Stay Fearless (Camren)

By Andreaverdugo99

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La pasión de Lauren está en el ring, la de Camila se encuentra en el escenario. Pero ninguna es tan fuerte co... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 (Final)
Epílogo

Capítulo 34

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By Andreaverdugo99

-Quisiera poder ir a apoyarte. -Hice una mueca mientras veía a Lauren salir de la ducha.

-Cariño, no te preocupes. Puedes verme en la televisión, ¿recuerdas? -Se acercó a mí hasta quedar muy cerca de mi rostro y yo asentí. -No quiero que te sientas mal, Camz... -Su semblante cambió a uno serio.

-Es solo que... me dan miedo esas peleas y estar ahí cerca de ti me tranquiliza un poco. -Hice un puchero.

-Te aseguro que estaré bien, vendré corriendo a casa en cuanto termine, ¿sí? -Me dio un corto beso en la nariz provocando que la arrugara casi instintivamente.

-¿Lo prometes? -Mi rostro seguía mostrando algo de tristeza y decepción.

-Lo prometo, mi amor. -Sonrió e hice lo mismo, después me dio un pequeño beso en los labios para luego empezar a colocarse ropa deportiva. -¿Sabes si Ally tardará mucho en llegar? -Me miró mientras se ponía los tenis.

-Me mandó mensaje hace unos minutos diciendo que iba saliendo del departamento, supongo que no tarda. -Me encogí de hombros.

-Bien, no quiero dejarte sola, me iré hasta que llegue.

-Laur, no te preocupes, puedes irte, no quiero que se te haga tarde. -Dije como si fuera obvio.

-Esperaré a Ally y no quiero replicas. -Me señaló con el dedo.

-Me haces sentir como una invalida, ¿sabes? -Mi voz sonó con una mezcla de "broma" y molestia.

-Camz, sabes que puedes sentirte mal en cualquier momento, así que... no pienso dejarte sola, estaré aquí hasta que Ally llegue, y lo siento si te hago sentir de esa forma, de verdad no es mi intención. -Acarició mi pierna sentada desde el borde de la cama.

-Yo lo siento, tú solo estás pensando en mí y yo en ti no... -Negué cubriendo mi rostro con ambas manos.

-Oye... -Me descubrió la cara y besó mis nudillos. -Es momento de pensar en ti, Camz, así que... no te preocupes, yo solo necesito que estés bien, ¿de acuerdo? -Me miró directamente a los ojos.

-Pero no debería ser así, tú también eres parte de esto, también debo ponerme en tu lugar, pero solo estoy siendo egoísta y pensando que soy la única que tiene problemas cuando tú también los tienes. -Suspiré.

-De verdad eso no importa ahora, lo único que... -Guardó silencio cuando escuchamos el timbre de la casa. -Hablaremos de esto más tarde. Iré a abrir. -Me dio un beso en la frente y salió.

Pasó alrededor de un minuto en el que solo me quedó suspirar viendo la puerta por donde había salido la ojiverde y por la cual entraba mi pequeña amiga Ally.

-Hey, Mila. -Se acercó y nos dimos un beso en la mejilla. -¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? -Se sentó en la cama junto a mis pies y Lauren se quedó observándonos.

-Bien, supongo, hay días peores. -Me encogí de hombros y la chica me miró con una mueca.

-Bueno, chicas, debo irme. -Habló la ojiverde acercándose un poco más a nosotras.

-Las esperaré afuera. -Mi amiga se levantó y salió de la habitación.

-Yo estoy bien si tú estás bien, ¿lo entiendes? -Retomó la conversación que estábamos teniendo antes de que la otra chica llegara, sentándose en el lugar que Ally había ocupado. -Solo me hace falta que te pongas completamente bien, para ser plenamente feliz, porque lo soy, hago lo que amo, estoy con la chica que amo y no puedo pedir nada más, solo que el amor de mi vida vuelva a ser lo que tanto ama. -Me tomó de las mejillas y me miró directamente a los ojos, claro que los míos ya estaban llenos de lágrimas y lo único que pude hacer fue asentir. -Ahora cambia esa carita que necesito de tu apoyo para ganar la lucha. -Hizo un puchero y yo reí ligeramente.

-Sé que lo harás, Jauregui. -Dije como si fuera obvio. -No necesitas suerte, pero espero que esto te motive. -La tomé de las mejillas y la besé con lentitud y precisión. Introduje mi lengua y exploré cada parte de su cavidad bucal sintiendo escalofríos por su sabor.

-Wow, gran motivación. -Dijo aún con los ojos cerrados una vez que me separé de ella y reí. -Ya no quiero irme. -Levantó una ceja sugestivamente.

-Anda, llegarás tarde. -Le di un suave empujón y ella mostró esa hermosa sonrisa que me volvía loca.

-¿Estarás bien? -Se puso un poco seria y yo asentí de la misma forma. -De acuerdo. -Se puso de pie y yo hice lo mismo para después salir a la sala donde mi amiga se encontraba sentada en el sillón viendo su móvil. -Mi lucha será la última, por si quieren verme. -Se encogió de hombros.

-¿Bromeas? Claro que quiero verte. -Le saqué la lengua.

-Ally, te encargo a esta niña. -Advirtió y la chica rió.

-Intentaré cuidarla casi tan bien como tú. -Guiñó un ojo. -Por cierto, mucha suerte, Lauren.

-Muchas gracias. De acuerdo...-Volvió a sonreír y se acercó a mí. -Vendré más tarde. Te amo, cariño. -Me dio un beso en los labios.

-Te amo más. -Correspondí.

-Me voy porque si no, no llegaré. Cuídense. -Dicho esto, salió del departamento.

Narra Lauren:

-Hey, Lauren. -Dinah se acercó para darme un beso en la mejilla al igual que Normani, acababa de entrar a los vestidores.

-¿Qué hay con ustedes? ¿Sabes que no puedes estar en el vestidor de las luchadoras? -Bromeé viendo a la rubia.

-Tengo pase especial. -Me guiñó un ojo y yo reí. -¿Cómo está Mila?

-Bien, no se ha sentido tan mal últimamente, en cuanto esto acabe saldré de aquí. -Empecé a tomar mi vestuario de mi pequeño cubículo.

-Quería quedarme con ella, pero no me dejó, me pidió que viniera con Normani. -Hizo una mueca.

-¿Así que solo viniste porque ella te lo pidió? -La morena fingió sorpresa mezclada con molestia.

-De hecho. -Bromeó su novia encogiéndose de hombros.

-¡Dinah Jane! ¿Cómo puedes ser tan descarada? -Dijo ofendida.

-Lo siento, Mila tiene derecho de antigüedad. -Le mostró la lengua nuevamente y yo las observaba divertida.

-Lárgate de aquí, Hansen. -Normani le arrojó la blusa que se acababa de quitar directo al rostro, prácticamente se estaba cambiando frente a ella en medio del vestidor y no dentro de los cubículos donde se suponía debía hacerlo, aunque no había nadie más, ese lugar era solo para nosotras dos.

-Es broma, Mans. -Se acercó a ella y le dio un sonoro beso en los labios mientras su novia fingía resistencia.

-Que asco, al menos esperen a que termine el show. -Hice una mueca y me metí al pequeño espacio donde empecé a despojarme de mi ropa y poniéndome mi vestuario.

***

El momento había llegado, me hubiese gustado llegar solo unos minutos antes para no dejar a Camila sola tanto tiempo, pero nos obligaban a estar ahí prácticamente todo el día para probar el sonido de la música y estructurar las entradas de cada luchador.

Fui la primera en hacer mi entrada, ya que, sería la última en ser liberada de esos pequeños cubículos de plexiglás, la gente gritaba como loca coreando mi nombre, sentía demasiado orgullo en mi pecho al oírlo, no sé si eso sonaba pretencioso o altivo, pero creo que está bien sentirse orgullosa de si misma, ¿no? Darte cuenta de que no cualquiera logra cosas que tú has logrado, es gratificante y cada quien debería aplaudirse sus cosas buenas, no solo a los demás, nosotros también podemos motivarnos. Alguna vez había escuchado que todos merecen una ovación de pie al menos una vez en su vida, y tal vez para algunas personas eso sea necesario, pero para otras, con el simple hecho de sentir orgullo por uno mismo es suficiente.

Entré a la jaula donde se encontraba el ring y los pequeños espacios a los que me metí, y rápidamente el referí aseguró el lugar. La siguiente en entrar fue Asuka, una japonesa con cabello mitad azul y mitad rosa, una de las mejores superestrellas de la lucha libre a nivel mundial, su calidad luchística era impresionante, tenía muy pocas derrotas y eso era intimidante, me dio una mirada y después hizo lo mismo que yo hasta quedar atrapada entre esas cuatro paredes de plástico. Luego fue turno de Liv Morgan, 26 años, de Nueva Jersey, su cabello parecía de un gris muy claro, era pequeña y delgada a diferencia de Asuka que lucía más fornida, me recordaba a Camila hasta cierto punto. También me lanzó una mirada e hizo lo mismo que nosotras. Después vino Ruby Riott, cabello negro con tonos verdes, demasiados tatuajes y aros en sus orejas, 29 años, de Michigan. Y las últimas dos que ya conocía, Natalya y Sasha Banks quienes comenzarían la lucha.

La campana sonó y estas empezaron a darse con todo sobre el ring. No había mucho que contar, esquivaban golpes, se salían del conteo apenas llegando al número uno, lazos, suplex, etc. Tiempo después, fue liberada Liv, quien le aportaba cierta energía al combate gracias a su agilidad. Las cosas se ponían desesperantes, pasados unos momentos, porque las luchadoras comenzaban a cansarse, por lo tanto, los conteos estaban mucho más cerca del tres y pensar que podían cubrir a alguien sin que yo pueda salir a impedirlo era muy frustrante, básicamente, perdía la lucha sin si quiera haber luchado.

Cuando Asuka fue liberada prácticamente la fiesta terminó, la japonesa era impresionante, claro que ayudaba el hecho de que el resto de las chicas ya estaban algo cansadas. El cronometro estaba puesto esperando mi salida, la japonesa estaba frente a mi cubículo haciendo señas de que me estaba esperando, no iba a negar que estaba nerviosa, incluso podía sentir un ligero temblor en mi cuerpo, pero no podía demostrarlo y no lo hice.

Al liberarme, la chica de cabello de colores me recibió con una patada en el abdomen haciendo que mi espalda se curvara y un quejido saliera de mi boca. Posteriormente me llovieron golpes, nada muy fuerte, pero claro que dolían, por mi espalda, abdomen, pecho, piernas, eran ya movimientos conocidos de la chica, golpear por todas partes y al público le encantaba.

Logré zafarme de ella y corrí hasta poder impulsarme con las cuerdas, de la nada ataqué su estómago con una lanza que nadie se esperaba, hasta el público gritó de la sorpresa. La cubrí con cierta esperanza de que nadie de las otras chicas llegara a interrumpir el conteo, y no lo hicieron, fue la propia Asuka quien se zafó de la cuenta, pero quedó bastante afectada, básicamente era un impacto en su abdomen y espalda. Me puse de pie viéndola y pensando en mi siguiente movimiento, lo cual no duró mucho, sentí como me tomaban del top y el short para después estampar mi cuerpo contra las rejas hechas de cadena de aquella jaula, era Banks. Como si eso fuera poco, me tomó y me aplicó un suplex sobre el piso color negro, ya que, el ring no era la única base que teníamos para caer, por las orillas había suelo negro de plástico con agujeros muy pequeños.

Eso me dejó fuera del combate por unos momentos, gracias a Dios, nadie me atacó, estaban muy ocupadas entre ellas, Natalya estaba en la misma situación que yo.

El resto del combate fueron cosas como esas, recibí más suplex, golpes en todo el cuerpo, me estamparon varias veces sobre la jaula, pero claro, yo tampoco me quedé atrás y apliqué esos movimientos de vuelta, sin embargo, ninguna se daba por vencida, todas repartían golpes dando lo mejor de si mismas, estaba siendo un combate muy extremo, y yo quería que fuera mucho más que eso y una idea descabellada se pasó por mi mente.

En un momento de desesperación todas las chicas se amontonaron y empezaron a golpearse. Fue entonces cuando decidí escalar por las cadenas de la jaula sin que ellas se dieran cuenta, claro que el público enloquecía cuando entendieron lo que planeaba. Llegué a la cima del cubículo de plexiglás el cual medía más de dos metros de altura, me lo pensé un momento, pero finalmente me lancé de frente hacía ellas logrando derribarlas. Todas quedando tendidas en la lona, me puse de pie y di un grito de adrenalina pura, amaba eso, amaba lo que sentía en momentos como ese y la euforia de la audiencia era un factor imprescindible.

La que menos quedó afectada fue la japonesa, ya que, solo mis pies habían caído sobre ella, me impulsé con las cuerdas, le apliqué otra lanza y esperé a que se pusiera de pie, al hacerlo estaba muy debilitada y yo también, sin embargo, sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo dándome fuerzas de alguna parte de mi ser. Cuando logró pararse la cargué y conseguí hacerle un Rack Attack 2.0. La cubrí, el hombre de rallas contó hasta tres y la campana sonó, lo había logrado.

-Aquí está su ganadora y la retadora número uno al WWE Women's Championship, ¡Lauren Jauregui! -El referí levantó mi mano y yo sonreí agotada.

Me subí a la tercera cuerda recibiendo aclamaciones, hasta que sentí un golpe sobre mi pierna derecha logrando que perdiera el equilibrio y cayera sobre la lona, ni siquiera pude ver quien lo había hecho, solo sentí un cuerpo sobre mi abdomen y luego golpes en mi cara, intenté cubrirme, pero uno de aquellos puños se estampó sobre mi nariz, casi escuché el crujido que esta hizo y ese líquido caliente salir de ella.

Los golpes se detuvieron y por fin logré ver, era la irlandesa, Becky Lynch, a quien enfrentaría por el titulo y había confrontado días antes. Me dio la vuelta y me aplicó su famoso disarm-her, que consistía en una llave sobre mi brazo, aunque sabía que no era una lucha oficial, sino un ataque inesperado, cuando no aguanté el dolor en mi extremidad derecha me rendí dando palmadas en la lona con mi mano libre, no podía zafarme o más bien, no tenía cabeza para eso, el dolor nublaba todo aunado al cansancio de la actividad anterior.

Al parecer se cansó y me soltó, ni siquiera podía ponerme de pie, pero logré verla levantando el título con soberbia en su rostro y al público gritar de emoción y a otra parte abuchearla. Claro, yo estaba furiosa y me vengaría de ella, de eso estaba segura.

Narra Camila:

-Ally, por favor, si no me llevas me iré yo sola. -Advertí a mi pequeña amiga una vez que vi la golpiza que le habían puesto a la ojiverde.

-Mila, mejor llámala, no puedo exponerte, ¿Qué tal si te contagias de algo? Es peligroso. -Dijo preocupada y yo no podía con la desesperación.

-No puedo llamarla, sabes que no me dejará ir, ¿o qué tal si no puede contestar? Por favor, Ally. -Supliqué. Mi novia se había tardado mucho en volver, hacía alrededor de una hora que su combate había terminado, seguramente estaba mal y yo no podía salir de casa, tenía que ir a verla y saber cómo estaba.

-Lauren me matará, Camila. Y yo tampoco me lo perdonaré si te pasa algo. Mejor deberías... -No terminó la frase cuando la ojiverde entró por la puerta con ayuda de Normani y Dinah.

-¡Lauren! ¿Cómo estás? -Casi corrí hasta donde ella estaba viéndola por todos lados, tenía algunas banditas curitas en el rostro.

-Estoy bien, cariño. -Intentó tranquilizarme, aunque sabía que hasta hablar le había causado dolor.

-Ni siquiera puedes caminar sola ¿y me dices que estás bien? -Entrecerré los ojos.

-De acuerdo, quizá si estoy un poco adolorida pero solo necesito descansar. -Sonrió levemente.

-Te llevaremos a la habitación. -Normani tomó la palabra, empezaron a caminar y fui detrás de ellas al igual que Ally. Las chicas ayudaron a la ojiverde a recostarse y después se vieron entre ellas. -Bueno, creo que nosotras nos vamos, es tarde. -La morena habló nuevamente.

-Las acompaño. -Dije amablemente. Salimos de la habitación y mientras caminábamos hacía la puerta miré a mis amigas. -¿El médico les dijo algo? -Suspiré.

-Tranquila, Mila. Todo es rutinario, Lauren sabe qué hacer y te aseguro que está bien. Mañana despertará como nueva. -Acarició mi brazo.

-Solo necesita descanso, Chancho. -Mi mejor amiga me abrazó por los hombros.

-Parece que es tu turno de cuidarla. -Ally sonrió.

-Oh, claro que lo haré. -Dije como si fuera obvio.

-Bueno, chicas. Tengo que irme, debo arreglar algunas cosas. -La pequeña volvió a hablar y yo asentí despidiéndome con un beso en la mejilla, luego lo hizo con las otras dos mujeres y se fue en su auto.

-Tú... ¿cómo estás? -Señalé a Dinah quien frunció el ceño.

-No me digas que te refieres a lo de la donación. -Rodó los ojos y yo asentí. -Por Dios, Mila. Estuve como nueva dos días después, ya deja de preocuparte por eso. -Me dio un ligero golpe en el brazo y yo reí.

-Te aseguro que está bien desde hace mucho. -Normani levantó las cejas sugestivamente y volví a reír mientras Dinah se sonrojaba.

-Anda, vamos, debes descansar. -La rubia intentó zafarse. -Y ustedes también. -Me miró.

-De acuerdo. -Me rendí. -Las veré después. -Me despedí de ellas y una vez que se fueron cerré la puerta y volví a la habitación.

Al entrar me detuve de golpe al ver a Lauren despojándose de su ropa interior en medio del cuarto.

-Wow...

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