Capítulo 4

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Eva.

- Creo que no es necesario nada más. Te mantendré al tanto sobre cuando pueden buscar tu auto para repararlo. ¿Tienes alguna duda?

Ese ultimo comentario es el típico de los profesores con sus alumnos, no lo puedo negar. No sé si me toma el pelo o lo dice de verdad y sin malas intenciones.

Pensemos por solo esta vez que no lo dice de forma mala, así que mejor asentir y no buscar pelea. Total, él se esta haciendo cargo de los daños ocasionados.

- Está bien, supongo.

Su ceja se enarca a la vez que me mira, pero prefiere no darle importancia.

Esto es demasiado civilizado, estaba convencida de que rodarían cabezas esta tarde. Y todavía estoy esperando su disculpa.

- Perfecto entonces, si ya está todo arreglado con respecto a tu incompetencia a la hora de manejar, me marcho - Y esa soy yo levantándome con una sonrisa burlona luego de tirar una bomba en su cara.

Ahora sí, puedo decir que una cabeza va a rodar, y será la mía. Sabía que no podría comportarse de esta forma durante tanto tiempo, pienso mientras rio internamente.

- ¿Perdón?

- Te perdono cariño – le digo guiñándole un ojo mientras paso la correa del bolso por mi brazo.

Lo veo que aun sigue sentado y cierra sus ojos a la vez que suspira profundamente. Cualquiera diría que estoy disfrutando esto, hacerlo cabrear.

Rayos, sí.

Digamos que no es muy difícil de adivinar con la sonrisa gigante que hay en mi rostro.

Es extraño disfrutar el ver enojado a una persona que ni conoces, pero esto me da un placer que no puedo explicar.

- Creo que entendiste mal todo esto. Me hago cargo de los daños porque es lo correcto, pero esperaba que te disculpes por lo de ayer.

- Y yo esperaba que me invites una cerveza, y vemos que ninguna de las dos cosas pasó.

Cuando lo veo sonreír sé que elegí mal las palabras y que me está por tirar algo que me dejará callada. Joder, es que no sé cuándo cerrar mi bocota.

Levanta su ceja y veo exactamente hacia donde se dirige la conversación, y solo quiero ser la compañera de Patricio Estrella y que nadie me encuentre en Fondo de Bikini.

- Si lo que querías era salir conmigo, no era necesario chocar mi auto. Con un "Hola" bastaría, pero supongo que las técnicas de seducción se van actualizando.

Su maldita sonrisa comemierda me pone los pelos de punta y lo único que quiero hacer es salir de aquí y no volver a verlo.

- Sabes qué, mejor me voy. Llámame por lo del auto.

- Ya que es lo que quieres, te llamaré – escucho tras de mí, y otra vez dio vuelta mis palabras, poniéndolas en mi contra.

Maldito capullo.

Maldita sea conmigo.

Qué rayos sucede, no pude procesar lo que debía salir de mi boca, solo salió como vómito verbal con tal de "ganar" el encuentro.

No sé cómo es que va el tablero, pero esta ronda lamentablemente la ganó Gabriel. Pero la siguiente es mía.

Y porqué carajo estoy pensando en un siguiente encuentro.

Mierda.

...


Gabriel

CasualityWhere stories live. Discover now