(Narrador Omnisciente)
Los días en el castillo Min habían pasado más rápido de lo pensado. Jimin ya tenía un mes y tres semanas de embarazo, su pancita empezaba hacer acto de presencia.
El Omega estaba feliz de ver como su pequeño iba creciendo en su interior, como su vientre empezaba a notarse.
Hace unas semanas que los reyes de Busan y de Seúl habían regresado a sus palacios, ellos también eran líderes por lo que no podían dejar sus castillos sólos por tanto tiempo.
Claro que a Namjoon le costó aceptar el dejar a su hermana en Daegu, él no aceptaba que su pequeña hermanita haya crecido y menos que el Alfa sea mayor que ella, era un pensamiento ridículo e innecesario, pero Jin lo convenció de que no podía seguir viendo a Ji-eun como una pequeña, siendo que ya es una mujer.
Ji-eun no había salido de su habitación en días, pasaba encerrada, observando hacia afuera por la ventana, no hacía más que lamentarse el ser una mala hermana.
Hoseok estaba pensando seriamente en que eso no era normal, sobre todo por qué ignoraba al Alfa constantemente. Él la llegaba a buscar para merendar juntos, pasar un momento juntos, pero la chica no hacía más que ignorar a su propio Alfa.
El Alfa se empezaba a cansar de la actitud de Ji-eun, por alguna razón su lobo empezaba a perder el interés, los primeros días llamaba incesantemente a Ji-eun, ellos se conocen desde hace muchos años, ambos sintieron una conexión muy especial, pero ahora empezaba a dudar de ello, no entendía como o por qué la chica no le hablaba, no respondía a su llamado y lo ignoraba constantemente.
Decidió que buscaría la forma de hablar con Ji-eun cueste lo que cueste, pues no dejaría que esa situación siguiera en ese mismo curso.
Fue hasta la habitación de la Omega, tocó una y otra vez, sin obtener respuesta alguna.
— ¿Ji-eun? ¿Estás ahí? — No obtuvo respuesta alguna — ¿Ji-eun?
Paso así durante varios minutos, obteniendo el mismo resultado, cansado de ello, abrió la puerta, importandole poco si eso molestaba a la chica o no.
— ¡Ya! ¡¿Por qué entras así a mi habitación?! — Efectivamente, Ji-eun se molestó, estaba sentada en una mesa cercana al ventanal. Hoseok se sintió molesto por un segundo, pues no se imaginó que la Omega fuera capaz de gritarle de esa forma, cuando él no lo ha hecho nunca.
— ¿Por qué nunca respondes cuando te hablo o tocó la puerta? He estado allá afuera tocando una y otra vez, ¿Qué te pasa Ji-eun? ¿Realmente te molesta mi presencia o es que no eres mi Omega como yo creía?
Aquellas palabras parecieron hacer reaccionar a la Omega, pues rápidamente se puso de pie y se acercó al Alfa, abrazándolo por la cintura y hundiendo su rostro en el cuello de este mismo.
— No es eso Hobi, es que... Me siento triste, Nammie, puede seguir molestó conmigo y me aterra la idea de que no quiera verme más — La Omega sonaba tan triste que suavizó al mayor.
— Él no haría eso Ji, Namjoon te quiere mucho, eres su hermanita, no tienes por qué sentirte triste, ya pasaron semanas y no veo por qué seguir triste, me tienes a mi, soy tu Alfa, habla conmigo, ¿Si?
La Omega asintió y gustosa aspiro el aroma de su Alfa, tranquilizandose inmediatamente.
Pasaron justos aquella tarde y por primera vez en muchos días, Hoseok por fin pude sentir un poco de afecto de parte de su Omega, la consintió, la mimo y le dió todo el amor posible.
Claro que nadie sabía quien realmente es Kim Ji-eun.
La chica de tan solo 19 años, se convertiría en la peor pesadilla de los Min, ¿Por qué?
Kim Ji-eun, siempre ha sido una niña caprichosa, lo que ella quiere lo obtiene, siempre fue así, Namjoon la consintió desde que quedó a cargo de ella, justo cuando sus padres fallecieron, tuvo que ser, padre, madre, hermano al mismo tiempo, para educarla. Pero el Alfa nunca se dio cuenta que estaba cometiendo un error al mal criarla de aquella forma.
Cuando Namjoon se casó con Jin, la chica creyó que por fin podría ser una verdadera princesa y lo logró, tenía sirvientes, joyas, vestidos, todo lo que una linda chica como ella podría desear, no le hacía falta nada, pero con el paso del tiempo aquello cambio completamente.
La avaricia, la ambición y el poder de más, fue apoderándose de ella.
Cuando conoció a Jimin, le tuvo envidia, por qué veía la forma en que Jin pasaba pegado al Omega cada que este llegaba al palacio. Ji-eun nunca creyó envidiar tanto el cuerpo de un hombre como Jimin, tenía todo, ojos azules, cabello rubio, casi dorado, piel angelical y nivea, sonrisa encantadora, carisma, un escultural cuerpo que cualquier mujer desearía.
Su alegría fue mucha cuando esté despareció de sus vidas, sin explicación alguna.
Sin embargo años antes, cuando Ji-eun conoció a Yoongi y Hoseok, cayó rendida por el primero, sabía que era el hermano mayor, que era el Alfa con más probabilidades que de convirtiera en rey y no se equivocó.
Intentó hacer acto de presencia frente al Alfa, pero este nunca la volteó a ver ni una sola vez, ni siquiera notaba su presencia.
A lo cual intentó con el segundo hermano pensando que podría hacer algo para que esté tuviera un cargo igual o mejor al del mayor.
Ji-eun busco una bruja, si, ella conocía una, una muy buena, que hacía todo tipo de cosas extrañas. La Omega pensó que era una excelente idea, darles pocimas a ambos hermanos. Para Hoseok, una donde alterará a su lobo, donde lo vaya debilitando lentamente, pues ella no quería darse por vencida con Yoongi, fue quien llamó más su atención y lo quería para ella.
Para el Alfa mayor, le daría una posima que lo enamoré de ella completamente, que le hiciera creer que es su destinada, le costaron unas cuantas joyas, aquellos embrujos, pero todo valdría la pena.
Claro, que jamás imaginó que los hermanos tomarían las posimas contrarias, jamás imaginó que Hoseok tomaría la posima de enamoramiento y Yoongi la que alteraría su lobo.
Aquello funcionó a la perfección, Hoseok cayó rendido ante ella, aún si trataba de controlar sus instintos, algo que irritó a Ji-eun, sobre todo cuando dejó de verlos durante mucho tiempo, ella creyó que el embrujo perdería fuerza o el efecto.
Por esa razón el lobo de Yoongi actuaba involuntariamente, esa posima era casi un veneno para él, por lo cual su lobo decidió acumular todo, dejándolo así, con descontrol total, podía durar años si era necesario, sin embargo, ese veneno empezaba apoderarse tanto de lobo y Alfa y si no se rompía a tiempo, podía lograr la muerte del mayor, que era exactamente lo que Ji-eun quería.
Así podría ser Hoseok quién tomará el cargo y ella ser reina de Daegu. Sin embargo la chica, nunca contó con que Jimin aparecería nuevamente en su camino, logrando debilitar el embrujo de Yoongi, existían dos opciones.
1. Qué el amor del Omega destruya el embrujo.
2. Qué ese mismo amor destruya al Alfa.
La Omega se había dado cuenta que Yoongi era muy intolerante, que su lobo estaba demasiado impulsivo y lo más probable es que el efecto se incliné hacía la segunda opción.
Mientras tanto, tenía que soportar y seguir con su juego de que está profundamente enamorada del Alfa menor. Lo cuál no era del todo mentira.
Su parte humana moría por Yoongi, pero su parte lobuna, moría por Hoseok, por esa razón muchas veces aclamaba por este último, pero ella aborrecía el hecho de tener que abrazar o siquiera besar al Alfa menor, su lado humano anhelaba sentir los labios de Yoongi sobre los suyos.
Ji-eun quería destruir a Jimin, quería separarlo del hombre del cual se sentía realmente enamorada.
Fingió estar dormida, esperando así que Hoseok se durmiera también, cuando sintió la respiración acompasada del mayor, se levantó con cuidado, observó una última vez a Hoseok, dándole una mirada indescifrable.
— Lástima que yo no te amo Hoseok — Con aquellas palabras, salió en busca del Alfa que realmente quería.
Busco y busco durante varios minutos al mayor, incluso pudo ver a Jimin leyendo un libro en el quiosco que le habían remodelado hace un par de días.
Fastidiada por no lograr encontrarlo, se armó de valor para buscarlo en el único lugar que no había buscado en todo el castillo.
La habitación de la pareja.
Ji-eun subió nuevamente, paso verificando que Hoseok seguía dormido y efectivamente, el Alfa incluso estaba abrazando una almohada.
Rodando los ojos, fue con más entusiasmo a la habitación principal de los reyes. Al abrir la puerta pudo ver al Alfa que tanto anduvo buscando acostado en la cama, tenía un sin fin de papeles esparcidos por la cama, sonrió victoriosa al verlo profundamente dormido, con sus labios entre abiertos y sin intenciones de despertar pronto.
Con cuidado y sin hacer ningún tipo de ruido fue hasta la cama y se inclinó frente al rostro del mayor. Sonrió ladina al sentir el atrayente aroma de este, pero frunció el ceño y arrugó la nariz al sentir el aroma de Jimin mezclado con el del mayor.
— ¿Por qué no eres mío Yoongi? — Susurró por lo bajo la Omega. Llevando su mano hasta la mejilla de este, acarició delicadamente, observó los delgados labios y suspiró deseando sentirlos junto a los suyos.
Sin esperar más, la Omega llevó sus labios a los del Alfa, posandolos sobre estos, dejando un casto, húmedo y necesitado beso para ella, se sentía en las nubes, sentía que sus labios estaban tocando la gloria, sintió más placer propio cuando los contrarios correspondieron inmediatamente.
Yoongi creyó que era su bello Omega quien lo estaba despertando de la manera más tierna y dulce. Hasta que abrió sus ojos y se topó con el rostro de la persona que menos de imaginó.
En ese instante la puerta se abrió y por ella entró Jimin, siendo seguido por un adormilado Hoseok. Yoongi empujó a Ji-eun y está cayó de bruces al piso, soltando un agudo quejido.
Jimin sintió sus ojitos picar, su pecho doler y un pequeño dolor acentarse en su vientre, bajó la mirada y salió de la habitación, corriendo a cualquier lugar que no sea en aquella habitación donde acababa de presenciar la escena más desgarradora de su vida.
— ¡Jimin! — Yoongi se puso de pie y quiso correr detrás del Omega. Pero fue detenido abruptamente por un certero golpe en su rostro, que lo mando directamente al piso.
— Eres.... Mi hermano Yoongi, ¿Cómo pudiste...? — Hoseok volteó a ver a una Ji-eun estupefacta aún en el piso — ¿Cómo... Pudieron?
— ¡No seas ridículo Hoseok! ¡Está loca entró a mi habitación y se atrevió a besarme! ¡YO CREÍ QUE ERA MI JIMIN! ¿De verdad crees que yo te haría esto? Puedo ser lo que quieras Hoseok, pero jamás te haría algo así.
Hoseok fijo su vista en la Omega, que demostraba evidente nerviosismo, jamás pensó que un beso que tanto anhelaba se le saliera de control, se saliera totalmente de sus manos. Aunque en su interior sentía satisfacción al haber destrozado al Omega pelirosa.
Yoongi no espero respuesta de su hermano, con un latente dolor en su trasero se puso rápidamente de pie y salió en busca de su bello Omega, siguiendo el rastro de aroma que había dejado en el camino.
Mientras tanto Hoseok estaba confundido, dolido, lastimado, su lobo no sabía cómo sentirse, ¿Libre? ¿Triste? ¿Furioso? Todos esos sentimientos tenían confundido al Alfa. ¿De verdad Ji-eun no era su Omega?
— Tú... No eres mi Omega, ¿No es así?
La Omega se puso de pie y trato de abrazar a Hoseok, siendo rechazada inmediatamente, el Alfa se alejó de ella sintiendo repulsión, asco, despreció hacia la chica.
— Si lo soy Hobi, eres mi Alfa yo...
— ¡Deja de mentir joder! — La voz de mando asustó a la Omega, quien retrocedió instintivamente — ¡Di la verdad Ji-eun! ¡¿Qué mierda hiciste?!
Ante la voz de mando la chica no pudo quedarse callada, pues era una orden, era la voz de un Alfa de alto rango, con sangre de líder y de alta sociedad, ante eso Ji-eun no pudo detener lo que diría.
Terminó contando absolutamente todo, detalle a detalle sobre lo que hizo desde hace años, hasta la actualidad, sintiendo temor y demostrándolo con su aroma, ante la voz, mirada y presencia intimidante que Min Hoseok estaba demostrando con su presencia.
Ji-eun sintió su mundo venirse abajo cuando el mismo Hoseok ordenó a unos guardias que se la llevarán al calabozo, cito una carta y la envío al reino de Busan, explicándole en resumen lo sucedido a Namjoon y esperando que llegué pronto a Daegu y tomar una decisión, pues la Omega cometió un delito grave al cometer casi un homicidio al atentar con la vida del Rey y príncipe de Daegu.
Lo que Ji-eun jamás mencionó es que en las velas aromáticas que Jimin solía colocar en el baño antes de tomar un baño de tina, tenía una escencia venenosa que lo iría debilitando con el tiempo, hacía unos días lo había hecho, por lo que podría tener efecto hasta dentro de unas semanas y así matar a dos pájaros de un solo tiró.
¿Lograría Kim Ji-eun salirse con la suya?
Hoseok estaba realmente destrozado, no comprendía absolutamente nada, su lobo no hacía acto de presencia, no sabía cómo sentirse, si molesto o triste por qué su supuesta Omega le vio la cara de imbécil, ahora comprendía tanto amor desbordante por esta, pero nunca sintió que necesitara de ella cada que se alejaba y todo el tiempo que pasó en la mansión. Ji-eun estaba fingiendo, todo el tiempo estuvo fingiendo.
Entonces una alocada idea surgió en su mente, algo que no había tenido sentido todo este tiempo, hasta ahora.
¿Cómo es que Ji-eun escapó de los rebeldes?
Nada tenía sentido antes de lo ocurrido, pero el Alfa empezaba armar todos los rompe cabezas en su mente. Empezaba a entender, muchas cosas sin pies ni cola, sin inicio y sin final.
La idea de que Ji-eun podría estar aliada con los rebeldes tenía sentido en su cabeza, si, quizá es una idea muy absurda, pero para él, tenía todo el sentido del mundo.
— Dahyun — Llamó a la chica que no se había separado de él, desde que se enteró de lo ocurrido por boca de este mismo — ¿Conoces alguna bruja cercana aquí o de alguno de los otros reinos?
— Sólo... A una, pero es de Busan, se esconde en las profundidades del bosque, ella... Se rumora que escapó hace años de Seúl, después de haber cometido una atrocidad con el primer hijo de los reyes, era curandera y... Desapareció de la nada.
— ¿Cómo sabes eso? — La curiosidad creció el en Alfa.
— Mi madre la conoció, cuando quiso curar su enfermedad, ambas se hicieron, ¿Amigas? La curandera, le contó todo a mi madre y ella a mí. Aunque no estoy segura de que aún viva ahí.
— Debo encontrarla, si no lo hago... Es probable que mi hermano muera y no dejaré que eso suceda, menos si tiene Omega y... Están esperando un cachorro.
— Pero Hobi...
— Dahyun, son mi familiar, jamás dejaría que les ocurra nada malo, ¿Vienes o te quedas?
Dahyun sabía que nada estaba bien, los días de paz en aquel castillo estaba llegando a su final, muchas cosas inesperadas podrían ocurrir pronto y ella presentía que ese sólo era el inició de una bomba a explorar.
— Iré contigo — Hoseok sonrió y tomo la mano de la chica, preguntándose una y otra vez, ¿Por qué no encuentra a alguien como ella en su vida?
Claro que Dahyun no sentía más que solo un amor fraternal, un amor de hermano, que eta totalmente correspondido.
Ambos se prepararía para lo que viniera, no dejarían que Jimin o Yoongi corran ningún peligro. Para Hoseok fue más sencillo deshacerse del hechizó, pues su lobo prácticamente lo salvó de aquello, era una posima sencilla de romper, sin embargo, Yoongi no corría con la misma suerte.
Mientras tanto un triste y destrozado Omega lloraba a mares en una de las habitaciones de la tercera planta, pensando que de verdad su Alfa lo había engañado, peor aún con la Omega de su hermano.
Jimin no sabía que pensar, que sentir, no quería desconfiar de su destinado, pero ante sus ojos todo fue claro.
¿Podría Yoongi explicar exactamente lo que ocurrió?
¿Jimin le creerá o tomará otro tipo de decisión?
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Espero que les haya gustado, fue cómo un especial de Ji-eun, pero igual no quise ponerlo.
Ahora todos saben lo que realmente o quién realmente era Ji-eun.
Muchos crearon sus teorías y dijeron que Ji-eun les daba mala espina, pues ahí está. 👀
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¡HAPPY JIMIN DAY!
💜🥳💛🐣
Feliz cumpleaños a este bello hombre, que nos regala siempre una hermosa sonrisa y todo el amor del mundo 🤭
Jiminie aún está chiquito para nosotros, debemos cuidarlo 🥺 es el bebé de ARMY 🐣💜
(ME DERRITO SEÑORES AHAHAHAHA 😍💜❤️)
Lo siento.... Este hombre me altera.
¡Nos leemos pronto amigos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐