Escapando del infierno (+21)

By girl_blue_666

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Adrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Pu... More

PERSONAJES
Praesagium
⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
CAPÍTULO 1 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 2 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 3 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 4 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 5 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 6 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 7 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 8 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 9 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 10 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 11 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 12 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 13 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 14 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 15 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 16 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 17 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 18 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 19 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 20 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 21 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 22 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 23 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 24 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 25 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 26 (CORREGIDO)
Capítulo 27 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 28 (CORREGIDO)
Capítulo 29 (CORREGIDO)
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 35
Capítulo 36; Parte 1
Capítulo 36; Parte 2
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 //FINAL//
Epilogo
Praesagium
⚠️ NOTICIA IMPORTANTE ⚠️
EXTRA
EXTRA 2
EXTRA 3
EXTRA 4
EXTRA 5
CONTINUACIÓN
EXTRA 6

Capítulo 34

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By girl_blue_666

DOBLE ACTUALIZACIÓN, ESTÉ ES EL SEGUNDO.


Hanna

— Tienes diez segundos.

Hannita reunámonos, queremos hablar algo muy importante contigo antes de que abras los demás ROMs.

— Cuatro.

Hannita...

— Adiós Artemio.

Cuelgo la llamada apagando mi móvil y me siento en la cama viendo los tres hombres agotados. Frunzo el ceño.

¿Por qué todavía no se van?

Ah cierto, no es mi casa.

Me levanto tomando mis cosas y al ponerme mi falda, mis nalgas pican por las fuertes nalgadas que me dieron anoche. Sonrió buscando mis bragas.

Unas nalgas adoloridas son señal de una buena cogida.

Miro bajo la cama extrañada por no encontrar la prenda y me siento en el suelo. Y la encuentro, está en el ventilador a tres metros de mí.

" — Cien mil dólares a que no puedes dejarlo de un solo tiro en el ventilador.

— Trato. — Ríe el español"

Estúpidos turistas.

Tomo mi camiseta ajustada junto a mis tacones y me visto en el baño. Una vez lista salgo de lugar buscando mi auto en el estacionamiento. No me sorprende encontrarlo abierto y con todas las cosas adentro.

Ni el drogadicto más desesperado sería capaz de robarle a Hanna Morgan.

— Lo siento bebe, pero cuando tengo a tres europeos calientes esperando por mí, se me olvida el amor por mis cosas.

Beso el manubrio de mi Aston Martin DBS 59 y salgo a toda potencia del lujoso hotel. Paseo por las calles con la música a tope dentro del vehículo rápido.

Con mi cumpleaños a la vuelta de la esquina, es difícil tener estos momentos a solas, sino están mis abogados presionándome por la inauguración de las discotecas o la compra de un edificio para la sede ROM, es mi padre por querer saber más de mi plan, Derek diciéndome que puede ayudarme, Chad diciéndome que tome una decisión que realmente me satisfaga, Cass y Meghan pidiéndome consejos para elegir universidad, Alex preguntando por cuándo podrá mudarse al Penthouse o es Thomas haciéndome preguntas indirectas sobre si estoy consumiendo de nuevo.

Ah y claro, o es Alice llamándome y diciéndome que no sabe qué hacer sin Adrien.

Ahora mismo siento ganas de dispararme en la cabeza.

Asi que lo único que puedo hacer para no explotar, es tener sexo.

¡Bendito sea el sexo!

El verano ya está aquí y San Francisco suele llenarse de turistas. Turistas malditamente sexys en busca de aventuras. Un caso son esos tres amigos europeos; Un español, un italiano y un inglés.

Todavía tengo espasmos en el coño recordando lo mucho que nos divertimos jugando.

Estaciono frente una cafetería y viendo la hora, bajo por un café. Tres minutos haciendo la fila y mi móvil ya comienza a sonar. Estoy por apagarlo, pero decido contestar al ver que se trata de Tania.

— ¿Vas a darme otra vez información de lo bien que te folla Adrien ahora o quieres al fin hablar sobre hacer un trio? — Me miro las uñas pensando en ir a hacérmelas de nuevo.

¿Qué? Nooo, es solo qué... Volví a sangrar. Es muy brusco, y esta mañana fue como si no fuera él mismo... No había rastro de Adrien, era cómo... Cómo uno de mis clientes, Hanna.

Suspiró profundamente.

Algo anda mal con Adrien, yo igual lo noto, lo hemos hecho menos la última semana, la primera semana, Dios, era cruzarnos y querer estar con el otro, pero ahora me mira como si me odiara.

Y cuando me folla es diferente.

Normal que a Tania le haga ruido que la folle tan duro, conmigo se está conteniendo y con ella está siendo él mismo.

Pero ¿Por qué?

— ¿Qué dijo él?

Se preocupó, me dio algo para que no me doliera después y me dio un baño de tina, me lavo y me dijo que lo sentía mucho y que no volvería a ser así... pero a él le gusta hacerlo así, asique le dije que no había problema, solo que para la próxima no fuera tan violento.

— ¿Llegaste al orgasmo, Tania? — Frunzo el ceño señalando mi pedido y la adolescente me mira avergonzada ya que escucha mi conversación.

Adrien siempre se preocupa de mi placer, es atento a pesar de...

— No llegaste. — Concluyó y la escucho suspirar.

Fue la primera vez, tenía miedo de que se pusiera mucho más violento, ¿Habrá sido por la visita de sus padres? ¿Los estudios? ¿Qué Alice no quiera irse? Muchos de mis clientes suelen comportarse así en el sexo por motivos externos...

No, no fue nada de eso. Fui yo.

Pago mi café junto a mi media luna y avanzó a una de las mesas junto a la ventana donde veo a varios universitarios cargar sus libros.

— Debe ser eso, pero si vuelve a cogerte y solo él llega al orgasmo, déjalo, tú cobras por el sexo, ¿Quién se cree para que lo tenga gratis? — Muerdo mi dulce y la escucho reír.

Gracias Hanna, no sé qué haría sin ti.

— Aquí estoy para cuando me necesites, eso hace una amiga, ¿No?

Si, ¿Podrías hablar con él al respecto? Tú tienes más confianza para hablar de... sexo.

Rio un poco viendo la puerta del café abrirse dejando entrar a tres chicos altos que hablan bastante serios.

— Bien, si tengo algo de tiempo durante el día lo hablaré con él, ahora deja de preocuparte por ese idiota y sigue eligiendo los muebles qué quieres que le regale a tu familia.

Corto la llamada cuando sus ojos azules me encuentran y cruzo mis piernas bajo la mesa dándole un trago a mi café.

Se despide de los otros dos chicos y avanza hacia mí con sus libros. Se sienta frente a mí y sonrió al ver su ceño fruncido.

— ¿Qué hago aquí? — Pregunto divertida y él repara mi aspecto.

See, luzco perfectamente qué tuve una buena noche, mi cabello está desordenado, voy sin sujetador, sin bragas, y agradezco haber pasado al baño antes de salir del departamento por qué tenía cara de resaca.

Pero aun así creo que mi cuerpo refleja lo agotada físicamente que estoy.

— Si.

— Solo pasaba, no pensé que te encontraría por aquí.

— Aja. — Rueda los ojos y se levanta, sin sus libros y va a la barra. Sonrió al ver que va a comer conmigo.

Al rato vuelve con un jugo de naranja y dos donas.

— Un almuerzo muy nutritivo.

— Oh ¿Sigues aquí? Pensé que estarías follando con alguien.

Alzó una ceja y él muerde su dona sin dejar de mirarme.

¿Por qué estás enojado, Adrien?

— Si, sigo aquí. ¿No has ido al apartamento?

— No he tenido tiempo, se acerca la segunda semana de exámenes.

— ¿Cómo llevas los dibujos para la escultura? — Sigo mirándolo mordiendo mi media luna.

— No he tenido tiempo para verlos tampoco.

Un dolor me atraviesa el pecho.

— Mi cumpleaños se acerca Adrien, ¿No qué me ibas a mostrar avances ese día?

— ¿Para qué? Es probable que ya rompiste tu promesa y entraras, no eres una mujer de palabra.

— ¿Qué te hace pensar que ya fui y rompí la promesa? — Le miro dolida y él bebe de su jugo.

Sus ojos azules me miran fijamente y luego mira hacia la ventana relajando sus hombros.

— Nada, olvídalo. Cuando tenga tiempo seguiré con la escultura.

— ¿Estas muy ocupado con tus exámenes? — Señaló sus libros y niega.

Bien, estoy confirma que Tania se equivoca y yo tengo razón. Yo soy la que le está jodiendo la mente.

— No, en realidad ya me queda la nada misma, ya estudié para la próxima semana. Y a la tarde no tengo más clases. — Vuelve a mirarme y me lamo el café de los labios al sentir un escalofrío.

— ¿Tania sabe qué hoy salías temprano? — Niega.

Asiento lentamente y pasó una servilleta por mis labios sin dejar de mirarlo.

— Hoy conduzco otro auto, no es nuevo, pero es de edición limitada. ¿Quieres dar una vuelta?

— ¿Y mi jeep?

— Luego vienes por él. — Me levanto tomando mi café y le doy un último trago antes de botarlo a un basurero.

Avanzó a la salida con Adrien atrás de mí y alcanzó a ver cómo se despide de sus compañeros. Saco las llaves del Aston Martin abriendo las puertas y cuando siento su presencia detrás de mí, le extiendo las llaves.

— ¿Te excita verme manejar tus autos caros? — Susurra a mi oído tomando las llaves y sonrió con malicia.

— Apenas entres al auto quiero que no pienses en una mierda. —Entro al copiloto viéndolo rodear el auto mirándolo detenidamente. Sube a mi lado y sin ponerse el cinturón acelera por la calle.

Ya no hace falta que le esté diciendo que nadie lo va a parar, él ya lo sabe, e incluso adelanta una patrulla de policía con una sonrisa.

Cuando una persona conduce se libera, todas las preocupaciones que te mantienen ocupado durante el día desaparecen y solo te concentras en él ahora. Por eso hago qué Adrien maneje, deja de pensar en su vida y solo se preocupa por no chocar.

Y obviamente porque se ve jodidamente caliente acelerando y adelantando autos como si estuviera en una película de persecución.

Dentro del auto vamos en silencio a excepción de la música que coloque hace un rato. Adrien solo mira hacia adelante y yo solo puedo verlo mover el volante. Frena en un semáforo por qué le da la gana y me mira durante ese minuto.

— Touch me, yeah

»— I want you to touch me there

»— Make me feel like I am breathing

»— Feel like I am human

— Voy sin bragas. — Su mirada se oscurece.

— No alcanzamos a llegar al Penthouse.

Sonrió de lado y deslizo mi mano hacía su pierna y tomo su entrepierna sin dejar de mirarlo a los ojos.

— No tenemos que ir al Penthouse.

La luz cambia y Adrien sigue sin andar mientras lo acaricio sobre el pantalón.

»— Acelera Adrien, ya encontraremos un lugar.

Lo hace y veo como se tensa por mi caricia. Avanza a toda velocidad por las calles mientras siento su miembro crecer bajo mi mano.

Sujeta el manubrio con una sola mano y la otra la desliza hacia mi entrepierna alzando la falda. Toca mi coño con su mano abierta y lo veo suspirar cuando comprueba que voy sin bragas.

Aprieto su erección con fuerza mordiéndome el labio. Está tan duro...

No importa que tuviera tres de ellos hace unas horas, todavía no me aburro del que tengo contra mi mano.

Mete dos dedos dentro de mí y suelto un gemido arqueando la espalda. Sigue con la vista adelante.

— Explícame por qué quiero parar al medio de la calle y follarte aquí sin importar que los demás autos nos vean.

Mis muslos se empapaban más al escucharlo.

— Entra al estacionamiento del McDonald's de más adelante.

Hace lo que digo y tomo su mano cuando estaciona. Me mira fijamente y chupo sus dedos degustando mi sabor suave de sus dedos. Los mueve contra mi lengua con una sonrisa ladeada.

— Te gusta tu sabor, ¿Verdad?

Asiento sin dejar de mirarle y saco sus dedos de mi boca no sin antes succionarlos con fuerza.

— Te espero en el baño de discapacitados. — Bajo arreglándome la falda.

— ¿Porque en ese? — Frunce el ceño acomodándose la erección.

— Está separado de los demás. — Sonrió con malicia.

Cierro la puerta y avanzó con calma al restaurante, Adrien probablemente se quede unos segundos más, tratando de adivinar cómo entrar sin que la gente vea la erección.

Rio un poco avanzando a los baños, veo la cola en el de mujeres y a unos cuantos hombres salir del otro. Miro la puerta del baño del final y sonrió al ver que no hay nadie esperando. Tiro de la puerta y dejó de sonreír al ver que está cerrada.

— Carajo.

Suspiró apoyándose en la pared.

Pasan unos segundos y un perfume familiar inunda mis sentidos. Se para a mi lado y sonríe divertido.

— ¿Está ocupado el baño, señorita?

— Sí, creo que deberá esperar un poco más. — Murmuro y miro impaciente la puerta.

— Yo creo que no.

Toma mi mano sin importarle qué las mujeres de la fila nos ven y entramos al baño de hombres. Al estar vacío me apoya contra la pared y comienza a besarme de esa forma que me encanta refregándome su gran erección.

— Cuando salgamos todos sabrán lo que hacíamos. — Susurro contra su boca.

— Si... pero ahora me importa una mierda.

¡Me encanta cuando el príncipe azul se duerme!

Vuelve a tirar de mi mano metiéndonos en un cubículo y lo hago sentarse sobre el inodoro besándole otra vez. Me siento sobre él, moviendo mis caderas sobre las suyas y sus manos bajan a mi trasero apegándome más entrepierna.

La fricción se siente deliciosa y no puedo evitar soltar un gemido en sus labios. Adrien me levanta apegándome a la puerta y sin abandonar mis labios, sube mi falda apegando mi monte a su erección.

— ¿Qué haces sin bragas? — Me mira fijamente y escucho como se quita rápidamente el cinturón.

— Las extravíe en una orgía. — Sonrió viendo la molestia en sus ojos y rodeo su cuello mientras rodeó sus caderas con una pierna. — Estuve con tres hombres de lo más...

Me besa con rabia, y mientras toma mi otra pierna, me apoya en la pared de al lado. Lo siento frotarse contra mi coño, pero me tortura sin entrar. Me muevo contra él y se aparta de mi boca pegando más sus caderas a las mías.

— ¿Con tres hombres y ahora quieres que yo te folle? — Susurra molesto con sus ojos azules sobre los míos.

Dios... Él puede amarrarme cualquiera de estos días y yo lo dejo encantada.

— Sabes la respuesta asique hazlo, follame Adrien D. Volkov.

El deseo en su mirada es más grande que su rabia y me lo hace saber cuándo se hunde en mi de una estocada.

Me muerdo el labio reprimiendo un gemido y él vuelve a besarme moviéndose con fuerza contra mí. Se desliza con facilidad por mi humedad y aprieto con más fuerza mis piernas alrededor de sus caderas.

Sus besos bajan por mi mejilla y suelto un grito cuando muerde mi cuello enterrando sus dedos en mi culo.

— Eres insaciable...

— Mueve más duro y quizás puedas saciarme. — Susurro a su oído con la respiración agitada y vuelvo a gritar cuando su ritmo aumenta implacable.

Siento cómo se abre paso dentro de mí... Dentro, fuera, dentro, fuera, dentro, fuera... Incluso mueve sus caderas en círculos mientras gruñe bajo contra mi cuello.

Siempre he sabido que el tamaño es lo de menos si te mueves como el culo, pero carajo, Adrien tenía el pene y los movimientos.

Pocas veces tienes ese dos por uno.

Volvió a sentarse y echando su espalda hacía atrás, miraba nuestra unión con morbo. Me sujeté de sus muslos alzando mis caderas y comencé a moverlas en círculos sintiéndome más cerca de la descarga eléctrica.

Su mano rodeó mi espalda y bajo el escote de mi camiseta con la otra. Primero sentí su lengua sobre mis pezones y luego sus dientes. Los mordía y lamia como si fueran caramelos.

Incapaz de poder seguir aguantando, baje una de mis manos a mi perla mágica, ya estaba lubricada con mis fluidos y esperaba ansiosa atención. Lo frote con rapidez mientras cerraba los ojos, alzando la cabeza.

Sus manos en mi culo, su lengua sobre mis pezones, su pene clavado en el fondo de mi canal y sus gruñidos vibrando contra mis pechos... Llego al orgasmo sintiendo mis piernas tensarse y me dejo caer sobre su pecho sin fuerza alguna.

Lo aprieto en mi interior y solo alarga mi orgasmo con sus movimientos fuertes y firmes. Se clava por completo en mi interior soltando palabras en ruso y luego siento sus fluidos calientes dentro de mí.

Si... Está mierda se siente demasiado bien.

Nos quedamos así un momento, con mi rostro en su cuello, sus manos sobre mi culo y su pene junto a su eyaculación dentro de mí.

— ¿Con tres hombres? — Pregunta sorprendido y rio asintiendo.

— Adrien he tenido orgias con más personas, ¿Y tú te sorprendes por que fueran tres?

— Bueno siempre he mantenido mis relaciones de dos personas.

— ¿Nunca quisiste hacer una orgía? — Le miro a los ojos y él niega. — ¿Qué hay de un trio? ¿Nunca quisiste estar con dos mujeres?

Ladea ligeramente el rostro.

— Mis novias siempre han sido muy tímidas.

— Entonces si te llama la atención estar con dos chicas. — Sonrió divertida y él asiente. — ¿Y compartir a una chica? A Ryan le gusta que juguemos con Ryder.

— Soy algo egoísta. Y es su hermano, ¿No es raro?

— No, es más divertido cuando son hermanos, se coordinan más fácil y compiten entre ellos por ser el mejor. — Me levanto con piernas temblorosas y tomo papel limpiándome con cuidado.

»— Podríamos hacer uno con Boris si quieres, sería una pasada estar con los dos...

Me muerdo el labio imaginando esos dos grandes penes dentro de mí y quiero volver a montarlo. Adrien se levanta frunciendo el ceño y se arregla el pantalón.

— Pasó, quizás deberías invitarlo a que juegue contigo y los Steven, si tanto te gusta coger con tres a la vez.

Está por salir y tomo su brazo con fuerza. Lo miro fijamente y se mantiene serio.

— Cuidado con lo que dices ¿Crees que soy idiota y no sé cuándo indirectamente me están llamando zorra? Recuerda quien soy, Volkov.

Lo empujo y salgo del baño dejándolo solo.

Me mojo la cara importándome un carajo que se encuentren hombres en los urinarios y salgo antes de toparme con Adrien. ¿Quién se cree?

Subo al Aston Martin y cuando lo veo salir del restaurante, aceleró dejándolo botado.

Que se las arregle solo para volver al centro de la ciudad.

Jódete Adrien D. Volkov.


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