Escapando del infierno (+21)

By girl_blue_666

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Adrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Pu... More

PERSONAJES
Praesagium
⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
CAPÍTULO 1 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 2 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 3 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 4 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 5 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 6 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 7 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 8 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 9 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 10 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 11 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 12 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 13 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 14 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 15 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 16 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 17 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 18 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 19 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 20 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 21 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 22 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 23 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 24 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 25 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 26 (CORREGIDO)
Capítulo 27 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 28 (CORREGIDO)
Capítulo 29 (CORREGIDO)
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36; Parte 2
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 //FINAL//
Epilogo
Praesagium
⚠️ NOTICIA IMPORTANTE ⚠️
EXTRA
EXTRA 2
EXTRA 3
EXTRA 4
EXTRA 5
CONTINUACIÓN
EXTRA 6

Capítulo 36; Parte 1

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By girl_blue_666

DOBLE ACTUALIZACION!!

Hanna

— ¡VAMOS POR TI PLAYA MAVERICKS! ¡LOS ROMERS VAN A DOMARTE ESTE VERANO!

— ¿De qué habla? — Pregunta Boris algo asustado con la mirada sobre el pelinegro que va parado en el Rubicón alzando sus brazos hacía el cielo.

Rio y dejo de hacerlo cuando el Wrangler negro me repasa. Aceleró todo lo que puedo y Thomas se queja de que se tragó un mosquito.

— Todos los veranos vamos a Mavericks, y bueno, el único bueno surfeando es Ryder, nosotros damos vergüenza. Thomas cada año se promete a sí mismo que va a montar una ola hasta el final.

— Pero nunca lo hace. — Responde Ryder divertido y Thomas lo golpea.

— Este verano si lo haré. — Thomas pasa a los asientos delanteros y le sube a la música parándose entre Ryder y Sean otra vez.

»— ¡ESTE VERANO SERE EL REY DE LAS OLAS!

Vuelvo a acelerar cuando veo que Adrien le baja a su jeep y lo repaso mostrándole el dedo medio cuando pasó por su lado.

Después del cuatro de Julio solemos tomarnos unos días y vamos a la cabaña del padrastro de los Steven donde nos relajamos en la playa.

Sol, mar, amigos y alcohol. Vivimos el sueño americano por unos días.

Y esta vez, Sean mantiene la tradición y no trae a su hija. No es que no me guste la niña, pero me gusta más beber sin control, y no quiero que en un futuro Annabelle me recuerde y diga algo como; "Una vez vi a mami Hanna tirarse desnuda al agua".

— Déjalo que gane, o estará amargado el resto del día. — Boris me sonríe cuando su hermano vuelve a repasarme y bufó rodando los ojos.

— Cuando volvamos no dejare que gane.

El chico asiente riendo y de reojo lo veo sacar dos billetes de cien dólares de su billetera. Miro a Ryder por el retrovisor y él hace una mueca de cansancio, y señala con la cabeza a Thomas y Sean.

"Tiempo de amigos, Hanna. Nada de negocios" Entiendo perfectamente a lo que se refiere.

Asiento lentamente y luego señalo a Boris con seriedad. "Negocios son negocios".

El rubio asiente y deja de mirarme frunciendo el ceño.

— Oye Ryder amigo, ¿traes algo el día de hoy? Me gustaría pasarlo genial con un poco de ayudita. — Boris se gira alzando los billetes y por el retrovisor veo a mi amigo sonreír ampliamente asintiendo.

— ¡Claro! Espera un poco, lo tengo en la mochila. — Suelta los hombros de su chico girándose hacia atrás y toma su mochila abriéndola con la llave de su cuello.

— ¿Saben? Ustedes tienen la mejor nieve que he probado en la vida. — Boris habla emocionado y Thomas me mira mal por el retrovisor.

— Coca Morgan, Boris. La mejor del mundo, ¿No llega a Moscú?

— No, en Moscú sueles encontrar la misma mierda a diferentes precios. — Recibe la bolsa con una sonrisa y le entrega el dinero a Ryder. Besa la bolsa y la guarda en el bolsillo de su camisa hawaiana.

No va a durar ni cinco minutos sin meterse una línea.

»— Pero está, Dios... vale el precio, y no es tan adictiva.

— Para nada. — Habla Sean con sarcasmo y Ryder lo golpea.

La tercera noche que Boris pasó en ROM, se enteró de nuestras drogas, Ryan no quería venderle por qué es el hermano de Adrien, y todos sabemos que la coca Morgan es la más adictiva del mercado, aun cuando sus consumidores creen que no.

Boris nos insistió toda la noche y quedamos en que le venderíamos, pero qué sería moderadamente y que su hermano no se podía enterar. "Mi dinero y comprare la que guste si es buena, y mi hermano no se enterara" Fueron sus palabras.

Después de tener sexo le dije que debía consumir con cuidado porque ya habíamos perdido varios clientes por sobredosis. Me dijo que estaría bien, que llevaba consumiendo tres años y estaba bien.

Tres días con la cocaína Morgan y lo perdimos. Cada dos días suele comprarnos y los Steven están cansados de venderle. Boris es un hombre grandioso, pero cuando va hasta arriba es un pesado de mierda.

Incluso solo pude tener sexo con él una vez, después de esa noche siempre solía meterse una línea antes y me insistía en que yo también lo hiciera, obviamente lo echaba de la oficina, tampoco es que se moviera tan bien como para meterme coca por él.

Espero que no joda nuestro día, de lo contrario yo misma lo ahogó en coca.

Mis cálculos funcionan y cuando el jeep de Adrien está bastante lejos, Boris abre la bolsa de coca, unta un poco en su meñique y lo chupa volteando los ojos.

— ¿En serio ninguno quiere? No me molesta compartir. — Sonríe sacudiendo la bolsa frente a mi rostro y contengo las ganas de tirarla por la ventana.

— Oye vamos por más gasolina, guarda eso si no quieres que Adrien te vea. — Le advierto cuando veo la gasolinera. Él asiente y guarda la bolsa en el mismo lugar de antes.

»— Bien, esta es la última parada antes de llegar a la cabaña, asique si quieren orinar, háganlo ahora, no voy a parar para que lo hagan a la orilla de la calle cómo salvajes.

Estaciono al otro lado de la bomba viendo a mis amigos y todos bajan rápidamente. Sonrió satisfecha y bajo apagando el jeep.

— ¡Ay Hannaaaa! — Alzo mi cabeza y veo a Tania en la ventana del copiloto en el jeep negro. — Es tan aburrido viajar con Adrien y Ryan.

— Gracias Tania, agradezco mucho tu amistad. — Ryan baja del auto ofendido y camina hacia mi fingiendo desesperación. — Llévame contigo, Hanna. Adrien no quería que el volumen de la música estuviera sobre sesenta.

Rio a carcajadas y tomo la manguera ingresando la cantidad de gasolina que quiero.

— ¡Te oí! — Habla el ruso poniendo la manguera en su jeep.

— Ustedes dijeron qué hacía demasiado frío para venir en el Rubicón sin techo.

— Pero ya no hace friooo, Hanna rescátanos. — Tania hace un puchero.

— No tengo más espacio, y Adrien va a sentirse mal si lo dejamos viajando solo junto a las cosas.

— ¡Acompáñalo tú! Yo manejo el Rubicón. — Tania baja con una sonrisa y su novio alza una ceja en su dirección. — Adrien te quiero, pero necesito cantar con Thomas cuando viajo.

— Ella es su novia, que se quede con él, yo manejo el Rubicón. — Ryan me sonríe y vuelvo a reír conectando la manguera al tanque.

— ¿Adrien qué opinas? — Lo miro divertida y él se cruza de brazos apoyándose en su jeep.

— Llévalos a todos, si no les gusta viajar conmigo, no volverán a subir a mi bebe.

Tania se abraza a su novio dando saltos para besarle la mejilla, el chico sonríe ligeramente y deja su pose seria para tomar su rostro y besarla de ansias.

Se susurran cosas y se ríe bajo en un chiste interno.

La punzada al esófago vuelve y me hace apartar la vista.

— ¿Eso significa que yo manejo el Rubicón? — Ryan ríe a mi lado y asiento divertida. — Bien ¿A quién más desterramos?

— A Sean, necesitare refuerzos que no lloriqueen cuando no lo dejen sacar la cabeza por la ventana.

— ¿Qué sucede conmigo? — Me sobresalto cuando aparece a nuestro lado y señaló el jeep negro.

¿Por qué siempre aparece de la nada?

— Viajaremos con el aburrido de Adrien, por qué estos dos quieren escuchar música arriba de sesenta.

El chico de rastas me mira unos segundos y luego asiente yendo a la tienda.

»— ¿Ves? Esos sí son refuerzos para un viaje tranquilo. — Sonrió y Ryan rueda los ojos divertido tomando mi cintura.

— Si claro, cuando lleguemos a la cabaña quiero ver si no te aburres de tanta tranquilidad. Ahora las llaves, señorita Morgan. — Mete su mano en el bolsillo de mi sudadera y niego rodando su cuello.

— Las llaves no están ahí, oficial Steven.

Ryan baja su mano divertido y metiendo la mano en mi bolsillo trasero, me aprieta una nalga con una sonrisa ladeada.

— Tiene usted un trasero muy agradable al tacto, señorita Morgan. — Mete su otra mano en el bolsillo al otro lado y me acerca a su cuerpo riendo. — ¿Jugaremos en la cabaña cómo solemos acostumbrar?

— Su hermano no está disponible esta vez, oficial. — Murmuro girando mi rostro y veo a Thomas salir con Ryder con un montón de golosinas en sus manos.

¿Por qué traen más? Ya compramos en la ciudad.

— ¿Qué hay de Boris? — Susurra a mi oído ladeando ligeramente nuestros cuerpos y vemos al ruso salir del baño público con sus gafas y una gran sonrisa.

— Boris está hasta arriba, le compró a Ry de camino.

Ryan suspira negando y saca las manos de mi trasero tomando las llaves.

— Sigo creyendo que es mala idea venderle.

— Y lo es, pero debes entender que ya consumía de antes. — Miro de reojo a Adrien y agradezco que siga distraído con Tania. — ¿Quiénes somos nosotros para decirle que deje de meterse mierda? Sí, es hermano de Adrien, pero, aunque le dijéramos algo, solo habría una pelea y cuando vuelva a Rusia, seguirá consumiendo.

Ryan asiente sabiendo que tengo razón y deja un beso en mi frente.

— No sabes lo mucho que espero tu cumpleaños para que esto acabe.

Oh Ryan...

— ¿Solo por eso? — Le miro ofendida y él sonríe divertido.

— No, también quiero que llegue por qué te tengo un regalo muy bonito y quiero ver tu cara cuando lo abras.

— ¿Una fuente infinita de chocolate y fresas? — Niega. — ¿Lencería con sabor a fresa? — Niega riendo. — ¿Dos semanas en el Caribe?

— Soy oficial de policía, no narco. — Murmura divertido y rio con él.

— ¡Hanna! — Me separo con cuidado de Ryan y miro hacía el chico que me llama. — Adivina qué encontré en la tienda.

— ¿Condones con sabor a menta? A Ryder le encanta. — Le guiño un ojo a Thomas y él rápidamente deja su cara de emoción para tener una de malicia pura.

— No, pero gracias por el dato. — Ríe y alza un paquete de golosinas con una sonrisa. — Mira lo que encontré, ¡fueron las primeras que compraste al llegar a San Francisco!

Tomo el sobre de Sour Puch con una sonrisa.

Dulces de fresa, ácidos.

— ¿Cómo todavía recuerdas eso? — Le miro divertida y él ríe.

— Bueno, pues cuando conoces a una chica, la invitas a vivir contigo y compra diez bolsas de dulces ácidos, sueles recordarlo el resto de tu vida.

Rio a carcajadas y lo abrazó besando su rostro repetidas veces.

»— ¿Este ataque de besos significa que me amas?

— No voy a decirlo en voz alta. — Me aparto divertida y abro la bolsa comiendo un dulce.

Si... son tan ácidos como recuerdo.

Ryan quita la manguera del jeep y Tania rápidamente se monta en el asiento del copiloto. Los demás suben a mi jeep amarillo y cuando se van, veo a la latina alzarse sobre el techo gritando a todo pulmón.

Rio mirándolos y alguien carraspea a mi lado.

— Tenemos que irnos. — Miro sus ojos azules y asiento yendo a su jeep.

Subo a su lado y rápidamente una ola de calor me envuelve. No soy la única que siente el calor exagerado que hay dentro del vehículo por qué cuando miro hacia atrás, Sean está sin camiseta abanicándose el rostro.

Estoy por bajar la ventana, pero Adrien no me deja y enciende el aire acondicionado. No es suficiente y me quito mi sudadera y camiseta poniéndola en mi espalda porque no tengo intenciones de pegarme al asiento.

— Ryan y Tania nos mintieron, no estaban aburridos, estaban asándose. — Miro a Sean y él me ignora ya que va con sus audífonos a todo volumen.

— Fue todo un plan malvado. — Adrien sonríe divertido subiéndole a la música y cuando vemos las tablas de surf en un jeep amarillo lo golpeó en el brazo.

— ¡Adelántalo, ganémosles!

Adrien me mira de reojo negando divertido y acelera compitiendo contra Ryan.

A los veinte minutos logramos ver la playa y abro la ventana sin que el conductor me lo niegue. Hablo a gritos con Thomas cada que uno repasa al otro y en cierto momento siento una fuerte nalgada que me devuelve a mi lugar.

Miro sorprendida a Adrien y luego mira a Sean. Él está recostado en el asiento trasero todavía con sus audífonos, ajeno a lo que acaba de pasar.

— ¿Por qué me golpeaste?

— Se buena y siéntate.

Alzó una ceja y sonrió de lado.

— ¿Te molesta ver mi culo de cerca? ¿Te recuerda que hace tres días no lo hacemos?

Su mandíbula se tensa.

Oh si, voy a aprovecharme de esto.

»— ¿Sabes? En la cabaña solo hay cuatro habitaciones, normalmente dormía con Ryan y Ryder, Tania en otra, Thomas en otra y Sean en otra. Creo que esta vez Ryder ira con Thomas, Tania contigo, y Ryan con Sean...

— ¿Y dónde dormirá Boris? — Frunce el ceño.

— ¿Dónde crees?

Sus manos aprietan el manubrio con fuerza y cuando está a punto de abrir la boca, Sean se asoma entre nuestros asientos con sus cascos puestos.

— ¡LLEGAMOS! — Me aparto de él cuando me grita al oído y le quito los cascos mirándolo mal. Me sonríe y señala frente a nosotros. — Oye Hanna, ¿Crees que está vez yo pueda dormir en la cama grande?

— Sabes qué los Steven siempre se quedan con la cama de sus padres, y cómo dormíamos los tres juntos era obvio que iba a ser nuestra. ¿Crees que Ryan y Ryder la peleen?

Asiente.

— Pido un duelo de fuerzas.

— Ganaría Ryder.

— Ganaría Ryan.

Hablamos al mismo tiempo con Adrien y alzó una ceja.

— Ryder pelea en el Ring rojo.

— Y Ryan enfrenta ladrones todos los días. — Me ataca y baja la velocidad entrando al camino de arena.

En menos de diez minutos todos corremos a la entrada de la casa y en menos de quince estamos todos en la isla de la cocina esperando saber qué cuarto se queda cada uno. Cómo cada verano la primera que se elige es la de los padres asique ambos hermanos rubios se encuentran frente a frente con sus codos sobre la mesa.

— ¿Es normal que esto me excite? — Susurra Thomas a mi oído y asiento metiendo un dulce ácido a mi boca viendo los perfiles y los brazos de ambos chicos.

Se llevan por tres años de diferencia, aun así, son bastante parecidos, Ambos llevan cabello rubio, el de Ryan es corto y ordenado, el de Ryder es alborotado, corto a los lados y largo en la cima.

El rostro de Ryan es firme y maduro desde siempre, y el del menor es delgado y juvenil, lo vez y fácilmente podría pasar como adolescente.

En altura, Ryan llega al metro ochenta y siete, y su hermano una cabeza abajo. En cuerpo ambos son delgados, atléticos y jodidamente sexy, mientras uno entrenó en academias policiales, el otro desde temprana edad peleó en las calles.

Ambos se miran a los ojos y se sonríen con malicia.

Uno es inteligente, centrado y metodológico.

El otro es bruto, infantil y atrevido.

En los ojos de Ryan ves a un hombre responsable, y en los de Ryder ves a un niño que no espera el momento para quedarse a solas y tentar a la muerte.

Escuche a alguien hablar ruso y giro mi rostro.

Muy contrario a los hermanos Volkov.

En los ojos del mayor puedes ver qué es un hombre responsable, sin embargo, también gusta de divertirse y disfrutar su juventud, y en los ojos del menor ves a un hombre educado, modesto y bueno.

Y últimamente puedes ver la pelea qué hay en su mente, está tan confundido respecto a tantas cosas...

— ¿Listos? — Habla Tania emocionada sujetando las manos entrelazadas de los hermanos y ambos asienten. — El ganador se queda con el cuarto grande y el perdedor va a los jeeps por las cosas. — Vuelven a asentir. — Uno... Dos... ¡Ya!

Suelta sus manos y rápidamente las venas de los chicos se marcan mientras mantienen las manos al medio. Pareciera que ninguno hace fuerza si no fuera porque puedes ver cómo sus brazos tiemblan y sus mandíbulas están tensas.

Rápidamente comenzamos a animarlos a ganar y con Thomas golpeamos la mesa para ponerlos nerviosos.

— ¡RYDER TENEMOS QUE TENER LA CAMA GRANDE O NO TENDREMOS SEXO!

Rio a carcajadas y me doblo sobre mí misma cuando veo a Ryder más motivado para ganar.

Estos dos son un caso.

— ¿¡Y yo voy a tener la cama grande para mí solo si gano!? — Ryan ríe mientras va ganándole a su hermano menor.

— Vas a tenerme a mí, puedo chupártela por dormir en la cama grande. — Se carcajea Sean y Ryan se deja ganar riendo con ganas.

— Bien cuñado, disfruta la cama grande. — Ryan saca las llaves del cuarto y se las tira a Thomas riendo. — Solo acuérdense de cambiar las sábanas al irnos.

🚬🚬🚬🚬

— ¿Negro? ¿Un aburrido bikini negro?

Me giro y frunzo el ceño mirándolo.

— ¿Qué tiene mi bikini?

— Pues pensé que te pondrías algo mucho más provocativo, para tentarme. — Sonríe de lado sacándose las gafas y me cruzo de brazos sintiéndome ligeramente incómoda al ver sus pupilas dilatadas todavía por la coca, fijas en mis pechos.

— No me visto para provocar a nadie, ahora sal de aquí que todavía no termino de usar el baño.

Boris sale riendo y cierra la puerta. Me miro otra vez al espejo y miro confundida mi bikini. ¿Qué tiene de malo el negro? lleva cadenas doradas en vez de tiras y a mí se me hace muy sexy ¿Para tentarlo? Qué idiota.

Amarro mi cabello en una coleta y tomo mis gafas de sol saliendo. Al cerrar la puerta tras de mí, miró fijamente los ojos azules que tengo al frente.

Mira mi cuerpo detenidamente y luego mi coleta desordenada.

— No llevamos ni tres horas y ya cogiste con Boris en el baño.

— Tu enserio tienes un problema con aceptar que me cogí a tu hermano. — Me acerco a él viendo de reojo el final del pasillo. — Debes aceptarlo, Adrien. Me cogeré a tu hermano todo lo que quiera, le abriré las piernas hasta que me aburra.

Me inclino hacia su oído siendo consciente de su pesada respiración.

»— Y no me aburro rápido.

Me empuja con brusquedad otra vez al baño, cierra la puerta tras él y me sienta sobre el lavamanos besándome con rapidez. Me besa como si un meteorito fuera a caernos al minuto siguiente y me acaricia como si nunca hubiese tocado otro cuerpo en su vida.

Le sigo el beso de la misma manera y bajo mi mano a su entrepierna acariciándolo bajo su traje de baño. Él no se queda atrás y baja mi bikini apretando mis pechos en sus manos. Lo miro a los ojos y él tira con fuerza de mis pezones sonriendo de lado cuando suelto un gemido.

— ¿¡Adrien!?

Dejó de respirar y él también. Sus caricias y las mías se congelan y solo podemos seguir mirándonos a los ojos mientras su novia toca la puerta del baño.

— ¿Si?

— ¿Te falta mucho? Quiero hacer pipí, y en el otro baño está Ryan.

Me bajo con cuidado arreglándome el bikini y tiró la cadena del baño metiéndome a la tina. Me recuesto en ella y Adrien descubriendo mi plan, tose un poco cerrando la cortina con lentitud. Luego se lava las manos unos segundos y abre.

— Todo tuyo.

— Bien, espérame un poco, qué quiero decirte algo. — Escucho la puerta cerrarse y luego la chica sentarse en el inodoro.

— ¿Qué sucede?

— Bueno... No es algo muy importante, pero me hizo sentir incómoda.

— ¿Alguien en la playa te dijo algo?

— No... Más bien en la casa. — Susurra algo avergonzada y frunzo el ceño.

¿Alguien en la cabaña? Nos conocemos hace tiempo, ¿Quién podría hacer sentir incómoda a Tania?

»— Cuando venía entrando, Boris me dijo qué debería hacer algo de ejercicio porque se me nota un poquito la panza y no se veía sexy.

Lo mató.

¿Quién se cree ese idiota? ¿Sabe él cuántos hombres pagan cientos de dólares para tener a esa chica a su disposición? ¿Cuántos la desean sin importar que se le "note un poquito la panza"? ¿Sabe ese idiota lo insegura qué es la chica respecto a su cuerpo? ¿SABE ESE IDIOTA CUANDO ME COSTO ESTE BIKINI PARA QUE ME DIGA QUE ES ABURRIDO?

Sabía qué era mala idea traerlo.

Voy a matarlo.

— ¿Él dijo eso? — El tono de Adrien revela lo molesto que está.

— Si, pero no le digas que te conté, es solo que... me hizo pensar en qué debería salir a correr contigo...

¿Salir a correr con él a la tarde? ¿En ese horario qué siempre termina en mi Penthouse y cogemos duro? Yo creo que no, Tania...

— Mi amor, no quiero que lo hagas solamente por el comentario de mi hermano, ¿Bien? Eres hermosa desde tus diminutos meñiques en los pies hasta la punta de tu hermoso cabello.

— Pero si tengo un poco de panza...

— ¿Y qué? A mí me gusta tu pequeña panza. — Escucho su sonrisa y siento una punzada. Yo sé qué tengo algo en el esófago. — Me gusta todo de tu cuerpo, todo en tu cuerpo es sexy.

— Pero el de Hanna es más sexy.

Me tenso.

»— Ella siempre será más bonita que yo, ella no tiene nada de panza incluso si apretara el estómago podríamos ver la forma de sus intestinos.

Frunzo el ceño haciéndolo. ¿En serio creí que se me marcarían los intestinos?

Adrien se queda callado unos segundos.

— ¿Por qué te comparas con Hanna?

— Bueno... Boris también dijo qué debería taparme, y dejar que la zorra de Hanna se anduviera exhibiendo, porque ella era una zorra sexy y debía hacerlo, y yo era una buena mujer y debía cubrirme.

La próxima vez que le de coca voy a mezclarla con ricina en polvo.

No no, voy a rebajarle la coca a cincuenta dólares y así verlo morir de sobredosis. No, voy a meterlo...

— ¿Llamó zorra a Hanna?

Wow, ¿Eso es lo que más le preocupa?

— Si, pero no hay que decírselo a Hanna o ella va a planear su muerte.

Buen punto.

— Voy a decirle que se vaya.

— No, mira, dejémoslo estar, solo va a quedarse unas semanas más y ya. ¿Merece que nos amarguemos el día? Aparte si lo echas, los demás igual van a meterse, y si Hanna se entera de cómo la llamo...

— ¿Qué va a hacer? ¿Matarlo? — Ríe sin gracia y sé que solo quiere salir e ir a golpear a su hermano.

¿Matarlo? Obvio. Si no se va, lo hago ahogarse en el mar.

Tania se lava las manos y corriendo un poco la cortina alcanzó a verla pálida.

— Hanna se pone muy tensa en estas fechas y pierde fácilmente el control.

Tania cierra la boca.

— ¿A qué te refieres?

— A qué sí Hanna se pone de malas, le arrancara la cabeza. Promete que no va a enterarse, nuestras vacaciones son sagradas, y no quiero ser responsable de arruinarlas.

Suspira besando sus labios y luego le sonríe.

— Bien, lo prometo.

»— Eres muy sexy Tani, no lo dudes. Pero concuerdo con Boris en que deberías usar algo más de ropa, quizás un traje de buzo. No quiero que nadie vea la preciosa novia que tengo y trate de quitármela. — Ambos ríe y ruedo los ojos ante la escena empalagosa.

— Tontito.

Salen del baño y al rato vuelve Adrien apagando la luz.

— No lo mates, Hanna.

— Claro que no, Tontito. — Digo en tono afinado y él me mira divertido y molesto por imitar a su novia.

🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬

Holaaaaa, es doble actualización, asique corran a leer el otrooo

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