capítulo dos
Historia.
Olivo2904
YA HAN PASADO DIEZ AÑOS DESDE QUE ALYSSA SE HABÍA UNIDO AL MUNDO de los seres de la noche. Se había pasado desde que se unió a ese mundo, siendo una nómada, no se quedaba mucho tiempo en un lugar fijo y cuando salía de caza no llamaba la atención de los mortales que habitaban el lugar donde se encontrará.
En estos momentos se encontraba de caza en un pequeño poblado a las afueras de Londres. Aún podía recordar con lujo de detalles su primera caza.
/FLASHBACK/
Estaba escondida entre las sombras de la noche, esperando a que pasara la presa perfecta, aunque estaba rodeada de humanos y la sensación de escozor en su cuello aumentaba a cada momento. Ella estaba encontra de matar inocentes. Y lo vio ahí uno de los pueblerinos, había atacado a una hermosa joven pero ya no habia más nada que hacer la había matado. Ese era su presa perfecta:
<<Un violador con aires de asesino.>>
Ella podía ser cualquier cosa, menos un ser que mata inocentes para satisfacer su sed, antes preferiría morir de hambre. En cambio la escoria de los pueblos que se encontraban en su camino, eran una perfecta presa.
/Sin del FLASHBACK /
Salió de sus pensamientos cuando percibió el olor a sangre, siguió el rastro hasta que encontró a un grupo borracho de chicos golpeando y abusando sexualmente de una chica que rondaba alrededor de los diecisiete o dieciocho años. Al parecer dos de los chicos, uno era su prometido y el otro su hermanastro por como la chica los miraba y les suplicaba que pararan ya con su sufrimiento. La pobre chica estaba siendo conciente de como profanaban su cuerpo. La forma tan despectiva de como la miraban la enfureció. Tanto era su furia que decidió que ellos serían su cena.
—Chicos,chicos, en sus casas no les enseñaron modales.—habló con sorna Alyssa.—Y al parecer tampoco el significado de la palabra consentimiento.
Ahí fue cuando por fin repararon en la sombra que la figura de Alyssa proyectaba.
—Mirad, chicos lo que trajo el viento. —dijo uno de los chicos con una mirada que denotaba lujuria.
Tres de los chicos se acercaron por detrás pensando que no los había sentido, pequeños ingenuos. Su espalda chocó contra el pecho de uno de ellos. Envolvió sus brazos alrededor del torso de Alyssa con la intención de inmovilizarla.
El que la sostenía acerco su boca a su oído para hablarle, haciendo que le dieran arcadas por el asco que le provocaba.
—Lo pasarás bien, muñequita.—dijo el chico que la sostenía.—Sino mira que bien lo está pasando aquella zorra, mira su cara de satisfacción.
Eso solo sirvió para que la furia de Alyssa aumentará.
No aguantó más y envolvió los brazos del chico con sus manos, ejerció tanta fuerza que escuchó como sus huesos se rompían y autoseguido los alaridos de dolor del muchacho. Estos pararon en el momento en que rompió su cuello para proseguir a drenarlo, lo soltó haciendo un pequeño ruido. Los demás al ver como había terminado su amigo intentaron escapar, pobres ingenuos, terminaron igual que el primero. No sentía remordimiento alguno ya que eran unos desgraciados.
Sé giró para verificar como seguía la chica, esta la miraba con miedo y temor grabado en sus facciones. Había visto todo.
—No temas no te haré daño.—le susurraba mientras se acercaba lentamente.—Solo quiero ayudarte.
Ella solo pudo asentir con la cabeza, estando de acuerdo con Alyssa. Relajo sus facciones ante sus palabras.
—¿Como te llamas?.—le preguntó para distraerla.
—Me llamó Stella Di Angelo ¿y tu?—le preguntó curiosa con su dulce voz.
—Soy Alyssa Genovés ,un gusto en conocerte.—le dijo con dulzura y dolor en la voz.
Hay fue cuando la detalló con claridad tenía el cabello castaño, el color de sus ojos eran verde botella, tenía una cara perfilada, su piel parecía porcelana. Era hermosa, pero en su rostro todavía se podía ver ese aire aniñado.
Alyssa miraba con pesar a la chica, que moría tan joven. Pensando que un alma tan joven y pura no merecía un final así.
—No puedo permitir que mueras no siendo tan joven. Me permitiré ser egoísta contigo, no me importa si me odias. Por lo menos podré saber que estas viviendo y eres feliz.—le susurraba al oído tratando de transmitirle calma.
Ella estaba preparada para morir, no importaba que no hubiera sido feliz, ahora se reuniría con su madre. Sólo se reprochaba no poder volver a cuidar de su pobre padre.
Aquella chica que la había salvado parecía haber caído del cielo. Era una chica preciosa, fuerte y con una sonrisa hermosa. Estaría eternamente agradecida con ella por ello.
Por otro lado Alyssa aún se debatía entre sí transformarla o no. Quería darle otra oportunidad en la vida. De crecer, de ser lo que quisiera sin ser juzgada. Al final tomo la decisión de transformarla. Se inclino hasta llegar al hueco en su cuello, y ahí enterró sus colmillos dejando salir el veneno.
Ahora solo que daba esperar a que pasaran los tres días de la transformación.