Para la chica a la que siempre amaré.
¿Recuerdas cuando me llamaste a las tres de la madrugada porque habías tenido una pesadilla? Y, aunque yo odiaba el frío, me apresuré a conducir hacia ti porque me congelaría si tuviera que hacerlo, si te hacía sentir bien, si significaba que te quedarías.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas la noche en la que conociste a mis padres? Me apartaste a un lado y me dijiste que no podías haberlo, pero en el momento en el que mi madre te dio un abrazo, me sonreíste y supe por escuchar que vosotras dos estabáis hablando de un programa de televisión, que eras la única chica que me había hecho sentir en casa.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas cuando peleamos por algo tan estúpido como olvidar hacer la colada? Tú dijiste que yo nunca escuchaba, colgaste el teléfono y yo golpeé el volante. Y, aunque me dolía la mano, mi pecho dolía aún más porque odiaba discutir contigo, así que, te llamé aunque mi orgullo no quería hacerlo, porque no podía soportarlo más.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas la vez cuando casi nos echan de un hotel? Fue mi culpa, me dijiste que querías ver el atardecer, así que pasé la siguiente media hora convenciéndote para entrar en la azotea conmigo, y el atardecer fue hermoso, pero la forma en que tus ojos parecían brillar con asombro fácilmente venció al sol derritiéndose en el cielo frente a mí.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas cuando te tiraste un pedo accidentalmente mientras estábamos viendo una película en mi sofá? Trataste de ocultarlo, pero ambas nos reímos y no pude evitar pensar que era todo lo que quería mientras viviera. Estaba segura de ello.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas cuando rayaste mi coche? Estabas llorando en mi regazo mientras intentabas disculparte, pero realmente solo me importaba si tú estabas bien. Me dijiste que lo sentías y que me lo pagarías, pero tenerte a salvo ya era pago suficiente.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas tu primer día en tu nuevo trabajo? Me llamaste y me dijiste que estabas segura de que tu jefe ya te odiaba, aunque era difícil creer que alguien podría odiarte con esos ojos y esa sonrisa, y tu corazón latía muy rápido, así que aparecí en el momento que terminaste y te llevé a tu restaurante favorito porque yo no podía soportar la idea de que tuvieras un mal día.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas cuando fuimos a un viaje en carretera por primera vez? No acordamos dónde iríamos y ni quién conduciría, así que tomamos turnos y aunque yo conduje la mayor parte del camino y tú parecías que te pasabas todo el día durmiendo, no me importó porque amaba la canción de la radio, pero amaba aún más a la chica que estaba acurrucada y que se quedaba rápidamente dormida en el asiento del copiloto de mi coche.
¿Lo recuerdas?
¿Recuerdas la forma en la que te amaba?