Adrien
Sesenta horas han pasado desde la última vez que vi a Hanna.
Todos en la Mansión Morgan están sensibles, si no se ponen a gritar, comienzan a llorar o se quedan mirando una pared por horas. Los chicos en San Francisco están preocupados y piensan cerrar ROM hasta que Hanna aparezca.
Tania me llama cada seis horas diciéndome que todo estará bien, y qué Hanna es una chica fuerte, me dice que vuelva con ella, qué me extraña y necesita más que nunca.
Yo solo quiero ver a Hanna.
Ryan me ha llamado dos veces, la policía tampoco sabe dónde puede estar y se está quedando en el Penthouse, dice que no ha encontrado nada y las cámaras del estacionamiento no muestran cuando llegaron y cuando se fueron.
Boris ha llamado treinta veces, pero ahora mismo no tengo ganas de discutir y he cortado cada una de las llamadas.
Thomas llegó hace ocho horas y si no está insultando a Sasha con Henry, está llorando con las gemelas. Thomas no sabe lo que le hizo la mujer cuando niña, pero lo sospecha y aun si no lo hiciera, con lo de la cocaína tiene para odiarla cincuenta vidas más.
Derryl de muy mala gana está trabajando codo con codo junto a He, dice que puede estar ayudando a ambos bandos y nunca lo sabríamos. Pero Hanna confiaba en él y no le queda de otra.
La llamada que menos esperaba vino de Nueva York. Hale dijo que Reed estaba como loco, qué fue al burdel de Artemio a armar un alboroto exigiendo ver al hombre para poder matarlo. Rogó por qué tuviera noticias de la rubia, pero no hemos sabido nada en sesenta horas.
A las Sesenta y media hora, nos llegó algo.
Sasha Morgan apareció en la Mansión Morgan.
Derryl al verla sacó su arma quitándole el seguro y si no fuera por qué Derek logro quitársela, Sasha hubiese muerto ahí mismo.
Yo estaba dispuesto a ver esa ejecución en vivo.
Miro detenidamente a cada uno de los presentes y se detuvo en mí. Hay sorpresa en su mirada.
— ¿Qué haces aquí?
— Es parte de la familia, es el prometido de Hanna. — Habla Derek y escucho el grito ahogado de Thomas.
Sasha ríe.
— No lo es, el prometido de Hanna está en Nueva York. ¿Me equivoco Adrien?
No sé qué responder.
— No, Reed y Adrien son personas diferentes, aun así, Hanna le tiene más aprecio a Adrien de lo que te tendrá a ti, asique sí, es parte de la familia. — Habla Henry firme.
Derek me mira unos segundos y luego asiente hacía su madre.
Sasha hace rodar los ojos y busca a alguien con la mirada. Busca a Ian.
— ¿Me hicieron venir para insultarme? Por favor, para eso me quedo en mis vacaciones.
— ¿Qué hacía el cuatro de julio en casa de Artemio? — Habla Derryl mirándola fijamente.
— ¿Por qué? ¿Quieres saber si tuve algo que ver con la desaparición de esa zorra?
— No es ninguna zorra, llámala por su nombre. — Hablo molesto y ella me mira alzando una ceja.
— Ya te enteraste.
Las palabras de nuestro último encuentro vienen a mí.
"Ya veo, no sabes. Quizás no confía en ti completamente, ¿Así quieres servirle a ella?"
¿Reed lo sabe?
— No tuve nada que ver con la desaparición de Hanna. — Mira fijamente a Derryl.
— Si mientes, un puñetazo será lo más suave que recibas esta vez. — Él asiático habla con calma y Sasha se tensa ofendida.
— ¿Vienes a mi casa y me insultas frente a mis hijos? ¿Quién te crees chino mugroso? ¡Si tanto quieres saber dónde está Hanna ve tras ella! ¡Búscala cómo cada vez que se metía en problemas! ¿Por qué eso haces no? No quieres admitirlo, pero lo que sientes por Hanna es igual de retorcido que lo de Artemio.
Sonríe de lado y en menos de un segundo Derryl se levanta y le da un golpe en la garganta que hace a la mujer toser y buscar aire con desesperación. Nadie hace nada.
En silencio lo disfruto.
El hombre vuelve a sentarse y mira con una ligera sonrisa de satisfacción a la rubia.
— No soy chino. — Aclara. — Y no salgo a buscarla porque ella vendrá a nosotros, yo estaría más preocupado por esos imbéciles que de Hanna.
🚬🚬🚬🚬
Me miro frente al espejo y veo a Derek asentir atrás de mí.
— Te dije que te quedaría.
Acomodo los gemelos en mis muñecas y me giró hacia él.
— ¿Cómo es The Auream por dentro?
— Un infierno.
Salimos de la mansión junto a sus dos hermanos y su padre. Suben en un Cadillac Escalade negro blindado y cuando Henry me hace un espacio mirándome para que suba, una mano sobre mi hombro me afirma mientras otra cierra la puerta.
— Tú vas conmigo. — Habla Derryl y vemos como el auto sale seguido por tres autos iguales. Un hombre de la casa estaciona un Jaguar XJ negro y le entrega las llaves al sicario a mi lado.
Subimos al auto y acelera por los caminos del terreno Morgan, al llegar a la carretera adelantamos a los Cadillacs.
— Mentiste.
— ¿Qué?
— Hanna no podría estar bien luego de que le sacaran el Chip, el rastreador se adhiere a la carne y solo puede quitarse con una operación delicada, de lo contrario cortas la arteria y mueres desangrado. Ella se desangraba, ¿Verdad?
Asiento tragando saliva.
»— Tranquilo hiciste bien, Ian se hubiera vuelto loco ante la posibilidad de que esté muerta. — Me tenso. — Lo cual no creo posible, ellos quieren a Hanna viva, así que está bien.
— ¿Por qué dices que ellos están en peligro en vez de Hanna?
— La conoces desde hace bastante, sabes el carácter que tiene y que no se deja pasar a llevar. Estoy seguro que este donde este, está haciendo qué se arrepientan de haberla secuestrado.
Asiento pensando en lo salvaje que puede ser cuando pierde el control.
Frena frente a una muralla, la cual después de unos segundos se abre por la mitad y un gran castillo aparece frente a nosotros.
Este es The Auream, las imágenes de internet no le hacen justicia.
Derek convocó a todos los miembros importantes a una reunión en la madrugada, por lo que me contó Chad, nadie puede rechazarla, nadie puede rechazar la invitación de Los Morgan. También dijo que sería una reunión donde Los Morgan le declaran la guerra a los cuatro infelices por ponerle las manos encima a Hanna, y eso significa caos, caos y más caos.
Sobre todo por qué es dos días antes de su cumpleaños.
Una vez entramos con Derryl al lugar, me sorprende la cantidad de personas, reconozco a unos cuantos actores, actrices, cantantes, presidentes y figuras públicas. Pasamos por el Casino y mientras Derryl camina sin importarle nada de lo que le rodea, yo no puedo creer que el lugar sea tan grande.
Cientos de filas de juegos de apuestas, todas terminan cuando una mujer nos hace pasar por un detector de metales. Al pasar lo único que suena son los gemelos de oro que Derek me dio.
Derryl al hacerlo, la máquina se vuelve loca sonando y le sonríe de lado a la mujer. Se quita la americana y desenfunda tres armas, dos navajas, y un cuchillo de caza de su tobillo. La mujer se ruboriza al ver el arsenal y él le guiña un ojo.
— ¿Son necesarias todas esas armas? — Le pregunto mientras somos escoltados por dos hombres.
— Estamos en The Auream, el lugar donde los mayores criminales se juntan, agradece qué no traje una granada por si las cosas se ponen feas.
Los hombres abren dos puertas enormes y veo una mesa gigantesca repleta de personas. Todos se levantan al ver a Derryl y él avanza a la cabeza de la mesa.
Nos sentamos frente a frente y no pasan más de tres minutos hasta que Los Morgan hacen acto de presencia, todos se levantan para recibirlo y Derryl me mira para que haga lo mismo. Henry se sienta a mi lado junto a Chad, Derek frente a ellos y su padre en la punta de la mesa.
Todos volvemos a sentarnos e Ian Morgan comienza a hablar resumiendo la trágica historia de su hija. Cuenta cómo me usaron para llegar a ella, pero sin decir quiénes. Una pantalla detrás de él se ilumina con cuatro rostros.
Un hombre delgado, canoso, blanco y ojos mieles que llegan a ser dorados. Artemio Bonaccorsi.
Un hombre de aspecto repugnante, calvo, pálido y ojos oscuros. Gregory Petrov.
Un hombre obeso, cabello castaño, blanco y ojos verdes alegres. Frank Vito.
Un hombre delgado, cabello negro, negro, y ojos oscuros. John Ventura.
Los cuatro van bien vestidos y de verlos por la calle encontrarías que son hombres respetables y educados. Él único que sí luce como un pedófilo es Gregory.
— Nuestros cuatro compañeros. — Habla Ian. — Secuestraron a mi hija, quién sabe lo que le estarán haciendo ahora mismo y en las condiciones que la tienen. Ninguno ha sido visto en público desde hace tres días y sus hombres dicen no saber nada.
»— Convocó la Poena Mortis para los cuatro infelices que la reclaman como suya.
El caos se desata en la habitación y me inclino hacia Henry.
— ¿Qué es la Poena Mortis?
— Es un viejo ritual en la mafia, cuando una persona convoca la Poena Mortis, todos los que la aceptan deben darle caza a esa persona, y él que lo mate debe traer su cabeza ante la persona que convocó la sentencia. Básicamente papá está pidiendo las cabezas de los hijos de puta.
Una mujer se levanta y mira fijamente a Ian.
— ¿Qué evidencia tenemos de qué fueron ellos?
— Hanna había sido acosada las últimas semanas por Artemio, recibía llamadas exigiéndole que se reuniera con él, y ella se negaba. Secuestraron a su amante y ella no tuvo más remedio que ir para que lo liberaran. — Habla Derryl con calma.
— ¿Su amante? — Un chico se levanta riendo y me mira. — No es ningún secreto lo liberal que puede llegar a ser Hanna Morgan, ¿Qué convierte a este chico en algo especial para ella?
— Si tuviéramos a Hanna aquí podríamos saberlo, pero tu padre la tiene secuestrada, joven Vito. Déjeme recordarle que la duda en las palabras de un Morgan es delito, y si Ian Morgan dice que ellos la tienen, es la verdad.
Él joven se sienta y la mujer lo imita. Un hombre se levanta.
— ¿Se sabe algo del paradero de Andrea?
— No por el momento.
Miro a Derryl y él me mira fijamente.
No me dejo decirles de la presencia de Andrea, y no entiendo él por qué.
Derryl se levanta alisando su camisa y mira a todos los sentados.
— En pie los que acepten la Poena Mortis.
Todos se levantan.
— Los cuatro quedan exiliados de The Auream y los negocios pasan a manos de sus primogénitos. Y de no tenerlo, queda en manos de su actual mujer. — Habla Ian y todos lo escuchan atento. — De no aparecer Hanna antes de su cumpleaños, la acción se tomará cómo rechazo a la mafia y no podrá participar dentro de los negocios. De esta forma, si contrae matrimonio con uno de los cuatro, la mezcla será inválida.
— Mierda. — Henry palidece a mi lado.
— ¿Qué hay de los negocios de los Bonaccorsi?
— Andrea tendrá el control. — Derryl mira al que pregunto. — Sin importar qué sea una bastarda.
La reunión finaliza con Ian diciéndole a todos qué deben acatar la sentencia y que los negocios de los cuatro quedan suspendidos hasta que sus cabezas estén sobre sus mesas, así los primogénitos tendrán tiempo para ponerse al corriente.
Derek llama a He resumiéndole la información y le pide que mande un boletín informativo a nivel mundial. Cinco minutos después todos los teléfonos móviles suenan y miro la pantalla del mío.
POENA MORTIS
Artemio Bonaccorsi. Frank Vito. Gregory Petrov. John Ventura.
— ¿Esto está en todos los teléfonos del mundo? — Miro a Chad luego de ver que el mensaje viene de un número de África.
— Si, pero solo algunos lo entenderán, los demás lo borrarán sin entender. — Me enseña su móvil y veo que el mensaje le llegó desde Argentina.
Supongo que ninguno es él número real de He, interfirió números para que mandaran lo que él quería.
— ¿Qué sucede si Hanna se casa con uno de ellos antes de su cumpleaños?
— Se cancela el Poena Mortis, suele hacerse cuando habrá una boda en la mafia. Y su marido es el que decide si ella acepta el negocio o no, y se hace cargo él de aceptarlo.
— Eso no pasará. — Habla Derryl viendo cómo todos salen de la oficina dejándonos solos. — Hanna no dejará que otra persona tome por ella esa decisión.
— Esperemos que así sea, no sabemos qué le estarán haciendo para convencerla.
🚬🚬🚬🚬
— ¿Qué haces? — Ríe sosteniendo la toalla contra su cuerpo y se escucha mi risa mientras acerco la cámara a ella.
— Esta es mi venganza.
— ¿Venganza de qué?
— De esa vez que me fotografiaste en Las Vegas.
— Tu mismo lo dijiste, fotografiar, no grabar, imbécil. — Se apoya en el marco de la puerta riendo y baja su mano al nudo de su toalla. — Pero está bien, te dejare material para qué te toques.
— ¿Vas a quitarte la toalla, Morgan? Eso sería muy sexy.
— ¿Quieres que me la quite, príncipe azul? — Sonríe con malicia.
— Compláceme.
Ella ríe y comienza a abrir la toalla. Veo sus muslos desnudos y ella baila bajo la tela. Rio enfocándola y cuando cae la toalla, la abucheo por llevar ropa interior y sujetador.
»— No estoy complacido.
— Si quieres te complazco poniéndome unos ligueros.
— Mmm eso me gusta.
Ella ríe avanzando hacia la cámara y toma el móvil mostrando su lengua.
— Adrien del futuro, lamento decirte que no tendrás material para tocarte, pero cada vez que veas este video, recuerda lo mucho que disfrutaste esta tarde. — Guiña un ojo y de fondo se escucha mi risa mientras ella deja de grabar.
Vuelvo a reproducir el video bostezando y siento un calor en el pecho cada que escucho su risa.
No lo hicimos, le bajo su periodo y lloriqueo toda la tarde por qué ella quería sexo, pero le dolía demasiado cómo para siquiera recostarse. Comimos pastel de fresa en su sofá y me convenció de ver pornografía.
Nos reímos bastante de la trama cutre y jugamos a ser críticos en las escenas de sexo juzgando los gemidos de la chica y el hecho de que el hombre siempre se cargaba una erección en los pantalones.
No lo hicimos, y aun así disfruté pasar esa tarde con Hanna. Fue antes de que Boris me dijera qué tuvo sexo con ella. Cuanto daría por revivir esa tarde una y otra vez, y ver la diversión en sus ojos celestes.
Han pasado noventa horas desde la última vez que vi a Hanna.
Está noche se deben abrir los ROMs, sin embargo, no está la dueña para inaugurarlos, Amanda, la consejera de Hanna, me llamo diciendo que seguirán con el protocolo y no mostraran el video que grabó Hanna, ya que puede causar confusión cuando sigue desaparecida. Reed me llamó hace unas horas, me pide estar al tanto de todo y que cuando la vea, le diga que lo hará bien, que abrirá ROM y él se hará cargo.
Me da algo de pena ese chico, aunque ahora mismo yo doy más pena viendo el único recuerdo que tengo de la rubia una y otra, y otra, y otra vez.
Tocan la puerta abierta y dejo mi móvil a un lado viendo al pelinegro entrar. Sus ojos están hinchados y a pesar de que es verano, viste un suéter. Se sienta a los pies de la cama mirando el teclado de Hanna.
— Me contó lo de ustedes.
Me tenso y él me mira con una ligera sonrisa.
»— Nunca en mi vida había visto a Hanna tan desquiciada como cuando trataba de entender lo que sentía por ti. Le dije que quizás se estaba enamorando y me dijo; "No seas estúpido, solo lo deseo demasiado".
— Creo que me enamore de ella, Thomas.
— ¿Qué hay de Tania?
— Me gusta, es una chica agradable y muy cariñosa. Me gustaría estar enamorado de ella, creí estarlo, pero cuando veo a Hanna... Todo se siente más intenso, todo se siente bien...
»— Y al mismo tiempo se siente mal, por qué no sé qué hacer con ese sentimiento. Es Hanna Morgan, nunca tendría una relación amorosa convencional, nunca me sería fiel, nunca recibiría palabras cariñosas de su parte, y es probable que se ría de mis demostraciones de amor. Tenemos diferentes formas de pensar, nunca podríamos tener una relación, y aun así, no puedo dejar de pensar en ella.
Thomas asiente con una ligera sonrisa.
— ¿Recuerdas tu primera semana en ROM? Te sorprendías por todo lo que hacía, si no era la cantidad de hombres que se iban con ella, era su aguante bebiendo cerveza, lo vulgar qué podía ser aun luciendo como una princesa, o lo bien que bailaba.
»— Incluso una vez ebria te dijo mil insultos por no tener sexo con ella, no sabías donde meterte y fue tan divertido. — Ríe a carcajadas y sonrió con melancolía recordándolo.
— ¿Cuál es el punto?
— El punto es que nunca entendiste a Hanna, desde un comienzo ella era algo nuevo para ti, y tú lo eras para ella, fuiste el primero en negarse a ir a su cama. Ambos sentían curiosidad por el otro y es normal que encuentren raro lo que sienten por el otro. Se enamoraron sin darse cuenta.
— Aun si así fuera, nunca podríamos estar juntos.
— Es probable, Hanna está dentro de su infierno desde hace años, se siente cómoda ahí, y se ha resignado a que nadie la salvará. — Miro la almohada blanca a mi lado. Esa almohada que babeo muchas veces.
»— Pero hey, — Thomas sonríe. — También me dijo que nunca llevaría a otro chico a la Mansión Morgan, y mírate, aquí estas. Ella está bien, lo sé, no sé qué está pasando, pero lo sé, lo siento.
»— Sé que esa zorra de mierda está bien. — Sus ojos se llenan de lágrimas. — Por qué es ella, ¿Cómo podría estar mal?
— Está bien. — Tiro de su brazo y lo abrazo contra mi pecho escuchando sus sollozos. — ¿Sabes qué diría ella si estuviera aquí ahora? Diría que dejaras de llorar por qué te ves horrible.
Thomas ríe entre sollozos.
— Diría que saliera de su cuarto para que tuvieran sexo salvaje. — Rio sintiendo mis ojos picar.
— Es probable, y luego comenzaría a gritarle a alguien por comerse sus fresas.
— O comenzaría a hablar sobre lo sexy que se ve fumando puros.
— Y nos diría...
— Les diría a ambos que son un par de idiotas, y que se fueran a la puta mierda.
Un calor agradable se expande en mi pecho y al mismo tiempo que Thomas se sienta con rapidez, yo miro hacia la puerta.
La decepción me invade al ver a Cassie apoyada en el marco de la puerta.
— Oye Adrien, si le pones lentillas y oxigenamos su cabello, tendríamos a una mini Hanna. ¿La convertimos? — Habla Thomas divertido y la chica le enseña la lengua mientras avanza a la cama y se recuesta a su lado.
— Por favor, así Chad no me reconoce y deja de estar encima de mí. Si antes ya era molesto, ahora es insoportable.
— ¿Por qué?
— Está paranoico y dice que vendrán por nosotras después. Ya hemos peleado cinco veces esta mañana, y si se cruza otra vez frente a mí, en estado cavernícola, te juro que no me contengo y lo pateo en las bolas.
— ¿Estado cavernícola? — Rio un poco y ella asiente.
— Cuando se pone a romper cosas, golpear y a gritar.
— Chad es muy sexy en estado cavernícola. — Thomas sonríe con malicia y yo rio a carcajadas mientras que Cassie comienza a hacer arcadas.
— Veamos si lo sigues encontrando sexy una vez entres después de él al baño, no es sexy el olor que sale de su culo.
Sigo riendo y Thomas la reta con la mirada cruzándose de brazos.
— Yo dije en estado cavernícola, no en estado cagón.
— Ya pero es que en estado cavernícola igual va al baño.
Siguen hablando un buen rato sobre el olor que deja Chad después de ir al baño y miro mi móvil sintiendo una punzada en el pecho.
Cass sale del cuarto y Thomas se inclina hacia mi móvil.
— ¿Es Tania? — Asiento. — Solo tú puedes tener la buena suerte de salir con las dos mujeres más sexys de San Francisco. ¿No contestaras?
— No lo sé, ¿Debería terminar con ella si siento algo por Hanna?
— No, con Tani tienes algo bueno, yo qué tu no hago nada hasta aclarar las cosas con Hanna. Ahora no seas cobarde y contéstale a tu novia. — Contesta la llamada y sale corriendo del cuarto.
Suspiró profundamente y me llevó el móvil al oído mirando el piano de Hanna.
"— Te amo, Hanna Morgan.
— ¡Adrien! Yo igual."
— Hey... ¿Cómo están todos allá? — Su tono preocupado me hace imaginarla.
— Igual que ayer, seguimos sin saber nada y esta mañana Sasha se fue. Su padre está desesperado, debe ser horrible lo que pasa por su mente.
— Ya me imagino, ¿Y Thom y tú? ¿Cómo están? ¿Ya saben cuándo volverán a San Francisco?
— Si no sueltan a Hanna mañana, volveremos pasado mañana.
— ¿Y si la sueltan?
— Volvemos con ella. — La escucho suspirar aliviada.
— He rezado tanto por ella, yo... yo no sé qué haría si Hanna nunca vuelve, es mi mejor amiga y la amo mucho. — Su voz se rompe y comienza a sollozar. Me destroza el corazón escucharla así.
— Hanna estará bien, mi amor. Es Hanna, ¿Si? No debes preocuparte. No llores nena, no me gusta que llores. — Susurro.
— Es que enserio quiero que esté bien. — Suspira y la escucho sorber su nariz.
Uno de los guardias se para frente a la entrada y me levanto.
— Lo estará. Debo irme, ¿Qué harás a la tarde?
— Marco quiere que lo lleve al Golden Gate.
— Mmm sales mucho con ese tal Marco, me voy a poner celoso. — Sonrió ligeramente al ver que la hago reír.
— Solo es un amigo. Adiós Adri, te quiero.
— Yo igual, Tani.
Cuelgo y guardó mi móvil mirando al guardia.
»— ¿Sucedió algo, James?
— Hay una video llamada en espera de Artemio, exige la presencia de toda la familia.
Asiento y lo sigo, entramos a la oficina de Ian y miro fijamente la gran pantalla. Derek al verme entrar, acepta la llamada al mismo tiempo que le dice a He que la rastree.
Se demora en cargar y alguien comienza a apretarme un brazo. Miro y se trata de la menor de Los Morgan que mira mordiéndose las uñas, la pantalla. Alguien toma mi otro brazo y espero encontrarme con una de las gemelas, reprimo la risa al ver a Thomas.
La pantalla cambia y se ve un sofá negro con una pared celeste. Nada que indique el lugar de donde graban. Uno a uno los hombres se sientan y luego un cuerpo femenino con un vestido rojo se sienta entre ellos.
— Lauralei... — Su padre la mira asustado y ella sacude su mano hacia la cámara.
Físicamente se ve bien, no hay signos de que la hayan maltratado y en su brazo lleva una venda que nos da a saber qué le curaron la herida. Sin embargo, noto que algo va mal en la forma que sonríe y mira a través de la pantalla.
Artemio en un pulcro traje blanco, rodea sus hombros ganándose un codazo por parte de la rubia. Él la mira fijamente unos segundos, le susurra algo y vuelve a repetir su acción, ella lo deja mirando sus manos.
¿Qué te están haciendo Hanna?
— Hola familia Morgan, y Derryl y Adrien... y chico que me llamó viejote. — Habla el hombre con una sonrisa.
»— Ayer me llegó un mensaje que no me gustó mucho. Después de años trabajando juntos, pides mi cabeza, Ian. No es algo muy agradable.
— Deja libre a Hanna y canceló la Poena Mortis.
— Disculpa, no entiendo. — Acerca a Hanna a su cuerpo y ella mira incomoda la cámara. — ¿Está aquí contra su voluntad?
— ¡Si, no somos idiotas, así que la dejas libre, o alguien nos trae tu cabeza! — Chad habla apretando sus puños.
— Mi prometida está aquí voluntariamente, mírala. ¿Hanna quieres irte?
— No.
¿Qué?
— Dile a tu padre que cancele la Poena Mortis, Hannita. Vamos a casarnos mañana y no nos gustaría que alguien cortara mi cabeza en mitad de los votos. — El hombre ríe y Hanna aprieta los puños. — Dile.
— Papa... — Comienza y todos en la habitación se desesperan. Yo miro fijamente sus ojos celestes. Hanna alza ligeramente una de sus comisuras.
»— No canceles una mierda y haz que estos imbéciles paguen. No pienso casarme con ningún hijo de puta, estamos en...
Artemio le atraviesa el rostro con una cachetada y ella alza su mentón sin permitir que el golpe la humille.
— ¡Te lo ganaste perra de mierda! — La empuja al sofá donde los otros hombres la sujetan y ella grita que la dejen.
Todos vemos la escena en shock.
— ¡Suéltala! — Grita Ian.
El hombre se ríe bajándose la bragueta mientras Hanna de forma débil se defiende.
— ¡Es mi mujer, y ahora lo verán!
Alex comienza a sollozar a mi lado cubriéndose el rostro.
Nadie es capaz de ver la brutal escena. Derryl saca su arma y comienza a dispararle a la computadora haciendo que la imagen se vaya.
El ruido nos hace volver a todos y vemos al sicario descargar todo un cargador sobre la pobre computadora. Al terminar su respiración está acelerada y no satisfecho con lo que hizo, lanza el arma a la pantalla rompiéndola en el progreso.
— Yo mismo te traeré sus cabezas, Ian. — Habla calmado y sale de la oficina cerrando con fuerza la puerta.
— ¡Esos hijos de puta la están violando! — Grita Chad fuera de sí y comienza a desquitarse con él escritorio de su padre.
— ¡Están violando a Hanna! — Meghan se deja caer al suelo llorando a gritos.
— ¡No, no, no, no, no! — Henry se tira del cabello sentado en el suelo.
— ¿¡Cómo qué no pudiste rastrearla!? — Grita Derek a su móvil dando vueltas.
— ¡AHHH! — Cass comienza a patear el escritorio junto a Chad gritando en alemán un montón de insultos.
Ian sigue mirando la pantalla desconectado de todo el caos en la habitación.
Thomas mira fijamente el suelo y luego comienza a vomitar como si se le fuera la vida en ello.
Y yo creo que podría matar a alguien ahora mismo.
— ¡BASTA TODOS! — Alex se aparta de mi brazo y se sube al escritorio pisando las manos de sus hermanos para que dejen de romper cosas.
»— ¡Si perdemos la calma no logramos nada!
Todos dejan de gritar y se concentran en la castaña de ojos celestes.
— Si, Hanna está pasando cosas horribles, pero sigue viva, nuestra Hanna sigue viva. Y está en un lugar que conoce, por eso sabe la ubicación. Debemos pensar en eso ahora mismo.
— ¿Qué sugieres? ¿Qué busquemos en todas las propiedades de los cuatro?
Alex niega mirando a Derek.
— En las de Hanna.
— No tiene sentido que la llevaran a una de sus propiedades.
— Por esa razón la llevarían a una, todos buscarían en las propiedades de los cuatro, pero nadie en las de Hanna. ¡Así que todos se calman! Derek dile a He que haga una lista con las propiedades y que active las cámaras de seguridad para ver si alguna está siendo ocupada.
»— Chad y Henry, vuelvan a San Francisco, no se vio nada en el estacionamiento por qué no llegaron por tierra al Penthouse, consigan los registros de helicópteros que volaron el quince de Julio a las once de la noche.
»— Cass y Meg, ustedes me ayudaran a armar un patrón de los últimos lugares donde se reunieron los cuatro. Thomas deja de vomitar y concéntrate. Tu nos prepararas unos ricos tragos sin alcohol.
»— Y papá, tú tendrás que llevar la computadora con Diego para ver si pueden conseguir una grabación de la llamada. Es la evidencia que tenemos de qué Artemio y los otros la tienen.
— Derryl la destrozó, Alex. — Señaló y ella asiente.
— Pero solo el monitor, la caja está a salvo. — Señala a un lado el rectángulo de metal sin ni un rasguño. — Y tu Adrien, encárgate de que las aperturas de los ROMs sean exitosas, son el legado de Hanna.
Asiento y ella me sonríe.
Recuerdo que cuando le pregunté a Hanna por sus hermanos me dijo algo sobre Alex.
"Y luego está la pequeña Alex, ella... es... como decírtelo, si vieras todos los problemas que hay en esa casa... te sentirías muy orgulloso de lo que es esa niña."
Todos salen haciendo caso a la menor de Los Morgan y cuando estoy por cerrar la puerta, alcanzo a ver cómo su padre comienza a llorar y ella lo consuela.
Alex es una niña, pero su cabeza trabaja como la de una anciana sabia.