—Gracias, de verdad quería salir de ahí.— murmuré cuando estuvimos en la primera planta del club.
—No agradezcas, imaginé que no querrías estar.— me dio una sonrisa compasiva.
Traté de sonreír también pero me fue imposible, de verdad pensé que esta sería una buena noche, pensé que saldría del brazo de Leon de este lugar, pero no, no estaba ni cerca de ser así, quería irme a mi casa a llorar por ser tan ilusa.
Leon ni siquiera había venido a buscarme, eso significaba lo poco que le importaba, si bien me comporté como una tonta en la tarde él hubiera reaccionado peor si la situación fuera al revés, si fuera yo con otro chico, pero no, yo quería sufrir por el mismo idiota.
—No dejes que te amargue la noche Erin, mereces disfrutar y no estar a punto de llorar.— lo miré sintiendo que mi labio inferior temblaba.
—Lo lamento, es que por Dios ojalá no lo amara, así todo sería fácil, no estaría aquí por llorar y estaría bailando hasta cansarme.
Ambos nos encontrábamos en la barra, habíamos pedido unos tragos en lo que conversábamos.
—Pero eso no te lo impide nadie, deberías estar haciéndolo para que él vea que no te afecta.
Serge tenía razón, yo misma le daba la importancia a Leon y por cada pequeña cosa que hacía me ponía mal, pero ¿qué podía hacer? No podía decidir qué iba a dejar de afectarme porque no podía controlar eso.
—Debería pero en realidad si me afecta.— llevé el trago a mi boca y lo tomé de golpe sintiendo el amargo líquido en mi garganta.
—Pero algún día deberás tomar la decisión que no y obligarte a ti misma a qué no sea así.— dijo y luego pidió más bebidas.
—¿Cómo puedo hacerlo si lo amo? Ojalá todo fuera como antes entre nosotros, pero dudo que vuelva a ser así.— me encogí levemente de hombros.
Ni siquiera supe en qué momento me había sobrepasado con el alcohol, pero me encontraba riendo mientras conversaba con Serge quien parecía igual que yo, bueno menos que yo realmente.
Luego una castaña se acercó a él preguntándole si podían bailar él me volteó a ver a mí a lo que yo lo impulsé a que se fuera con ella mientras elevaba ambos pulgares en aprobación. Ellos se fueron y yo me quedé bebiendo todavía.
Por la culpa del idiota Leon me encontraba ebria, no había nada mejor para "ahogar las penas" y para ser sincera ahora me sentía mucho mejor.
Que se vaya a la mierda Leon yo no lo necesitaba.
Me levanté de la barra y caminé decidida a la pista la cual se encontraba llena de personas bailando animadamente al ritmo de New Rules de Dua Lipa, me uniría a ellos. Me dejé llevar con la música ignorando el hecho de que la letra me recordaba a cierto idiota. Las luces excéntricas me mareaban más aún así no dejé de moverme. Entre las personas logré ver a Serge con la castaña parecían llevarse bien, me alegraba por él.
De pronto un chico pelinegro, bastante alto y jodidamente atractivo se me acercó pidiéndome bailar con él, no me negué así que comenzamos a bailar mientras nuestros cuerpos estaban cerca ya que la música había cambiado a una más lenta.
•••
Nuevamente Leon repasó todo el lugar con la mirada, desde la segunda planta, Erin estaba con Gnabry en la barra hace unos minutos pero luego de que la rubia a su lado siguiera hablando sin parar desvió la mirada de ellos para prestarle atención, así que cuando volvió a mirar hacia el lugar su ex novia y su amigo ya no estaban.
Maldijo en voz baja cuando la encontró bailando pegada a un desconocido. No pudo ocultar su molestia y sus celos viéndolos. La chica a su lado lo miró curiosa.
—¿Qué sucede?— interrogó.
—Tengo que irme, lo lamento.— no le dio tiempo de responder y se fue de ahí, caminando rápidamente hacia la planta baja.
¿Qué iba a hacer? ¿Qué le diría? No lo sabía, sus pies se movían como si tuvieran vida propia, cuando se trataba de ella simplemente no podía controlarse. Se acercó lo suficiente a ellos, para que Erin lo viera, aún así ella lo ignoró y siguió bailando con el desconocido, cosa que lo enojó todavía más.
—¿Me disculpas?— tomó al chico del hombro y haciéndolo voltearse hacia él.
—¿Qué te pasa?— el pelinegro frunció el ceño mientras le sostenía la mirada. Leon desvío su vista hacia Erin quién lucía confundida, seguro estaba ebria.
—Ven conmigo.— ignoró su pregunta y trato de tomar a la castaña de la mano pero el chico se puso en frente, impidiéndoselo. —¿Qué haces imbécil?— apretó los puños.
—Ella está conmigo.
Se rió sarcásticamente mientras sentía que su paciencia se iba colmando.
—Es mi novia.— dijo entre dientes, le mostró su teléfono para que observara su fondo de pantalla la cual era una foto de Erin y él.
Él no respondió sin embargo no se apartó.
—Apártate o no respondo.
—Leon, basta.— escuchó la voz de Erin la volteó a ver.
—Entonces ven conmigo.
Ella no dijo nada y su rostro era neutro, debatiéndose si ir con él o no.
—¡Bien!— alzó la voz molesta y comenzó a caminar hacia afuera del club, lejos de ambos. Erin se detuvo en el estacionamiento y lo volteó a ver mientras se cruzaba de brazos. —¿Qué es lo que quieres?
No respondió. No sabía que responderle, pero lo que quería era que dejara de bailar con el idiota.
—¡Habla!
—Cállate no grites que llamaras la atención.
—No me importa Leon Goretzka, ¿para que mierda querías que viniera contigo si no vas a decir nada?
—¡No quería que bailaras con ese! ¿Está bien?— ahora él alzó la voz.
—Yo no puedo estar con nadie mas que no seas tú pero tú si puedes hacerlo.— su voz se quebró un poco. —¡Por qué no te largas con tu amiguita idiota! Yo no quiero verte más no quiero estar cerca de ti.— lo empujó aún así no logro moverlo ya que ella se encontraba lo suficientemente borracha y él era muy alto y fuerte como para moverlo así como así.
—Estás ebria, no sabes lo que dices.— la tomó de ambas manos.
—Claro que lo sé, no quiero verte más, me cansé de ti.— le sostuvo la mirada e ignoró las enormes ganas de llorar que tenía.
—Basta Erin, no digas esas cosas y vámonos.— la tomó de la mano obligándola a caminar con él pero ella se oponía resistiéndose e intentando zafarse de su agarre.
—¡Que no! ¿Qué no entiendes que estoy rompiendo contigo definitivamente?
—No es cierto, solo eres una borracha que no sabe lo que dice, camina.— al ver que la castaña seguía oponiendo resistencia se acercó a ella y la tomó en brazos para luego subirla sobre su hombro.
—¡Bájame!— chilló mientras pataleaba y golpeaba su espalda. —¡Te ordeno que me bajes!
—No.— cuando llegaron a su auto la subió en el asiento del copiloto y le abrochó el cinturón de seguridad, teniendo sus rostros cerca uno del otro. Dejo de lado las ganas de besarla, no lo haría, no en el estado que se encontraba. Se alejó de ella y rodeó el auto para subir del lado del piloto y comenzar a conducir.
La observó mientras conducía y se había quedado dormida, sonrió para luego volver a mirar la carretera. Cuando llegaron a la residencia donde Leon vivía aparcó el auto y él bajo primero para luego tomar en brazos a Erin y caminar hasta su departamento.
•••
La ayudó a sacarse la ropa que traía para cambiarla por una camiseta y un pantalón de franela que le pertenecían a Leon, así dormiría mejor.
La dejó sobre su cama y luego la tapó con la sábana. Se quedó observándola mientras dormía y sonrió. Acarició su rostro, apartando unos mechones de cabello que estaban sobre él.
No podía ocultar que todavía seguía enamorado de ella como la primera vez y deseaba que estuvieran juntos nuevamente, pero Erin parecía decidida a echarlo de su vida y eso le sentaba mal, arreglar lo suyo era más que difícil.
Tomó su teléfono y le avisó a Alessia y Andrea que Erin se quedaría a dormir en su departamento.
Presionó sus labios por unos segundos sobre su frente. Se levantó de la cama y luego salió de la habitación para quedarse a dormir en la habitación de huéspedes.