Gato Encantador | OMEGAVERSE...

By g__gabri__

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El pequeño Chanyeol lo encontró en una cajita de golosinas, lo tomó en sus manos cuando era un pequeño gatito... More

~Prólogo~
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By g__gabri__

Un pequeño chiquillo de cinco años era recogido del jardín de niños por su madre soltera, una sencilla y joven mujer de cabellera negra y ojos castaños. El chiquillo le comentaba emocionado a su joven madre que había sido invitado a jugar con sus compañeros de clase, dejando por fin la biblioteca y sus atesorados mangas de animales superhéroes. La madre le escuchaba atenta, aliviada porque su hijo estaba haciendo sus primeros amigos, ella sonreía bastante para ocultar su rostro de nervios provocado por la cita con el psicólogo que su hijo tendría al día siguiente. La pequeña familia estaba iluminada por la luna llena, la primera luna llena del invierno. Caminaban de la mano para no perderse en el transitado centro de la ciudad, el frío viento los guiaba y la familia era precavida al cuidarse de no pisar la sobrante nieve acumulada en las orillas de la vereda. La pequeña familia se detuvo del todo cuando pasaron por una panadería, allí entraron para formarse en la pequeña fila de tres personas antes que ellos, comprarían pan y unas cuantas galletas para acompañar el frío. Chanyeol sonreía de oreja a oreja, volvería a encontrarse con su amigo el panadero para hablar de los tipos de galletas existentes. Chanyeol estaba emocionado, saltaba de la alegría en esa fila esperando su turno agarrando de la mano de su madre vestida elegantemente. De pronto, un feroz viento que arrastraba una caja golpeó el gran vidrio de la puerta de la panadería estilo británica, y aprovechando que su madre estaba revisando las llamadas perdidas de su celular, Chanyeol salió corriendo de la panadería para cumplir el deseo de su curiosidad. El joven muchachito abrió silenciosamente la puerta de salida para contemplar la caja que había golpeado contra la puerta de la panadería, se acercó para abrir aquella caja de golosinas y cuando terminó por abrirla encontró un gatito color chocolate tiritando del frío. Chanyeol lloró en silencio, su sensibilidad se exponía a pesar de que en casa de su padre le decían que los hombres no lloran, con delicadeza tomó en sus manos al pequeño gatito, el que asustado le contemplaba con sus pupilas dilatadas a la vez que se inclinaba hacia adelante para olfatear curioso, el pequeño de cabellera negra le guardó dentro su abrigo y no mucho después salió su madre asustada para reclamarle como progenitora el por qué su hijo no le había anunciado que deseaba salir fuera de la panadería, entre lágrimas el joven Chanyeol no pudo ocultar el secreto, le mostró el gatito para volver a llorar y pronunciar que afanaba cuidarlo de una manera apropiada con el fin de jamás volver a verlo con frío o hambre.

Los años pasaron, Chanyeol y el gatito Baekkie crecieron con rapidez y sin falta de juegos y risas. La madre de Chanyeol no perdía el tiempo, tenía más de quince álbumes llenos de fotografías únicamente de su hijo y el gatito. Todo era perfecto, eran años adorables aunque estuvieran bajo una tormenta de problemas económicos y sentimentales.

💮🐈💮

No era mentira que todo el vecindario sabía que la madre de Chanyeol se estaba divorciando de un cerdo, narcisista, alcohólico y mujeriego. Tampoco era mentira que en la juventud de Chanyeol le tocaba pasar por el peor momento, ir de mano en mano. Había días en los que Chanyeol amanecía en casa de su padre, quien siempre tenía a una mujer diferente cada vez que le visitaba, había otros días en los que amanecía en casa de sus abuelos paternos, quienes apenas se preocupaban de alimentarlo porque estaban ocupados en hablarle mal de su madre. Fue gracias a una buena jugada que después de pelear durante seis años su madre pudo quedarse con la custodia, y poner una orden de alejamiento al padre. Podría decirse que hasta ahí todo era un cuento de hadas, pero como la vida nunca puede estar en paz, su madre fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica: una enfermedad que avanza constantemente, que afecta a los músculos con debilidad absoluta y aparentemente sin cura. Chanyeol tenía unos dieciocho años cuando su madre comenzó a usar un bastón para caminar, a sus diecinueve su madre ocupaba una silla de ruedas, y para sus veinte cargaba el ataúd de su madre sobre sus manos.

Para este entonces, Chanyeol iría al primer día en la universidad del país, reconocida a nivel mundial como una de las mejores por sus campus y excelencia académica, tras regresar de unas mini vacaciones de primavera. Con bastantes alarmas con dos minutos de diferencia pudo levantarse para ducharse, desayunar y salir corriendo a tomar el bus que lo llevaría a su universidad. En el camino a su lugar de estudio se encontró con Kim Jongin, el alfa más inteligente de cuando iba al colegio, quien había entrado a la universidad tres años antes de lo normal en el país, Jongin le saludó con amabilidad y respeto, algo que por parte de Chanyeol le respondió con cálidas palabras que le salieron a la fuerza. Si, en parte le caía mal, ya que ese hombre tenía la manía de decir que todo era posible con esfuerzo y propósito, claro que lo decía ese tipo que jamás había pasado por algo trágico en su vida. Pero no, de nada servía maldecir a gente como Jongin que al fin y al cabo la vida de Chanyeol seguiría siendo la misma aunque le diera una paliza por usar estúpidas frases clichés. Para su suerte el día pasó rápido. Por increíble que sonase para un estudiante cualquiera, las quince materias de Chanyeol volaron a la velocidad de un rápido parpadeo. Entonces, el sol de la mañana, mediodía, tarde y luego la luna de la noche terminó por acompañar a todos los estudiantes de la universidad que se dirigían a sus hogares o departamentos que ofrecía la universidad a los becados o gente con más dinero.

Y así, si. Así eran los días tras días del ahora Chanyeol. Día tras día era la misma rutina, las mismas alarmas, los mismos irritantes encuentros en el bus con Jongin, y la misma rapidez de las horas en la universidad. Nada tenía el mismo brillo porque sus días eran grises y él no tenía un pincel para cambiarle el color a algunas cosas o personas. Podría decirse que había una excepción con el fin de semana, los días adonde iba a visitar a sus abuelos maternos, pero de allí en más nada era irrelevante como para agregar.

💮🐈💮

—Debes comer más. Estas muy flaco.

Esa era la voz quejosa de su abuela alfa, su amable abuela que cocinaba abundantemente para que nadie quedara con hambre.

—Ya otra vez con la misma frase. El lolo va a comer cuando tenga hambre. Debe estar cuidando su peso para la novia.

Chanyeol, quien tomaba una taza de té verde, tosió sonoramente cuando escuchó la palabra "novia" de la boca de su abuelo, no porque le molestara sino porque nunca se había hablado ese tema en aquella casa en el campo de mucha humildad.

—¡Que lo asustas!. —reclamó la abuela dando una suave palmada en la espalda de su marido beta.

Chanyeol continuaba tosiendo, y no fue hasta que su abuelo le levantó los brazos que pudo reincorporarse decentemente.

—Discúlpenme.

Los abuelos asintieron con sus cabezas y sus labios apretados, incómodos por el tremendo show que su único nieto se había mandado por sólo mencionar la palabra "novia". El abuelo fue el que retomó su hablar con el fin de insinuar y a la vez insistir a su nieto con la idea de darle bisnietos.

—Yo a tu edad ya estaba casado, Chanyeol-ah. No te lo digo como anécdota, te lo digo como orden. —mencionó el hombre mayor con una ceja alzada, algo enfadado que habían pasado tantos años y su nieto continuaba como un solterón. 

El nieto rodó sus ojos mientras que continuaba comiendo su desayuno, pan con palta y té. Ya estaba lo bastante concentrado en sus estudios como para discutir un tema muy futuro. Tenía su vista impregnada en su desayuno, veía de reojo a sus abuelos gracias a que estaba sentado en medio de ellos, su asiento habitual, esta vez estaba claro que no podía mirar a los ojos a su abuelo cuando le incomodaba el tema por ser bastante tímido.

—¿No crees que ya es tiempo?. Tienes casi veinticuatro años, mijito. Sabemos que te importan mucho tus estudios, pero ir acompañado es mejor que ir sólo. No queremos que llegues a los treinta y termines siendo algo "diferente".

—Abuelo, estoy bien. Disfruto de mi soledad.

La única mujer alfa de la pequeña familia de Chanyeol, su abuela, torció sus ojos ante todo lo que escuchaba. Ella no era despistada, sabía que a su nieto sólo le faltaba un empujón para estar casado y con siete hijos: si, siete, porque ella quería siete bisnietos. La vieja alfa hubiese seguido idealizando un supuesto futuro para su nieto si no hubiese sido porque el gato color chocolate se subió a sus piernas para pedirle un poco de jamón.

—Ay, ya va a empezar —habló la mujer llamando la atención de los dos hombres, quienes dudosos dejaron de hablar y comer para contemplarse entre ellos y luego dirigirse confundidos hacia el rostro de la alfa. —Es el último y no habrá más. —la abuela terminó por darle una lámina de jamón al gato, al cual le brillaron sus ojitos y se comió aquello de un bocado para bajarse de las piernas contrarias y continuar durmiendo en el sillón.

Y así pasaron las horas hasta que los finos rayos del sol de la tarde le avisó a Chanyeol que era hora de volver a la ciudad para estudiar y prepararse para el día siguiente, un lunes más para ir a la universidad.

La abuela, al ver que su nieto que terminaba de hablar con su marido y agarraba su mochila de viaje, dejó de acariciar al gato sobre sus piernas, lo colocó cómodamente en el sillón y se levantó para acompañar a su nieto a la puerta de entrada y salida.

—Hay algo que quiero hablarte. —comenzó la alfa con un tono lastimero, preocupando a su nieto. —Tú sabes que somos gente humilde y que muchas veces los vecinos nos tienen que dar de lo suyo para comer. Por eso quiero pedirte un favor. —rogó la mujer casi que con lágrimas, provocando un comprensivo asentimiento de cabeza por parte de su único nieto. —Llévate al gato.

—¿Qué?. ¿Pero no sería mejor que yo los ayudara económicamente? —reclamó con realismo, no entendiendo el análisis que su abuela le dio al asunto.

—Ay, no. No quiero ser mantenida por mi nieto cuando puedo aprovecharme de los vecinos.

—¿De acuerdo?. Pensé qu-

—Ya vete, mijito.

Y de repente, Chanyeol estaba afuera de la casa con mochila en el hombro, comida de gato en mano izquierda y gato en su transportadora en mano derecha, parpadeando lentamente para procesar todo lo que había ocurrido cuando él estaba consciente...o bueno, creía estar consciente. Y las horas pasaron y ambos llegaron a casa en bus. El gato color chocolate volvió al lugar donde vivió por cinco años, y Chanyeol volvió al lugar donde vivió toda su vida. No pasaron ni dos horas y Chanyeol se tiró a su cama para dormir hasta el otro día, olvidándose por completo del gato. Al día siguiente el joven alfa se levantó como siempre, a duras penas después de apagar más de diez alarmas, tomó una ducha, desayuno, se lavó los dientes, y cuando estaba apunto de salir un maullido lo detuvo, volteó somnoliento y se dirigió a la despensa para sacar la comida del gato, servirla en unos platos que él utilizaba para sus cereales y terminar por servirle comida y agua. Chanyeol frunció su ceño cuando vio al gato pasar de largo ante la comida que ni había probado.

—Come —ordenó como un general. Rodó sus ojos. Joder, estaba hablando con un gato, un quisquilloso gato. —Si no te gusta tienes que decírmelo.

Bufó y finalizó saliendo del apartamento que antes compartía con su madre y ese mismo gato. Comenzó su día tomando el transporte público, encontrándose con Jongin, escuchándolo y aguantando sus frases clichés de una vida perfecta, en la universidad tuvo que callar antes de soltar un feroz gruñido cuando se equivocó de clase y perdió una maldita hora que para él valía oro. Terminó por llegar al departamento a media noche. Se tiró a su cama y se quejó cuando escuchó un fuerte maullido de gato que casi le deja pegado en el techo, entonces se levantó tiritando.

—Bajate, gato. Tú y yo no dormimos en la misma cama —reclamó con cansancio, tratando de sonar algo amable pero que al final resultó como una orden. Al no obtener la respuesta que buscaba decidió por hacerse el rudo con el pobre animalito. —¿Que no me oyes?. ¡Largo!.

Chanyeol estaba en su derecho, ahora que no estaba su madre él mandaba en esa casa, además él era alfa y debía ser respetado al menos como humano y ahora dueño de ese gato. Lastima que sus altas expectativas sobre tomar su lugar como amo de aquella mascota se fueron al tarro de basura. El gato terminó arañando al amo con todas sus fuerzas para conseguir lo que quería, adueñarse de esa cama, y aquello se repitió por semanas y semanas. Ojalá solo hubiese sido ese problema con la cama, pero no, luego al gato le dio la gana de hacer sus necesidades fuera del arenero y Chanyeol, bueno, Chanyeol tuvo que aguantarse y dormir en el sillón porque su abuela no quería a ese gato en su casa.

—Hey, Chanye-

¡No me hables! —interrumpió el mencionado con su voz de mando. Que estaba enojado era muy poco decir. Habían pasado ocho semanas viviendo con ese gato y ya estaba al límite de su paciencia.

—Te ves como si hubieses dormido en el sillón.

Eso fue lo que pasó, genio. —volvió a reclamar con el mismo tono de voz. El gato era el colmo. Chanyeol casi da el gruñido de su vida cuando escuchó la risa del clichoso Jongin. —¿Es tan chistoso?.

—Seguramente así me veía yo en mi primera noche de bodas, —suspiró melancólico al evocar el recuerdo a la perfección. —cuando mi esposo y yo todavía no teníamos tanta confianza. Lo bueno es que ahora estamos bien, muy contentos esperando a nuestra primera camad-

—¿Cómo es eso de los matrimonios arreglados?.

Chanyeol interrumpió teniendo sus dudas porque una idea se le había metido en la cabeza. Si le decía a sus abuelos que ya estaba casado o vivía con su pareja el gato se tendría que ir sí o sí, y además mataba esas suposiciones falsas, venga que estaba soltero porque esperaba a la persona correcta, no porque aún era virgen y temía decirlo porque prefería ocultarlo a que ser burlado.

Estupefacto, Jongin sonrió de lado para comenzar a contarle aquello que quería saber, claro que Jongin tenía sus preguntas, pero las dejó pasar para no arruinar el momento cliché.

Aprovechando que al día siguiente era sábado y tenía algo de tiempo libre, Chanyeol limpió el departamento hasta sacarle brillo, no había ni una pizca de suciedad, y hasta había tendido su cama que pasaba desordenada, cruzó los dedos para perder su virginidad de una vez por todas. Así que todo estaba listo, la cena romántica espléndida y el departamento olor a cloro con frutillas. Orgulloso de su trabajo, bajó la mirada con sus ojos en par cuando sintió unas filosas garras enterándose en sus pantorrillas, era el gato que se estiraba después de su siesta de casi cuatro horas. Chanyeol se cruzó de brazos ante el animalito, aguantando el dolor del ardor y diciéndose asimismo que esta vez ese gato no le haría tonto.

—Más te vale comerte la comida y no hacer tus heces fuera del arenero, gato. Hoy vendrá alguien a cenar. Tienes que comportarte como mascota adorable, que por lo menos esa persona me quiera por ti. —el alfa hablaba cabreado junto a su ceño fruncido mientras que apuntaba al animalito con su dedo indice. Sin más, Chanyeol se dirigió al baño para tomar una ducha y afeitarse la cara y "cierta parte" por si pasaba "algo más".

El gato color chocolate miró al alfa de cabellos negros perderse de su vista, luego enfocó su vista en la mesa decorada con pétalos de rosas rojas y velas apagadas. Suspiró cansado, no había dormido lo suficiente, y con la idea de ser de esos gatos que duermen veinte horas al día se dirigió al sofá para intentar convertirse en ese tipo de gatos.

Llegando la noche el timbre del departamento fue tocado, Chanyeol corrió a la puerta, contó cinco segundos en voz alta para luego abrirla con una sonrisa apretada como niño escondiendo algo.

—Bienvenido, Jongdae-hyung-.

El mencionado le sonrió con amabilidad, debido a que él era un omega de pocas palabras pero de mucha educación y respeto. Jongdae se quitó sus zapatos en la entrada para colocarse las pantuflas de invitado, en todo momento contempló la minimalista decoración del lugar, cuando llegó a la sala volvió a reencontrarse con los ojos de su compañero de carrera.

—Wow, han sido siglos que no me invitas a tu-...¡tienes un gato! —habló dejando su compostura a un lado para agacharse y tomar en sus brazos a la criatura. —¡Ay qué lindo gatito!. ¡Hermoso gatito de la reverenda humanidad!.

—Ah, si. El gato.

Chanyeol había hablado entre dientes. Ya le estaban quitando su oportunidad de perder aquello que tanto anhelaba..., "el gato".

—¡Belleza bien hecha, mi amor peludo!. ¿Cómo se llama?.

Chanyeol convirtió su sonrisa apretada en una mueca afligida, similar a cuando uno va al baño. Cielos, que le estaban haciendo una pregunta y él, comportándose como un roedor petrificado.

—¿El gato?. —preguntó tratando de ganar tiempo y pensar, recordar o ponerse a inventar algo cuando en ese momento su mente le fallaba.

—¿Si?. ¿Quién más?.

—Oh, claro. Pues...él es —movía sus ojos de aquí para allá y de allá para acá. Si inventaba algo nadie se daría cuenta, pero luego tendría que recordar la mentira para no volver a inventar una mentira mentirosa. Golpeó su cabeza disimuladamente y menos recordó el nombre. —¿Sabes?, los nombres no importan, al final terminas llamando al gato: Michi o........Gato.

En qué estaba pensando con perder aquello, "el gato", cuando él no era de esos alfas que le tiran calzones o los que siempre tienen a alguien para pasar la noche, él apenas y sabía que las mujeres alfas, betas y los omegas menstruaban. Si, el joven Chanyeol las tenía todas para perder.

Jongdae, quien no había soltado al gato y no pensaba hacerlo, alzó una ceja totalmente incrédulo ante las palabras de su amigo de la universidad.

El alfa y el omega quedaron en silencio, como esperando que algo inusual sucediera, el gato era el único que disfrutaba de ello porque el omega le acariciaba la carita con suavidad y le transmitía una paz como de un niño pequeño, alguien tan inofensivo.

Chanyeol comenzó a sudar, la mirada de Jongdae le ponía nervioso porque era obvio que tal esperaba algo de razonamiento humano por parte de él. Su idea de expulsar al gato a la fuerza se estaba desmoronando, a ese paso el que sería expulsado sería él, o sino sería tratado como el ratón del gato por su contextura delgada y su barba que le crecía como bigotes de ratón.

—¿Quieres cenar?. —fue lo único que pudo pronunciar.

Y bueno, la cena fue sólo Jongdae hablando con el gato sobre el gato y para el gato. Chanyeol estuvo callado comiendo desanimado la cena que había preparado con mucho esfuerzo y horas viendo videos de comida en youtube, llevó ese ritmo hasta que acompañó a Jongdae a la puerta de salida.

—Gracias por invitarme.

El alfa solamente asintió con su labios apretados, no sabía que decir que no tuviese que ver con el gato, y hablar sobre una posible segunda cita no era algo que le animara tanto.

Jongdae asintió tímidamente antes de salir del departamento y finalmente encontrarse con su prometido afuera del edificio, Kim Minseok, quien le esperaba en su Peugeot 3008 color blanco que era descapotable y del año.

—¿Cómo te fue en tu cita, amor?

Jongdae rodó sus ojos, apenas había abierto la puerta del vehículo y su novio ya se ponía de celoso.

—No empieces. —advirtió el omega con un pequeño malhumor. —Te dije que solo iba a ser una reunión de compañeros de carrera, que por cierto estuvo bien. Chanyeol tiene un gatito adorable. —el omega comentaba con una sonrisa de consideración, rememorando al gatito color chocolate que lo había cautivado, sin embargo su mal humor volvió. —¿Y cómo puedes dudar de mi fidelidad cuando estamos comprometidos y con un pequeño en camino?. —finalizó con la pregunta que hizo a su prometido tocar su vientre de dos meses con posesividad con su ceño fruncido, dando a entender el por qué de sus celos, luego movió la llave del vehículo para comenzar a andar y desaparecer de esa zona.

Por otro lado, Chanyeol golpeó suavemente su frente con la puerta de salida, maldiciendo al gato en voz baja, se giró sobre sus talones al sentir una mirada, más bien, una felina mirada.

—Ni creas que te daré parte de la cama por lo que me hiciste.

Sin más, Chanyeol se fue a su pieza para dormir hasta el siguiente día, entristecido debido a que por primera vez en su vida había tendido su cama para perder eso otro que tanto quería, "el gato".

El animalito, Baekkie, contempló sin expresión o sentimiento alguno la puerta cerrada de la habitación del castaño alfa, se lamió su patita derecha para limpiarse su carita, quitarse todo el aroma de ese omega, sabía que tomaría horas así que por sólo se lavó su carita para volver a dormir. Era una completa desgracia que esta vez no le tocara dormir en la cama del virgen alfa, pero, también sería una completa desgracia volver a molestarlo con el arenero. En un dos por tres Baekkie corrió al baño con sus patitas admirablemente rápidas, como si diera saltitos en su andar; en su malévolo andar.

A la mañana siguiente, siendo un domingo muy soleado para disfrutar el día en un parque con la mascota, un dueño de un gato gritaba a los cuatro vientos maldiciendo porque al animalito le dio por dejar de lado su arenero, botando toda la arena a una alfombra tan costosa de limpiar.

—¡GATO DE- ¡¿EN SERIO TENÍAS QUE HACERLO FUERA DEL ARENERO?!. —Chanyeol se tomó los cabellos con rabia viendo el arenero con ira y con ganas de incendiarlo cuando quería que el gato lo usara.

Y Baekkie sentado elegantemente bajo el marco de la puerta del baño con una mirada curiosa.

—¡Fui el hombre más claro al decirte que ocuparas el arenero apropiadamente!

Baekkie al tener toda la atención del humano con bigotes de ratón, entró al baño con seguridad en su andar, se sentó en su arenero ya comodado correctamente, miró desafiante los ojos cafés del humano de insignificante nombre "Chanyeol", quien quedó arrodillado frente a él. Baekkie achicó sus ojos felinos color miel, sus pupilas se dilataron como dos lunas llenas, se puso firme y pronunció con desprecio y una vocecita masculinamente fina.

—No fuiste tan claro, ratón.

~Continuará~

Holiwuis. Espero que disfruten de este nuevo fic dedicado a toda la gente que le gustaría que su gato hablase, también dedicado a toda la gente tan rara como yo que le encantaría ser una mascota híbrida 7u7.

PD: Anteriormente había dicho que publicaría el 25 de diciembre (ayer), sin embargo, estoy publicando al día siguiente ya que el tiempo no fue el suficiente para terminar. Como sabrán, antes de publicar hay que revisar los ultimos detalles que a algunos les tarda más (mi caso). No os preocupéis que en recompensa publicaré dos capítulos más.

TOTAL DE PALABRAS: 4015

[ESCRITO POR] 
ZHANG GABRIEL - • G A B R I •

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