Lauren
Eran las 12 del medio día cuando Lauren por fin abrió los ojos, sonrió al sentir la luz del sol que entraba por la ventana en el rostro. Así le gustaba empezar el día, con una sonrisa en el rostro. Se levantó despacio y estiró cada centímetro de su cuerpo.
Entró rápidamente al baño y se lavó los dientes. Comprobó su celular y tal como pensaba tenía dos mensajes de Colette.
"Nos vemos en la estación de metro. La que usamos ayer"
"En una hora estaremos allí"
El mensaje se había enviado hace una hora exacta. Lauren no lo pensó dos veces y se puso lo primero que encontró en su maleta. Una linda camiseta mostaza junto a un overol de jean, que tenía pequeñas manchas de pintura. Agarró su celular y su billetera y salió disparada hacia la puerta, tenía 5 minutos antes de que Colette enloqueciera y comenzara a llamarla como loca.
Abrió la puerta con fuerza y dio un paso hacia fuera, sin embrago no pudo avanzar mucho ya que se chocó fuertemente contra un cuerpo robusto. Lauren cayó sentada cerca de la puerta, sin embargo la otra persona no tuvo tanta suerte y comenzó a rodar por las escaleras. Apenas Lauren entendió lo que había sucedido se levantó rápidamente y corrió a auxiliar a la persona que seguía rodando de espaldas por la escalera.
Vio a Michael rodando escaleras abajo. Ella comenzó a bajar la escalera rápidamente intentando agarrar los pies del muchacho para frenarlo, a pesar de sus intentos no logró llegar a tiempo, pues el muchacho consiguió agarrase de una de las barandillas frenando así secamente. Lauren iba bajando las escaleras tan rápido que no tuvo tiempo de frenar cuando el muchacho freno en seco, por lo que se enredó con el cuerpo de éste y le cayó encima pesadamente. El muchacho se soltó de la barandilla por el impacto de Lauren en su estomago, y juntos, uno encima del otro rodaron el ultimo tramo de escalones. Una pared los frenó a ambos.
La respiración pesada de Michel estaba sobre el rostro de Lauren, su aliento sabía a tabaco y menta. Por un microsegundo ambos se miraron a los ojos, luego ambos empezaron a revolverse incómodos. Lauren rodo lejos del cuerpo de Michael y este se empezó a incorporar con dificultad. Apenas la chica estuvo completamente de pie le tendió la mano al chico para ayudarlo a levantarse. Este la rechazó y se incorporó solo.
-¿Estás herido?- fue lo primero que se le vino a Lauren a la cabeza.
En chico negó rápidamente con la cabeza.
-Lo siento- soltó Lauren- No era mi intención hacerte rodar por la escalera- se encendieron sus mejillas recordando el feo incidente.
-Casi me matas- masculló el chico por lo bajo.
-¡Lo siento tanto!- Lauren se acerco un poco al chico para comprobar que no estuviera lastimado en ningún sentido.
El chico se limpiaba el polvo de la ropa cuando por primera vez vio a Lauren a la cara. Señalo hacia ella, hacia su rostro. Ella no entendió a que se refería hasta que por fin sintió el liquido caliente que brotaba de su nariz. Se tocó la cara rápidamente y se dio cuenta de que le sangraba la nariz, echó la cabeza hacia atrás para detener el sangrado.
-¡No hagas eso!- el chico corrió a su lado y le bajo la cabeza con rapidez- Podrías atragantarte con la sangre.
Ella por primera vez en su vida se quedó callada, no conseguía pensar en algo que decir.
Observó su rostro por unos segundos sosteniendo su cara con ambas manos, mientras la sangre seguía corriendo por la cara de ella.
-Aprieta aquí- el chico le cogió la mano y la puso sobre el tabique- Y pon tu otra mano aquí- se la ubicó justo debajo del mentón- ahora sígueme.
Michael comenzó a subir rápidamente las escaleras, Lauren podía notar que cojeaba. Se detuvo frente a una puerta del sexto piso y la abrió rápidamente. Lauren se quedó quieta indecisa sobre si seguirlo o no.
-Entra- dijo el chico desde adentro.
Lauren entró y cerro la puerta con el pie detrás de ella. Apenas Lauren entró pudo sentir un agudo olor a menta. El mobiliario era oscuro y minimalista. El apartamento era mas pequeño que el de ellas sin embargo tenía amplias ventanas que daban a la calle. Avanzó hasta llegar a la que supuso era la habitación de Michael. El chico estaba rebuscando cosas entre los cajones de una cómoda.
-Ven aquí- Michel se metió al baño esperando que Lauren lo siguiera- Ponte aquí- señalo el lavamanos.
Lauren se puso tal como él le indicó, y ahora la sangre escurría sobre el lavamanos. Él se lavó las manos rápidamente y se puso dos guantes blancos. Se puso enfrente de Lauren y empezó a analizar su rostro con detenimiento. Lauren se sintió desnuda frente a él, pues su fuerte y ruda mirada estaba analizando cada centímetro de su rostro.
-No te muevas- le indicó él- ya puedes soltarte la nariz- le apartó las manos con amabilidad- No creo que esté rota- le comenzó a toquetear la nariz mientras aun seguía chorreando sangre.
Por primera vez Lauren se miró al espejo y vio su nariz exactamente igual a la de siempre solo que llena de sangre.
Michael le empezó a limpiar la sangre seca que tenía debajo de la nariz y la boca.
-Dejara de sangrarte en los próximos minutos, por ahora sigue ahí parada- Lauren asintió y se quedo quieta.
Él empezó a limpiarse el rostro con un algodón y notó que no tenía ni un rasguño. Salió por la puerta y no regresó por los próximos cinco minutos. La nariz de Lauren dejo de sangrar y ella se lavó el rostro rápidamente. Sentía un poco de dolor en la nariz.
Miró detenidamente el baño y pudo observar varias cosas: lo primero que notó fue que Michael vivía solo, ya que solo había un cepillo de dientes, una toalla y una barra de jabón. Al salir del baño vio una estantería llena de libros, la mayoría de medicina, por este detalle supuso que Michael era medico o estaba preparándose para serlo. También notó que él fumaba ya que vio los ceniceros esparcidos por la casa, al igual que una caja de cigarrillos y también por las ventanas abiertas, además de su notable aliento a tabaco.
Se encontró con Michael sin camisa en su habitación, se estaba revisando la espalda a través del espejo. Lauren se quedo mirando su abdomen bien definido y sus hombros anchos. Se notaban en su cuerpo las horas que seguramente pasaba en el gimnasio.
-¿Puedes dejar de observarme?- dijo este sin siquiera mirar a Lauren.
-¿Te da pena?- Lauren se acerco a la puerta de la habitación.
-Para nada- respondió este- pero pensé que a ti si.
-¿Por qué me daría pena?- se apoyó contra el marco de la puerta.
-¿Podrías ayudarme?-preguntó el muchacho cambiando de tema rápidamente sin siquiera mirarla a los ojos.
Lauren asintió con la cabeza y se acercó al muchacho. Se puso justo detrás de él.
-Agarra esto y limpia mi herida- le ordenó el muchacho- en un solo sentido y lentamente.
Lauren recibió el algodón húmedo, con lo que supuso era alcohol o algún líquido transparente que serviría para desinfectar la fea herida que tenía en el medio de su ancha espalda.
-Espera- dijo él antes de que ella llegara a tocar la herida- Usa esto- le pasó dos guantes blancos.
Lauren hizo exactamente lo que el chico le dijo que hiciera, puso el algodón sobre la herida y ella supo que le estaría ardiendo a Michael puesto que apenas el algodón hizo contacto con su piel todos los músculos de su espalda se contrajeron, sin embargo, no hizo ningún sonido que probara alguna emoción. Se observo junto a él en el espejo, lo que veía, para ella, era sumamente exquisito, le empezaron a temblar levemente los dedos con solo pensar en la idea de plasmar en el lienzo la imagen que se le acababa de venir a la cabeza.
-Así esta bien- el chico se apartó un poco y Lauren supo que su trabajo estaba completo.
-¿Cómo está tu nariz?- por fin la miró a los ojos, aunque fue solo por un segundo ya que desvío la mirada para ponerse la camisa blanca que minutos antes llevaba.
-Eres doctor- afirmó Lauren sin apartar la mirada del chico.
-No- dijo con rapidez.
-¿Estás estudiando para serlo?- adivinó Lauren.
-No- el chico salió rápidamente de la habitación.
Lauren se quedo callada y lo siguió.