23 de mayo, 2020.
—¿Por qué esa sonrisa?— Joshua miró curioso a su compañero de equipo mientras ambos tomaban sus cosas para irse ya que el entrenamiento del día había acabado.
Llevaba lo que iba del día con una sonrisa en el rostro que no se la sacaba nadie.
—¿No puedo sonreír?— alzó una ceja, comenzó a caminar fuera de los vestidores mientras Kimmich lo seguía.
Joshua rió. —Mejor dime qué pasó ayer con Erin.
—Sabía que me habías enviado porque ella estaría ahí.
—Por supuesto, entonces dime, ¿qué pasó ayer?
—No pasó nada, bro.— se encogió levemente de hombros. No iba a andar diciéndole a todos que se habían besado, sabía que a Erin no le gustaría eso y terminaría por odiarlo más.
Su compañero lo vio con los ojos entrecerrados, sin embargo no insistió para que le contara, si no quería hacerlo era por algo.
—Mira quién viene ahí.— sonrió Joshua mirando hacia Leon cuando Erin entraba junto con Alessia en su campo de visión.
Leon sonrió mientras la miraba. Iba enganchada del brazo de su mejor amiga y hasta parecía nerviosa, seguro por lo que había pasado ayer y ahora se verían.
Cuando sus miradas chocaron, ella apartó la suya rápidamente.
—Bueno, seguro que ya no te irás ahora, pero yo sí nos vemos el lunes bro.— el rubio se despidió de su amigo que no apartaba la mirada de su ex novia.
—Hasta el lunes.
Cuando ambas chicas estuvieron frente a él, la mayor lo saludó, mientras que Erin optó por ignorarlo y ver hacia otro lado.
—Hola Leon, ¿viste a Lucas o a Manu?— preguntó ella.
—En los vestidores.— con el pulgar señaló hacia atrás.
Alessia asintió. —Bien, gracias, ¿Erin vienes?
La mencionada asintió, estaban por comenzar a caminar juntas pero Leon habló.
—Erin.— ella lo volteó a ver indicándole que siguiera hablando. —¿Podemos hablar?— la castaña miró a su amiga.
—Anda, ve, luego te busco para irnos.
Alessia se fue en dirección a los vestidores dejándolos solos. Erin se volteó y por primera vez en todo el momento que estuvo ahí, habló.
—¿Qué quieres?
La tomó del brazo y la obligó a caminar con él hacia un lugar más apartado donde podían hablar, una vez ahí, la soltó, quedando frente a frente.
—Quiero aclarar que el beso de ayer no cambia nada entre nosotros.— se cruzó de brazos.
Él suspiró. —Yo de hecho, me preguntaba si te gustaría ir a tomar algo, bueno los chicos saldrán esta noche y supongo que algunas de las chicas vendrán, me gustaría que vinieras.— él habló rápidamente, ¿él nervioso? definitivamente estaba enamorado.
—No.
—¿Por qué tienes que hacerlo todo difícil, Erin?
—No lo hago difícil, Leon.— suspiró. —Tú piensas que un beso entre nosotros cambia todo cuando no es así, te olvidas lo que me hiciste y también te olvidas lo que me dijiste el día del cumpleaños de Noah.— soltó con amargura y sin despegar la vista del hombre frente a ella.
—No sé cuántas veces tengo que decirte que nunca te hice nada, ¿tan difícil es confiar en mí?— la miró exasperado. Si había algo que lo ponía de mal humor era ese tema. —Nunca te engañaría.
—No quiero hablar de eso, Leon.
—¡sí no lo hablamos no podremos estar juntos nuevamente!— alzó la voz sintiendo la desesperación por todo el cuerpo, estaba por perder la paciencia.
—¿Y por qué piensas que estaremos juntos nuevamente?
Automáticamente su rostro se volvió serio y asintió.
—Usas los rumores de que te engañé para no estar más conmigo, porque la verdad es que ya no sientes nada por mí, ¿no es así?
—No intentes convertirme en la culpable, Leon.
—Olvídalo, hasta luego.— tomó su maleta del suelo y sin esperar respuesta comenzó a caminar por el pasillo hacia el estacionamiento.
Erin se quedó viendo cómo se iba, mientras se preguntaba si era lo correcto dejar que se fuera así, pero su orgullo era mucho, ¿debía creerle cuando decía que no la había engañado? pero habían fotos de ellos juntos y con eso bastaba para hacerla entrar en duda.
***
Una vez que Alessia me dejó en casa, entré y me quedé en el living. Me acosté en el sofá.
Me arrepentía de haberla acompañado a ver a Manu, así no hubiese tenido que ver a Leon y me hubiese evitado discutir con él.
—¿Cansada o solo pensando?— miré hacia arriba y me encontré a mamá viéndome con una sonrisa.
Sonreí. —Puede ser que ambas.— suspiré. Ella se sentó en el mismo sofá y yo puse mi cabeza sobre sus piernas. Me acarició el cabello.
—¿Qué sucede?— interrogó.
—Leon.— murmuré. —discutimos y ayer nos besamos, pero me tomó en un momento de debilidad, él piensa que eso significa que ya estamos bien y no es así. Me pidió que saliera con él y los chicos hoy.
Yo siempre podía confiar en mamá, le contaba todas mis cosas porque sus consejos eran los mejores y sabía comprenderme.
—¿Y qué le dijiste?
—Que no, mamá.— ella frunció los labios y se quedó pensativa.
—¿Por qué no hablas con él?
—Porque no tiene caso mamá, siempre se negará de que me engañó, es lo mismo una y otra vez.— murmuré sintiendo un nudo de garganta. —Dios no sabes cuánto quisiera creerle, pero me cuesta mucho.
—Aunque cueste tienes que hacerlo, todos merecemos una segunda oportunidad, tal vez Leon ni siquiera debería estar aguardando por una, tal vez no cometió ningún error.— me miró comprensiva y siguió acariciando mi cabello. —cielo tú sabes cómo son los medios ellos distorsionan todo, deja que Leon hable y luego decide el futuro de su relación.
—¿Y si sí me engañó?— levante la cabeza de sus piernas y la miré nuevamente.
Me tomó suavemente del mentón.
—Entonces será un idiota por engañar a una buena chica como tú.— sonrió.
Me acerqué a ella y la abracé fuertemente.
—Eres la mejor, mamá, te amo.
Rápidamente subí a mi habitación y busqué algo para ponerme esta noche. Al final me decidí por un vestido rojo junto con unas sandalias negras. (multimedia)
Horas después Alessia quien iba junto con Manu pasaron por mí y no me agradó la idea cuando vi que Alexandra también venía con nosotros porque la habían invitado las demás, de igual modo preferí callarme y concentrarme en que lo importante era arreglar mi relación con Leon.
En el trayecto de la casa al club hacia dónde nos dirigíamos pensaba en qué le diría a Leon, después de lo que hablamos en la tarde seguramente estaría molesto, y no lo culpaba, me había comportado como una tonta.
Estaba nerviosa, debía admitirlo, por Dios incluso me había arreglado para él, ¿gracioso no? hace unas horas estaba inflexible con él y ahora solo quería estar a su lado. ¿Quién podía entender a Erin Keller?
Los cuatro bajamos del auto y nos adentramos al local, subiendo hasta la zona vip donde estaban los otros chicos. Al llegar pude ver a algunos como Pavard, Davies, Serge, Cou, Odriozola, Lewa y también a las demás chicas. A Kimmich no lo vi, supuse no había venido, tampoco vi a Leon.
Después de saludar a todos nos sentamos, cada quien pasó a sus cosas.
—No creí que vinieras hoy.— me habló al oído Serge y alzando un poco la voz ya que la música estaba muy fuerte.
—No iba a hacerlo realmente.— respondí de igual forma.
—¿Y que te hizo cambiar de opinión?
¿Qué más daba contarle?
—Hablaré con Leon, espero podamos arreglar nuestra relación.— sonreí nerviosa y él abrió los ojos con sorpresa.
—¡Eso es genial!— exclamó. —ustedes deben estar juntos, así que espero puedan arreglarse.— me dio una sonrisa sincera que me reconfortó.
—Gracias Serge, espero que así sea. ¿Por cierto Leon si vino con ustedes no?— pregunté aún buscándolo con la mirada y sin obtener resultado.
Él le dio un trago a su bebida y asintió.
—Sí, pero bajó hace unos minutos, supongo que no ha de tardar.
Asentí. Serge inició una conversación con Davies y yo me dediqué a esperar. Unos diez minutos después Leon apareció.
Pero no estaba solo, una linda rubia estaba a su lado mientras caminaban. Él tenía su brazo sobre sus hombros, ambos sonreían y reían.
Serge me observó y su mirada era casi de pena. Yo en cambio no sabía cómo sentirme, si enojada, celosa, triste o patética. No pude apartarle la mirada de encima a la pareja, ni cuando llegó a la mesa y todos le prestaron atención. Algunas de las miradas se posaron en mí, quería salir de ahí y rápido.
Ellos se sentaron al otro lado de la mesa, cabe aclarar que la mirada de Leon nunca estuvo sobre mí, al parecer la estaba pasando genial con la rubia.
—Erin, ¿Quieres ir a otro lado?— me preguntó Serge como si hubiese leído mis pensamientos.
Asentí rápidamente. Él se levantó y después lo hice yo, solo ahí Leon me miró por primera vez, pero yo aparte la mirada y caminé detrás de Serge.