Lo que restaba del día lo pasó en la enfermería junto con sus compañeros de clase que la cuidaban y el dulce Shoto, Hanahi se había desmayado en medio de una batalla y eso jamás había pasado, ni siquiera cuando casi se desangra.
Shoto la miraba mientras ella estaba concentrada en la ventana, sabía bien que Hanahi odiaba cualquier cosa parecida a un hospital y prefería morir antes de estar interna.
- Me quiero ir. - Dijo entre dientes.
- ¿Sigues mareada?
- No.
Shoto sabía que ella mentía, pero sus opciones eran llevársela de ahí o verla escapar, el sabía muy bien que la chica ya tenía un plan de escape del lugar.
Salieron tranquilamente, más lento de lo esperado porque Hanahi si seguía con mareos a pesar de estar entregada a negarlo.
-.-.-.-.-.-.-.-
- No se que es eso. - dijo Toga con un dedo en su barbilla, Dabi soltó una maldición y Hawks sonrió. El alado estaba pasando bastante tiempo con la liga de villanos.
Después de todo debía hacer que ganaran su confianza y de ese modo ubicar a sus demás miembros y poder desmantelarla, aunque era difícil ya que estaba a prueba y con la vista de Dabi siempre encima.
Además le molestaba de que siempre que estaba ahí jugaba, no pasaba nada interesante.
- Tengo hambre. - se quejó.
- ¡No quiero más pollo! - se quejó Twice, el no era fanatico del pollo pero cada vez que Hawks estaba ahí los convencía a todos para comer eso.
- Si vuelvo a ver pollo voy a volverlo cenizas.
- ¿Por qué? - preguntó con un pequeño puchero, Himiko lo miraba.
- Yo solo quiero tu sangre.
Y todos guardaron silencio.
- Loca. - dijo Dabi.
Luego de casi una hora debatiendo terminaron por pedir comida india.
Hawks miraba a Dabi en su esquina, el poseedor de fuego no confiaba en el héroe y sabía bien que todo era una trampa, quería matarlo y no solo había sido porque se acostó con Hanahi y ella merecía algo mejor.
Hawks simplemente era irritante.
Mejor salió de allí.
Caminó dos cuadras y se encontró con Hanahi en un tejado mirando la luna llena. La chica amaba la luna desde pequeña.
- ¿Que piensas?
- Estoy encaprichada con el pajarraco... y celosa de tu molesta hermana.
El Todoroki perdido soltó una carcajada, no había forma de que otras palabras le hicieran más gracia que esas.
- ¿Tu? ¿Celosa?
- Púdrete. - dijo y se alejó de él.
- ¿Aún sigues por matarte con mi hermana?
- Creo que algún día la matare.
Dabi miró la luna, sabía que Hanahi estaba furiosa porque podía sentir todo el caliente que su cuerpo emanaba y eso era algo que solía pasar cuando la chica se irritaba. ¿Que tanto se molestaría si se entera que Hawks está en la liga ahora?
Es casi cómico la manera en la que jamás se habían topado.
Un par de horas pasaron y Dabi se quedó ahí haciéndole compañía en silencio. Y como llego se fue.
Hanahi pensaba en sus mareos. Debía alimentarse mejor y beber más agua para que esa porquería dejara de pasar.
- Creí que te habías ido. - dijo Hanahi.
- Entonces tenias compañía antes de mi. - esa era la voz de Hawks, La de ojos violeta maldijo a sus adentros, no necesitaba verlo.
- y mejor que tú, pollo desleal.
- ¿Desleal?
Hanahi cruzó los brazos, estaba furiosa con Hawks, el maldito pollo pasaba mucho tiempo con Fuyumi y eso la irritaba.
- ¡Si!
Sonrió, sabía bien que ella estaba celosa y eso hacía que su ego aumentase en un millón de puntos más.
- Eres exagerada.
Entonces lanzó fuego a sus alas, no esperaba eso y no pudo esquivarlo. Hanahi lo miraba directo a los ojos dorados y solo tenía ganas de matarlo, pero esos pensamientos desaparecieron en el momento en que el alado se acercó a ella y la besó.
La estaba besando.
Hanahi encendió su cabello furiosa.
Hawks se alejó por el calor, literalmente se había quemado los labios.
- ¿Cual es tu problema?
Hanahi no respondió. Hawks había traicionado su confianza cuando besó a Fuyumi aquella vez, ella le dijo que el le pertenecía y el simplemente hizo lo que quiso, pero así no funcionaba el mundo.
Le sonrió al héroe.
Hanahi se acercó a él y ahora ella fue quien lo besó, el rubio la tomo de los hombros con intención de alejarla pero su cuerpo estaba en contra de su cerebro y la apego más a él profundizando aquel beso.
Los labios de esa mujer eran como veneno.
Y el moriria ahí mil veces si pudiera.
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