COFFEE: MIÉRCOLES... DE NUEVO
❪ cinco. ❫
—VAMOS CINCO, TAN SOLO PIÉNSALO BIEN... Sí mueres ahora mismo, nadie podrá proteger a Cherry —dejó aquella pregunta en el aire, más sabía que sólo trataba de jugar con mi mente. Manipularme nuevamente —¿Eso quieres que digan las últimas líneas de tu reporte?
Y justo en ese instante, aparecí frente a ella.
—Si así será, así lo quiero entonces —una cínica sonrisa, tal como la de ella, apareció en mis labios. Espere ansioso su siguiente movimiento.
—No puedes seguir con esto, ambos sabemos que hasta tu tienes limites —amenazante, como siempre, esa era su forma de hablarme —Te salve la vida de una soledad. Me debes —apretó el gatillo, esperando que la típica bala saliera disparada hacia mi, en cambio, no se escucho ruido alguno. Se había quedado sin balas y, de esa forma, mis planes estaban resultando.
—Estoy en deuda —me miro con suficiencia, aunque lo siguiente que dije borro aquella sonrisa —Pero no es contigo —añadí, saque el anillo de la granada y la moví con diversión antes de arrojarla justo hacia donde ella se encontraba.
Tan pronto como pude, corrí hacia la sala de tubos, apoyándome en una de las paredes para cuando la granada hizo explosión. Aventurandome para alcanzar la sala de maletines, tome uno e hice lo mismo que había hecho con la encargada.
Los restos de las paredes volaban por el lugar, algunos en mi dirección. Logre abrir el maletín justo a tiempo, e inesperadamente me encontraba suplicando porque el maletín me llevara al.momenro que necesitaba.
Todo volvería a la normalidad si lo lograba, apenas habrían sido un par de horas con mi ausencia y, con suerte, Cherry no se negaría a perdonarme por haberme comportado como un idiota.
Solo rogaba porque todo saliera bien.
Miércoles 8:15 am
(... Otra vez)
La dura madera de la barra fue lo que me recibió apenas volví. El dolor se disparo por mi columna, y no pude evitar gruñir.
—¿Sigo drogado o también lo ven? —Preguntó Klaus
—Cinco, ¿dónde has estado? —Pregunto Luther, intente mantenerme de pie pero solo rodé hacia abajo de la barra, golpeándome de nuevo, solo que esta vez contra el suelo. Volví a quejarme.
—¿Estás bien? —hablo preocupada Allison, ayudando a equilibrarme junto a Luther. Diego susurraba por lo bajo y Klaus me veía sorprendido
—¿Quién te hizo esto? —Pregunto Luther, la morena sostenía un vaso de café entre sus manos, y fue lo segundo en llamar mi atención.
Lo primero había sido la ausencia de la ojiazul.
—Es irrelevante —fue lo único que atiné a responder, arrebatando el vaso de la mano de mi hermana, aunque pude notar como esta iba a protestar, me limite a ignorarla dando un largo trago a este. Me mantuve en mi lugar quieto hasta que por fin pude sostenerme por mi mismo.
Finalmente pude observar a mi alrededor, y cuando mis ojos se dirigieron a la entrada, Cherry cruzaba por ella arreglando su cabello a los costados de su precioso rostro.
—Juro que esto ya pasó, no estoy loca chicos, tienen que creer- me —se detuvo en cuanto me vio frente a ella, se quedó callada y bajo su mirada al vaso que tenía en mano. Arrugó el puente de su nariz —Increíble Allison, lo deje por apenas dos minutos, y ahora tengo que comprar un nuevo café —paso a un lado de mi chocando con mi hombro, fruncí el ceño cuando me ignoro por completo —Bien, el apocalipsis es en tres días —se quedó parada justo a un lado de Klaus —Y la única oportunidad que tenemos de salvar el mundo somos, bueno, nosotros —ganó mi completa atención el que se dirigiera a los demás de aquella forma, tan decidida. Estaba tomando el mando y no había vista más increíble que aquella.
—La Academia Umbrella —concluyó Luther entonces, Cherry asintió.
—Si, pero conmigo, obviamente —agregue, note a Cherry poner los ojos en blanco, como si mencionar aquello fuera innecesario. Me removí en mi lugar, no estaba acostumbrado a que ignorará mi presencia con tanta naturalidad, o bueno, que le resultara insoportable. —Así que todos ustedes dejarán de arruinarlo todo y madurarán o estamos jodidos —solté, Cherry río sin gracia alguna.
—Mira quién lo dice —apenas murmuro, aunque pude escucharla perfectamente y por su sonrisa adivine que esa había sido su intención. Klaus río, la había escuchado también al estar justo a su lado; tense la mandíbula y me gire a mirarla mejor.
—Cherry, creo que nosotros-
Ella me interrumpió al instante en aquella última palabra salió de mis labios.
—No, yo no lo creo —pronunció, nuestros hermanos parecían no entender nada. Klaus y Luther hicieron una mueca, incomodos, mientras Allison y Diego trataban de ignorar lo que sea que estaba sucediendo —Y tampoco creo que ahora sea un buen momento —me dedico una sonrisa después, aunque tuve que desviar mi mirada de ella.
Cherry no estaba actuando como mi Cherry, no era aquella dulce sonrisa que me volvía loco -aunque admitía que cualquier gesto de su patte lo hacía-, pero esta vez era diferente, sabia que no me quería aquí, su forma de actuar me lo hacia saber. Y honestamente no podía culparla, yo había sido un completo imbécil aun cuando ella no lo merecía, y ahora tenia que enmendar eso.
—Chicos... —mire al moreno, que llamaba nuestra atención con una mueca incómoda. Solo oí un suspiro de parte de la más baja, quizá aceptando que yo seguiría aquí incluso si a ella le molestaba.
—Bueno, ¿que importa si papá nos hizo mal? —hablo nuevamente, cruce mis brazos por sobre mi pecho, tratando de distraerme para no mirarla directamente —¡Pero contesten, carajo! —golpeó la barra haciéndonos sobresaltar, todos negamos al instante, entonces su mirada recayó en mí.
—S-Si- mierda —maldije por lo bajo al notar que me había hecho tartamudear con tan solo observarme —Y para darnos una oportunidad de llegar a la próxima semana, volví con una pista —eleve aquella nota de papel que contenía la pista, aún así me observaron confundidos
—¿Y eso que es? —fue Diego quien preguntó, acercándose más a mi
—Una hoja de papel, idiota —respondió Klaus, Cherry asintió dándole la razón
—Se quién es el responsable del apocalipsis —hable orgulloso
—Tu... ¿Cómo? —Cherry fue hasta mi lado, arrebatando la hoja de entre mis dedos, y aproveche que se mantuvo ahí
—Este es a quien debemos detener —intente pasar una de mis manos por su cintura sin embargo ella la quitó de un manotazo —Auch —susurre, sobe mi mano con la mirada fija en ella
Oh dios me encanta
❪ omnisciente. ❫
Diecisiete años atrás.
El GRUPO INAUGURAL DE LA ACADEMIA bajaba uno tras otro del espacioso coche, agotados de haber resultado victoriosos una vez más. Tal y como siempre hacían.
Los recibían los gritos eufóricos de sus fanáticos, cada vez más fuertes en cuanto alguno de ellos se veía pasar.
Un pequeño percance paso aquella vez, uno de ellos ignoró la valla y paso por encima de ella, llamando al instante la atención del padre de los estudiantes y la última de ellos.
—Disculpa, Ocho —tomo su antebrazo con fuerza, aunque no la necesaria para lastimarla si había sido suficiente para hacer que girará con brusquedad. Un jadeo sorprendido escapó de los labios de la niña, llamando también la atención del rubio que se encontraba a unos metros de ellos.
Antes de que alguno pudiera decir algo, el más alto ya se encontraba quitando las manos del pelinegro del brazo de su hermana.
—Oye, no deberías estar aquí —trato de alejarlo con un muy ligero empujón en el hombro, y colocando a su hermana detrás suya.
—¡Vuelve tras la barricada! —ordenó Reginald, había reaccionado impulsivamente, tratando de que sus dos hijos se alejaran de ahí.
—Papá, espera —sabiendo que se provocaría un escándalo, la castaña se permitió a hablar. Miró al niño e hizo una mueca al notar lo asustado que estaba —Dejamelo a mi —murmuró
Exhalo profundamente, antes de encaminarse al niño, más no se acercó más de lo que sería suficiente para que la escuchará.
—Lamento eso, soy Ocho, aunque parece que ya sabes eso —extendió su mano, esperando a que el pequeño reaccionara, cosa que hizo después de unos segundos, apretando con fuerza su mano y sacudiendo frenéticamente.
—S-Si, lo se, se todo de ti —solto, la castaña sonrió ligeramente, incomoda —Tu siempre habías hecho equipo con the boy, trabajan juntos —no tuvo más que asentir, intentando ignorar que su mano comenzaba a calentarse y doler.
La academia no estaba acostumbrada a relacionarse con sus fanáticos, de hecho dudaba el recordar cuando había sido la última vez que le había dedicado si quiera una mirada a uno y, por la mirada del niño, supo que era algo sorprendente.
—Si... Creo que esa soy yo —alejo su mano apenas pudo, sosteniendola con la contraria. No sabía cómo dirigirse, era un niño después de todo, al igual que ella, pero sus únicos contactos con más personas no habían sido más que su padre y sus hermanos, así que definitivamente ella no se consideraba buena socializando —¿Por qué no vuelves con los demás tras la barricada? Aquí entre nos, llevar este uniforme a todas partes no es tan divertido, y la máscara no es muy bonita que digamos —el pelinegro iba a protestar, cosa que ella noto al instante —Toma esto, pero debes guardarlo como si fuera lo más preciado que podrás tener —dramátizo, riendo después para que el niño notará que tan solo era una broma, aunque pareció ignorar eso pues observaba fascinado el brazalete que le había entregado —Debo irme, pero suerte.
El niño asintió, aún perdido en el trozo de metal, mientras ella se alejaba rumbo a la academia.
Y cuando se fue, no pudo ver cómo Sir Reginald volvía a actuar por impulso, humillando al niño frente a todo aquel que quedaba fuera de su hogar.
—Oh, Cherry... ¿Cómo es que no ves que ellos no te merecen? Yo podría tratarte mucho mejor.
N/A:
A fechas de la reescritura, hoy se estreno TUA3 WUUUU.
En mi tablero hice un anuncio del porque estoy un poco alejada de la plataforma, por si quieren saber un poco sobre ello ya que no se trata de un tema que este en mis manos =)