Después de responder el mensaje de Niall preguntando por mi estado, tiré el teléfono a mi cama y me dirigí el baño para darme una ducha. Era domingo, y mamá había salido con mis hermanas para tener una "tarde de chicas" o algo así. Estaba solo en casa, así que tomé mi tiempo para darme un baño, y al rededor de una hora después me encontraba cerrando el grifo del agua. Caminé por el pasillo con dirección a mi cuarto y antes de entrar se escuchó el sonido de la puerta principal.
–Mierda –me quejé corriendo a buscar algo para ponerme encima. Lo primero que mis ojos captaron fueron unos pantalones de franela y no dudé en colocármelos mientras corría escaleras abajo con una toalla secando mi cabello. Por suerte la chimenea estaba prendida desde la mañana, por lo que la casa estaba con una buena temperatura.
–¡Sorpresa! –Harry y Niall aparecieron tras la puerta, ambos con una sonrisa.
–¡Chicos! –sonreí y abrí la puerta por completo para dejarlos entrar.
–¿Interrumpimos algo? –preguntó Niall dándome un pequeño abrazo. Traía una pizza en sus manos y honestamente no me sorprendía.
–¿Además de mi cita conmigo mismo? No, no te preocupes –negué acercándome a Harry para envolverlo en un abrazo–. Hola Hazza.
Al sentir sus tibias manos en la piel de mi espalda baja caí en cuenta de que solo estaba con el pantalón. Me separé del ojiverde y le di un beso en la mejilla antes de alejarme por completo.
–Iré por una camiseta –reí al ver las mejillas de Harry sonrojadas. Ni siquiera me miraba y no había dicho nada–. Niall, no rompas nada, vuelvo enseguida.
Corrí a mi cuarto escuchando como Niall entraba en la cocina. Desde pequeños solíamos quedarnos en casa del otro o sólo pasar el rato por las tardes, por lo que ya era familiar tenerlo rondando por aquí.
Al bajar ya decentemente vestido me encontré con Niall y Harry sentados en el sofá mirando televisión.
–¿Es en serio? –arrugué la nariz viendo como Titanic pasaba por la pantalla. No tenía nada en contra de esa película, pero se me hacía algo dramática.
–Shh, ésta es la mejor parte –Harry me dio un manotazo en el brazo cuando me acurruqué a su lado.
Niall se encontraba frente a nosotros recostado cómodamente en el suelo, con un trozo de pizza en sus manos. Me giré a ver a Harry en el momento exacto en que le daba una mordida a su trozo, concentrado en la película.
–Harry –susurré intentando llamar su atención. No despegó la mirada de la televisión, e hizo un ruido con su garganta–. Harry...
Comencé a tocar su rostro con mi dedo. Estaba aburrido y molestarlo se me hacía más divertido, en especial porque a él parecía no importarle.
–Lou, eres un bobo –rió negando con la cabeza. Sin poder evitarlo hundí mi dedo en su hoyuelo.
Recosté mi cabeza en su hombro mientras comía con los llantos de Niall de fondo.
–¡Jack! –chilló el rubio elevando una mano a la pantalla.
Di un pequeño salto por el repentino grito de mi amigo, y Harry me miró de reojo soltando una pequeña risa. Pasó un brazo por mis hombros y me acurruqué mejor en su pecho para terminar de ver la película. Podía sentir su corazón latir y subí una mano a su pecho para sentirlo mejor.
–Tu corazón late muy rápido Harry–susurré moviendo un poco la cabeza para mirarlo.
–¿Sí? –me miró con una pequeña sonrisa. Asentí mirando sus hoyuelos–. Es...deber ser la película.
–Eres todo un romántico –me burlé y dejé un pequeño beso en su mejilla antes de volver a acurrucarme en su pecho. Los latidos de su corazón aumentaron y mordí mi labio para evitar una sonrisa. Levanté la mirada nuevamente–. ¿Todo en orden?
–Louis...–rodó los ojos con una sonrisa. Sus mejillas estaban rosadas y dejó un beso en mi frente antes de volver a mirarme–. Eres tú.
–¿De qué hablas? –una sonrisa se deslizó por mi rostro y corrí un poco el cabello de su frente.
–Tú provocas eso –susurró sin despegar la vista de mí. Sentí como el calor subía a mis mejillas–. Oh, mira eso, te ves adorable sonrojado.
–No sabía que me querías tanto –reí para ocultar mi nerviosismo. Él subió su mano y acarició mi mejilla con suavidad. Podía sentir como mis latidos se aceleraban y mis orejas se calentaban.
–Te quiero mucho Lou –su tierna sonrisa no desaparecía de su rostro y la luz de la televisión se reflejaba en sus ojos–. Más de lo que crees.
–También te quiero Hazza –sonreí y me acerqué para besar la punta de su nariz. Me acomodé en su pecho y pasé un brazo por su torso a modo de abrazo.
El calor de mis mejillas desapareció después de unos minutos, así que cuando los créditos aparecieron en la pantalla, ya me sentía más tranquilo.
–Tengo hambre –se quejó Niall desde el suelo–. Cocinemos algo Louis.
–¿Cocinemos? –me crucé de brazos mirándolo–. No recuerdo ni una vez que me hayas ayudado a cocinar, Horan.
–Bueno, entonces cocina algo tú, vamos –hizo un puchero y miró a Harry–. Harry te puede ayudar.
Con Harry nos miramos unos segundos. Él se encogió de hombros y solo rodé los ojos mientras me levantaba para ir a la cocina. Harry entró a los segundos con el grito de victoria de Niall de fondo.
–¿Donde están Liam y Zayn? –pregunté lavando mis manos.
–Zayn tenía que cuidar a su hermana y Liam estaba estudiando para un examen de mañana –dijo abriendo las puertas de los muebles–. ¿Qué haremos?
–Uh, solo sé hacer pasta –fruncí el ceño recordando todas las veces que mis hermanas se quejaron por no cambiar el platillo de la cena–. Y té.
–Dios, Lou –rió acercándose a mí. Corrió unos mechones de mi frente y sonrió–. Entonces yo me encargo por hoy.
–¿Sabes cocinar? –lo miré confundido. Harry
comenzó a buscar los ingredientes, supongo, mientras yo me apoyaba en la barra.
–Solo algunas recetas –se encogió de hombros. Revisó la alacena y después de bajar un par de cosas subió las mangas de su camiseta–. A Gemma le gusta cocinar, así que prácticamente me obligaba a ayudarla con la cena cuando estaba en casa.
–Oh, que linda –reí ganándome una mirada sarcástica por su parte–. ¿Qué vamos a preparar?
–Algo sencillo –se aclaró la garganta antes de volver a hablar–. Pollo relleno con mozzarella envuelto en jamón de parma con puré de papas...casero.
–Ah...¿Qué? –parpadeé un par de veces, atónito. Fruncí el ceño pensando que había escuchado mal–. ¿Escuché bien? ¿Donde está lo sencillo en todo eso?
–No es tan complicado como suena Lou, lo prometo –rió acercándose. Depositó un beso en mi mejilla y sonrió–. Ahora cambia esa cara de gruñón, y comienza a pelar esas papas.
–Oh dios –negué haciendo lo que me pedía. Pese a que la cocina no era mi fuerte, realmente estaba disfrutando esto.
Durante la hora en que estuvimos preparando todo, Niall se pasó un par de veces por la cocina, sacando fotos y lloriqueando mientras preguntaba cuánto faltaba.
–Joder Harry –me acerqué a tomar los platos cuando todo estuvo listo–. Todo huele muy bien.
–Privilegios de tener a Harry Styles en tu vida –me guiñó el ojo tomando el otro plato.
–Lo que más me gusta de ti es tu humildad –reí dejando los platos en la mesa. Volvimos a la cocina para buscar un par de sodas–. ¿Te casarías conmigo? No me importaría tener este tipo de comida todos los días.
Harry se atoró un poco con la saliva y me acerqué preocupado a él.
–¿Estás bien? –di unos golpes suaves en su espalda y lo miré.
–Uh, yo...si –asintió saliendo de la cocina con un par de zancadas.
Al salir pude ver como Niall ya estaba sentado en la mesa.
–¿De verdad ustedes prepararon esto? –nos miró a ambos con los ojos entrecerrados–. Esto huele muy bien.
–Dale las gracias a Harry –sonreí mirando al ojiverde, quien tenía una tímida sonrisa–. Él hizo la mayor parte.
–Claro que no, lo hicimos juntos –respondió con sus adorables hoyuelos. Niall soltó una pequeña risa.
–Hasta cocinan juntos, son adorables chicos, que linda pareja hacen –se burló probando la comida. Soltó un gruñido y cerró los ojos–. Esto está delicioso.
–Cierra la boca Niall –reí comiendo un bocado–. No te pongas celoso.
Y si, Niall adoraba molestarnos a Harry y a mí cada vez que podía. Soltaba comentarios como esos todo el tiempo, pero a Harry no parecía molestarle, así que no me hacía mayor problema.
Cuando dieron las nueve de la noche, los chicos se prepararon para irse. Estaban recogiendo sus cosas cuando la puerta de la casa se abrió y con ella las voces y risas de mis hermanas se oyeron.
–¡Louis! –las gemelas se acercaron corriendo hacia mí. Detrás de ellas vi como Fizzy y Lottie las imitaban y de un segundo a otro ya me encontraba en el suelo siendo aplastado por todas. Siempre era lo mismo, por más que intentara mantener el equilibrio ellas siempre ganaban.
–Bienvenidas –reí besando la frente de cada una. Pasaron unos segundos antes de que se levantaran y me tiraran de la camiseta para ayudarme–. ¿Cómo les fue?
–Genial, mamá nos compró helado y estuvimos en la pista de patinaje toda la tarde –dijo Daisy tomando mi mano.
–Me alegro chicas, ahora vayan a asearse para comer, Harry me ayudó a preparar la cena –hablé mirando al ojo verde, quien se encontraba mirando la escena con una linda sonrisa.
Mientras cocinábamos, Harry recordó el batallón que tenía por familia y sugirió aumentar la porción para que mamá no tuviera que hacer otra cena.
De pronto, la atención de toda mi familia se dirigió a Harry. Todas lo miraban con ojos curiosos. Les había hablado de él muchas veces pero jamás lo habían visto en persona.
–Hola –las gemelas se acercaron a él y lo miraron con una sonrisa–. Yo soy Phoebe, y ella es Daisy.
–Es un gusto conocerlas –dijo Harry agachándose para quedar a la altura de ellas–. Louis me ha hablado mucho de ustedes.
–¿De verdad? –preguntó Daisy mientras que Phoebe acariciaba los rulos de él–. Bueno, él también nos habla de ti.
Niall se acercó a saludar a mis hermanas y le dio un sonoro beso en la mejilla a mamá, quien soltó una pequeña risa antes de acercarse a Harry.
–Así que tú eres el famoso Harry, Louis me ha hablado mucho de ti –dijo mamá abrazando al chico, quien tenía sus mejillas sonrojadas.
–Es muy lindo –dijo Lottie con una sonrisa, y todas mis hermanas asintieron en respuesta, ganando una risa por parte de Niall.
–¡Lottie! –la miré nervioso. Mis hermanas rieron y se dispersaron por la casa.
–Ya nos íbamos Jay, sólo queríamos hacerle compañía a Louis mientras no estaban –dijo Niall pasando un brazo por mis hombros.
–¿Qué dices? Te invitaste solo –toqué su estómago con un dedo, haciéndolo reír.
–Bien, pero no me hagas cosquillas, sabes lo que pasa –me apuntó con su dedo, y yo arrugué la nariz, recordándolo.
–Ugh, si, lo sé –me quejé acercándome a Harry. Pasé un brazo por sus hombros y lo miré con una sonrisa–. No le hagas cosquillas jamás a Niall, tiene un particular olor a podrido.
La risa de Harry se escuchó por toda la casa y eso fue suficiente para mí. Lo miré, admirando como sus ojos se achinaban y sus hoyuelos se marcaban a los lados, y al notar la mirada de mamá desvíe la vista, nervioso.
Cuando los chicos se fueron, entré en la cocina para ayudar a mamá a calentar la cena.
–Harry es un chico encantador –dijo lavando sus manos.
–Lo sé –asentí con una sonrisa aún pensando en cómo las mejillas del ojiverde se habían mantenido sonrojadas durante el tiempo que estuvo frente a mi familia.
–Y se ve que es caballero...
–Así es.
–Y muy guapo...
–Sip –volví a asentir y al procesar bien lo que había dicho, miré a mamá, alarmado–. Es decir...él es...yo...
–Está bien Lou –rió acercándose. Acarició mi mejilla con cariño. Sus ojos rebosaban de amor y no podía sentirme más afortunado de tener una madre como ella–. No tienes que explicar nada cariño...
–Gracias...
–Cuando es más que obvio que te gusta –terminó la oración alejándose.
–¡Mamá! –me quejé sintiendo un fuerte calor en todo mi rostro.
–Louis, amor, eres demasiado obvio –se encogió de hombros riendo–. Lo siento.
–¿En serio es tan obvio? –pregunté luego de unos segundos en silencio. Mamá soltó una pequeña risa.
–Si, la forma en que lo miras es diferente...pero es lindo –se encogió de hombros y me miró–. Y no me sorprendería si él sintiera lo mismo.
–No lo sé, no creo –negué sirviendo la comida en los platos–. Pero no quiero hacerme ilusiones, ya sabes...
–¿No han hablado al respecto? Se ven muy cercanos –me miró curiosa.
–No, él es muy cariñoso y no me quejo, pero admito que a veces me confunde –resoplé haciendo un puchero–. Solo somos amigos.
–Cariño, déjame darte un consejo –se acercó a tomar mi mano–. La vida es muy corta Louis, no temas a amar y salir herido, es parte de crecer –acarició mi mejilla con una sonrisa–. No dejes de hacer algo por miedo, porque es mejor arriesgarse que estar arrepentido toda la vida.
–Mamá...–levanté una ceja, divertido–. Tampoco es que ame a Harry ni quiera casarme con él.
–Lo sé, solo ten en cuenta lo que te digo, la vida es una sola amor, disfruta de cada día como si fuera el último y no tengas miedo a expresar tus sentimientos –besó mi frente y se alejó.
–¿Por qué siento que Harry te agradó más de lo que debería? –me crucé de brazos apoyando mi peso en la mesa.
–No lo sé, es muy transparente, ¿no lo notaste? Ese chico suda inocencia –negó divertida tomando los platos–. Quiero decir, Harry es un buen chico, puedo sentirlo.
–¿Acaso tienes súperpoderes o algo? –reí tomando los platos faltan para salir y dejarlos en la mesa.
–Se le llama instinto de mamá –me guiñó el ojo. Entró a la cocina y salió con el último plato–. Y es bastante fiable.
–Como digas –reí tomando una manzana del mesón. Subí las escaleras encontrándome con mis hermanas en el camino, quienes tras molestarme un momento con Harry, bajaron corriendo para cenar.
Entré a mi cuarto y me recosté en la cama desbloqueando mi teléfono al ver un nuevo mensaje de Harry.
•Tu familia es linda, y tus hermanas son muy tiernas. :) –H
Reí un poco al recordar la pequeña charla con mi madre.
•Gracias, supongo.
Todas ellas quedaron fascinadas contigo..
•Es el efecto que causo en las personas. –H
•No lo dudo Hazza, eres un chico maravilloso ;)
Buenas noches.
•Descansa Lou <3 –H
Dejé el teléfono a un lado y me metí bajo las colchas para suspirar y cerrar los ojos. El sueño llegó rápidamente y como usualmente pasaba, mi último pensamiento antes de caer dormido fue la linda sonrisa con hoyuelos del ojiverde.
–C.