Amber POV
Todo se sentía nuevo para mí, la ciudad, la gente, el ambiente, recién había llegado esta tarde a Seattle y ya comenzaba a extrañar Chicago, sabía que poder acostumbrarme iba a costarme trabajo pero Evan estaba logrando volver aquel proceso mucho más fácil para mí. Me sorprendió mucho lo precioso que era su departamento, lo grande y espacioso que era, en eso se parecía a mi antiguo departamento, como solo era él, tenía habitaciones disponibles, además la decoración también tenía un cambio significativo, era muy sencilla, cómoda y muy al estilo de este nuevo Evan.
Me ayudó con las maletas y me guió hacia un pasillo, directo a la habitación principal que era la suya, yo sonreí porque su intención era que compartiéramos habitación, la cama era enorme y se veía tan confortable que me agradó la idea de poder dormir toda la tarde.
Caminé lentamente por la habitación y al acercarme a su mesita de noche vi que había puesto una selfie nuestra de cuando fuimos a París, el corazón se me encogió de emoción porque el detalle era muy lindo, era la primera vez que me topaba con algo así, él nos veía cada vez que se levantaba por las mañanas y también cuando iba a dormir.
—¿Quieres que te prepare algo de comer? —me preguntó, acercándose con una sonrisa amable pero con los ojos extasiados, por supuesto empecé a tener la reacción inmediata de siempre, ruboricé y le seguí el juego.
—Preferiría que no hicieras nada, ¿Qué tal si pedimos algo? Así no estarás cansado, traje muchas cosas, ¿Crees que puedan caber? Tu habitación es grande pero no quiero que te quedes sin espacio para ti.
Se rió entre dientes, levantó sus cejas y su expresión me obligó a contemplarlo sin decir nada porque se veía adorable y tan guapo.
—¿De verdad crees que sea importante para mi tener espacio? Claro que no, si decidí traerte para que vivieras conmigo es porque quise que te adueñaras de todo esto, incluyendo el espacio y los rincones pequeños de este departamento. Es tuyo, puedes poner y hacer lo que quieras.
—Pero me dejarás ayudarte a pagar la renta, ¿Verdad? Es lo que hacíamos Emma y Mía, nunca fui una arrimada, di mi parte y eso haré en esta situación.
Permaneció viéndome con esa misma sonrisa amable, tierna y cariñosa, su mirada fue humilde cuando se fue acercando más a mí, estando prácticamente frente a frente, con nuestros rostros a centímetros, me vi atrapada entre el magnetismo de sus ojos, era como una atracción inevitable.
—Cariño, jamás dejaría que me dieras un centavo por estar aquí conmigo, tu eres quien me está haciendo el favor de darme tu compañía, además te lo debo, lo que pasó fue mi culpa, ese mal nacido hizo lo que hizo por órdenes de Jordan, nunca desee que te despidieran porque ese era tu trabajo. Hay más errores de mi parte que del tuyo, te herí muchas veces y ya no quiero hacerlo y ahora juntos finalmente eso ya no sucederá, estás a salvo conmigo, te haré feliz y haré lo que esté en mis manos para que puedas sentirte en casa.
Veía la culpa asomándose por esos ojos que de repente se habían entristecido como también una disculpa porque en su momento se había sentido impotente de no poder haber hecho algo, a mi me dolía verlo así porque ya tenía bastante culpa por lo de Jordan cuando me atacó y ahora por aquel tipo que me chantajeó con el video.
—La verdad sí me sentí mal por lo de Chicago Journals pero era mi trabajo y no mi sueño, me dolió en su momento pero ahora puedo darme el tiempo de enfocarme en lo que amo, ¿No crees? Y eso me trae a la mente una sola persona.
—¿Meghan? Sí, es justo lo que yo desee para ti, ese sueño es tuyo, Amber, y te está esperando, te voy a apoyar, si necesitas ir a París puedo tratar de reservarte los viajes necesarios, no habría problema.
Torcí un poco el gesto, pensando si de verdad esa oportunidad todavía estaba para mí, tenía miedo de que Meghan hubiese cambiado de opinión.
—¿Todavía crees que me ofrezca la oportunidad? —me mordí el labio, angustiada, deseaba con el alma que fuera así, estaba preocupada, comencé a hacerlo de forma excesiva. —¿Qué tal si se lo ofreció a otra persona? Me tocará buscar a alguien que quiera representarme y no sé si opine lo mismo de mi trabajo.
—Dudo que quiera a alguien más, yo estoy seguro de que te seguirá esperando, tu talento la impresionó —sonrió de esa manera que dejaba encantado a mi corazón, la calidez de mis latidos se expandió por todo mi pecho. —Yo te lo puedo asegurar. ¿Estás segura de que no quieres nada de comer? Puedo enseñarte todo el departamento.
—Me encantaría pero si no es molestia, me gustaría comer primero para poder tener energía y acomodar todo lo que he traído, será un trabajo tardado.
—Entonces, te preparé lo que más te gusta, lasaña.
Compartimos una sonrisa y fuimos juntos a la cocina, yo seguía sorprendida con el departamento, era amplio y se notaba que había una diferencia muy grande al otro porque ahora Evan se podía dar la oportunidad de vivir en un lugar como este con su propio esfuerzo. Quise ayudarle con la lasaña pero me dijo que me relajara y que lo dejara poder consentirme.
Me dispuse a ver televisión por cable, hasta que recibí una llamada, vi el número entrante y jadee tan fuerte que por accidente dejé caer el control remoto al suelo, la emoción me subió por la garganta, le empecé a decir a Evan con desesperación que era Meghan, entré en shock, tuve que tomar muchas bocanadas de aire para poder responder con normalidad.
—¿Hola? —la voz me temblaba que era difícil mantenerme tranquila.
—Que tal, Amber, soy Meghan, me da gusto volver a contactarte, ¿Cómo has estado?
Le explique que ahora ya no vivía en Chicago, claro, sin darles los detalles del porqué, solo le dije que ya no trabajaba en Chicago Journals y que ahora vivía con Evan en Seattle, esperando poder acoplarme a una nueva ciudad.
—Eso quiere decir que, ¿estás libre? Eso me parece increíble porque hace poco hablé con Evan y me dijo que en efecto, iba a vivir contigo pero jamás creí que finalmente ibas a dejar tu trabajo.
—Fue algo inesperado —respondí, cuidando de que mi voz no delatara mucha tristeza.
—No me lo tomes a mal, Amber, pero me gustaría mucho poder representarte, ya casi se cumple el mes desde que viniste a París y aunque acabas de llegar a Seattle, me gustaría hablar contigo sobre una posible visita aquí a mi oficina o a mi casa y charlar un poco.
Me volví hacia Evan que escuchaba la conversación desde la cocina, él esperaba inmóvil a que dijera algo.
—¿Viajar a París? ¿Cuándo?
—¿Qué tal en unas dos semanas? Por ahora tengo trabajo que atender pero si se llega a complicar, en unas tres semanas, pero te llamaré para darte una fecha exacta, ¿Te parece?
Evan y yo nos miramos, en lo que yo le respondía a Meghan sin saber realmente si debía aceptar o no.
—Seguro, espero entonces tu llamada.
Meghan se despidió como siempre de manera dulce y colgó, rápidamente puse al tanto a Evan quien reaccionó de una excelente manera, le dio tanto gusto que la sonrisa que me regaló, iluminó su rostro, era una genuina felicidad, incluso más que la mía.
—Entonces, París te espera en tres semanas —añadió él con la misma sonrisa de oreja a oreja —Te lo dije, ella te buscará hasta tenerte como cliente, era cuestión de tiempo.
—Pero...—lo detuve antes de tener oportunidad de estar feliz, pues un millón de cosas me cruzaron por la cabeza, eran tantas que incluso no me permitía celebrar como debía —Eso quiere decir una cosa, Evan, debo irme a vivir a París, ¿O no?
—Tal vez te lo proponga y si es así, no habrá problemas, haré que tú puedas vivir allá y después me iré yo también.
Parpadee tantas veces, estaba anonadada por lo que acababa de escuchar, la mandíbula casi me cae al suelo y mis ojos se clavaron en el semblante de Evan, contemplándolo casi asustada.
—¿¡Qué!? ¿De qué hablas? ¿Qué significa eso de que harás que yo pueda vivir allá? ¿Vas a mandarme a vivir sola a una casa o departamento?
Enmudeció y después agitó la cabeza para intentar encontrar las palabras exactas.
—No voy a enviarte a París para que vivas tu sola —me explicó con mucha paciencia —Solo será una semana a lo mucho, mi objetivo es que estés allá para aceptar el trato de Meghan y después me uniré contigo, podrías vivir esa semana en casa de Sebastian, no te aventaría a un departamento vacío, ¿Crees que soy capaz?
Trague saliva, empecé a sentirme extraña al acusarlo pero su plan me seguía pareciendo descabellado.
—¿Y tu trabajo? No entiendo que es lo que pretendes hacer.
—Invertiré en el área arquitectónica en París, Tom tiene una lista grande de empresas en Paris en las que podría invertir, empezaré a revisarlas mañana, puedo mover mi trabajo hacia allá y que mejor que haciéndolo como inversionista.
—Pero Evan —me incline hacia adelante porque ahora empecé a sentirme más preocupada que antes, su plan me seguía dejando mucho en que pensar —Acabas de volver a Seattle, con tu familia, amigos, ¿Vas a dejar eso por mí? Yo no quiero irme tan rápido, quiero que Seattle también sea nuestro hogar.
—Y lo será —admitió con dulzura —Seattle es nuestro hogar pero a veces debes dejar tu hogar para empezar a vivir, te puedo dar mi palabra que tendremos recuerdos increíbles en Paris, ya los hemos tenido y volveremos a Seattle cada vez que podamos, visitaremos a todos para no dejar familia ni amistades, todo saldrá bien.
Asentí, por primera vez me sacó una sonrisa, me sentía tranquila, rápidamente la angustia fue abandonando mi cuerpo y pude disfrutar de verdad todo lo que antes no pude festejar, me uní a él y corrí para abrazarlo, descansé satisfecha en su pecho en lo que él me abrazaba y dejaba sus brazos bien ceñidos en mi cintura.
—No quiero tener que esperar mucho para que te me unas en Paris, ya no quiero estar separada de ti.
Escuché el ritmo de su corazón elevarse justo después de haberle dicho eso, podía sentirse la vibración eufórica de su cuerpo alrededor de toda la habitación, apretó más sus brazos y yo levanté la mirada para encontrarme con sus ojos desbordando ternura y excitación, después me acarició por debajo de la blusa, dibujando sobre mi espalda pequeños círculos que me hicieron suspirar.
—Te prometo que no será por mucho tiempo, cariño —me susurró, acercando poco a poco su rostro, clavando su mirada sensual en mí, provocándome una reacción automática, sabía con total seguridad que él sentía el temblor de mi cuerpo gracias a la corriente eléctrica que me provocaba su deseo.
Le dedique una sonrisa dulce antes de levantarme de puntillas para alcanzar su boca y besarlo, fue un beso lindo, con amor, pero en cuestión de segundos, sus labios aumentaron el ritmo tan rápido que logró encenderme en verdad, había un desenfreno que lo estaba consumiendo por completo y yo me dejé llevar con gusto; sus manos se metieron por debajo de mi blusa y buscaron mi sujetador, de un momento a otro sentí cómo logró desabrocharlo.
Compartí la misma pasión en aquel beso donde nos unía la misma fuerza y la desesperación, la intensidad era descarada pero me elevaba hasta el cielo, los jadeos que escapaban de nuestras bocas eran el único sonido presente en aquel departamento, por suerte estábamos solos con la disposición de hacer todo lo que quisiéramos. Seguí recibiendo amor en las caricias de Evan y una provocación inmensa que su beso me obligaba a quererlo sin límites, aguardando a que pudiéramos unirnos sin esperar más.
Comenzó a quitarme la ropa y yo también me deshice de la suya, se podía ver en nuestros rostros como la pasión y la tortura de poder juntar nuestros cuerpos desnudos era urgente.
—¿La cocina es aprueba de ruido? —pregunté entre jadeos, con los ojos entrecerrados mientras él me besaba el cuello, estaba a punto de desmayarme pues las rodillas me temblaban como gelatina, estaba dándome en el punto justo que me gustaba, podía desmoronarme entre sus brazos si seguía llenándome de besos el cuello y el pecho.
—No estoy muy seguro, pero, podríamos comprobarlo.
Apenas eché un vistazo a mi alrededor, era una cocina grande pero sinceramente esperaba poder hacer el amor con él en un espacio mucho más amplio dónde pudiéramos disfrutar de nuestros cuerpos durante un buen rato; me eché a reír suavemente, perdiendo el hilo de mis pensamientos, de repente gemí cuando metió su mano en mis bragas y me apresuré a darle alguna otra idea.
—Vayamos a tu habitación, no quiero desperdiciar la gran cama que tienes ahí —me mordí el labio, escondiendo en su hombro mi rostro enrojecido, abrazándolo con fuerza para no caerme al suelo.
—Acabas de leerme el pensamiento, cariño —rió entre dientes, jalando con suavidad de mí lóbulo y me cargó entre sus brazos, llevándome de nuevo hacia su habitación sin dejar de besarme, hundí mis dedos en su pelo, dejando que el aroma de su colonia a sándalo se impregnara en mí.
Caímos sobre la cama, nuestros cuerpos desnudos se unieron ansiosos, hambrientos, con la lujuria derramándose por cada poro, fuimos esclavos de una feroz pasión y una explosión de placer que no podía ser contenida por más tiempo. Todo a mi alrededor era irracional y más cuando Evan se disponía a explorar mi cuerpo mientras que yo tocaba el cielo.
¿Cómo es que lo hace? Pensé, jadee tan fuerte cuando metió dos dedos en mi interior, besándome el cuello al mismo tiempo, descendiendo hasta uno de mis pechos, succionando y estimulando mi pezón erguido con su lengua, arqué la espalda cuando nuestros cuerpos rozaban entre mí, cada vez más juntos.
—Sé lo que te gusta, cariño —ronroneó sobre la piel de mi pecho, sin dejar de chupar mi pezón, mi respiración era tan agitada que no podía responder, más solo escuchar su voz que me encendía aún más. —Y tengo todas las horas suficientes para hacerte esto y más.
De lo único que cuide por toda es tarde fue de no quedarme sin aliento porque de ahí en adelante no pude recordar más que a mi misma, gimiendo por tanto tiempo continuo y a mi cuerpo transpirando por todos lados, con los muslos temblándome y una sonrisa inmensa que me dejaron los múltiples orgasmos que experimente por primera vez en mi vida.
Siento que ha pasado años desde la última actualización, perdonen chicas pero mi vida ha estado de locos por los examenes, la semana pasada tuve dos pero gracias al universo, al cielo, a dios que si los pasé :D aun así tengo examen la próxima semana pero trataré de escribir más seguido, ya se está llegando el final y en el siguiente capítulo viene un secretito...ya sabrán de quien.
Nos leemos bonias, gracias por la espera!!!! Valen millones, estaré respondiendo ahora sí sus comentarios conforme lleguen, besitos.