Verte es... Pecado

Por Skandars18

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Clarke Griffin es una mujer que siempre ha tenido todo lo que quisiera. Sus padres no ponían pero alguno en c... Más

2 | Mis Donas
3 | Invitado no Deseado
4 | Tensión
5 | ¿Stalker?
6 | Intensa
7 | Excusas
8 | Ayuda...

1 | Cersei

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Por Skandars18

"El que tiene mucho desea más, lo cual demuestra que no tiene bastante; pero el que tiene bastante ha llegado a un punto al que el rico no llega jamás".
—Séneca.

———

¿Dinero? es algo que nunca le ha faltado, desde pequeña sus padres siempre le han dado todo y cuanto han podido ofrecerle, con el único fin de satisfacer sus necesidades. Era una forma que según ellos usaban para compensar la falta de presencia en la vida de esa niña, que por el divorcio que tuvieron, querían evitar que se sintiese triste o sufriera por la separación de ambos; no contaron con el detalle de que eso en un futuro le haría mal a aquella joven, que con el pasar de los años iba adquiriendo actitudes egoístas hacia las demás personas. Le importaba el mundo, lo mismo que le podría importar la vida de una misera y estúpida hormiga.

Entre más crecía, se iba percatando de lo mucho que podía lograr gracias a sus influencias y la belleza con la que había nacido. Los hombres y algunas mujeres caían rendidos ante ella, le daban cualquier cosa, con tal de tenerla; provocando que su ego solo aumentara, creándose la idea de que nadie podía resistírsele. Y como si fuera poco, la avaricia comenzó a nacer cuando se dio cuenta lo que podía lograr con el dinero, ser médico no era suficiente; sus padres querían que siguiese con la tradición familiar que por generaciones ha marcado a Los Griffin, el largo linaje en el campo de la medicina. Eso no bastaba para ella, lo que menos le podía importar era la vida de los pacientes, y para ahorrarles la amargura futura en una carrera donde no sentía algún tipo de afinidad, se fue para leyes. Ocasionando la ira en sus padres, principalmente en Jake.

Clarke Griffin, quien a sus 32 años, ya había obtenido casi todo. ¿Dinero? ya tenía mucho, pero deseaba más. ¿Belleza?, le bastaba y sobraba. ¿Superación personal? Es Fiscal adjunta, podía ser feliz y plena en esa posición; pero como todo avaro... Quería más, y era ser Fiscal General. Costara lo que costara, ese puesto debía ser de ella.

Ya le faltaba poco, solo debía aguantar unas semanas más.

—Entonces mi amor... ¿Ya estas cansada? —Pregunta aquel castaño, haciéndose espacio a un costado de ella.

—Si cariño. Hoy ha sido un día difícil con el papeleo del caso de aquel policía corrupto —Respondió la rubia, acercándose a darle un beso—. Papeleo que debías hacer tu por ser el Fiscal General. Yo tenía que presentarme en la jefatura de policía hoy, pero no pude por tu culpa.

—Vamos... No te enojes, hoy tenía que asistir a la escuela de Emily. No podía faltar.

—Solo te estoy recordando que no me gusta hacer tu trabajo —Dice Clarke, intentando no parecer enojada.

—Oye, acabamos de tener una buena sesión de sexo. ¿No es pago suficiente? —Contesta risueño Finn.

—Sabes que no quiero solo sexo... ¿Cuando vas a dejar a tu esposa? —Se muestra triste y recuesta su cabeza en el pecho de aquel hombre—. Estoy cansada de ser la otra, dijiste que lo suyo estaba muerto, y ya llevamos un año en esto.

—Tranquila, este fin de semana ya voy a hablar con ella y dejarla por fin. Pronto serás la nueva Señora Collins —Finn le acaricia su rosada mejilla y le da un tierno beso en los labios. Con la intensión de que siga creyendo aquello y puedan seguir con esos encuentros un tiempo. Primero debía encontrar una nueva chica para complacer a su amigo. Es cierto que Clarke estaba muy buena, pero ya llevaba mucho tiempo con ella, necesitaba carne nueva, o eso se decía—. Ya es tarde, iré a darme un baño. Hoy tengo que ayudar a Kyle con sus deberes, en cuanto salgo, ¿te dejo donde tu amiga?

—Sabes que te esperaré lo que necesites, solo que no te tome tanto —Le dio una gran sonrisa de enamorada y volvió a unir sus labios en un corto beso—. Sí, voy a casa de ella —Dicho esto. Finn se levantó de la cama y se fue hacia el baño.

Por su parte, Clarke, espero a que él se perdiera por esas puertas, para poder girarse en la cama y agarrar el celular de su jefe que se encontraba en una de las mesitas de noche. Desbloquearlo fue sencillo, un hombre tan básico como Finn Collins, usaría la fecha de su cumpleaños como código; su intensión era revisar su agenda, calendario, mensajes o algún correo que fuese importante. Y como era experta en encontrar información comprometedora, tomó capturas de las cosas que creía sospechosas y envió todo rápidamente a Raven.

Fechas, palabras en clave y una misteriosa reunión que él tendría con Dante Wallace, uno de los jefes de mafia más buscados por la policía de Arkadia y que de alguna forma nunca podían capturarlos. Las pruebas se perdían, testigos desaparecían... Llegando a la conclusión que alguien en un puesto importante los estaba ayudando, corrupción justo en sus rostros y nadie hacía algo para acabarlo. Clarke lo supo desde un inicio, Finn no era muy bueno mintiendo y los oficiales eran muy malos investigando, aunque su amiga fuera la detective encargada del caso, tenía que aceptar el hecho que eran un poco ciegos. El Gobernador no tenía nada que ver, y centraron su atención en él.

Clarke hizo lo que mejor supo hacer, usar sus atributos para ganar la confianza de Collins y el muy idiota bajaría la guardia a su alrededor, dejando camino para sacar pruebas que lo inculparan. Y si lo inculpaban, sería despedido e iría a prisión. Quedando la vacante como Fiscal General, y al fin poder pelear por aquello que tanto deseaba. No había nadie mejor preparado que ella para ese puesto, sabía que se lo darían... Está tan cerca de obtenerlo.

Regresó el celular a su sitió y espero a que el castaño regresara. Ya quería llegar a donde su amiga para hablar bien del tema, esa reunión se daría en una semana; debía aguantar un poco más. Intentar no vomitar con ese sexo tan pobre que le daba el Fiscal y para encima, lo tenía diminuto; no tenía ni idea como pudo aguantar tanto tiempo con el misógino ese.

De la nada, el hombre apareció ya duchado, lo que aprovecho en ir a bañarse antes que quisiera tener otra ronda. La ansiedad la estaba consumiendo, ahora que estaba muy cerca de meterlo preso, la desesperación comenzaba a dominarla, se tomó su tiempo en la ducha para pensar bien en un plan donde no sospechara que ella fue quien lo delató. Aunque realmente le importaba tan poco que lo descubriera.

Se lavó completamente, sentir esa asquerosa esencia del perfume de Finn le provocaba ganas de vomitar... Bueno, todo él en si. Cuando ya estuvo segura de que no tenía esa esencia que la empalagaba, salió, se vistió y sin perder el tiempo se pusieron en camino a la casa de Raven, la única amiga que posee, la única que podía soportarla, más bien; porque gracias a esa actitud arrogante y creída, las personas tendían a tener mucha aversión por ella, cosa que le importaba una mierda. A Clarke, lo único que deseaba e interesaba era el poder. Y ser Fiscal General, era solo un alto escalón para ser lo que realmente quería.

Toco el timbre con absoluta desesperación, al cabo de unos minutos, una morena de piel bronceada abrió la puerta con una grandísima sonrisa, estaba feliz, ambas estaban realmente felices. Al fin meterían al cerdo de Finn en la cárcel, junto con aquel mafioso que llevaba años evadiendo la justicia, solo unos días más, un par de días más y acabaría ese "martirio".

—¿Qué tal tu noche de sexo duro y fuerte? —Pregunto su amiga con tono de clara burla.

—Asco. Realmente tengo estomago para estar soportando a alguien como él... Lo que hago para lograr mis metas —Responde Clarke, haciendo un gesto como si fuese a vomitar.

—Podrías hacerlo sin recurrir al sexo... Solo que no quieres aceptar el hecho de que te gusta mucho hacerlo. Lo ninfómana se te nota en el rostro.

—No soy ninfómana. Si es cierto, como cualquier otro ser humano, disfruto mucho de él —Se sienta en uno de los sofás, mientras Raven le acerca un vaso con agua—. Pero en la forma que lo dices, es como si me acostara con todo aquel que pueda ayudarme en mis metas, y no es así. A algunos los seduzco y otros, como con Finn, llego a sus camas. Lo cual solo ha pasado con tres personas.

—¿Y con los que te acuestas por placer? —Pregunta Raven, alzando una de sus cejas. Amaba a su amiga, pero le gustaría que un día cambiase de actitud tan creída.

—Personas de una noche que no merecen la pena mencionar —Bebe un poco de agua antes de continuar—. Veo que estas sola... ¿Tu novia? —Prefiere cambiar de tema, no le gusta que Raven hable de moralidad con ella.

—Hoy tiene guardia. Y como la nueva jefa de Pediatría es muy estricta, tiene que cumplir —Responde la morena.

—¿No crees que es injusto? un don nadie aparece de la nada y le quita el puesto que se le debió dar a Octavia... Sinceramente no sé que tiene en la cabeza mi madre —Exclama Clarke con tono molesto. Ya estaba aburrida de que mencionaran tanto a esa mujer, en la cena que tuvo con su mamá el fin de semana anterior, no paró de hablar de lo perfecta, magnifica y profesional que era Lexa Woods en su trabajo.

Toda la maldita ciudad comentando las hazañas de esa joven genio que había dejado sin palabras al país. Odiaba que se le diera tanta importancia a esa mujer, en cambio ella había logrado tanto en tan poco tiempo y ni un reconocimiento. Quería que la notaran, no que esa extraña apareciera y se llevara la atención de todos en el mes y un par de semanas que tenía laborando en el Hospital Nacional de Arkadia.

La forma en que todos se expresaban sobre ella, es como si fuese una especie de santo, y ella que no cree en nada ni nadie, le parecía absurdo.

—No vengas con que te preocupas por O... Ni siquiera se llevan bien. Ella te odia y tiene sus motivos —Dice Raven, ya cansándose de la actitud de Clarke. Últimamente no podía soportar tanta dosis de su egoísmo y arrogancia.

—¡Cuando van a entender que yo no seduje a Lincoln! El intento meterme mano.

—Claro. ¿Y te obligo a que metieras tu lengua en su garganta?

—¿A la final no fue mejor así? —Se encoje de hombros y le lanza una sonrisa arrogante a Raven—. Ahora son felices juntas. ¿Te ayude no?

—Clarke... Aunque es cierto que ahora soy muy feliz con O, tampoco era para que recurrieras a eso. Esta bien, él comenzó, pero no debiste seguir. Por honor entre amigas —Raven suelta un largo suspiro—. Ella ya no esta enojada por Linc, sino porque la traicionaste. Lo cual es mucho peor que un novio te engañe, perdiste su confianza. Pero eso es algo que tú no necesitas.

—Me basta y sobra contigo. Preocuparme por tanta gente es extenuante —Exclama intentando quitarle importancia con un rápido gesto en la mano—. En fin, ya estoy aburrida de que menciones tanto a la tal Lexa. Solo es una niña genio y ya, poco les falta para que la beatifiquen.

—¿Beati que? —Preguntó Raven. Decidió omitir el tema de O, no quería salir de pelea con su amiga, después de haber conseguido lo que podría ser la ultima prueba necesaria para la detención de Finn y aquel mafioso.

—Beatifiquen... Acción y efecto de Beatificar. ¿No lees? —Responde con molestia—. Olvídalo. La cosa es que la están tratando como si fuese la próxima María Teresa de Calcuta.

—No hables así de la chica. O la respeta y admira mucho, ha leído todas las tesis que ha publicado. Ayudó bastante a la población de Berundí cuando fue hacer servicio social. Y sus investigaciones en tratamientos como Oncóloga Pediatra ha servido a muchos niños. No es cualquier persona Clarke, esa niña es de esos genios que no se ven muy seguidos, y solo te repito lo poco que logro entenderle a Octavia, ella hasta menciona los nombres de los tratamientos y esas cosas. Solo soy una simple policía que cumple con meter a los malos en una celda, yo puedo llegar a quitar vidas, no con eso estoy demeritando mi trabajo... Pero lo que hace Lexa es un bien mayor, le da esperanza de vida a niños. Pequeñas personitas que no han podido tener una vida normal por culpa de esa maldita enfermedad —Recoge una gran cantidad de aire en sus pulmones, para después soltarlos. En serio que intenta entender a Clarke, pero cada día está más insoportable—. Respeta su trabajo. Que por lo menos, Lexa si lo hace de forma honrada y respetada —La rubia frunce el ceño ante las últimas palabras de Raven.

—Espero no me estés criticando por la forma en que obtengo lo que quiero —Contesta tajante.

—Yo no he dicho nada. Si te calló la piedra, allá tu —Finalizó Raven, para después levantarse e ir a la cocina.

—Increíble —Murmuro Clarke—. Me voy. Cualquier cosa con la investigación, tienes mi numero, adiós.

Se levantó de donde se encontraba sentada y salió del apartamento sin siquiera despedirse de su amiga. ¿Enojada?, iba hecha una furia, odiaba. En serio que odiaba que criticaran sus métodos, no podía creer que Raven, siendo su amiga, aún no los aceptara.

¿Qué hay de malo con ellos?

Después que a la final pudiese adquirir lo que buscaba, el como los obtuvo era lo que menos le interesaba. Podía muy bien disfrutar de la fortuna de sus padres, pero ella quería que la vieran como alguien que gano todas sus riquezas. Quería que la admiraran, le tuviesen envidia...

Que la idolatraran.

Nada le podía causar más placer que ver a los demás desde arriba y que estos fuesen alabándola, que quisieran todo lo que tenia en su poder. Las riquezas, la belleza e influencias. Ya le falta poco para estar por completo en su meta.

Y nada ni nadie, le iba a impedir lograrlo.

O eso creía.

Al paso de los días, las investigaciones por el caso de Finn y Mount Weather habían avanzado bastante, y con aquella reunión privada con Dante, obtuvieron lo que tanto necesitaban. Pruebas, y no solo físicas, audios completos sobre aquella conversación; que gracias a agentes encubiertos, lograron conseguir. Clarke solo estaba a la espera de que Raven junto con su compañero, Lincoln, fuesen a arrestarlo. Solo que se le estaba haciendo un poco eterna la espera, había evitado tener sexo todo ese tiempo con Collins; una vez más y sabía que le vomitaría en el rostro. Acostarse con un viejo de 41 años era demasiado para su estómago.

Y ahí estaba ella, asistiendo a otra ridícula donación que hacen los políticos para atraer personas y que no se den cuenta de que con cada compra se están robando la mitad de lo que colocan como precio final. Además, de que odiaba tener que poner una sonrisa y tomarse fotos con personas que le importan en lo más mínimo; y ese día le tocaba al Hosp. Nacional de Arkadia.

El Gobernador iba a donar equipo médico a diferentes departamentos, por lo que debía anotar toda esa mierda y darle un informe a Finn, quien también se encontraba allí, solo que él nunca hacia nada, como siempre. Era trabajo de ella, no se lo decían personalmente; pero al ser mujer, le daban las cosas de los mensajeros. Aunque ella hubiese sido la mejor de su promoción y fuera la primera Fiscal Adjunto.

Pero eso no importaba.

Antes de que comenzara el acto, su mamá le había enviado un mensaje para que se presentara a su despacho, ella nunca visitaba el lugar de trabajo de Abby. Odiaba ver gente enferma o que la saludaran por ser hija de la increíble Dra. Griffin. Otra cosa que detestaba, era el olor penetrante de los hospitales... Le traían muy malos recuerdos, provocando que de una u otra forma la ansiedad le invadiera.

Sacudió levemente su cabeza para evitar que salieran esos recuerdos innecesarios, debía estar presentable para las cámaras. Aunque ese no era el plan de aquello que podría ser nombrado "destino" o quizás... ¿Karma?.

Sin darse cuenta, cuando iba doblando en la esquina del pasillo hacia el elevador, todo paso tan rápido que ni chance tuvo para reaccionar al inminente choque, cerro los ojos ante la sorpresa y en pocos segundos siente como algo húmedo recorre su conjunto Chanel Tricot, la blusa verde que llevaba dentro de la chaqueta con diseños negro y blanco se vio manchada con un líquido que por el aroma, rápidamente conoció como café. Y como odiaba el café.

Mantuvo sus ojos cerrados para contenerse y no soltar toda la mala palabrería que había en su vocabulario, debía comportarse profesional, debía hacerlo... Pero solo imaginar su costosa ropa, que oscilaba arriba de los dos mil dolares ser destruida por la detestable mancha de café y que había comprado justo para ese evento, provocó que la cordura desapareciera.

—¡Oh Dios mío! Disculpa no fue mi intención —Escucho aquella ronca voz disculparse. Supuso que se trataba de la que jodió su conjunto—. No... n-no era mi intención —Y encima, una idiota. Pensó.

Abrió los ojos para poder apreciar a la estúpida. Llevandose así, una gran sorpresa.

No contaba con que unos bellos ojos verdes la observaran muy preocupados, por cortos segundos se quedó sin aire y admirando sutilmente como estaban escondidos detrás de unas grandes gafas con marco negro. Ese cabello castaño todo alborotado ocasionaba que aquellas hermosas esferas se perdieran. Un crimen.

Cuando regresó en si, bajo la mirada y toda esa corta ensoñación desapareció, cuando la chica en cuestión estaba horriblemente vestida.

"¿Que mierda estoy viendo?", pensó. Y como le daba igual mostrar su desagrado, la otra mujer frunció el ceño por el rostro con asco que le mostró al verla.

Una camisa muy ancha de cuadros en negra, junto un pantalón largo con estampados de flores hawaianas en naranja. Y si de por si ya era un crimen, por zapatos tenía puesto, unas Croccs en crema llena de pins de diferentes películas o series; entre esas, solo pudo reconocer al símbolo de Flash, el de Marvel. Y odiaba Marvel, esa película de la Liga de la Justicia que habían sacado era muy mala.

Pero en definitiva, lo que si estaba mal, era el sentido de la moda de esa extraña mujer.

—¿Tienes algún problema conmigo? —Preguntó la chica, ya cansada del escrutinio que Clarke le estaba dando.

—¿Esto es una especie de broma? —Regresó la pregunta con un tono de burla—. Espero y sea una broma.

—Se podría saber, ¿Qué sería una broma?—Volvió a preguntar la castaña.

—Pues, obviamente tú. ¿Es que no tienes un espejo? —Soltó un suspiro que fue seguido por una corta risa—. Si no tienes dinero, puedo hacerte la caridad de donarte unos $50 dolares para que compres por lo menos unos mejores pantalones.

La chica se quedó unos minutos sin palabras, en su vida se había encontrado con una persona tan mal hablada, arrogante e idiota. Y si que había visto personas así, pero que tuviesen el estomago de decirlo tan tajante y sin asco, le daba a entender que esa hermosa rubia era un desperdicio humano —Que lamentable— pensó.

—Gracias, pero no necesito de su... —Asqueroso. Volvió a pensar—. Dinero. No me hace falta, me gusta vestirme de esta forma, y no creo que eso a usted le deba siquiera importar —Sacó un papel de sus bolsillos y apunto rápidamente algo, con una pluma que cargaba sobre una de sus orejas—. Aquí le dejo mi número, para que me diga cuanto es el costo del vestido y enviarle el dinero. Le daría una tarjeta, pero estoy llegando recién y no traigo alguna conmigo. Realmente lo siento, pero voy de apuro.

—Tiene que estar loca como para sentirse cómoda vestida así —Volvió a atacar Clarke.

—¿Podría saber cuál es su problema? —Extendió el papel doblado. Y la rubia, en un gesto malcriado se lo arrebato, a lo que la extraña sonrió levemente. No podía creer que se encontraría con alguien así—. Para ser tan hermosa, le faltan modales.

No supo el porqué, pero ser llamada de esa forma, provocó un extraño escalofrío en su cuerpo.

—¿Y tú que me dices? por lo poco que se puede apreciar. Que realmente es casi nulo, podrías ser consideraba ¿bonita?. Pero verte —La miro de arriba a abajo con total desagrado—. Verte es... Pecado. Si deseas algún consejo —Fue interrumpida por el sonido de un celular, que al parecer era de la castaña, pudo reconocer que era el tono de la película de Harry Potter (aunque realmente era The Imperial March de Star Wars).

—¿Hola? —Clarke solo estaba allí parada observando—. Si, ya voy en camino. Tuve un pequeño accidente con... —La extraña dio una rápida mirada a la rubia—. Alguien sin importancia. ¡Ah! y dile a Nicole que no se coma todas las donas de vainilla —Cerro la llamada.

—¿Alguien sin importancia? —Preguntó sorprendida.

—Disculpa... ¿Pero te conozco como para considerarte importante en mi vida? —Clarke se quedó completamente callada. No esperó que le respondiera de esa forma tajante—. Eso supuse. Ahora, si me disculpa, tengo un evento importante al que asistir.

La joven desapareció sin voltear hacia atrás o decir algo más, la rubia en su caso aún no podía reaccionar por lo que acababa de pasar. Una extraña le planto cara y encima la dejo sin habla. Era algo para sorprenderse, porque nadie y cuando decía nadie. Era porque nadie nunca le había contestado de esa manera.

No le quedo de otra que quitarse la chaqueta y dirigirse al evento solo con la blusa verde en la parte de arriba. Cuando llego, Finn la observo extrañado por su vestimenta, iba a comentarle algo, pero ella llevó su mano frente a él haciendo un pequeño gesto de que se detuviera. No le apetecía comentar sobre ese amargo encuentro o el porqué vestía así.

La dichosa ceremonia dio —al fin— comienzo, Clarke quería que toda esa "mierda" terminara rápido. Necesitaba llegar a casa y que su hermosa gata le subiera el ánimo. Ese animal era el único ser vivo con el cual ella se mostraba afectuosa, cosa que a Raven le sorprendía mucho, ya que catalogaba a su amiga como un envase vacío sin sentimientos.

El Gobernador Jaha, dio unas palabras para agradecer a todo el equipo médico por su incansable trabajo ante lo que se les presentaba. Habló un poco más, para después pedir que pasara al frente la Dra. Griffin, quien devolvió las gracias ante la donación; fue allí donde recordó que nunca fue al despacho de su madre y se odió en la mente, porque sabía que venía el regaño constante que siempre le daba cuando no hacía lo que le pedía.

Al regresar su atención al evento, se percató que ya estaban haciendo la entrega de las donaciones a los Jefes de los diferentes departamentos, Jaha, como era el que entregaba el certificado con el monto de lo que costo, posaba sonriendo frente a las cámaras —Que idiota—, puso los ojos en blanco por la tan mala actuación del viejo rabo verde ese. Bajo la mirada para revisar un mensaje que le llego de Raven en ese instante.

—Ahora haremos entrega de la donación al Departamento de Pediatría. A cargo de la Doctora Lexa Woods —Al escuchar ese nombre, alzó la mirada tan rápido como pudo. Necesitaba conocer a aquella Santa por la que todo el mundo babeaba—. Un aplauso para esta joven genio de la cual tenemos el gusto de tener en nuestro hospital.

"Esto debía ser un mal chiste" pensaba sin parar, desde que aquella revoltosa castaña de ojos verdes hizo acto de presencia junto a Jaha. Ya no llevaba esa ropa horrible de hace media hora, parecía una persona más normal con su bata blanca de doctora, pero dentro de esta tenía puesto un conjunto en color verde pastel, con un diseño de mapaches comiendo zanahorias, otro algodón de azúcar y otro durmiendo. Eran varios que se repetían sin cezar en toda la ropa.

Saco rápidamente el papel del bolsillo que se encontraba en su falda, debía confirmar lo que le había escrito hace un rato atras...

"Querida Cersei, puedes enviarme a este número 507-651XX-XXXX-XX-X la información de tu cuenta para depositar lo que costó tu toga.
Att. LW".

Esto tenía que ser una jodida broma.

———

¡Hola a todxs! Primero que todo quiero agradecer a Susy, SuperLena y Hedcony13 por aportar sus ideas. En especial a Susy por ayudarme con el tema médico.

Bueno, para algunos que me siguen en twitter o los pocos que sepan... Esta idea nació porque un día desperté y me dieron ganas de usar una camisa de cuadros en negra y un pantalon corto con estampado de flores hawaianas en naranja. Y las croccs igual.

Sin querer, llego la idea de una Lexa desaliñada y una Clarke estirada y arrogante. Ya las chicas dieron sus puntos de vista y pues... Aquí estamos.

Estaré actualizando 1 vez por semana. Abran días donde no podrá porque ya tengo otras historias que no quiero dejar. Por cierto, este fic esta escrito desde el 15/08/2020. Pero lo subí hasta ahora para avanzar caps.

Espero les guste!

PD... El 1er cap será el más largo de todos. Los demas tendran 2k de palabras.

Att. SS18

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