POV Lisa
En algún momento de mi vida llegue a sentirme sola y desolada. La primera vez fue cuando Taeyeon abandonó la ciudad y con ello, nuestra pequeña y conflictiva relación. La segunda vez, sucedió cuando Bambam se marchó de Bangkok.
Recuerdo claramente que me sentí demasiado mal, había perdido a mi hermano, a mi otra mitad, a la persona en quien más confiaba. Ese fue un golpe fuerte, sobre todo porque aún no podía superar a Taeyeon.
Pero en ninguno de esos días, cuando perdí a mi primer amor y a mi compañero de toda la vida, me había sentido tan destrozada como ahora.
Dos meses.
Dos maltidos meses habían pasado pero todo estaba tan fresco en mi mente. La imagen de Jennie sujeta al brazo de Bambam justo antes de irme. Justo antes de que me derrumbara.
Intente engañarme cada día que pasaba, diciéndome a mi misma que tal vez ella no había encontrado aún la carta. Para esta altura, ya lo consideraba un hecho.
Un doloroso y destrozante hecho.
La encontró y no me busco..
Eso dejaba en claro todo. No necesitaba siquiera adivinar, no necesitaba una respuesta directa suya, porque el simple hecho de que ella ni siquiera me llamara, lo dejaba sentado.
Ella no me ama..
Y posiblemente lo que creí ver como una química entre nosotras, no fue más que una cortina de humo. Jamás sintió lo mismo. Nunca me verá como yo a ella, porque ya tiene a alguien a su lado.
El primer mes, luego de aceptar que ella había encontrado la carta, fue una maldita tortura. Lloré cada noche, mirando el cuadro que ahora tenía pegado en la pared de mi cuarto. Ese mismo que me llevo a tenerla cerca, abrazarla y hasta dormir juntas.
Ese cuadro era el recuerdo perpetuo de aquello que pensé, sería recíproco y no.
No lo fue.
Nunca lo será.
Me enfoque en cuidar de mi padre y estar junto a ellos lo suficiente para olvidar un poco. Cada vez que miraba mi casa, recordaba los pocos días que estuvo aquí.
Jiyong se recuperó más rápido de lo que creí. Aún así no regrese. No tenía pensado hacerlo. Tenía planeado terminar este semestre por medio de Internet y pedir el pase para Tailandia el año entrante.
Y eso sería todo.
Mis padres se pondrían furiosos, lo anticipaba. Bambam estaría decepcionado por mi elección, lo entendería. Pero yo necesitaba estar lejos de Jennie. Aún con mis mejores ganas, no podría soportar verla ser felíz con la persona que fue mi hermano de corazón durante años.
No..
Hubo momentos en que desee llamarla, rendirme ante el inevitable hecho de que me había enamorado de ella.
Jamás lo hice.
También tuve esperanzas de escucharla durante mis llamadas con Bambam, las cuales alargaba sólo con la esperanza de oírla. Intercale los horarios creyendo que tal vez, durante esas horas ella estaría en otro lado.
Me rendí.
Las chicas me hablaban a menudo, a veces por chat, a veces por llamadas. Me resisití a preguntar por ella y sólo me conformaba escuchando los relatos de cada una, en los cuales ella parecía casi invisible.
Con Joy era distinto.
Ella estaba al tanto de mi estado actual, y de mi decisión de evitar Seúl hasta el momento. Si no estaba de acuerdo, jamás lo demostro. Se mantuvo a mi lado, aún a cientos de kilómetros de distancia. No hubo una noche que no hablaramos.
Fue mi pilar y mi pañuelo para esas noches pesadas.
Durante esos largos días fue cuando comencé a creer que efectivamente, el amor no era lo mío. Las únicas dos personas a quiénes realmente quería, no me correspondían de ningún modo.
Fue devastador.
La distancia no lo hizo más llevadero. No importaba cómo intentara escapar de mis sentimientos, de Jennie, de lo que pasamos juntas. Todo seguía allí. Ésta no era la solución pero con el correr de los días, no pude pensar en volver de nuevo a Seúl.
Por otro lado, Minnie supo que estaba de regreso, sospecho que fue Bambam quien se lo dijo, vino a casa seguido. Era incómodo al comienzo, después de nuestra última noche juntas.
Aquella en la que deje llevarme por sus deseos.
Luego se volvió más fácil, ella ayudaba a distraerme. Pasábamos algunas horas juntas, comencé a salir de noche otra vez. La idea de volver a mis viejos hábitos con los que escapaba de lo que me heria, se fue por el caño cuando la primera chica se acercó y un nudo terrible se formó en mi estómago.
Ella no era Jennie.
Nadie era Jennie.
No importaba cuánto lo intentará, nadie podría hacerme sentir así.
Como era de esperarse, el cumpleaños de Bambam se acercaba, considere ir, sólo me engañaba a mi misma creyendo que habría alguna posibilidad de que en su relación las cosas hubieran cambiado.
Fue entonces que mi tía Wendy llamó para preguntarme si podría ir, quise decir que sí, pero su siguiente frase me hizo tragar mis palabras: "Jennie nos ayudó con todo. Ella es muy dulce, se la ve realmente emocionada." Ni siquiera dude en decirles que no.
Ingenua por creer que algo podría ser diferente, esa noche termine llorando y maldiciendome por todo esto.
Fue durante una mañana que me levanté con una pesadez demasiado grande en mi cuerpo que supe debía parar esto. No podía continuar de esta manera.
Y pensé en algo.
Salí con mi bolso, la cámara vieja que tenía en mi estante - la misma de aquel día- y me tome la tarde recorriendo uno a uno, cada lugar en el que habíamos estado.
Recorrí esa biblioteca, mirando las copias de los libros que Jennie se había llevado aquel día. Jennie Ruby Jane Kim. El lugar donde conocí el nombre completo de mi perdición.
Y cada lugar, luego de eso tenía su nombre grabado en él. Cada parque por el cuál paseamos. Todo. Jennie Ruby Jane estaba en cada parte de todo Bangkok, de mi casa, de mi mente.
Subí a mi cuenta secundaria, cada una de esas fotos. Nadie sabría jamás que significaban, ni siquiera Joy. Porque nadie sabía que esos lugares le pertenecían a ella. Sólo yo y ella. Ese sería el único secreto que compartiriamos.
- Lisa, ¿Puedes levantarte?.- Me regaña mi madre.
- Es sábado y son las nueve ¡¿Por qué quieres levantarme?!.- Gruño con la cara pegada a mi almohada.
- ¡Lisa! Ya sabes que las fiestas están cerca.- Me dice abriendo la puerta de mi cuarto.
- Todavía faltan unos días.- Murmuró sin ánimos.- Podemos limpiar más tarde.- Sugiero.
- No, tus tíos vendrán el martes y quiero tener todo limpio.
Mi corazón se detiene.
Levanto la cara de la almohada y veo a mi madre cruzada de brazos esperando a que me mueva. Me sonríe divertida mientras yo la observó perpleja.
- Sorpresa, sorpresa.- Dice divertida.- Como el año pasado no pudieron venir, éste año lo pasaremos juntos.
No logró salir de mi aturdimiento. Mientras ella mira mi cuarto y levanta un par de blusas tiradas en el piso, yo me hago la pregunta que tanto temo escuchar responder.
Pero no hace falta.
Cuando está a punto de salir de mi habitación, con un sus brazos sosteniendo mis prendas. Gira sobre sus talones y me dice:
- No olvides de ordenar el cuarto de invitados. Jennie también vendrá..
POV Jennie
Mientras terminó de preparar mis maletas, observo de reojo mi movil. El correo que espere todo el año, aguarda en mi buzón y aún no me atrevo a abrirlo.
Escucho a Bambam rodar su maleta rumbo a las escaleras, veo su sombra alejarse en dirección contraria a mi cuarto y una punzada de inseguridad se extiende por mi cuerpo.
¿De verdad estoy a punto de hacer esto?
Sí.
Quizás sea mi última oportunidad. Ya no tengo nada más que perder, y necesito librarme de lo que siento, incluso si ya es tarde para hacer algo.
Entre las prendas de mi maleta, tengo la carta de Lisa guardada.
Mi corazón se acelera recordando los últimos sucesos de estos días. Tanto llanto, tantas disculpas, tanta revelación.
Tanto de todo.
Pero ella no está aquí y es lo que más me duele. Ya lo acepte. Ahora, tengo unas horas hasta pensar lo que haré con lo que siento.
Probablemente no deba pensarlo mucho, pero mis temores son demasiados. La inseguridad que jamás he sentido, está tan presente, tan arraigada a mis decisiones.
- ¿Estás lista?
Pregunta Bambam desde la puerta. Asiento en respuesta y cierro mi maleta. Tomo el móvil de mi cama y camino hacía las escaleras. Él intenta ayudarme pero lo apartó antes que pueda tomar la correa de mi equipaje.
Sus padres están afuera estacionados, Bambam cierra la puerta de la casa con llave y se asegura de dejar todo en orden. Mino me ayuda con mi equipaje y subo en los asientos traseros, saludando con amabilidad a Wendy.
- Supongo que te gustó Bangkok la primera vez, Jennie.- Dice Mino.- Te encantará durante las fiestas.- Observó de soslayo como Bambam, guarda silencio y se limita a mirar por la ventana.
- Estoy segura que si.
Durante el trayecto al aeropuerto, envío algunos mensajes a mis padres. Ellos se quedarán con mis abuelos en el interior. Aunque hubiera deseado compartir con ellos, esto es algo que debo hacerlo.
Tanteo con mis dedos los bordes de mi movil, mirando fijamente la notificación que aguarda en mi inicio.
Sólo hazlo..
Cuando quedan sólo unos minutos para llegar a nuestro destino, me decido por hacerlo y finalmente la abro.
El aire se escapa de mis pulmones en lo que avanzó en mi lectura. Mi mente se queda en blanco y mi boca esta seca mientras me confirmo a mi misma, lo que tanto estuve pensando.
Efectivamente.
La última vez que probablemente la vea..
No importa cuanto lo haya pensando, cuantos escenarios plantee en mi cabeza o cuantas veces me asegurará que podría con esto. Cuando salimos de la zona de descenso, con las maletas en mano entre los demás pasajeros, y la veo a lo lejos, mis piernas se debilitan y mi corazón frena de golpe su ritmo.
El aliento se me escapa y mis ojos se derriten con lo que tanto he esperado ver. Mis brazos se vuelven gelatina y siento que el efecto es mutuo, porque una vez cerca, ella no aparta los ojos de mi. Ni yo de los suyos.
La conexión está.
La respuesta está allí.
"Estimada señorita Kim.." Recuerdo.
- Hola..
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Dos capítulos más.
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Nos vemos en la próxima actualización!!
Love G.