The Gang || AshEiji

By isnothardcarry

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¿Te atreves a conocer la verdad? A pesar de que Ash y Eiji lograron graduarse de la facultad de periodismo, s... More

INTRODUCCIÓN
Sinopsis
01. Ayúdame, estoy en la niebla.
02. Sin ovejas que contar, pero dormidos.
03. Es tú turno de besarme
04. Con el corazón en tus manos
05. El amor, el orgullo y los traumas.
06. Duerme, pero no para siempre.
07. Tranquilo, solo me estoy ahogando.
09. Llenas mi copa de anestesia o terminas de matarme.
10. Soy el desastre que te encanta recoger.
11. Hay alguien en el espejo.
12. Una mariposa sin nombre ni alas.
13. Los angeles crecen al ritmo de los problemas.
14. Estas tirando pintura sobre mis heridas más profundas.
15. Tu eres mi pandilla.

08. Eres muy dramático, sufrir es belleza.

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By isnothardcarry


》Eres muy dramático, sufrir es belleza.

La ajetreada ciudad de New York estuvo sospechosamente silenciosa por la mañana. La temperatura de septiembre aún era incapaz de congelar los arboles, y el tráfico estaba siendo peculiar de tan suave que estaba.

Pero ninguno se dio cuenta de eso, porque la alarma nunca sonó.

Resulta ser que el señor Wong, jefe bondadoso, les había dado a ambos un par de semanas libres, teniendo en cuenta que el reportaje anterior era tan extenso e importante que sería imposible transmitirlo en una sola noche.

Con lo anterior, Eiji no se sintió culpable cuando se despertó luego del medio día.

El japonés se giró para quedar frente a su compañero. Vio el torso descubierto de Ash, y pensó en lo gracioso que resultaba aquello sabiendo que el americano se cubría hasta la nariz antes de caer dormido. Tuvo la osadía de posar su índice en el hombro desnudo, y no se sorprendió cuando sintió la piel congelada en su digito. La temperatura corporal de Ash era helada casi todo el tiempo.

Se quedo mirando aquel torso por bastante tiempo e inevitablemente se mordió el labio inferior. Ash tenia un físico envidiable, pero lo que realmente admiraba Eiji era la capacidad de este por comer exageradamente y no subir de peso en lo absoluto.

No supo en que momento comenzó a hacer comparaciones. Ambos eran hombres, pero Ash era mas grande y fuerte sin esforzarse, mientras que él se ponía en la tarea de ejercitarse al llegar del trabajo para mantenerse en la medida de lo aceptable.

El autoestima de Eiji cayó al piso de golpe.

Un pensamiento, una simple idea se le paso por la mente.

Se alejó un poco, y cuando tomó su teléfono, lo hizo con algo de pena al saber lo que buscaría. Tecleo algunas palabras y se encontró con un sin fin de resultados a su disposición, comenzó a bajar y bajar hasta que algo peculiar capto su atención.

Se trataba de un video hecho por una jovencita que no pasaba los veinte años, mas adelante Eiji noto que era sumamente popular en redes sociales, además de que su cuerpo era extraordinariamente delgado.

Eiji se enfocó en reproducir el video, y a medida que el tiempo pasaba el horror se formó en su cabeza. Aquella joven se grababa mientras literalmente, se mataba de hambre, y no solo eso, también daba consejos para implementar su dieta y obtener mejores resultados. El video tuvo como ultima escena a la chica mostrando la bascula, dando a conocer que había perdido tres kilos en poco mas de una semana.

-Dime la razón por la que estas viendo esa mierda. -Eiji se sobresalto en su lugar tras escuchar la imponente voz de Ash. No notó cuando este se había despertado.

Lo miro completamente mudo, no tenia clara la respuesta.

-Eiji, te pregunte algo.

-No pienses mal, joder. -intentó defenderse- me dio curiosidad y lo comencé a ver.

El chico americano no pareció muy convencido con esa respuesta, pero tampoco dijo algo mas antes tomar la cintura de Eiji y obligarlo a acercarse con fuerza, casi como una demanda.
Hizo presión en su cintura mientras escondía el rostro en su cuello, Eiji tembló por la acción pero atendió el deseo propio de subir una de sus piernas en el cuerpo americano que luchaba por mantenerse a raya.

Lo miraba con anhelo, tanto que se sentía capaz de incendiar la ciudad con sus propios deseos. Y es que cuando miraba esos ojos castaños, a Aslan no le importaba perder su lugar en los cielos, después de todo, sabia que hasta los ángeles querrían pecar por alguien como Eiji.

-¿Vas a besarme o...? -Eiji empezó a acercarse mas a los labios de su novio, pero este lo soltó y se deslizo entre las sabanas hasta salir de la cama.

-Voy a prepararte el almuerzo.

-¡Aslan!, Eres un hijo de...

Eiji no quiso pelear, de algún modo sabia que tomaría venganza mas adelante. Además, tal vez habría hecho lo mismo si hubiera encontrado al rubio viendo ese tipo de cosas en la web.

¿Que habría pensado Ash cuando...?

La interrogante dejo de importarle. Para Eiji resultaba más sencillo hablar directamente y evitar confusiones.

Salió de la cama con rapidez, ni siquiera se detuvo en buscar algo para sus pies descalzos. Cuando estuvo a punto de llegar a la cocina, se frenó en medio del camino para tomar aire, después solo siguió andando hasta que logró subirse en el mesón que había en medio de la estancia.

Ash estaba cortando una pera, al mismo tiempo que mordía otra. Pero cuando sintió que Eiji llegaba, dejó su tarea para bajar el cuchillo y mirarlo seriamente.

-¿Te sientes bien? -quiso saber el rubio- Con tu salud, tu físico...

Eiji no se pensó mucho la respuesta, pero aún así, su voz se escuchó algo baja.

-Me gustaría comer sin preocuparme por mi peso, ¿Sabes? No es un pensamiento común pero esta presente algunas veces.

El menor se sintió aliviado de que Eiji fuera sincero al respecto, aunque la verdad es que lo era la mayoría de veces.

-¿Que quieres que hagamos al respecto? ¿Quieres ir con Jessica?

El japonés negó apenas escuchó aquel nombre.

-No quiero ir con tu madre -dijo con seguridad- Creo que lo que siento es bastante normal, no necesito ir con ningún nutricionista.

-Lo siento, no sé me ocurre algo mejor.

Hizo una indicación con la mano para que Ash se sentara a su lado. Este dejo el cuchillo junto al lavaplatos para atender su pedido.

Era tarde, pero a ninguno le importaba demasiado tener el estomago vacío y haber sido cero productivos. A fin de cuentas, era muy común que limpiarán su hogar a media noche o cocinarán en plena madrugada.

Eran un desastre total, pero ahora solo querían hablar.

-Ese video me esta dando vueltas. -comenzó a explicar Eiji- No se si todo lo que público esta chica fue real, pero ahora estoy entrando en la paranoia de que mis conocidos podrían hacer algo como eso. Yut es muy delgado...

-No creo que debas escuchar tus pensamientos ahora mismo. Estas sacando conclusiones apresuradas.

-Tal vez, pero muchas personas ven a esa chica como un ejemplo -dijo sin más.

Eiji había empezado a enfadarse. No conocía a la jovencita del video, pero si estaba seguro de que la mayoría de su audiencia no superaba la mayoría de edad. Los niños podían ser fáciles de influenciar, y los adolescentes muy atrevidos y poco conscientes.

-¿Y si lo intento? -inquirio, pero Ash lo miró sin entender- Podríamos mostrar lo peligroso que es y tendríamos un reportaje para cuando volvamos al trabajo.

-No eres un conejo de experimento, Eiji.

-Pero quiero serlo -soltó con convicción- La gente se deja llenar la cabeza con cualquier cosa que ve en internet.

El rubio siguió escuchándolo mientras se bajaba del meson para terminar el desayuno de Eiji.

No fue difícil saber que había odiado la idea. Ash ni siquiera se molestó en dirigirle la mirada cuando terminó de cocinar los panqueques instantáneos. 

Cuando todo estuvo listo, fue dejando los tazones repletos de fruta sobre el mesón, y antes de sentarse sobre el mueble de nuevo, le pasó a Eiji una taza llena con el batido que tanto le gustaba.

El japonés la acepto con todo el gusto posible.

-Lo haremos los dos -sentenció Ash- si no es así entonces olvídalo.

-No me hagas esto.

-Lo hago contigo o buscamos un mejor tema para el canal. Queda a tu elección.

Estaba meneando los pies en el aire mientras lo meditaba. Un contra definitivo era que Eiji no deseaba arrastrar a su novio a aquel tortura, pero un pro que apelaba lo anterior era el hecho de que Ash podía soportar muy bien las ganas de comer, algo que él jamás podría hacer.

Si apostarán, lo más seguro es que Ash ganaría, pero era Eiji quien anhelaba más ese reportaje...

-Esta bien, hagámoslo.

-Perfecto.

-Si, perfecto.

Ambos se quedaron allí, sentados sobre el mesón y en completo silencio. Eiji intentó ser disimulado cuando observó toda la comida que lo rodeaba, y en el proceso se dio cuenta de que Ash estaba haciendo exactamente lo mismo que él.

-¿Empezamos mañana? -pregunto el rubio.

Eiji le dio un mordisco enorme a su panqueque, completamente incapaz de negarse.

[Día 1: Bienvenido a los juegos del hambre]

Jessica Randy se veía desesperada cuando su hijo le abrió la puerta.

—Dijiste que vendrías tarde.

—Son las nueve de la mañana, Ash. Solo déjame pasar. 

Ash apenas y se había despertado de un largo sueño, y Jessica lo noto por su cabello enredado y las pantuflas que, sin darse cuenta, se había colocado al revés. Pero aún así, no quiso reprenderle.

La mujer era rubia, hasta el punto en que parecía la madre biológica de Ash. Y ante los ojos de Ash y Eiji, era lo mas parecido a una madre perfecta. Bebía zumos extraños todas las mañanas, asistía a clases de yoga y lograba mantener en orden a su familia sin parecer desquiciada. Pero claro, alguna particularidad debía tener la mujer, y es que era la nutricionista mas exigente que podía habitar en New York.

Ash aun se cuestionaba si fue buena idea llamarla precisamente a ella.

—Buen día, dormilón. 

Cuando escucho esa voz, Eiji dejo de rascarse los ojos para correr a saludar a Jessica. 

—Llegaste temprano —observo el nipón— ¿Desayunaste? Puedo prepararte algo rápido. 

La mujer se toco el pecho a modo de drama por las atenciones que Eiji siempre tenia con ella. 

—Estoy bien, no tienes que hacer nada. —dijo con sinceridad, pero luego soltó un suspiro agobiado para mirar a ambos muchachos— Pero estoy segura de que ustedes no han comido nada.

Ambos negaron sin decir nada, estaban ansiosos (y algo aterrados) por comenzar el proceso.

—De acuerdo. Antes de empezar quiero imponer dos normas. —recibió dos asentimientos enseguida— Esto me parece muy peligroso, así que aceptaran los cambios que hice a la dieta, y obedecerán cualquier orden que yo diga. ¿Estamos claros?

—Si, señora.

—Ni modo. 

Jessica exhalo con calma, después se quito la chaqueta deportiva para dejarla sobre el sofá y mirarlos a ambos con determinación. 

—Eiji, puedes traer tu cámara. —dijo, y el japonés se disculpo para ir en busca del artefacto— Ash, necesito que traigas una bascula y un metro.

El menor desapareció para ir hasta el baño y sacar la bascula que guardaban debajo del lavamanos, después tomo el metro que había en uno de los cajones y se dispuso a volver con Jessica, quien ya tenia una libreta y lapicero en las manos. 

Eiji no tardo en llegar con la cámara, la acomodo adecuadamente frente a ellos y la encendió sin importarle lo larga que podía resultar la cinta. Tenían tiempo de sobra para editar. 

—Preséntese, señora Randy. —pidió Ash mientras dejaba la bascula en el suelo y le entregaba la cinta métrica.

Jessica miro a la cámara detenidamente, quería actuar como la profesional que era frente a su hijo y yerno, asi que hablo sin titubeos.

—Mi nombre es Jessica Randy y soy nutricionista en el hospital presbiteriano de New York desde hace quince años.

Cuando ella dio un paso hacia atrás, Ash se decidió por tomar la palabra. 

—Hemos encontrado un sin fin de dietas peligrosas por medio de internet. Esstas resultan ser excesivas y una completa amenaza para la salud de quienes deciden implementarlas en su vida. 

Miró a su compañero para que continuara.

—La mayoría de ellas suelen tener una duración entre los cinco y quince días, y son populares por los resultados que otorgan en tan poco tiempo —termino por informar el japonés.

—Vamos a imitar este regimen, y lo haremos junto a Jessica, quien estará con nosotros para brindarnos información sobre el tema, y se cerciorara de que el proceso no resulte nocivo para ninguno. 

Jessica noto que no tenían algo mas que mencionar por el momento, así que ajusto la cinta en sus manos y se hizo junto a Eiji.

—Comenzare con las medidas. —informo antes de empezar a mensurar las proporciones del japonés. 

Mientras tanto, Ash miraba con atención y total curiosidad por los resultados que saldrían. Tenia claro que era mas grande que su novio, pero se preguntaba si el hecho de que Eiji se ejercitara terminaría por sumarle algunos centímetros.

—Bien, tenemos 113 centímetros en el pecho y 75 en la cintura —ella se tomo un momento para anotar los datos antes de continuar— Los muslos miden...64 centímetros. 

Ninguno de los dos sabia si eso era bueno o malo, pero Eiji tampoco dijo algo cuando Jessica le pidió que se quitara los zapatos y subiera a la bascula.

El aparato era digital, y en solo unos segundos les enseño el resultado de sesenta y cinco kilos.

Eiji quedo satisfecho con el resultado. 

—Ven aquí, Ash. 

El rubio obedeció y comenzó a ser rodeado por la cinta. Jessica dijo sus medidas en voz alta para la cámara.

—Tenemos 116 centímetros en el pecho, 82 en la cintura y 65 en los muslos —anoto los datos en su libreta y se hizo a un lado para que su hijo subiera a la bascula— Hay un peso total de 68 kilos. Excelente. 

La bascula y el metro fueron echados a un lado por la nutricionista, quien se dirigió hacia la cocina para buscar los alimentos que necesitarían para iniciar la dieta. Jessica regreso a la sala después de tres minutos muy largos, y lo hizo acompañada de dos sencillos comestibles.

Sobre un plato se encontraba una simple manzana partida a la mitad, y justo al lado yacían dos platos de arroz llenados solamente hasta la mitad. 

—La dieta seleccionada consiste en que una persona debe alimentarse con media taza de arroz para desayunar, y almuerce media manzana. Esta dieta se complementa con ejercicio, mas específicamente, saltando la cuerda tres mil veces y corriendo sin un tiempo estipulado.

—¿Podemos usar un balde para medir nuestras porciones de arroz? —quiso saber Ash. Aquello le saco una risotada a Eiji.

—Yo quiero cambiar mi arroz por natto. —murmuró el pelinegro con pesar.

—Nada de eso. Por orden mía, van a desayunar una manzana entera, y beberán una taza de café en cualquier momento del día. 

El primer mandato les sonó bastante razonable, así que asintieron con la cabeza sin poner mayor problema. 

Jessica saco un par de manzanas mas y las dejo sobre la mesa, tomo la que estaba cortada y se dispuso a darle el primer mordisco mientras era observada por los dos reporteros. 

—Bueno, disfruten su desayuno. —dijo con total maldad.

Y el apocalipsis comenzó. 

[Dia 2: No tengo hambre y estoy mintiendo]

Ninguno quería despertar, pero Jessica, quien acepto quedarse a dormir durante el proceso, fue bastante molesta cuando irrumpió en la habitación para obligarlos a desayunar y comenzar a ejercitarse.

Para el primer día, saltar tres mil veces la cuerda fue complicado incluso para Eiji, cuyo cuerpo estaba mas acoplado al deporte que Ash. Además, cuando salieron a trotar al parque junto a Nox, tuvieron que cubrirse los ojos cuando vieron un puesto de perritos calientes. 

Eiji quiso cambiar la cámara por uno de esos aperitivos. 

Volviendo al segundo día, lo primero que hicieron fue comer sus respectivas porciones de arroz junto a Jessica, quien indiferentemente, se preparo unos sándwiches y batió algunas frutas para una bebida.

—¿El agua con limón sirve para bajar de peso? —interrogó Ash, en un intento de distracción para olvidar el hambre que tenía.

—Puede mejorar tu digestión y la apariencia de tu piel, pero es un mito que debes beber mucha agua al día, pues con unas cuantas tacitas al dia es más que suficiente.

Cuando terminaron de comer, se encargaron de ponerle seguro a la puerta y regresar a la cama, asegurándole a Jessica que despertarían para ingerir su manzana y comenzar la rutina de saltos.

Puedo soportarlo, pensó Ash antes de abrazar a Eiji y quedarse dormido.

[Día 4: Mamá, esto duele]

Después del almuerzo, Eiji tomo la cuerda que usaba para ejercitarse y miro a Jessica con algo de tristeza.

—No puedo llegar a tres mil. 

—Esta bien, no te presiones. —Jessica le hizo un espacio en el sofá para que se sentara junto a ella— Quitaremos el ejercicio para ti. 

El japonés se sentía frágil, como si en cualquier momento fuera a vomitar todo lo que jamás comió. Con algo de mal humor tomo la almohada que estaba a su lado, y la abrazo con el objetivo de calentar un poco su cuerpo. La noche anterior había sido peculiarmente fría.

Ash llego a la sala con su cuerda en la mano, y tanto Eiji como Jessica comprendieron al rubio cuando hablo.

—Creo que solo podre llegar a mil, nada mas.

—Te estaré apoyando desde aquí —aseguro Eiji mientras se dejaba caer por completo en el mueble.

Después de que cerro los ojos, sintió como el rubio le besaba la frente y se alejaba de él. Eiji quiso decirle algo mas, pero sentía que solo era capaz de erguirse para preguntarle algunas cosas a Jessica mientras miraba a su novio saltar la cuerda esa.

Eiji saco su teléfono y grabo un poco a Ash, luego enfoco a Jessica para que respondiera lo siguiente con su atención puesta en el móvil.

 —¿Puedes calcular cuantas calorías estamos quemando?

Jessica lo pensó bastante.

—Es difícil dar una cifra exacta, pero puedo asegurar que queman mas de seiscientas. —dijo la nutricionista, aunque siguió calculando en su cabeza— Esto es una locura teniendo en cuenta que la manzana y el arroz no llegan ni a doscientas calorías.

Tras escucharla, Eiji exhalo sin muchas ganas.

—Si tengo que ser sincero, creo que no podre pasar de mañana. No entiendo como alguien puede durar semanas haciendo esto, es horrible.

—Creo que piensan que no serán queridos si lucen imperfectos. —dijo ella sin mucho tapujo— De cualquier modo, esto no vale la pena, ¿Verdad?.

Eiji no supo que responderle.

El tiempo se escapo rápido, y cuando Ash termino de hacer su tarea se apresuro en tirarse sobre Eiji, quien se había quedado mudo e incluso había olvidado apagar la cámara con anterioridad.

—¡Ash, estas todo sudado! —grito risueño el japonés.

—Entonces dúchate conmigo —propuso Ash como si nada.

—¡Tu mamá esta aquí! 

—No, no quiero que se bañe con nosotros. —soltó el rubio, recibiendo un golpecito en la cabeza por parte de Jessica.

Al rato, la mujer decidió dejarlos solos en la sala para que hicieran lo que quisieran. 

Por lo general, ella ya los habría obligado a dejar aquel peligroso proceso, pero confiaba en que ambos lo dejarían cuando sintieran que era imposible continuar. 

Cuando entro a la cocina, deseo que ambos se rindieran para el día siguiente. 

[Dia 6: Solo quiero morder algo]

Cuando estuvieron en el parque, Eiji grabo el instante en que Ash salió corriendo para ser perseguido por Nox. Al rato, la cámara dejo de saber de ellos.

Eiji ya había mencionado por la mañana que tenia un dolor de cabeza insoportable, y como respuesta, Ash le comento a su novio y madre que estaba con tantas nauseas que le resultaba imposible terminar  la manzana para el almuerzo. 

Jessica se preocupo, pero acepto que Ash saliera a trotar con la condición de que volvería para beber algo de café y dormir. En aquellas circunstancias, resultaba ilógico aconsejarle que se bebiera alguna pastilla para el malestar.

Volvió a encender la cámara cuando se vio completamente solo, Jessica se había quedado en el departamento viendo televisión y vaciando el refrigerador del par.

—Aun me duele la cabeza, pero espero que el dolor se detenga cuando...

Las palabras de Eiji se perdieron en el instante en que un carrito de crepas se posiciono junto a el.

¿Estaba el cielo conspirando en su contra?

El nipón no tenia idea, pero bajo la cámara en el instante en que visualizo aquellos deliciosos discos ser cubiertos por chocolate y fruta picada. Eiji estaba embelesado por el brillo tan peculiar que tenia el dulce mientras se desbordaba de la capa de masa, se mordió el labio con la tentación dominando sus sentidos justo cuando aquel postre fue doblado y glaseado por crema, gloriosa crema.

Eiji puso en alto la cámara y se apunto a si mismo, completamente seguro de lo que estaba por hacer.

—Me ha seducido una crepa, así que me rindo.

Eiji apago la cámara y se apresuro en pedir la crepa mas grande posible. Sintió que los ángeles coreaban en el momento preciso en que el vendedor le ofreció el aperitivo, y juró que lo tomo entre sus manos con la delicadeza con que se carga a un recién nacido. 

Un gemido de placer se escapo de su garganta cuando dio la primer mordida, y ni siquiera espero en tragar para darle otra probada a su dulce.

Saco de su bolsillo el único billete que traía y se lo tendió al vendedor, después se giro para continuar devorando su alimento mientras se sentaba en algún lugar, pero el plan termino en el cesto de basura cuando dio la media vuelta y se encontró con el rostro estupefacto de su novio.

—No me jodas, Aslan. Acabo de rendirme. 

Ash cambio su expresión por una mas retadora, y Eiji temió por la vida de su crepa cuando esos ojos verdes se enfocaron en ella.

—Dámela. —pidió sin sonar muy amable.

—Cómprate la tuya —respondió el japonés al mismo tiempo que se alzaba de hombros, en un intento de no sonar nervioso.

—No traje dinero, al menos dame un mordisco. 

Eiji volvió a negarle aquel pedido, y salió corriendo con dirección al departamento. Al instante, Ash y Nox salieron detrás de el con el objetivo de arrebatarle la crepa antes de que esta fuera terminada. 

Al final, Eiji fue atrapado por el americano cuando estaba a punto de ingresar al elevador. 

[...]

Aun cuando Jessica tenia la cinta métrica rodeando su cuerpo, Ash no dejo de comer la enorme galleta que tenia en la diestra. 

La rubia se sintió aliviada cuando los vio entrar al departamento con los rostros untados de chocolate, pero se apresuro en buscar lo que necesitaba para dar por concluido aquel reportaje tan macabro.

Los datos de ambos fueron escritos en la libreta de Jessica, y antes de escuchar el resultado final, los muchachos se centraron en el espejo que habían colocado en la sala para poder filmar la ultima escena del reportaje. 

Ninguno tuvo cambios drásticos, después de todo, estuvieron sufriendo por seis días, y no diez como decía el regimen de internet. Sin embargo, Eiji noto que su rostro estaba mas pálido, y que sus muslos no estaban tan anchos como antes, aquello ultimo lo desanimo un poco, pero se prometió comer debidamente para recuperar lo que perdió. 

—Bien, ¿Están listos para escuchar los resultados?

Ambos asintieron con total interés. Ash se cercioro primero de que la cámara captara adecuadamente a su madre.

—Eiji, tu bajaste un kilo. —dijo Jessica con la mirada en su agenda— Y tu Ash, bajaste casi un kilo y medio.

Los dos reporteros se miraron sin palabras, la realidad era que sus cabezas estaban trabajando duro para procesar la información. 

Sus cuerpos no se veían bien, Eiji aun tenia un poco de migraña y Ash aún sentía que podía desmayarse en cualquier momento, así que estaban seguros de que no valía la pena ese regimen. Pero ¿Qué pensaran las personas cuando vean el reportaje? ¿Lo intentarían? ¿Reflexionarían sobre el tema? 

No había una respuesta en ese momento, pero entendían que ya todo estaba hecho. 

Lo único bueno de morir de hambre durante esos días, fue que lo hicieron con buenas intenciones. El resto era un alambre fácil de doblar.

—Las medidas de sus cuerpos se redujeron con similitudes. El pecho y la cintura de ambos se redujeron un centímetro, pero los muslos de Eiji disminuyeron tres mientras que los de Ash-

Jessica fue interrumpida por el efusivo abrazo de su hijo, y solo atinó a corresponderle el gesto con una sonrisa.

—Mamá... —musito el rubio cuando tuvo a la mujer completamente atrapada en sus brazos.

—Díme, cielo.

—Cociname algo.

Jessica rodó los ojos, después lo apartó de su cuerpo para darle un suave golpe en la cabeza.

Entonces Eiji empezó a reír, olvidando su aspecto de fantasma y comenzando a imaginarse a sí mismo comiendo por las calles de New York en medio de la noche.

Suspiro ilusionado mientras veía pelear a esas dos personas tan importantes para él, y terminó corriendo hacia ellos para unirse al alboroto.

Escucho las risas, se perdió en los ojos que lo hacían temblar hasta el hueso y soño un futuro como si tuviera una idea.

Entonces, su días volvieron a ser lo que eran.

[The Notes]

Basando en hechos reales.
La dieta mencionada hace referencia al caso de Wendy, integrante de la agrupación Red Velvet.
Existen muchas mas dietas como esta, y llevan años siendo virales en internet, muchos fanáticos del género kpop han empezado a seguirlas con diferentes propósitos.
No soy nutricionista, pero es obvio que NO LAS RECOMIENDO.

[...]

Perdón si este capítulo no resulta muy informativo, pero mi investigación se basaba en muchísimos números e información compleja de redactar. Además, no quería aburrir tanto.

[...]

❤Tres mil gracias por leer esta historia. 💙

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