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— ¿Chaeng, qué pasa? — preguntó la japonesa, observando a su amiga que tenía el ceño fruncido, los brazos cruzados y un pucherito muy notorio.
— El señor Oso te miraba mucho, ¡es un descarado! — declaró — ¡No debe mirar así a mi esposa! — Mina fue a abrazar a la coreana para tranquilizarla, dejando tres besitos en su mejilla.
— ¡Chaeyoungie, no tienes que estar celosa! — la miró a los ojos —. ¡Tampoco tienes que golpear al Sr. Oso! — reclamó.
— ¡Pero él no tiene por qué mirarte así! — se excusó —. ¡Tampoco tienes que besarlo! — hizo otro puchero, mirándolo con ojos de cachorro — ¡Bésame solo a mí! — exigió.
Mina acunó sus mejillas, su temperamento tenso y enojado desvaneciéndose al recibir múltiples besitos por toda su carita.
— No te preocupes por los demás, Chaeyoungie. Yo solo te quiero a ti — confesó, sus acarameladas mejillas siendo espolvoreadas con rojo tenue.
— ¿De verdad? — preguntó con los ojos brillantes — ¿Sólo a mí? — la nipona asintió, dejando un piquito en sus rosaditos labios.
— Sólo a Chaeng — besó sus labios de piquito, también besó su naricita y mejillas —. Ahora, disculpate con el Sr. Oso.— ordenó con sus cejitas adorablemente fruncidas. Chaeyoung hizo un puchero pero aceptó.
Fue a recoger al peluche, susurrándole un "lo siento" demasiado falso y tirándolo en un rincón de la habitación, por si algo. ¿Qué tal si se atreviera a volver a mirar a su nipona?
No quería que la escena terminara con relleno de peluche por todo el piso.
— Ahora Panqueque embolsará las compras — dijo Mina, refiriéndose al peluche de perro café claro.
Acomodó al perrito, abrazándolo antes de dejarlo sobre la cama.
— Tenga Panque- — no terminó su frase, puesto que la coreana ya había lanzado por la ventana al perro —. ¡Chaeyoung!
— ¡Te miraba mucho!
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Quería aclarar que Mina tiene cinco años y Chaeyoung tiene seis años <3