Eva.
- Creo que no es necesario nada más. Te mantendré al tanto sobre cuando pueden buscar tu auto para repararlo. ¿Tienes alguna duda?
Ese ultimo comentario es el típico de los profesores con sus alumnos, no lo puedo negar. No sé si me toma el pelo o lo dice de verdad y sin malas intenciones.
Pensemos por solo esta vez que no lo dice de forma mala, así que mejor asentir y no buscar pelea. Total, él se esta haciendo cargo de los daños ocasionados.
- Está bien, supongo.
Su ceja se enarca a la vez que me mira, pero prefiere no darle importancia.
Esto es demasiado civilizado, estaba convencida de que rodarían cabezas esta tarde. Y todavía estoy esperando su disculpa.
- Perfecto entonces, si ya está todo arreglado con respecto a tu incompetencia a la hora de manejar, me marcho - Y esa soy yo levantándome con una sonrisa burlona luego de tirar una bomba en su cara.
Ahora sí, puedo decir que una cabeza va a rodar, y será la mía. Sabía que no podría comportarse de esta forma durante tanto tiempo, pienso mientras rio internamente.
- ¿Perdón?
- Te perdono cariño – le digo guiñándole un ojo mientras paso la correa del bolso por mi brazo.
Lo veo que aun sigue sentado y cierra sus ojos a la vez que suspira profundamente. Cualquiera diría que estoy disfrutando esto, hacerlo cabrear.
Rayos, sí.
Digamos que no es muy difícil de adivinar con la sonrisa gigante que hay en mi rostro.
Es extraño disfrutar el ver enojado a una persona que ni conoces, pero esto me da un placer que no puedo explicar.
- Creo que entendiste mal todo esto. Me hago cargo de los daños porque es lo correcto, pero esperaba que te disculpes por lo de ayer.
- Y yo esperaba que me invites una cerveza, y vemos que ninguna de las dos cosas pasó.
Cuando lo veo sonreír sé que elegí mal las palabras y que me está por tirar algo que me dejará callada. Joder, es que no sé cuándo cerrar mi bocota.
Levanta su ceja y veo exactamente hacia donde se dirige la conversación, y solo quiero ser la compañera de Patricio Estrella y que nadie me encuentre en Fondo de Bikini.
- Si lo que querías era salir conmigo, no era necesario chocar mi auto. Con un "Hola" bastaría, pero supongo que las técnicas de seducción se van actualizando.
Su maldita sonrisa comemierda me pone los pelos de punta y lo único que quiero hacer es salir de aquí y no volver a verlo.
- Sabes qué, mejor me voy. Llámame por lo del auto.
- Ya que es lo que quieres, te llamaré – escucho tras de mí, y otra vez dio vuelta mis palabras, poniéndolas en mi contra.
Maldito capullo.
Maldita sea conmigo.
Qué rayos sucede, no pude procesar lo que debía salir de mi boca, solo salió como vómito verbal con tal de "ganar" el encuentro.
No sé cómo es que va el tablero, pero esta ronda lamentablemente la ganó Gabriel. Pero la siguiente es mía.
Y porqué carajo estoy pensando en un siguiente encuentro.
Mierda.
...
Gabriel
- ...aquí traigo unas cerve... -se detiene al darse cuenta de que estoy solo en la mesa- ¿Se fue?
- Sip – le contesto a Logan agarrando una de las botellas de cerveza que trae y dando un trago.
- ¿Y eso?
- No sé hermano, las mujeres son raras – es toda la contestación que le doy junto con una palmadita en su hombro cuando paso por su lado en dirección al depósito.
- ¿Pero solucionaron el problema de los autos? - escucho su voz a mi espalda y se que viene detrás de mí.
- ¿Te han dicho que eres un cotilla?
- Si, muchas veces. Ahora desembucha. Estaba buena.
- Sí, ya está todo resuelto. Le pediré que traiga su coche en estos días y luego lo llevaré al taller de Troy.
- ¿Solo eso? ¿Y ya está?
Me doy vuelta para mirarlo mientras agarro cuatro botellas de distintos licores para llevar al bar.
- ¿Qué esperabas? Era lo que venía a hacer.
-Tal vez invitarla a salir, pero si tu no quieres, yo me ofrezco como voluntario.
Esta vez lo miro sorprendido y con ambas cejar arqueadas sin creer lo que dice. Es un idiota.
Pero luego de un segundo de pensarlo empiezo a reír internamente al imaginar a Eva ladrándole a Logan luego de que intente invitarla a salir. Es toda una fiera.
- Yo no tengo intención de salir con ella. Puedes invitarla cuando vuelva aquí el sábado. Es muy simpática -le lanzo una sonrisa y salgo del almacén para que no vea como se convierte en una sonrisa burlona.
Cuando le pida que el viernes traiga su auto y lo deje, espero que Logan la vea y haga el intento de invitarla a salir.
Eso deberá enseñarle a no ser un cotilla ni meterse donde no lo llaman.
Será mejor dejar atrás este tema y concentrarme en el trabajo porque en un rato ya tenemos que abrir. Cuando termine la jornada le mandaré por mensaje lo del viernes a Eva.
Podría habérselo dicho en persona, pero no tenía ganas de escuchar excusas ni peros, mejor por mensaje.
No es un gran arreglo lo que necesita su auto, hasta podría hacerlo yo, pero no se lo diré porque sería una discusión nueva en la que no quiero meterme.
...
Es casi medianoche y estoy bastante seguro de que no me va a contestar ahora, pero ya le escribí para que agende cuando tiene que venir a dejarme su coche.
Sirvo una copa a Jess, una clienta frecuente y siento que mi teléfono vibra en mi pantalón.
- Ok.
Guau. ¿Esta chica siempre tiene un humor de perros o es solo conmigo? No fue para tanto lo del auto, cielos.
Ignoro su mensaje y guardo el celular.
Levanto la cabeza cuando escucho que me llaman en la otra punta de la barra. Un idiota agita su vaso como si fuese un preso pidiendo comida. Solo es martes, pero eso no le impide ponerse ciego de alcohol. Estoy seguro que lo van a tener que sacar arrastrando esta noche. Espero que no vomite o lo haré limpiar con su ropa.
Una vez que le sirvo me doy vuelta con la intención de agarrar otra vez el celular, pero Jess me llama con un dedo. Mierda, ya sé lo que se viene.
- Oye Gab, que me dices de si repetimos lo del almacén y luego subimos a tu piso.
No la miro y me concentro en el vaso que estoy secando a la vez que pienso en como rechazarla de manera educada.
Lo que quiere repetir es prácticamente nada, porque fue ella quien me acorraló cuando estaba saliendo de buscar unas cosas y se me tiró encima. Ni siquiera le seguí el beso, pero no creo que ella lo vea de esa forma.
- Jess yo... eso no debió pasar. Lo lamento si te di falsas ideas, pero creo que lo malinterpretaste.
- ¿Dices que no sientes lo mismo?
Bien, eso no lo esperaba. Acaba de convertir un grano de arena en una isla entera.
No es que la rechace porque no me parece atractiva, pero es una clienta y no creo que sea bien visto que nos liemos, y menos cuando su cuota mínima de rondas es tres bien cargadas por noche.
Aunque sí que me he liado con clientas, pero Jess tiene algo que no sé como explicar, pero me grita diablos no. Creo que es mejor permanecer apartado de ella y no meter mi polla ahí.
- Escucha, no siento lo mismo porque... -me quedo pensando en una salida y solo una se viene a mi cabeza - salgo con alguien. Lo lamento de verdad, pero lo del depósito no debió pasar.
Me alejo rápidamente de allí mientras me dirijo a donde está Jackson y le digo que se encargue. Dicen que soldado que huye sirve para otra guerra.
Ya no queda casi nadie en el local así que puedo retirarme tranquilo y ver las cuentas de la noche.
Esa conversación sigue dando vueltas en mi cabeza, pero no le doy demasiado importancia porque iba borracha, igual que la vez que me besó. Supongo que fue el alcohol lo que impulsó esas dos escenas.
Me olvidé completamente de mi celular durante un rato, y cuando lo agarro para ver la hora, veo que hay otro mensaje de Eva.
- Joder. ¿Es que aparte de chocar coches, tampoco dejas dormir a las personas?
Rio porque puede que tenga razón, tal vez debí esperar a la mañana siguiente para hablarle, pero seguro me hubiese olvidado.
- Lo lamento, ¿acaso te desperté?
- De verdad lo siento.
- Descansa.
Envió los tres mensajes seguidos y sé que debe estar odiándome si volvió a dormir y dejó el teléfono con sonido.
Esta vez la respuesta no llega en forma de mensaje, sino que es una llamada entrante lo que ilumina el celular en mi mano.
Espero unos segundos, y antes de que se corte, atiendo como si nada.
- ¿Sí? - la sonrisa que tengo en la cara debe ser igual a la del gato sonriente.
- Que te jodan - escucho su voz malhumorada y luego corta.
Las risas que se escapan de mi boca no logra oírlas, porque si no, estoy completamente seguro que me hubiese gritado, pero lo que hizo fue darme material para otra idea.
- ¿Te ofreces para hacerlo? ;) -le envío por mensaje y esta vez no hay ningún tipo de respuesta.
Vuelvo a ganar en esta tonta e infantil riña que tenemos, pero la satisfacción es gigante.
Se comporta como una adolescente y hacerla rabiar es tan gratificante.
Quien diría que me sentiría bien haciendo cabrear a una desconocida.
Pero lamentablemente las cuentas no se van a verificar solas, así que dejo la imagen de una diablesa enfadada a un lado en mi cabeza y me concentro en los números.
Odio hacer esto, pero Jackson es pésimo, y Logan ni hablar. No hay una definición para lo malo que es.
Tendremos que contratar a alguien para que se ocupe de las cuentas y ver si no estamos teniendo perdidas en el negocio.
Luego del esfuerzo que hicimos para abrirlo y el trabajo en arreglar todo el mobiliario, no podemos dejarnos estar con algo así.
Luego de media hora concentrado escucho que la puerta de la pequeña oficina se abre y al levantar la mirada veo que es Jackson junto con Peter.
Cuando el ultimo se dispone a cerrar la puerta, esta vuelve a abrirse para darle paso a Logan.
- Ya está vacío. ¿Falta algo?
- No, ya pueden irse. Yo me ocupo de cerrar.
Los acompaño hasta la puerta trasera del local. Nos despedimos todos y emprenden el camino a sus departamentos, excepto Logan que me dijo que hoy se queda en casa de nuestros padres porque papá le pidió ayuda con algo y lo necesitaba allí mañana temprano.
Dijo que no era necesario que vaya, pero me daré una vuelta por allí por si acaso.
Con un suspiro verifico que todo esté cerrado y las luces apagadas antes de subir las escaleras que llevan a mi departamento.
Es bastante practico vivir arriba de tu lugar de trabajo. Nunca llego tarde.
Al abrir la puerta ruedo los ojos porque nadie me recibe, y cuando me dirijo a mi habitación veo porque es.
Sobre mi almohada se encuentra durmiendo como si no hubiera un mañana, Otto.
Ese gato debe haber sido un koala en otra vida, porque sus hábitos de sueño se le quedaron.
Lo muevo hacia un costado y me tiro en la cama, oyendo el crujir de las maderas.
Solo me echa una mirada y luego se da la vuelta dándome la espalda para seguir con la ardua tarea.
Cuando agarro el teléfono para programar la alarma y así levantarme en unas horas pienso en unos bellos pero malditos ojos verdes que me hicieron llegar a donde estoy ahora.
Y luego, veo los mensajes que intercambie con la chica que también tiene ojos verdes, y que ha sido un grano en el culo estos días.