COFFEE: BALA
❪ cherry. ❫
LA MEJOR OPCIÓN había sido separarnos para registrar rápido toda la casa, así que como buena cotilla había elegido la habitación de Harold, revisaba los cajones de su mesa de noche cuando oí como la puerta se cerraba.
—Esta ocupado —me limite a decir, no tenía que girar para deber de quien se trataba.
—Tenemos que hablar —y por su voz, fue mucho menos necesario si quiera mirarlo. Trate de ignorarlo, husmeando en la cajonera —No puedes ir por toda la vida fingiendo que nada está sucediendo e ignorando mi presencia como si no significará nada para ti.
—Claro que puedo, de hecho, es lo que hago ahora mismo —el bufo, cerré el cajón de golpe, girando para observarlo —La única forma en la que me harás cambiar de opinión es porque recibiste una bala.
—¿No vamos a enfrentarlo? ¿Solo porque estas molesta conmigo dejaras que todo se vaya al carajo? —arquee una de mis cejas, sus manos se encontraban dentro de sus bolsillos y su clara mirada me observaba de manera profunda.
—¿Qué es lo quieres que enfrente? ¿El apocalipsis? Porque en eso se supone que estamos —chasqueo su lengua, suspirando desesperado.
—Cherry, sabes de lo que hablo —a pasos lentos se acercó a mi, quedando su rostro casi a la par del mío, estiro una de sus manos, rozando el dorso de la mía aunque al instante la aleje.
Era imposible negar lo perdida que estaba por Cinco, es por eso que evitaba su tacto e incluso su mirada, me causaba un inexplicable cosquilleo que deseaba ignorar.
—Ya te dije todo lo que tenía que decir —me encogí de hombros para después pasar por su lado, aunque su agarre en mi antebrazo detuvo mi andar, giro mi cuerpo.
—Tal vez tu lo hiciste, pero yo no y me gustaría recordarte que somos una pareja —con su mano libre, nos señalo a ambos, una y otra vez —Eso significa que somos dos —sonrió con ironía, sus ojos se entrecerraron ligeramente.
—¿Empezaste a tomar en cuenta eso después de que te diste cuenta de que jodiste todo o fue antes? —el bufo, revolvió su cabello y me miró suplicante.
—¿Por favor?
Me iba a arrepentir, estoy muy segura de eso.
—Bien, te escucho —el sonrió al instante —Pero que sea rápido que no tenemos tiempo
—Muy bien. Cherry, antes que nada quiero que sepas que te amo —sonreí con ironía, y el rodó los ojos —Seria muy amable de tu parte si me dejaras terminar.
—No te he interrumpido, continua.
—De acuerdo, se que estuvo mal irme de esa manera y no escucharte, quiero pedirte una disculpa, no voy a volver a hacerlo, ¿bien? —sonreí al instante, acerque mis manos a su rostro, acariciando sus mejillas con suavidad.
—Eso fue una porquería —su sonrisa se borro al instante, me observo confundido.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, eso fue una cochinada —aleje mis manos de su rostro —Así que no acepto tus disculpas, o lo que sea que eso haya sido.
—¿Qué quieres para perdonarme? Estás molesta, me disculpe y te aseguro que no pasará de nuevo. Dios, Cherry, solo dímelo.
—Eres un idiota Cinco, ese es tu problema. Quieres remediarlo como si no fuera nada, como si todo se tratará de ti —suspire por un segundo, tratando de tranquilizarme un poco. Cinco lograba alterarme en tan solo unos segundos —No se trata solo de esta vez, fue la gota que derramó el vaso. Estoy cansada de toda mi vida hacer lo que tú considerabas mejor, de poner la vida de nuestros hermanos sobre la mía, trate de solucionar los problemas de todos siempre... ¿Y que recibí? Luther jamás me toma en cuenta, Diego me lastimó cuando tuvo la primera oportunidad, Allison comenzó a ignorar mi existencia cuando consiguió lo que quería, Vanya parece jamás recordar que yo era la única que la incluía en su vida, Ben está muerto y tú... Fui secuestrada por un par de psicópatas que querían saber sobre ti, aguante horas de torturas sin soltar una sola palabra acerca de tus planes, fui a la guerra en Vietnam cuando escape, vi morir a mi amigo... Y todo mientras tú te embriagabas en una biblioteca, acompañado de un maniquí escalofriante al que amas más que a cualquier cosa, ¿Esto se soluciona con un "Perdon, cariño, no volverá a pasar"? —el bajo la mirada —Comienzo a creer que a la única persona a la que le interesó en esta familia está muerta o drogada
Se quedo completamente callado, la tensión que se había formado entre nosotros era palpable, pero finalmente había soltado todo aquello que se había formado en mi cabeza durante años... Y años.
Elevo su mirada nuevamente, y maldije a todo cuando mi corazón se oprimió al notarlo, al notar el efecto que tenía sobre mí. Incluso me maldije a mi misma al no poder odiarlo, que era lo que mas deseaba
—Soy el mayor imbécil, ¿no es así? —suspire al escucharlo —Soy tan poco consciente de todo el daño que te he hecho, y tienes razón, toda mi vida priorice lo que yo creí que era mejor para ambos, porque quería lo mejor para tí, a mi lado —por un instante, note como su voz se entrecortó —No quería hacerte daño, Cherry, lo prometo, lo último que querría en mi vida sería el causarte el mínimo dolor, pero soy tan idiota que es lo único que se hacer —mis ojos ardían, la punta de mi nariz picaba y sentía un cosquilleo pasar por mi rostro —Se que no merezco que me perdones, si yo fuera tu tampoco lo haría, así que solo te pido una última cosa y si ya no sientes nada por mi después, me alejare como tu querías hacerlo
—¿Qué es?
—Besame... Cherry, por lo que mas quieras, solo besame.
Suplicaba, y me recordaba a mis propias suplicas porque no me dejara, me hacía doler el pecho.
Ahora era Cinco quien se encontraba rogando, esta vez no era yo quien estaba de rodillas, quien sollozaba, pero ¿porque no me sentía bien con esto?
¿Porque las suplicas de Cinco no me complacían como creería que lo harían?
—Un beso Cherry, y si debo ponerme de rodillas...
Sujete su mandíbula entre mis manos, empujando sud labios hacia los míos antes de que siquiera completará aquella frase y, oh por Dios, como amaba a este idiota.
Sus labios se sentían como tocar el mismo cielo, la manera en la que envolvían los míos, la suavidad y humedad de ellos.
Era como si flotara, como si de alguna especie de relajante se tratará.
Mis emociones se dispararon, el cosquilleo me recorrió la columna por completo, la electricidad que lo acompañaba. Una de sus manos envolvió alrededor de mi cuello, empujando mi nuca para que no pudiera alejarme mientras el profundizaba aquel beso.
Me hacía delirar, Cinco me hacía enloquecer de una manera inexplicable.
Me aleje lo que parecerían ser unos minutos después, entre suaves y castos besos que dejaba el ojiverde contra mis labios, una manía que había adoptado cada vez que me besaba, dejando la punta de nuestras narices rozar y la calidez de su aliento chocar contra mí pie.
—Daría mi vida por ti, Cherry —murmuro, provocando aun más el roce entre nuestros labios —Haría todo lo que tu me pidieras, si tan solo me dijeras que aun me amas —abrí los ojos, encontrando que los suyos ya me observaban, brillantes y profundos —Dímelo, dime que aún lo haces.
—Cinco...
—¡Chicos! ¡Vengan a ver esto! —el grito de Allison me hizo sobresaltar, alejándome de Cinco al instante, el me miro esperando a que continuará con lo que iba a decir, aunque me acobarde, carraspee mientras pasaba mis manos por mi saco antes de salir de la habitación en dirección a donde se escuchaba la morena.
—Mierda —lo escuché maldecir por lo bajo, antes de que el ruido de sus pasos se mezclarán con los mios.
—BUENO... ¿QUE CARAJO? —dije al estar completamente frente a ellos. Cinco se paró a mi lado. Observé cuidadosamente todo
Pequeñas figura de la Academia, comics, posters, revistas... Ahí había de todo, las cabezas de las figuras estaban quemadas y en las fotografías no tenían cabezas, mire horrorizada como tenían grandes equis sobre la cara
—Esto es aterrador —asegure observando fijamente las figuras de acción
—Eso no es aterrador, el tipo tiene problemas —hice una mueca una vez más
—No lo hizo por Vanya —gire a mirar a Allison que mantenía una clara preocupación —Lo hizo por nosotros —Diego la interrumpió
—O lo hizo por Cherry —los tres miramos al lugar en el que estaba el moreno, tenía mi figura de acción intacta, fotos mías extraídas de las otras fotos de la academia que había en el ático. Notas por doquier que mencionaban cada una de mis habilidades o virtudes
—¿Ese no es...? ¿Mi brazalete? —camine hasta el brazalete con el dije de la academia que estaba justo en el centro, tocándolo con la punta de mis dedos, Cinco se acerco también.
—Santa mierda —murmuro Diego
—Si alguien llegara con esto declarando su amor llamaría a la policía —hablo Allison
—Mierda —el quejido de Cinco llamo nuestra atención, gire justo en el momento en el que cayó al suelo
—¡Cinco! —me apresure a colocarme a su lado, levanté un poco el chaleco de su uniforme revelando su camisa manchada y debajo, una herida que comenzaba a infectarse —Mierda, ¿por qué siempre tienes que dificultarlo de esta forma? —Allison y Diego llegaron a mi lado. Lo tomaron uno de cada extremo y lo bajaron con cuidado mientras yo iba detrás de ellos, procurando no dejar nada que Harold pudiera sospechar. A excepción del cristal que Diego había roto, eso definitivamente no lo podía ocultar
—Vayamos al hospital —propuso Allison cuando subí al auto, dejaron a Cinco recostado en el asiento de atrás, me arrodille en el piso a su lado para hacer presión en la herida y que evitará sangrara más.
—Llévanos a la academia Diego, si Cinco muere yo... —un nudo se formo en mi garganta ante esa idea, no podía dejar que muriera —Yo misma los asesinare a ustedes —el moreno encendió el auto rápidamente y emprendió el camino
Miraba preocupada al ojiverde que luchaba por mantenerse consciente el resto del viaje
—Solo es una pequeña bala, ¿no? —murmure tratando de convencerme a mi misma —Es solo una bala