CAPITULO 17.
Louis se inclinó para besarlo. Un beso intenso. A la misma vez Harry entreabrió un poco más su boca para poder sentir la lengua de Louis juguetear con la de suya. Oh Dios... todo esto empezaba a excitarle más. Se estremeció. Era mejor aún saber que estaba atado de manos y que sería él quién tendría el control. Un gemido salió de sus labios, entonces él decidió no perder más tiempo. Bajó sus bóxers suavemente, mirándole el rostro, aunque no podía ver sus ojos... se imaginaba que mirada le hubiera dado ahora mismo. Se mordió el labio. Se fijó en su miembro. Delicioso. Con un poco vello. Le dieron ganas de mordérselo. De juguetear con la punta un buen rato hasta dejarlo exhausto. El pene empezó a movérsele de la inimaginable excitación que sentía ahora. Joder, que enorme estaba...
Entonces se separó un poco de su, ahora caliente, cuerpo.
Harry puso una mueca en desacuerdo.
- Espérame belleza... - le indicó él. Se estiró hasta la mesita de noche, donde estaba la curiosa bolsa que había traído hace un rato. La abrió y sacó un frasquito mediano. – te va a gustar...
- Todo lo que tú haces me gusta. – susurró él. Necesitaba ver al menos un poco en que se estaba metiendo. ¿Qué era lo siguiente que él haría con su cuerpo? No lo sabía. No lo podía ni siquiera percibir. Aunque de pronto, Louis subió su bonita camiseta hasta tocar sus tetillas rosadas. Sintió un fino y helado líquido recorrerle el abdomen. Olfateo un poco hasta sentir que esa sustancia deliciosa también le tocaba la garganta ahora y poco después, los labios.
Mnh...chocolate. Harry intentó relamerse los labios, pero al intentarlo, se topó con él.
- Déjame a mí... - le pidió. Entonces bajó hasta el abdomen de el, donde había empezado a esparcir suavemente el chocolate. Su lengua invadió por completo su cuerpo. Pasándolo. De una y miles maneras. Sin dejar rastro de ese exquisito dulce.
- Ah... Mhn, sí... - gimió Harry. La tibia lengua de Louis se posicionó sobre sus tetillas, se las besó primero, cada una... para luego llevarse a la boca a una de ellas. Un caramelo jodidamente delicioso. Sus blancos dientes accedieron a morderlo. - ¡ah! – un espasmo recorrió su cuerpo.
- Mierda... sabes tan bien- murmuró él. No podía más con su maldita erección. Tenía unas brutales ganas por meterse en su cuerpo, hundirse en él con todas las fuerzas posibles. Harry siempre lograba hacerle perder el sentido. La misma noción. El pene empezó a latirle con fuerza. Aguanta un poco.
- Sigue... - le ordenó el. Él notó que aún quedaba un poco de chocolate en su bonita boca. Pronto aplastó su cuerpo. Haciendo la mejor conexión del mundo. Las piernas de Harry le rodearon la espalda, bridándole una humedad gracias al sudor entre ambos. Estaba muy excitado por las inmensas ganas de tenerlo follandolo de nuevo. Louis le besó la boca, comiéndose el poco chocolate que quedaba en la comisura de sus labios. – Quiero más... - le dijo él entre murmullos. Más parecidos a gemidos. Un sonido ronco. Lleno de lujuria. Louis intentó mirarlo. Pero no pudo encontrar sus ojos, definitivamente le hacían tanta falta ahora mismo.
- No puedo más... - le confesó él. – joder... me tienes tan empalmado.
- ¿No hay más que deba probar? – preguntó el. Inquieto.
Tratando de jugar un poco más. Una sonrisa le adornó el rostro. Louis bajó la mirada, no podía con aquella humedad proveniente del cuerpo y de la punta del miembro de Harry que le rozaba el pene. Era demasiado para un solo hombre. Ninguno se hubiera tardado tanto en follarlo como él, cualquier otro se hubiera vuelto loco con tan solo verlo desnudo.
¿Probar? Mnh... entonces se le ocurrió una idea.