dame tiempo de pensar las cosas, ahora mismo una boda y un bebé en mi cabeza no me vendría del todo bien.

—Jamás te voy a presionar a algo que tú no quieras —le susurré al momento en que acariciaba su cálido rostro, no sabía si se trataba del clima que era lo que tenía su piel acalorada o era la situación lo que la tenía con la temperatura alta. —Siempre esperaré a que tu decidas, eso siempre te lo aclaré y no he cambiado de opinión.

—Gracias, otra vez —me dijo, sin apartar sus ojos de los míos —Sé que podrás esperar todo el tiempo que yo quiera y también entiendo tu desesperación pero tenlo por seguro que a pesar de no tener una boda, tú seguirás siendo mío y yo tuya. Esa boda se hará, pero no ahora, ¿Bien?

Esbocé una amplia sonrisa pero supongo que la alegría de aquella sonrisa no llegó a mis ojos, hubiese deseado que fuera mía desde hace tiempo, que fuera algo legal, yo quería pertenecerle y que ella pudiera estar segura de eso, pareciera que la vida aplazaba ese deseo y no sabía porque siempre había algo que lo alejara.

—Seré paciente, eso es algo que he aprendido contigo, entendí que la perseverancia tiene sus recompensas porque si no fuese así, nunca te hubiera tenido conmigo de vuelta.

Alcé su rostro, poniendo dos dedos debajo de su barbilla y acerque su boca a la mía, en cuanto sentí el contacto de sus labios sobre los míos, desee poder estar solos en el lugar, no podía frenar el entusiasmo, la pasión que estaba corriendo por mis venas, la sangre bombeando por todo mi cuerpo, podía escuchar los latidos de mi corazón contra mis oídos cuando levantó sus brazos y los puso alrededor de mi cuello, el ardor de mi cuerpo era casi un delirio, me estaba conteniendo a no sobre pasarme con ella y poder recorrer con los labios el largo de su mandíbula y su cuello perfumado por el aroma más cautivante que haya podido conservar en mi memoria.

Me lastimaba un poco el no poder tener a Amber como esposa, quería tener esa fortuna de nuevo para poder valorarlo como debió ser en un principio, la única cosa que deseaba hacer era venerarla, cuidarla y amarla por todo el tiempo que nuestras vidas pudieran estar entrelazadas.



Amber POV

—Creí que iba a resultar un problema cuando fueras a saber la verdad —le confesé a Meghan, en lo que me ofrecía el té que me preparó. Estábamos sentadas en su elegante sofá, en medio de su gran y hermosa sala, habíamos estado hablando de mi embarazo, ella ya sabía de eso, Evan se lo había contado todo como me lo prometió. —Evan me prometió que iba a tratar de hacerte entender si tu te enojabas conmigo.

—¿Enojarme? —casi ahoga un grito por la sorpresa, se le dilataron los ojos y frunció el ceño —¿Por qué creíste que iba a enojarme? ¿Por qué a la mejor iba a olvidarme de tu trabajo? Escúchame, Amber, no voy a traicionar a Evan diciéndote lo que me contó, él estaba afligido más que todo porque cree que no disfrutas de tu embarazo por lo que yo piense, lo que me causa indignación, tu carrera recién empieza, está bien que des una pausa para disfrutar esta etapa.

—Estaré trabajando aun estando embarazada —le aclaré con rapidez, no quería que ella dudara o pensara que utilizaría mi embarazo como un descanso —No quiero estar inactiva, créeme que seguiré con esto.

—Lo entiendo, pero cuando nazca deberás dedicarle tiempo a ese bebé y por lo que sé, Evan estará trabajando, no quiero hacerte elegir pero cuando tengas a ese bebé, todo lo que querrás es estar a su lado. Nunca te lo dije y te lo confieso ahora porque lo vas a entender pero yo me embaracé de mi hijo Dave cuando también empecé mi carrera en fotografía, le dedique el tiempo necesario y después seguí con lo que amaba.

—¿Y cuánto tiempo fue eso?

Se apretó un poco los labios para tratar de recordar con precisión.

—Fueron tres años, después de eso y con la ayuda de mi ex esposo y mi familia pude continuar, yo sé que en tu situación no es fácil, no está tu familia aquí pero sé que Mónica te quiere mucho, tanto como a Evan.

Bajé la mirada, empecé a sentirme culpable de tan solo pensar en dejarle el cuidado del bebé a Mónica, no estaba segura de dejarle ese cargo a ella, no era su responsabilidad hacerlo, además no quería molestarla.

—No sé si ella quiera, que tal si piensa que soy una molestia —musité, sintiéndome insegura. —No quiero darle la obligación de cuidar al bebé por mí, me refiero a que lo haga cuando deba trabajar, justo ahora estamos con la mudanza, ya tenemos departamento, Evan acaba de conseguirlo y estamos a unos cuantos minutos de Sebastian y Mónica.

—¿Y porque no hablas con ella? Tal vez quiera —me animó con una sonrisa muy abierta —No tengas miedo, Amber, ella adora poder ayudar, yo la conozco, ama a la gente, adora tener familia cerca y ustedes son para ella una familia, dime ¿Le dijeron a Sebastian y Mónica del embarazo?

Asentí, sonreí como acto reflejo ante el recuerdo de ese día, hubo tantos gritos de felicidad en casa por parte de Mónica, fue una reacción de lo más inesperada, de verdad se sentía como bendecida, me hizo sentir una calidez maternal.

—Ella se puso tan feliz que quiso comprar ropa de bebé cuando ni siquiera he cumplido los tres meses, dijo que en cuanto tuviéramos fotos del ultra sonido se las mostráramos, me alegró saber que alguien estuviera así de feliz por este bebé y más cuando no es mi familia cercana.

—¿Y tú? —me interrogó, ladeando la cabeza con suspicacia —¿Estás feliz ahora por la llegada del bebé? Dime como te sientes.

Inhale aire, no era fácil, al menos al principio cuando me enteré, ahora que estaba segura que el bebé tal vez no sería impedimento para seguir con mi sueño, comencé a despreocuparme, a de verdad pensar solamente en este embarazo como algo positivo, esto no arruinaría mi carrera si me lo proponía, tal vez me estaba poniendo trabas.

—Creo que ahora estoy consciente de que no debí exagerar tanto —suspiré, había estado susceptible por la noticia desde que me enteré —Jamás estuvo en mis planes embarazarme y creí que mi vida acabaría pero ahora, no sé, siento como si ahora de verdad pudiera disfrutar de la emoción, me complace mucho que sea hijo de Evan y mío, esperaba que pudiéramos casarnos y formar una familia en unos años pero nunca sirve de mucho planear las cosas.

Reí entre dientes, Meghan coincidió conmigo, asintiendo mientras tomaba de su té, yo estaba sumida en mis pensamientos, en algunos años estaríamos con ese pequeño niño o niña, en nuestro departamento, enseñándole ir al baño o contándole algún cuento, Evan estaría ahí como el padre amoroso que había querido ser desde el principio, mientras él amara más todo este proceso yo podía estar feliz, porque el que deseara mucho a este bebé, me hacía sentir segura, no estaría sola en esto, lo podía jurar, este bebé sería todo para Evan y para mí desde ahora en adelante.



Evan POV

—Demonios, no puedo ponerme la corbata —maldije entre dientes, viéndome delante del espejo, lo hice un nudo y me frustré, escuche que Amber reía detrás de mí y se me acercaba por la espalda, enrollándome sus brazos a la cintura.

—Déjame ayudarte, yo puedo hacerte la corbata, vamos. —me giró para tenerme de frente, me quitó la corbata roja escarlata que compramos juntos cuando le dije que habría reunión de socios en un buen restaurante esta noche, ella se aseguró de que fuera con buena pinta y la escogió porque decía que me quedaba muy bien —Listo, quedó perfecta para que vayas a lucirla. ¿Estás nervioso?

Sonreí, sin querer me estremecí, eso me delató.

—Sí, un poco, estarán muchos socios nuevos y los que se integran a la empresa, quizá conozca a mis futuros compañeros —empecé a sentirme de nuevo inquieto —No sé que tan bien me va a ir.

Se paró de puntillas para acomodarme bien las solapas de la camisa y me jaló la corbata para que mi cabeza quedara hacia abajo, a su altura, me obligó a mirarla, ella tenía una sonrisita traviesa pero relajada, me gustaba verla de ese humor despreocupante, intentaba darme ánimos.

—Te irá genial, eres un gran empresario, Evan, además te ves extremadamente guapo, la gente quedará encantada contigo. Ve y demuéstrales lo inteligente que eres —me besó, fue al principio algo ligero pero me tomó por sorpresa cuando mordió mi labio inferior y tiró de el, se carcajeó un poquito y después me dejó libre —Si puedes llega temprano, me gustaría arrancarte esa corbata.

—Cuenta con ello ¿Sabes que me encanta? —le dije con aire pensativo, después me eché a reír —Que tu apetito sexual no haya cambiado nada, incluso creo que ha incrementado. 

Volví a inclinarme para besarla de verdad pues me había quedado con las ganas, yo estaba seguro de que podría lidiar con la fuerza con la que ella me besaría, porque ahora mismo quería saber hasta dónde iba a ser capaz de llegar. Reaccionó con un pequeño jadeo cuando la tomé por sorpresa, sus labios se abrieron sobre los míos, pude saborear su aliento cuando introdujo su lengua en mi boca, sus brazos rodearon mi cuello y sus dedos me jalaron el cabello, se pegó tanto a mi cuerpo que percibí su piel caliente a través de mi camisa.

Puse mis dos manos sobre su cintura para no dejarla escapar, de verdad tenía la urgencia de poder devorarme sus labios, de saciarme hasta el cansancio porque percibía este beso como una invitación a algo más, así que deslicé mis manos hacia abajo hasta llegar a sus glúteos, ella llevaba un camisón de seda purpura como pijama, lo que me dio acceso para meterme debajo de el y apretar la piel de sus muslos; ella jadeó cuando me atreví a explorar más de su cuerpo, guiando mis manos hacia su pelvis y metiendo mis dedos en sus bragas, pude darme cuenta de lo húmeda que estaba.

—¿No sucederá nada si llegas tarde? —me preguntó ella con la respiración entrecortada, apenas podía resistir quedarse en pie cuando mis dedos comenzaron a estimular su clítoris, sus caderas se contrajeron cuando me moví más rápido y gimió en mi boca.

Apenas iba a responder cuando mi teléfono resonó en toda la habitación, al principio no fui consciente pero el ruido era insistente que de mala gana tuve que alejarme, le di un beso salvaje antes de alejarme y fui a responder, era Ernest, mi nuevo jefe, tuve que responder con la más tranquila y formal voz que pude actuar, estaba muy agitado y desorientado por lo que había pasado.

—Claro, estaré ahí en diez minutos —colgué y me volví hacia Amber, acomodándome un poco la corbata y el cabello, ella solo me sonrió con ánimo y después se mordió un poco el labio —Volveré lo más pronto que pueda, te lo prometo.

—Ve y demuéstrales lo que sabes, estoy orgullosa de ti.

Le ofrecí una sonrisa de oreja a oreja, sin poder evitar acercarme y plantarle otro beso pero esta vez mantuve cuidado, yo vendría y le recompensaría lo que habíamos dejado a medias, la miré a los ojos porque estaba seguro de que su presencia me traería suerte, reconocí que cada vez que ella me daba sus buenos deseos no podía hacerme falta nada más, me sentía agradecido de tenerla aquí, de estar juntos finalmente sin ningún obstáculo de por medio.

(...)

Llegué a la reunión justo a tiempo, en el restaurante ya estaba reservado un espacio para esta reunión por lo que no me fui difícil llegar y empezar a presentarme con todos ellos, había alrededor de veinte personas, entre la mayoría hombres, a excepción de una sola persona, una mujer de cabello cobrizo destacó entre todos nosotros, era alta, delgada, tenía unos ojos grises grandes, sabía que eran reales pero en verdad parecían ser casi ficticios, fue apantallante ver algo así, además tenía abundantes y largas pestañas negras que decoraban su rostro afilado; traté de ignorar su labio inferior carnosos que se mordió cuando empezó a saludar a quienes iban llegando, incluyéndome.

Tuve que mirarla a los ojos, no iba a ser descortés, ella dio una sonrisa inocente y afable, yo le regresé el gesto, me dio la mano para presentarse.

—Diana Hagen —su voz era liviana, demasiado tranquila, creo que me gustaba, era agradable.

—Evan Ross —le dije con naturalidad, ella asintió sin quitar esa sonrisa, me quedé tal vez unos segundos de más, viéndola sonreír, era atrayente esa pequeña luz que reflejaban sus ojos.

La reunión empezó y yo presté atención a los nuevos proyectos e ideas que se tenían en mente para la empresa y  también para los nuevos empleados, me quedé prestando atención a Ernest pero de vez en cuando veía de reojo a Diana porque se que ella también me miraba y no sabía porque hasta que Ernest empezó a dar los nombres de los nuevos equipos de campaña y supe que Diana formaba parte de mi equipo, me dio la sensación de que ella lo sabía.

Cuando acabó la reunión, aproveché para presentarme con mi otro compañero de campaña, decidimos irnos a tomar unos tragos al bar, en lo que los demás se iban, eran apenas las diez, no me haría mal tomarme unos tragos con mi nuevo compañero.

Nos quedamos en el bar por una hora, hasta que él tuvo que irse, yo me quedé solo para acabarme mi ginger con limón, no era una bebida demasiado pesada en alcohol, cuando acabé decidí pagarle al bar tender pero vi que no completaba, me había gastado mi poco efectivo, maldije entre dientes, tampoco traje mi tarjeta, no creí que iba a salir tan caro la cuenta, joder, ya no vendría a este restaurante.

Esperé toparme con alguno de mis nuevos colegas para que pudieran prestarme aunque me daba vergüenza tener que deberles dinero tan pronto, empecé a desesperarme cuando no vi a nadie porque sabía que estaba perdido.

—Yo lo pago, si gustas —admitió esa pequeña voz liviana, reconocí a Diana de inmediato.

Me volví hacia ella con expresión neutra, ella no hizo nada más que mirarme, le pagó al bar tender y se despidió con una pequeña sonrisa.

—Te lo pagaré, no me gustaría deberte dinero —le aclaré antes de que se fuera —Siento la molestia.

Sonrió otra vez, fue de verdad algo agradable de ver, no sabía que pero detecté algo familiar en ella, no sabía que era pero parecía que a la vez sentía que la conocía y la vez no, como si fuera alguien nuevo pero no del todo, tal vez en otra vida pude ver aquel rostro y podía resultarme muy familiar.

—No es molestia, seremos colegas, creo que es buen comienzo para empezar a demostrar que podemos ayudarnos el uno al otro, ¿Verdad?

Asentí con media sonrisa, bajé la mirada hacia mi ginger y me lo terminé de un trago, al verla de nuevo ella se había quedado otra vez en silencio, viéndome sin ninguna expresión más que su intimidante atención hacia a mí.

—Bueno, espero que sigas teniendo una buena noche, nos vemos. Por cierto, tu perfume huele muy bien, tal vez puedas darme el nombre, veré si puedo regalárselo a mi hermano en su cumpleaños —sonrió, todavía con los ojos clavados en mí.

—Es Dior —le afirmé, un poco divertido por su comentario, dándole un trago a mi vaso ya casi vacío.

—Sí, lo supuse, yo también uso Dior.

En cuanto se fue, hice un esfuerzo para despegar mis ojos de ella y verla cruzar todo el restaurante, me giré hacia la barra, tomando el tiempo necesario para procesar lo que había pasado, aquello había sido un completo deja vú, ¿Cómo es que podía sentirme extraño y al mismo tiempo fascinado por lo que acababa de pasar?

Vi que junto a mí el bar tender había dejado el cambio de Diana, ella ni siquiera se tomó la molestia de agarrarlo, no se que impulso loco y estúpido me hizo tomar el dinero y levantarme de ahí, esperando poder alcanzarla y entregarle su cambio como también la información completa de mi perfume que la había cautivado tanto. 


¡Y finalmente terminó! JAJAJ ¿Que pensaron, aqui acaba? CLARO QUE NOOO. Lean todo lo que les he dejado para que se enteren de las novedades :)

 Después de meses de escribir esto y de también escribir día y noche capítulos en medio de pendientes de la escuela y aunque a veces cansada y sin inspiración siempre termino un capítulo para ustedes, sea tarde o temprano, tengo que ser sincera, estos dos epílogos fueron difíciles y lo digo porque mentalmente estaba muy cansada y trabajé días seguidos para acabarlos a tiempo y traerlos este día.

A veces me frustraba porque la inspiración no llegaba, tenía las ideas pero no la mentalidad para escribir, así que traté de que estos capítulos fueran buenos  y largos (cosa que tampoco planee) esperaba que al ser dos epílogos fueran cortos pero no, resultó muy largo, ya saben que cuando uno planea, sale otra cosa jajaja en mi caso con las novelas así es. 

También como se habrán dado cuenta la historia quedó con muchos pendientes, con incógnitas y muchas cosas más que no se aclararon, no se hizo por la obvia razón de que sí, en efecto falta una tercera parte, esta novela tiene material suficiente para una 3 novela pero no tengo idea de cuando la haré, no tengo más que unas cuantas ideas pero nada más, la verdad no puedo asegurarles una fecha porque desde ahora en adelante escribiré cuando pueda y cuando me sienta con mucha inspiración, me daré un break de todo pero seguiré pendiente como quiera en mi cuenta de insta y en whatsapp y claro que en wattpad. Esperaré a que las ideas vengan solas, es seguro que este año no llegará la 3 parte pero como les repito, todo dependerá de mí y la inspiración.

Solo queda agradecerles por su apoyo, sus comentarios tan bellos, estoy segura de que sin sus comentarios estos epílogos no se hubieran hecho, también por sus halagos y su motivación, para mí son tan valiosos e importantes, cada voto igual es muy significativo para mí, muchas gracias.

Me despido de ustedes con un gran abrazo y muchos besos, cuidense y de corazón espero poder encontrarme con ustedes pronto, no en este año pero tal vez en el siguiente con nuestros proyectos, nos leemos. 


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