En manos de la Bestia

By Eva-Mora

42.4K 2.6K 122

Me encontraba en la misma posición, atada de mis manos, sujeta a una cama, con mis ojos vendados. Horas, días... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Epílogo
Parte 2

Capítulo 18

1.1K 80 1
By Eva-Mora

Addy...

Desperté con un enorme dolor en mis brazos, mis manos aun estaban atadas, al igual que mis pies, lo ultimo que lograba recordar era que estaba en el centro comercial y de repente todo se puso negro, no sabia con exactitud en que lugar estaba, pero de algo estaba segura, no saldría con vida.

Estaba algo agotada de luchar por desamarrarme, decidí darme por vencida, di un pequeño brinco al escuchar como abrían una puerta, después de eso los pasos se escuchaban cada vez más cerca, me costaba enfocarme en algo, ya que la mayor parte del lugar estaba oscuro.

—Pero miren a quien tenemos aquí— ante el sonido de su voz, mi cuerpo comenzó a temblar —

Pequeña zorra traidora— dijo con desprecio, yo apenas podía moverme.

Sin delicadeza alguna, me tomo de mi brazo para levantarme y colocarme en una silla, amarro una de mi mano en un costado y la otra del otro lado, me temblaba cada centímetro de mi cuerpo, trate a toda costa de no derramar ni una lagrima, sabia que eso no serviría de nada, al contrario, lo haría enfurecer.

—Ahg— me quejé, el ardor en mi cara era tan grande que no pude hacer más que quedarme en silencio tratando de aguantar el dolor.

—Me gustaría mucho que dijeras el porque de todo, pero como ya se la respuesta—

guardo silencio, mi cobardía impidió que levantara la mirada, no podía verlo a los ojos —

Vaya ahora te quedaste sin palabras— puso su mano en mi cuello no importándole causar dolor, aun así, me negaba a verlo a los ojos —Mírame— me ordeno.

—Por favor— traté de suplicar —Ahg— otro golpe en mi cara me hizo quejarme, esta vez sentí como el sabor de mi sangre se colaba por un costado de mi boca.

—Mírame, fuiste tan zorra como para meterte en mi cama y ahora no quieres mirarme— sentí como apretaba mi brazo, ocasionando dolor, aun así, me negaba a verlo, al parecer eso lo hacía enfurecer.

—Por favor, solo déjame explicarte— dije con dificultad.

—Cállate— grito, desato una de mis manos para tomarme de ella y comenzó a acariciarla, no entendía dicho acto hasta que saco una navaja de su bolsillo —Lo voy a decir por última vez, mírame.

—Alexander, por favor— cegado por mi traición comenzó a deslizar la navaja en mi brazo, ocasionando un enorme corte —aaaahhh, basta— sangre, solo podía ver sangre, dolor mucho dolor, no pude mas y comencé a llorar, sin dejarle de suplicar que se detuviera.

—Soy Bestia, repítelo— me negué, haciendo que su furia aumentara y clavar la navaja más profunda —MALDITA SEA, MIRAME— con mi vista nublada por las lágrimas, levante la mirada, quedándome en shock ante su mirada llena de odio.

—No, no, no, no...

Abrí mis ojos, me encontraba bañada en sudor, todo era una pesadilla, aun así, mi corazón no dejaba de latir aceleradamente, todo había sido tan real, para que engañarme, estaba segura que Alexander mee odiaría, solo esperaba que cuando el supiese la verdad, yo me encontrar muy lejos de él.

Nadie sabía en donde estaba, mi celular lo dejé en mi departamento, no tenía comunicación con nadie, necesitaba pensar muy bien en todo lo que estaba por hacer, mis planes eran huir después de entregar esos malditos documentos. Tenía un poco de hambre, lo único que había podido comer eran unas sopas instantáneas, necesitaba alimentarme, pero el temor de ser descubierta por alguien era más grande.

Me levanté de la cama para buscar mi bolso, una duda enorme creció en mí, no entendía muy bien el por qué Rod necesitaba esos documentos, de lo único que estaba segura era de que debían tener un gran valor para él, tome el folder en mis manos, comencé a hojear, en ellas se especificaban algunos puntos en donde estaban las bodegas de Alexander, en otras habían como contratos, algunas hojas estaban en otro idioma por lo cual decidí dejar todo a un lado, definitivamente era algo que no me importaba, lo único que realmente era prioritario en ese momento, era Noah...

Una vez que todo estaba en orden, era momento de afrontar mi destino, observé la habitación por última vez, con mi bolso en la mano, me dirigí a la puerta, abrí la puerta, pero antes de poder hacer algún movimiento, él entró a la habitación, el pánico se apodero de mí, lo único en que podía pensar era en los serios problemas en los que estaba.

—¿Qué demonios pasa contigo? — fue lo primero que dijo, mientras yo comenzaba a perder la movilidad de mi cuerpo —Responde— pero yo estaba temblando de miedo, como para responder, no sabía si salir corriendo o rogar porque me dejara ir.

Él comenzó a caminar de un lado a otro, por toda la habitación, se notaba frustrado, decepcionado, su mirada reflejaba un sinfín de sentimientos, para nada se veía como aquel chico tierno con el que solía platicar.

—Addy— en ese momento mis lágrimas comenzaron a salir como una ola enorme —¿Por qué lo hiciste? — con la cabeza comencé a negar —Mierda, no tienes una idea en el lío que te has metido... ¡aaggghh! Si tan solo hubieses confiado en mí, ¡demonios! — mi temor aumento cuando se fue acercando a mí.

—Por favor — comencé a suplicar, tenía miedo de que él me hiciera daño o peor aún, de que me llevara con Alexander.

—Tranquila, no pienso hacerte daño— termino por cortar la poca distancia que nos separaba, rodeo mi tembloroso cuerpo con sus brazos, su abrazo me hizo perder el control, como una niña pequeña comencé a llorar —Sshh, sshh, tranquila— acaricio mi cabello, con demasiada ternura, estaba tratando de tranquilizarme.

No supe cuánto tiempo pasamos en la misma posición, al parecer ya no tenía lágrimas por derramar, estaba por romper el silencio, pero él lo hizo antes.

—¿Por qué no me dijiste que estabas casada? Rayos Maddison, tengo un mundo de preguntas, ¿Porque no me hablaste de Noah? Sabes que podías confiar en mí.

—No podía— dije, sin separarme de él.

—Lo sé, pero sabes que podías, puedes contar conmigo— la forma en que me miraba, la forma en que me hablaba, estaba tranquila —¿Dime que no has entregado lo que te pidió Rod? — me sorprendí cuando dijo ese nombre, aun así, respondí con la verdad.

—Aún no... yo... estaba por ir cuando tu llegaste.

—Voy a ayudarte, salvaremos a Noah— me miro a los ojos —Tu esposo estará bien, solo dame unas horas para poder solucionarlo, Marcus esta como loco, necesito hablar con él— a pesar de su seguridad, yo no confiaba en que Alexander lo tomaría de la misma manera.

—Nooo, por favor.

—Maddy, no voy a decirle dónde estás, solo necesito saber qué es lo que en realidad sabe, Marcus no perdona una traición, aun así, no pierdo nada con ayudarte, sé que la situación en la que estas no te dejaban opción, solo te pido que confíes en mí.

—¿Por qué?

—Porque desde aquel día que te vi, hiciste que mi corazón latiera, a pesar de que el tuyo latía por alguien más, seré feliz si tú lo eres— acarició mi mejilla, cerré los ojos ante su contacto.

—Gracias— terminó por dar un beso en mi frente.

—Ahora hay que pensar muy bien en lo que tenemos que hacer.

—¿Cómo descubrió Alexander todo?

—Su prometida o mas bien su ex, le entrego los papeles en donde venia mucha información tuya, junto con algunas fotos en las cuales estabas con Rod, debo decirte que si hubiese sido otra persona quizás no le hubiese afectado tanto, pero... ¡Rayos! Lo traicionaste con su peor enemigo y a eso agrégale que te ama, conociéndolo será difícil que te perdoné— sentí dolor por sus palabras, Alexander me odiaba, me lo merecía —Pero no imposible— termino por decir.

Estuvimos alrededor de dos horas, en las cuales le confesé toda la verdad, no omití ni un solo detalle, tenía que admitir que sentí un peso menos encima, desahogarme con él me hizo sentir un poco más tranquila, Sam sin duda estaba preocupado por mí, una parte de mi se sentía mal por exponerlo, pero la otra me hacía sentir protegida.

—¿Estas, segura que siempre era el mismo lugar? — dijo, haciéndome pausar mis pensamientos.

—Si.

—Bien, entonces creo saber el lugar en el que están, voy a conseguir un poco de ayuda, necesito que no salgas de aquí, regresaré lo antes posible.

—Pero...

—Maddy— pronunció mi nombre con demasiada seriedad, no dije nada, solo lo mire con atención —Prométeme que no te moverás de aquí, por favor, necesito que confíes en mí.

—Te lo prometo, Sam— le di un fuerte abrazo, el beso mi frente, tierno como el solía ser.

—Regresare pronto— me quede sentada en la cama, viendo como salía de la habitación.

Quería sentirme tranquila, me resultaba imposible, ''Todo va estar bien'' por más que me repetía una y otra vez la misma frase, me era imposible estar tranquila. En mi cabeza había un caos enorme, por un lado, estaba pensando en Noah, el era mi mayor prioridad, pero también pensaba en Alexander, en lo mucho que me estaba odiando.

Comenzaba a anochecer, Sam aun no regresaba, se me estaba habiendo una eternidad, hasta que pude respirar cuando el toque en la puerta se hizo presente, salte de la cama para abrir, Sam había tardado, pero regresaba para ayudarme. AL abrir la puerta, mi corazón dejo de latir, sentí como toda la sangre se esfumaba de mi ser, no podía moverme.

—¡Maldita zorra! — el ardor en mi mejilla me hizo quejarme, el primer golpe había sido fuerte, pero para nada se comparaba con los que vinieron después.

Podía sentir como salía sangre de mi boca, sin importarle lo más mínimo mi estado, dio un ultimo golpe en mi estómago, el dolor fue inmenso, no pude moverme, me quedé en el suelo sin hacer ni un movimiento.

—Maldita sea, te dije que conmigo no se juega, pero ahora te demostrare lo que tu estupidez ocasiona— le dio una orden a los hombres que venían con el —Levántenla— sin delicadeza alguna, me tomaron de los brazos para ponerme de pie.

—Aahh— me queje —Por favor— suplique.

—Ahora si suplicas, mientras tanto planeabas traicionarme.

—No, no... yo conseguí lo que me pediste— señale mi bolso, el me observo con duda, se acerco hasta la cama en donde estaba mi bolsa, saco los papeles, en su rostro se reflejaba el gran triunfo que sentía, el muy malnacido tenia en sus manos lo que había pedido, mientras yo me tragaba todo el dolor.

—¡Vaya! Pero si la zorrita resulto ser muy lista, aunque hay algo que no me termina de convencer ¿Por qué demonios estas aquí? Y lo más importante ¿por qué no me habías llamado para informarme que tenas los documentos?

—Yo... me estaba escondiendo de Alexander, el sabe todo y me está buscando— traté de decirlo todo con la mayor seguridad, para que el me creyera —Yo me escondí aquí mientras veía la manera de ponerme en contacto contigo— el comenzó a reír.

—Pues no voy a disculparme por lo que acaba de ocurrir, en fin, tengo lo que quiero, ya no me sirves.

—Rod— era la primera vez que lo llamaba por su nombre —Me diste tu palabra, prometiste dejarnos ir una vez que te entregara eso— señale el folder. El me observo por algunos minutos, los cuales se me hicieron una eternidad.

—Rod Dickrerson siempre cumple su palabra, ¿No es así muchachos? — los hombres que estaba presentes, respondieron con un sí, sin embargo, yo no creí en sus palabras —En fin, vayamos por mis invitados, los dejare libres.

—Gracias.

—Ahora tienes a alguien muy peligroso buscándote, créeme si yo estuviese en tus zapatos, para nada podría estar tranquila, pero, en fin, cumpliré mi palabra.

Antes de salir de la habitación, fui al baño para lavar mi cara, la cual no tardaría mucho en inflamarse, debido a los golpes, el dolor en mi estomago ocasionaba que mis pasos fuesen lentos, aun así, en ningún momento me perdieron de vista. En todo el trayecto de la habitación al estacionamiento, Sam no había aparecido, lo cual me hizo sentir un poco tranquila, de lo contrario estaría en serios problemas si Rod se enteraba que Sam planeaba ayudarme.

Recargue mi cabeza en la ventada, perdiéndome en el paisaje que pasaba por ella.

—Me acaban de informar que Bestia esta haciéndole honor a su apodo, anda como loco buscándote— dijo, mientras guardaba su celular en su chaqueta —En el lio que estas, en fin— el tono despreocupado en que hablaba me causaba ganas de querer golpearlo, quería matarlo al maldito infeliz, todo era su culpa, todo por su maldita ambición.

En todo el trayecto no mencione nada, lo único que quería era llegar y abrazar a Noah, en ese momento solo me importaba él.

—Ya saben que hacer— dijo Rod en cuanto el auto se detuvo.

—Tu esperaras aquí— señalo la bodega.

—Pero...

—Noah no esta aquí, van a traerlo, así que solo espera a que el llegué, ya di la orden.

Baje del auto, ayudada por uno de sus gorilas, el cual por lo menos me estaba ayudando a caminar, ya que con cada paso que daba el dolor en mi estomago era más fuerte.

—Quédate aquí, procura no hacer ni una estupidez— entre en un pequeño cuarto, donde solo había una mesa y una silla, sentí dolor al sentarme, aun así ya no me importaba, lo único que quería era por fin tener a Noah conmigo y poder huir de todo. Para ese momento no sabia que era peor si estar en manos de Rod o en manos de la Bestia...

Continue Reading

You'll Also Like

1.9M 135K 90
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
6.7K 304 15
Moririas por tu pareja Serias capaz de dar tu vida por ella Si ella muriera moririas con ella??
6.7M 276K 72
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...
133M 8.7M 65
Recién llegada a la elitista universidad Tagus, Jude Derry descubre que ahí todo gira alrededor de las fiestas, los chismes, los ligues y sobre todo...