The first snow (Chanbaek/Baek...

By bemyshine1d

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Chanyeol era una chico normal y estudiante promedio, que vivía una vida tranquila en la secundaria, hasta el... More

Principio y final.

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By bemyshine1d

Todo comenzó el último día de clases, cuando mi mejor amigo Yifan esperaba por la chica que le gustaba: Victoria Song, y cuando de repente mi piel se erizó, al sentir como unos ojos estaban pegados a mí, siguiéndome... yo busqué a aquella persona que lo hacía y me sorprendí al toparme con... nada, solo unos chicos que platicaban en el pasillo. Sin embargo, si pude visualizar como Victoria salía de su salón, junto con una de sus compañeras de clases. La verdad ella no era fea, era linda pero nada como para exagerar. Me di la vuelta y me aleje de allí, no quería estar de sobra.

Decidí ir a las escaleras para esperarlo, y mientras me encaminaba a ellas choque con un chico; pequeño y de contextura fina, casi como una chica. Él se encontraba con otro estudiante, el cual era de mi estatura y algo atemorizante. Incliné mi cabeza en modo de disculpa y el pequeño solo me miró minucioso. Yo continúe con camino algo incomodo, ya que aquello había sido un tanto extraño.

Solo me senté en las escaleras esperando a Yifan, aunque para mi suerte no fue por mucho tiempo.

-Vamos a buscar nuestras cosas. —me dijo, subiendo las escaleras con rapidez. Fruncí el ceño.

-¿Te dio su número? —inquirí. El solo me miró y sonrió de medio lado, mostrando picardía.

-¿Tu qué crees? —ambos sonreímos, el siempre conseguía lo que quería— Vamos. —insistió y yo lo seguí hasta el salón. Allí tomamos nuestros bolsos pero note que algo faltaba... —. ¿Qué pasa?

-Mi teléfono no está. —dije revolcando todas mis cosas, comenzando a desesperarme.

-¿Quieres que te llame? —yo asentí y él llamo, pero no logramos escuchar nada—. Lo volveré a hacer.

-Vale, buscare en la biblioteca allí es donde estuvimos la última vez —fue lo último que dije antes de irme prácticamente volando hacia la biblioteca, asustado. Yo no podía perder el teléfono, tenia muchas cosas importantes guardadas... cosas que no deberían ser vistas por otros. Segundos después sentí como todo mi cuerpo se relajaba al escuchar la canción que tenia de tono. Me guié por el sonido y visualicé mi teléfono arriba de una hilera de libros, aun seguía sonando, así que atendí—. Ya lo encontré, gracias. —solté en un suspiro de alivio.

-Me alegra. —habló una voz y definitivamente no era la de Yifan ya que esta era un poco más aguda. Mi cuerpo se tensó, ¿alguien me estaba jugando una broma?

-¿Quién es?

-Es un secreto —solo eso dijeron—. Nos vemos, Chanyeol. —colgó, dejándome con intriga.

Yo solo me dispuse a registrar todo; imágenes, música, mensajes, contactos... y todo estaba normal, exceptuando las dos últimas cosas debido a que habían sido borradas. Gruñí por lo bajo y cabreado remarqué el numero que me había llamado. Rápidamente atendió.

- ¿Qué? —dijo en un tono que simplemente no puedo explicar pero me gusto... ¿Era una chica?

-Soy el dueño del teléfono que encontraste. —la persona en la otra línea carcajeó, definitivamente era una chica, su voz era tan... sutil.

-Lo sé, guarde tu número.

-¿Por qué borraste mis contactos y mensajes? —solté sin preámbulos, aun cabreado

-¿Perder tus números te molesta tanto? —preguntó—. Si una persona realmente quiere hablarte, entonces te llamará.

~

Ese día Yifan me envió un mensaje: "¿Ya tienes tu teléfono?" y le respondí: "Lo tengo". No nos íbamos juntos, por eso no había hablado con él desde lo sucedido en la biblioteca.

También, ese mismo día en la noche recibí una llamada, la cual me despertó.

-¿Hola? —dije adormilado y con desgana al atender.

-Soy yo. —dijeron... y si, era la chica de antes.

-¿Qué quieres? —mi voz no fue nada agradable, ¿Por qué llamaba a esas horas de la noche?

-¿Estabas dormido? Tu voz adormilada es bonita. —fruncí el ceño ante sus palabras, ¿Por qué la niñas eran tan cursis?

-Estoy despierto.

-¿Mi numero es el primero de tu lista? —preguntó y mi sangre hirvió, ¿me llamaba para esas pendejadas?

-No. —grazné para luego colgar y volver a dormirme.

Desde ese momento, las llamadas comenzaron...

18 de julio.

-¿Cuál es el motivo para llamarme todos los días? —inquirí fastidiado, y la delicada carcajada de la chica inundo mis oídos al mi mama decirme que me moviera, estaba limpiando.

-Muévete, dice que estas en su camino. —se burló.

-¿No tienes otros amigos? Deja de llamarme.

-Está bien, ¿no? —pude sentir como sonreía—. Somos amigos, ¿cierto?

-Entonces dime tu nombre y dime en que clase estas. —le pedí de mala gana.

-Ah, empiezas a interesarte en mí —canturreó—. Mi nombre es... ¡Secreto! —dijo para luego carcajear, yo solo gruñí y colgué.

25 de julio.

-¿Cómo son tus cejas? —le pregunté, tendría que saber de alguna manera quien era y empezaría con dibujar lo que me describiera.

-Finas. —contestó y las tracé.

-¿Tu boca?

-Labios sexys. —también los tracé, y me gustaba... una chica de labios sexys. Oh, sí.

-¿Qué tal eres en tu interior?

-¿Interior? Soy una persona amable —respondió—. Te ayude a encontrar tu teléfono, ¿no? —solo reí.

31 de julio.

-¿Qué más te gusta? —me preguntó.

-El futbol y... uhm... la nieve —pude escuchar su suspiró—. ¿A ti?

08 de agosto.

-¿Lo sabías? Hay fantasmas en el laboratorio de biología. —me dijo.

-¿También crees en eso? —no pude evitar carcajear—. Eres muy linda. —dije entre risas, aquello me había parecido tierno. Sin embargo ella se quedó callada, algo extraño ya que usualmente no paraba de hablar—. Ah, ¿te enfadaste? —le pregunte y tras unos largos segundos mantuvo silencio.

-Para nada.

-¿Entonces porque te callaste de repente?

-Por nada.

14 de agosto.

-Es injusto que sepas tanto de mí. —me quejé, sintiéndome frustrado por no saber quién es.

-No es injusto. —canturreó... su voz sí que me gustaba.

-¿Qué tal una pista?

20 de agosto.

-¿Qué estoy haciendo ahora? Ejercicios de cuerpo. —respondió y no pude evitar imaginarla haciéndolos.

-¿Tu cuerpo es suave? —inquirí con extraña curiosidad.

-Es duro, ¿Por qué? —su respuesta fue casi que automática.

-Nada. —contesté y ella comenzó a reír.

26 de agosto.

-¿Te gusta? —me preguntó al terminar la canción que me estaba tocando. Era hermosa.

-Sí, no está mal. —dije fingiendo desinterés. Al fondo escuche unos murmullos.

-Me gritaron. —murmuró.

-Entonces, hablamos luego.

-No, no voy a colgar. —me dijo y sonreí.

-¿Podemos encontrarnos cuando el nuevo semestre comience? —sugerí, deseando un si por respuesta.

En esos dos meses me había muerto de ganas por saber de quién se trataba y lo raro era... que me gustaba todo ese misterio, aunque a veces fuera frustrante.

-¿Quieres encontrarte conmigo? —en su voz abundaba picardía.

-Solo quiero saber quién eres —nuevamente fingí desinterés y no recibí ninguna respuesta, pero ella estaba allí, podía sentir su respiración—. Mira el cielo. —le pedí.

-Ah, ya es de día —exclamó en voz baja y yo reí. De nuevo, solo hubo silencio—. Ve a la piscina antes de la graduación de los de último año. —habló después de unos segundos y mi sonrisa se desvaneció debido a la sorpresa que me dieron sus palabras—. Aunque sea un día antes, celebrémoslo.

~

Dos días habían transcurrido y había llegado el día en que finalmente la conocería. Mentiría si dijera que no estaba emocionado al respecto, ya que todo el verano estuve imaginando aquel momento y mis expectativas eran gigantes.

Me encontraba de pie al lado de la piscina que estaba en la azotea de la secundaria, esperando a mi amor de verano. ¿Era muy cursi llamarla así? No me importaba, solo me importaba conocerla, y supe que el momento llegaría al sentir unos pasos detrás de mí. ¡Dios, si que estaba nervioso!

Sin embargo, cuando voltee mi cabeza un poco solo se trataba de un chico, el cual me miraba fijamente. Lo mire por encima del hombro e incomodo comencé a alejarme.

-Chanyeol. —me llamó y toda mi mente se puso en blanco. Me volví para mirarlo y este se acercó.

-Mi nombre es Byun Baekhyun. —dijo sonriendo y yo bufé. Tenía que ser una broma.

-No puede ser. No eres la persona del teléfono —aquello me lo dije a mí mismo.

El solo levantó su teléfono, tecleó algo y segundos después mi teléfono sonó. Mis ojos se abrieron como platos y sentí como el mundo se reía de mí. No podía ser un chico—.

-No sé lo que pretendas, pero no soy una marica. —escupí bastamente, y me fui de allí sin antes dedicarle una mirada despreciable.

Más tarde ese mismo día, hable con Yifan quien me pregunto sobre quien resultó ser la persona, le dije quien era y solo se sorprendió debido a que este era amigo de Tao, un chico que conoció en sus clases de artes marciales y también estaba en la misma clase que Victoria. Yo aproveché y le pregunte por la mencionada y el solo me dijo: "Ella solo me habla de ti". Decidí ignorarlo ya que lo menos que deseaba era problemas con mi mejor amigo.

Aquel día comenzó a llover y por suerte mi madre me había guardado un paraguas pequeño en el bolso. "Siempre hay que estar preparado" aquel era su lema. Me dirigí hasta la estación de bus, deseaba llegar a casa lo más pronto posible para poder descansar y tratar de olvidar lo ocurrido en el día. No obstante, aquello al parecer me perseguía porque al mirar hacia mi derecha lo vi; bajo la lluvia y sin paraguas, por esto utilizaba su bolso para cubrirse la cabeza. Me sentí mal al verlo, y el recordar cómo le había hablado anteriormente me hizo sentí peor.

Lo observé... y al verlo tan pequeño, tembloroso y frágil, quise hacer algo por el. Así que sigilosamente me acerque y este se sorprendió al notar que la lluvia había parado, pero no se comparó al asombro que mostró al ver que se trataba de mi, cubriéndolo con mi paraguas.

-¿Qué haces? —preguntó, por lo que note: sonrojado. Sonreí—. ¿No me tienes asco?

-Me agradas —le dije y se sorprendió aun más—. Hablamos todo el verano, ¿no? —el bufó como respuesta—. Seamos amigos.

-Yo solo te agrade porque pensaste que era una chica. —escupió con un poco de enojo. Y si, era cierto pero yo estaba consciente de que él no tenía la culpa, yo fui quien se hizo ilusiones... yo fui quien supuso que era una chica –aunque si dejaba crecer su cabello lograría pasar como una–.

-Chica o no, aquella persona me agrado —reconocí y él se acurruco con su cuerpo, ocultando su rostro—... Y resultaste siendo tú.

~

Desde aquel día Baekhyun y yo nos hicimos amigos y esto no fue muy difícil ya que congeniábamos desde antes. Notablemente yo le gustaba, me lo demostraba por la forma en que me trataba pero yo no tenía esa clase de gustos, simplemente no era así. Aunque si le había ganado un gran cariño, el era de esa clase de persona con la que amas pasar el rato y hablar. También siempre estaba mucho a su cuidado, el era muy torpe y me hacía sentir que debía protegerlo.

Todo iba perfecto, hasta un día. En el viaje de la clase, antes de las vacaciones de invierno ocurrió algo extraño...

Yo compartía habitación con él, Yifan quería dormir con Tao ya que este tenía muchas pesadillas y por eso cambiamos. Ambos dormíamos en la misma cama y la noche estaba helada, el frío podía congelarte hasta debajo de un volcán... yo note él como Baekhyun temblaba debido a esto, reí al principio al verlo porque lucia como un chihuahua, pero luego tuve una idea.

-Baekhyun —lo llamé y el volteó rápidamente, aun tembloroso—, ¿tienes frió? —pregunté y su mirada no fue muy agradable. Por alguna razón sentí vergüenza por lo que le iba a decir—. Acércate. —le indiqué—. Tal vez... si dormimos cerca... no sentirás tanto frió. —termine de decir y me sentí como un idiota. Sin embargo el cedió y se acerco a mi... mucho, y sentí como mis mejillas se acaloraban por su cercanía... ¿Qué coño sucedía conmigo? Pero simplemente no podía evitarlo y al tiempo note el como mi idea surgía efecto, ya yo me encontraba acalorado... de la vergüenza.

Lo vi sonreír cómodamente y en mi mente los recuerdos brotaron; Baekhyun y yo jugando, Baekhyun y yo cantando, Baekhyun y yo bromeando, Baekhyun y yo riendo, Baekhyun y yo... juntos.

Nuevamente sentí mis mejillas arder y un sentimiento desconocido vino a mí. ¿Qué mierdas es esto? ¡Maldita sea, no! Todo mi ser estaba en contra de mi, hasta mis pensamientos me confundían aun mas, eran como bofetadas que tal vez no se detendrían nunca, aunque lo hicieron... al sentir como el brazo de Baekhyun se deslizaba por mi cintura y se aferraba a ella. Mi cuerpo se estremeció y por un mil demonios, aunque quise no pude controlarme... tuve que abrazarlo de vuelta.

~

Tiempo había transcurrido, el invierno ya había llegado y todas las calles, casas, arboles y autos estaban cubiertos de nieve. Como me encantaba esa época, sinceramente era la mejor para mi, todo estaba repleto de nieve y yo la adoraba. Yifan, Tao, Baekhyun y yo iríamos a jugar con esta, pero al parecer Tao y Yifan saldrían aparte... extraño, y debido a esto el único que me acompañaba era Baekhyun. Las cosas con el habían estado extrañas, o más bien yo las hacia extrañas ya que aquellas cosas que comencé a hacer, como: darle de comer, entrelazar mis brazos con los de él al caminar, adularlo de vez en cuando, e incluso llegue a sentir aquel sentimiento desconocido que sentí el día del viaje.

Todo lo sentía completamente extraño, ese no era yo, sinceramente no lo era, pero... ¿Por qué me sentía de esa manera y en especial con él?

Era de noche y nos hallábamos sentados en una banca situada en el parque central, ahora completamente cubierto por la blanca nieve. Nos levantamos y comenzamos a ver los alrededores; los grandes pinos. Baekhyun se detuvo ya que la nieve en su cabello le molestaba, yo me acerque a él y suavemente comencé a retirarlas. (https://www.youtube.com/watch?v=9rCv5UuFwN4)

-Chanyeol. —dijo apenas audible.

-Dime. —hablé aun cerca de él, quitando los copos de nieve de su cabello. Y segundos después sus labios articularon claramente una pregunta, la que nunca pensé que él me haría...

-¿Yo te gusto? —me detuve en seco y mi cuerpo se tensó al 100%. Me separe de él y lo mire minuciosamente; jugaba con sus dedos y estaba cabizbajo: Apenado.

-¿Qué dices, Baek? —traté de reír, al mismo tiempo que rascaba mi nuca.

-Has estado actuando muy extraño desde el viaje —dime algo que no sepa—...me has dejado acercarme a ti... tú te has acercado a mi... —murmuró y por alguna extraña razón sentí mi pulso acelerarse—. Has hecho cosas que pensé que nunca harías, como lo que estabas haciendo hace unos segundos.

-Eres mi amigo, claro que haría cosas así. —me excusé, porque al parecer eso era.

-No —masculló y vi sus ojos brillar, pero solo eran las lágrimas que amenazan con salir—. ¡Los amigos no hacen eso!, ¡los amigos no duermen abrazados!, ¡los amigos no se sonríen como tú a mí! —exclamó y yo solo lo miré—. Chanyeol... —su voz se quebró y una lagrima se deslizo por su mejilla, trayendo muchas más consigo— Yo te gusto. —afirmó, provocándome una sensación extraña que recorrió mi cuerpo de pies a cabeza—. Admítelo.

-¡No! —grité después de unos segundos—. No por el hecho de que sea bueno contigo, de que te trate bien significa que tenga sentimientos amorosos hacia ti, Baekhyun. —dije y pude escuchar su sollozó, el cual rompió mi corazón, pero no... yo no podía—. Yo te dije que no me gustaban los chicos, ¿tengo que repetirlo? —bramé. El solo lloraba, cabizbajo.

-¿Por qué no dejas de mentirte, ah? —contraatacó, subiendo la mirada y apartando las lagrimas con su mano—. ¿Por qué no te quitas la venda de los ojos y ves la realidad? —me dijo, acercándose a mí y pude ver como las lagrimas volvían a invadir sus ojos.

-No tengo ninguna venda. No me gustas. —solté, firmemente y lo único que pude escuchar luego fue su llanto, aquel doloroso y maldito llanto que me hizo sentir como la peor persona del mundo. Me dolía verlo así; frágil..., roto. Y todo por mi culpa.

-Chanye... —trató de decir y sentí como sus manos reaccionaban, queriendo alejarme de él... pero no, ya era muy tarde, mis brazos no lo dejarían ir y mis labios no se despegarían de los suyos.

Mis ojos estaban abiertos, los de él igual. Yo deseaba ver su expresión y el solo me miraba pasmado, al mismo tiempo que trataba de apartarme. Yo seguí en lo mío, movía mis labios con cuidado como si los de Baekhyun fueran la cosa más delicada de mundo, como si fueran algo que estaba a punto romperse, y luego vi como sus ojos se cerraban por si solos, dándome la respuesta que yo tanto añoraba en ese momento. Cerré los ojos al instante y me deje llevar por aquella sensación que traían mis labios y los suyos, juntos. No hay palabras que puedan describir lo que sentía en aquel momento, era tan extraño y desconocido para mí.

Mi corazón se detuvo cuando su lengua rozo la mía y el beso se profundizo dándome a entender que aquello realmente estaba pasando. ¿Qué estaba sucediendome?

~

Las clases se acercaban, tan solo quedaban unas semanas de vacaciones y yo aun no había podido hablar con Baekhyun. Desde aquella vez ninguno había dicho ni una sola palabra al otro, y yo... yo no tenía nada que decir ya que no sabía qué rayos había pasado conmigo en ese momento, tampoco sabía porque lo había hecho, yo solo... lo hice. ¿Acaso sentía algo por él? No, no, seguro era porque había pasado bastante tiempo desde la última vez que bese a alguien y el es bastante afeminado... solo era una necesidad, ¿no?

Mentiría si dijera que no lo extrañaba, su presencia era algo usual en mi vida, ya no lo era y me sentía tan vació, como si una parte de mí ya no estuviese. Y de un momento a otro mi completa actitud de chico sombrío cambio al mi teléfono vibrar, al ver de qué se trataba de él..."En el parque central, ya". Eso decía el mensaje y yo prácticamente volé hacia el lugar para encontrarme con Baekhyun, llegando literalmente 5 minutos después al parque, el cual estaba exactamente como antes... como aquel día, exceptuando que la nieve era más escasa, pero el sentimiento que esta me daba seguía siendo el mismo.

-¿Por qué me besaste? —inquirió inmediatamente al verme y tenerme en frente. Yo siempre supe que el seria quien rompería el silencio, pero no con aquella pregunta. "Porque te gusta."

-Porque quise. —sí, esa estupidez fue mi respuesta. El carcajeo, sarcástico.

-Nadie besa de esa manera solo porque quiso. —dijo, buscando mi mirada. "No, te gusta."

-Yo sí. —conteste casi automático. Note el como sus manos se convertían en puños y las apretaba.

-No mientas —musitó mientras mordía levemente su labio, reprimiendo las lagrimas casi visibles—. Tiene que haber una razón. —volvió a musitar. "Te gusta, esa es la razón."

-Estabas llorando, no te callabas... esa es la razón. —mis palabras eran duras y aquellas no las decía yo porque simplemente no era lo que de verdad sentía. No puedo expresar el intenso dolor que mi corazón sintió al verlo romper en llanto frente a mí y nuevamente era mi culpa.

-¿Por qué es tan difícil para ti admitirlo?

-¿Por qué te tuviste que fijar en mi? —le pregunté, tratando de culparlo—. ¿Por qué ahora me estas cuestionando con esas estúpidas preguntas? Yo no soy como tú... —lo ultimó lo susurré, tal vez intentaba convencerme a mí mismo.

-¿Quieres que me vaya?, ¿eso quieres?, ¿qué me vaya para que al fin abras los ojos? —habló con firmeza. "No."

-¿Qué?, ¿piensas que si te vas yo comenzare a extrañarte e iré a buscarte? —aún no sé como esas palabras pudieron salir de mi boca—. Está bien, vete. Si eso es lo necesario para que te saques esa estúpida idea de que me gustas, entonces vete. —le dije y mi corazón se rompió al verlo derrumbarse frente a mí, llorando desconsoladamente, aferrando sus delicadas manos en la tierra y yo solo escuchaba sus sollozos, aquellos que me hicieron sentir como lo que era... una mierda. "¿Cuándo aprenderás, Chanyeol?".

Yo me aleje de allí, no podía observar aquella escena una vez más, simplemente no podía.

~

Primer día de clases después de las vacaciones de invierno y nada era normal, todo ahora era tan opaco para mí. No había sabido de Baekhyun desde hace casi un mes y se con certeza de que su ausencia era la causa de cómo me sentía; solo y como una total porquería. No me atreví a preguntarle a Tao si sabía de él, me daba vergüenza ya que seguro Baekhyun le había contado sobre lo ocurrido. Sin embargo ya todo sería diferente, yo lo vería y le pediría disculpas. Me encargaría de que todo mejorara.

-¿Dónde está Baekhyun? —les pregunte a Yifan y a Tao, quienes estaban conmigo.

-No lo sé —me respondió Tao—. Yo lo vi hace como cinco minutos en la dirección, búscalo allí. —sus palabras me dieron esperanza, aun seguía en la secundaria.

-¡Gracias! —exclamé para luego guiñarle el ojo e irme a la dirección. Al llegar no lo vi—. Eh, disculpe. —le hable al director, quien inmediatamente dirigió su mirada a mi—. ¿Byun Baekhyun estaba aquí?

-Sí, hace un minuto. —contestó.

-Perfecto, lo buscaré. —dije a punto de correr antes de que la voz del director me detuviera.

-El joven se fue.

-No importa, lo veré mañana. —estaba a punto de cruzar la puerta cuando nuevamente la voz del director me detuvo.

-No, quiero decir... el señor Byun Baekhyun dejó la institución —me dijo y mis ojos se expandieron hasta más no poder—. Justamente acaban de hacer el papeleo para...

Pero yo no lo deje terminar al ver por la ventana como Baekhyun se subía a un auto, provocando que mis pies se movieran involuntariamente, saliendo de la dirección a la velocidad de la luz. Corrí tan rápido que literalmente vi todo comprimir mi visión, ahora ya nublada. No me importó nada, chocar con las personas o con profesores, nada en el momento me importaba, solo alcanzarlo.

Sin embargo, ya era muy tarde porque cuando llegue a la entrada los motores del auto retumbaron.

-¡Baekhyun! —grité su nombre en mi inútil intento por detener el auto—. No te vayas. Por favor, no te vayas. —le supliqué mientras sentía como mi rostro era invadido por lágrimas, y vi como Baekhyun me observaba desde la ventana trasera, pero su rostro fue alejándose a medida que el carro seguía el camino—. Baekhyun. —grité, pero la voz no lograba salir de mi garganta. Ya era muy tarde, ya se había ido. Baekhyun se había ido. (https://www.youtube.com/watch?v=Gg5tAi5vxXs)

Me desplomé en el suelo, cayendo sobre mis rodillas y lloré, empuñándome el pecho en donde mi corazón dolía, susurrando su nombre. Sentí como alguien tocaba levemente mi hombro, y ahí fue cuando volví a la realidad. Levante el rostro débilmente encontrándome con el director quien solo me extendió su mano con un sobre que tenía mi nombre, y yo reconocía esa caligrafía... era de él. Las lágrimas cayeron por mis mejillas y el sobre temblaba por la manera en que lo sostenía. Apreté los ojos con fuerza, deseando que todo esto fuera un sueño, que él no se había ido, pero al abrirlos todo seguía igual y solo llore aun más. Era un momento tan desgarrador y doloroso que sentí como mi piel se desvanecía. ¿Por qué lloraba?, ¿Por qué me sentía roto?, ¿Por qué ya lo extrañaba?

Empecé a caminar para alejarme de todo y luego corrí, corrí tan rápido que no pude creer que mis piernas aun estuvieran pegadas a mi cuerpo, y en una descarga de adrenalina cruce la calle justo cuando los autos pasaban por esta. Nunca me detuve y corrí hasta llegar a su casa y ver... nada, todo estaba solo.

Recordé lo que le había dicho la última vez que hablamos: "Está bien, vete. Si eso es lo necesario para que te saques esa estúpida idea de que me gustas, entonces vete". Y nuevamente sentí como todo a mi alrededor se derrumbaba, el ya no estaba y todo había sido por mi culpa.

Me senté en las acera, llorando como un estúpido.

-¿Por qué? Baekhyun... —sollocé y note que aun sostenía la carta. Tome todo el coraje que pude y la abrí, para luego leerla en voz alta, imaginándome su voz en lugar de la mía—:

"Chanyeol, cuando leas esta carta tal vez ya yo esté muy lejos, o quizás no... como sea, quería contarte una pequeña historia. Voltea la hoja. —lo hice y de nuevo leí en voz alta—: "Había una vez un chico, el era sociable, extrovertido y sobre todo muy feliz. Un día aquel chico se encontraba en el pasillo de la secundaria donde estudiaba y a lo lejos pudo observar a una persona, la cual le pareció fascinante a simple vista, aquella persona logro tener la atención del chico inmediatamente... Ese mismo día, el chico encontró un teléfono y da la casualidad que le pertenecía a la persona que había visto en el pasillo, el chico estaba extremadamente feliz, tenía que ser el destino, ¿no?... El tiempo pasó y el chico hablaba con la persona, por suerte se llevaban bien, pero la persona no sabía quién era el chico, él tenia vergüenza de decir quién era... tenía miedo a su rechazo. De todas maneras él aceptó verse con la persona, estaba cansado del secreto, solo quería que la persona supiera quién era y así pasó... pero el chico fue rechazado y esto definitivamente lo dejó destruido. Sin embargo, el no se rendiría, insistiría... pero, ¿sabes? Aquello no fue necesario ya que la persona se le acercó y le sugirió ser amigos, ¿te imaginas lo feliz que se sintió el chico? Casi tocaba las nubes. —sonreí—. Al tiempo se hicieron amigos, muy cercanos, el chico sentía que lo tenía todo: la compañía de esa persona que se había vuelto tan importante para él, eso era lo que necesitaba. Un día durmió en sus brazos y se sintió tan seguro, tan cálido... en ese momento fue donde supo que la quería mas que a nada. La persona continúo siendo amorosa con él y para el chico no había mejor cosa. Otro día, en el invierno, en medio de una discusión, la persona beso al chico y el corazón de este latió hasta sentirlo explotar, estaba tan feliz que sinceramente nada podría arruinar su humor. Días pasaron y aunque el chico y la persona no se hablaban el chico estaba tan feliz, la persona lo hacía feliz, pero eso ya lo sabes, ¿no? —asentí como si en realidad estuviese hablando con el—. Ese día fue el peor día para el chico, la persona lo había tratado del asco, le había dicho que se fuera... aquel día el chico lloró en su cuarto hasta dormirse y tomo la decisión de irse, porque si la persona que el amaba lo quería, él lo iba a hacer, la amaba tan incondicionalmente que iba a irse solo porque ella se lo había pedido. Sin embargo, el chico no dejo de amar a la persona, ni por un segundo. Voltea la página. —nuevamente lo hice. Mi corazón dolía, las malditas lágrimas nublaban mi vista pero estas se deslizaron al leer lo último que decía la carta—: El chico soy yo, Chanyeol... tú eres la persona a quien ame, amo y seguiré amando. Adiós. Con mucho amor, Baekhyun.

Después de eso solo rompí en llanto repitiéndome una y otra vez:

-Maldición, Baek, yo... te amo.

~

Casi un año había transcurrido, el no había regresado, no lo haría y eso lo supe al regresar como un idiota a su casa desde que se fue y no verlo allí, ni un solo día... se había ido y por mi culpa. Perdí a la única persona que he amado y todo fue a causa de mí. Yo había hecho mi vida, aunque sea difícil de creer Victoria era mi novia desde hace ya casi 4 meses y aunque ella no era el... yo era feliz, o al menos hacia el intento de serlo. Estaba en mi último año, tenía que disfrutarlo al máximo y sabía que eso era lo que el querría; que yo fuera feliz. Aunque, sin él, aquello nunca era suficiente para mí. Si él no estaba, realmente nada importaba.

Era invierno, pero aun no nevaba y aquel día iba a tener una cita con Victoria. Me encontraba de nuevo en el parque central, en el cual comparto recuerdos con él y mirándolo ahora; era diferente.

Baekhyun y la nieve son lo que más me gusta. Reí con ironía ante mi pensamiento debido a que nuestro primer beso había sido bajo la nieve y en el mismo parque.

Mis ojos recorrieron el lugar en busca de mi novia pero no había rastro de ella y al volver mi vista hacia donde estaba, mi corazón se detuvo, incapaz de respirar. Sus ojos me atravesaron como un par de navajas. Sentía que era un sueño, tenía que ser un sueño. La persona que desapareció, dejándome hace tiempo atrás, ahora estaba frente a mí.

Quise retroceder. Quise gritar. Quise correr. Quise empujarlo. En lugar de eso, sentí como las lágrimas me avisaban su salida, nublándome la visión, pero inmediatamente las aparte para así poder continuar viendo a Baekhyun.

-Chanyeol. —mi nombre salió de sus labios, gritándome que no era un sueño, arrastrándome a la realidad. Yo abrí la boca, pero las palabras no lograban salir y sin previo aviso sus labios golpearon los míos, degustándose de ellos. Mi respuesta fue inmediata, el sonrió, al igual que yo. Sus brazos se entrelazaron en mi cuello haciendo el beso más profundo y los míos lo rodearon. Finalmente, sus labios y los míos de nuevo juntos, después de tanto tiempo. En aquel momento olvide todos los momentos en que mi corazón dolió y los momentos en que lloraba hasta dormirme.

Me separe un poco de sus labios para poder observarlo y si, era él, como siempre. Su respiración agitada chocaba con la mía, sonreímos al mismo tiempo y volví a sentir sus cálidos labios contra los míos. Me hizo sentir cosquillas en todo el cuerpo y supe que aquello era lo que se sentía estar enamorado. Las lágrimas aun caían, esta vez de felicidad. No quería que Baekhyun desapareciera de nuevo, no quería separarme de él de nuevo. Y por un momento hubo silencio... Pero no un silencio incomodo. Nos mirábamos fijo, era un momento que quería recordar para siempre, donde solo importábamos nosotros dos, juntos, nadie más.

-Chanyeol. —volví a escuchar mi nombre pero este no provino de su boca. Me volví inmediatamente y pude ver a Victoria con su mirada fija en mí. Estaba adolorida, se le notaba.

-Victoria, yo... —trate de hablar pero sus palabras callaron las mías.

-No importa —musitó, al borde de las lágrimas—... siempre supe que lo preferías a él. —sonrió con melancolía—. Yo solo lo ignore porque finalmente te tenia a mi lado y aunque fuese para olvidarle... estabas junto a mí. Si, fue egoísta... pero no me importaba. —finalmente comenzó a llorar—. Te declararía la guerra, ¿lo sabes? —se dirigió a Baekhyun y apartó las lagrimas—. Pero es obvio que a este punto voy a perder contra ti. Así que, solo sean felices. —dijo para luego alejarse a pasos lentos de allí. Me encontraba un poco aturdido ya que aquello había sido rápido e inesperado, y la vi mientras caminada, yo sabía que ella esperaba que la detuviese pero eso no iba a suceder y era lo mejor para ella, ya no se haría ilusiones conmigo, ya que yo solo quería estar con Baekhyun.

Dirigí mi mirada a él y era obvio, sentía lastima y culpabilidad por lo de Victoria, pero el solo tenía que darse cuenta que a pesar de todo, yo siempre lo elegiría a él. Camine a pasos lentos hacia él para envolverlo con mis brazos y estrecharlo fuertemente contra mí, el me correspondió y allí supe que ya todo estaba bien.

-¿Saldrías conmigo? —le pregunte al juntar mi frente con la suya y sonreír complacido al tenerlo cerca.

-Sí, cuida de mí. —respondió y sentí que ya todo en mi vida estaba en orden.

-Siempre —dije con voz apacible y la gran sonrisa que recibí como respuesta fue lo único que necesite para sentirme dichoso—. Te amo. —murmuré poniendo mi corazón en cada letra. Él tomo mi rostro, cerró los ojos y presiono sus labios contra los míos, mi piel reacciono al contacto, erizándose por completo. Pude percibir él como Baekhyun me daba las gracias a través de aquel beso, sin embargo yo, yo le estaba entregando mi corazón. Al fin estaría con la persona quien lo merece.

De la nada, algo rozo contra mi mejilla, rompiendo el beso y provocando que nuestras miradas se dirigieran hacia el cielo y sorprendernos por lo que ocurría: estaba nevando.

Baekhyun y la nieve son lo que más me gusta y ahora ambos estaban conmigo.

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