Pov Volkov
Me levanté al otro día algo inspirado, me preparé rápidamente y me dirigí al elevador.
Y allí estaba, el nuevo.
- Buenas, comisario - me saludó con una sonrisa muy genuina.
- Buen día, Horacio - respondí, notando cómo no me sacaba la vista de encima ni dejaba de sonreír.
- Se acuerda mi nombre - dijo suavemente.
- Claro que sí, nunca olvido un nombre o una cara - alardeé un poco.
- ¿Me dice el suyo? -
- Volkov - le respondo.
En ese momento el elevador llegó a la última planta y nos bajamos, sin embargo lo escuché murmurar "Comisario Volkov" como hablándose a sí mismo.
- ¿Vas para comisaría, cierto? Te acerco si quieres - me ofrecí.
- Es que viene a por mí Gustabo, pero le agradezco - sonó calmado pero lo vi algo exaltado.
- Vale, ni se les ocurra llegar tarde - le di una palmada en el hombro y seguí mi camino.
Para mi sorpresa me era muy fácil tratar con él, no me desagradaba para nada aunque tampoco quería adelantarme. Habría que ver cómo se comportaba él y su amigo en el CNP.
Llegué a mi coche y una vez dentro me acordé de que debía decirle que se cambiara el peinado, ya le diría luego en comisaría.
El día iba bastante tranquilo, me dediqué a patrullar con Greco. Confiscamos autos robados y mantuvimos la malla a raya.
Los oficiales enseñarían a los alumnos así que estábamos bastante tranquilos.
De repente la radio sonó y nos avisaron de un "código 3". Estaban asaltando una licorería.
Pov Horacio
El día iba perfecto, con Gustabo aprendíamos rápido y aunque estábamos atareados con tanta información, lo pasábamos bien. La verdad es que se nos daba bastante bien ser policías.
En un momento sonó la radio y escuchamos al superintendente avisar de un robo.
- "Comisarios, ustedes y los dos alumnos nuevos diríjanse hacia allí, así aprenden" - Nos indicó el Super.
- Venga, Horacio, tira para allá - me dijo Gustabo mientras me marcaba el gps del coche patrulla.
- Vale, vale - estaba muy entusiasmado por nuestro primer código 3.
Cuando llegamos allí, vi a los dos Comisarios bajarse de otro patrulla. Me puse nervioso.
- Espera, Gustabo, ahí está mira - le señalé.
- ¿Quién? -
- El comisario Volkov, el que vive en mi edificio -
- ¿Y qué? -
- Es guapo, ¿O no? -
- ¿Te gusta? - me miró y soltó una risa.
En ese momento los dos Comisarios se nos acercaron rápidamente y nos dieron indicaciones.
Sin embargo cuando el Comisario Greco se acercó a negociar, empezó una cuenta atrás.
Los ladrones habían roto negociaciones.
Me quedé quieto sin saber qué hacer, escuchaba que trataban de decirme algo pero mis oídos no escuchaban y no reaccionaba debido al nerviosismo.
La radio estaba petada de gritos pero no distinguía las palabras.
Vi a Gustabo caer al suelo enfrente mío.
Intentaba mover mi cuerpo pero no podía.
De repente sentí cómo me sujetaban y me empujaban bruscamente al suelo detrás de un coche patrulla.
- ¡HORACIO! - Un grito de Volkov me hizo reaccionar.
- Volkov…- lo miré sorprendido.
- ¡¿Me escucha?! -
- Sí, sí, lo siento. Gustabo..- traté me decir muchas cosas juntas.
- Gustabo y Greco fueron abatidos. Sólo quedamos nosotros. ¿Me entiende? Lo necesito enfocado -
- Vale, vale - solté un suspiro algo largo.
- Míreme. Le necesito aquí, ¿Vale? -
- Venga, aquí estoy - lo miré más calmado.
- Greco abatió al tirador, pero quedan dos dentro de la licorería. Necesito que haga fuego de cobertura y luego yo entro - me indicó.
- 10-4 - le dije.
Comencé a disparar a las puertas del lugar mientras Volkov se iba acercando rápidamente.
Lo vi entrar al local y entré detrás suyo por instinto.
Y allí no lo pensé, cuando tuve a un atracador a la vista, lo abatí de un tiro limpio. Volkov abatió al otro.
- ¡ABATIDOOO! - grité eufórico.
- Buen trabajo - dijo Volkov antes de casi caer al suelo, lo sujeté a tiempo.
Vi que tenía un tiro en la pierna. Me alarmé un poco.
- Comisario, ¿Está bien? Sujétese - lo levanté en brazos y salí del lugar.
- ¿Pero qué coño? ¡Bájeme! - me indicó y yo no sabía qué hacer.
- Tengo que llevarlo al hospital a usted, a Gustabo y a Greco- le dije.
- Llame a los EMS ahora mismo y comience a recoger los DNI de los atracadores. Pero primero, ¡bájeme! - sonó algo cabreado así que obedecí de inmediato.
En el apuro de todo, me había olvidado los protocolos a seguir.
Me sentí algo avergonzado pero aún así contento de que todo saliera bien.
Pov Normal
Horacio acercó uno de los patrullas y dejó la puerta abierta. Luego ayudó a Volkov a ir hasta allí así esperaba sentado a que llegara la ayuda médica.
- Gracias - dijo Volkov algo bajo.
Horacio le dedicó una sonrisa muy grande y lo miró muy fijo.
- No se preocupe, ahora yo me encargo del resto. Usted descanse - le dijo para luego retirarse a hacer lo que quedaba.
Volkov recordó estar en sus brazos minutos atrás y sintió su rostro acalorarse un poco.
Aquel alumno se había tomado un atrevimiento al cual él no estaba acostumbrado.
En su mente ahora estaba el hecho de que Horacio lo había levantado con una facilidad increíble. Sí que estaba en forma aquel alumno.
Se dedicó a observarlo trabajar, ya luego llegaría el momento del regaño, por el momento disfrutaría que todo hubiera salido bien.
De repente su radio sonó y se pegó un susto.
- "¡VOLKOV!" - se escuchó al Superintendente gritar.
- "¡JODER! Qué susto" - respondió a la radio.
- "Pues responde de una puta vez entonces" -
- "Estaba distraído. Dígame" -
- "¿Cómo fue ese código 3?" -
- "Tengo un tiro en la pierna, pero terminó bien. Greco y el alumno Gustabo fueron abatidos pero los EMS los están terminando de atender" -
- "¿Están bien? "-
- "Así es." -
- "Vale. Hazte ver la pierna y luego quiero un informe. Y dile a Gustabo cuando despierte que no apague la puta radio " -
- "10-4" -
Un médico se acercó a atender su herida de bala y él tan sólo se dedicó a aguantar el dolor. No quería verse débil delante de nadie.
A lo lejos observó a Horacio inspeccionando a Gustabo, el cual acababa de recuperar la consciencia y se encontraba algo desorientado.
Horacio miraba la herida de Gustabo con algo de preocupación.
- ¿Te duele mucho, Gustabo? -
- Un poco. No te preocupes, estoy bien- Gustabo le sonrió de lado.
- Mejor… ¡No me viste! Mientras tú estabas ahí comiendo suelo, abatí a un atracador - comenzó a presumir Horacio enseguida.
- ¿Ah sí? Ya verás la próxima cuando te toque comer suelo a ti -
- Soy un héroe, y el comisario... Él me ayudó - se volteó a mirar en dirección a Volkov, el cual lo observaba a la distancia.
Al notarlo, Horacio le sonrió con entusiasmo y lo saludó con la mano desde lejos.
El comisario al verlo, desvió la vista hacia un costado.
"¿Por qué sonríe así?"
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