𝐌𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐲𝐨𝐮 [𝐥𝐚𝐫𝐫𝐲]

𝟏- 𝐋𝐨𝐮𝐢𝐬

Cuando Gabrielle murió, Louis había estado seguro de que ella era todo lo que el había hecho por su vida, que Gabrielle era lo único bueno que tuvo y que se había ido para siempre. Él no había planeado nunca volver a enamorarse, mucho menos había pensado en casarse, pero Harry lo había hecho fallar en sus planes miserablemente.

Harry Styles era la razón por la que Louis había vuelto a la vida, y la razón por la que ahora estaba aquí, fumando un cigarrillo a pesar de que había abandonado el hábito por Victoria, contemplando un pequeño anillo de oro que encajaba apenas en su dedo índice, pensado en qué tan buena idea era proponerle matrimonio a Harry, si las cosas estaban bien entre ellos como estaban.

Cuando Louis se casó con Gabrielle, fue bastante simple, la propuesta, la ceremonia y todo en general por que Gabrielle era descomplicada y no demasiado aferrada a los detalles.
Louis podía decir lo mismo de Harry, pero, hace un par de años, cuando Louis supo que estaba enamorado de Harry, sintió la necesidad de visitar la tumba de su esposa, pedirle perdón, explicarse y finalmente prometer que lo haría mejor esta vez, que sabía que Harry Styles era un ángel que Gabrielle había enviado para él, para ayudarlo. Louis se había ido del cementerio con la promesa de ser buena persona como pudiera, por que tenía una nueva oportunidad para amar a una persona increíble y él no la iba a arruinar de nuevo como lo había arruinado con Gabrielle.

Así que Louis, por primera vez en su vida, no iba a tomar el camino fácil. No iba a simplemente arrodillarse en un lugar al azar y decirle a Harry, el amor de su vida, que se casara con él, como si fuera suficiente, como si Louis no supiera que Harry merecía mejor.

Lo que Louis había sentido por Harry no había sido algo inmediato y había tardado un tiempo en llamarlo "amor". Todo comenzó porque la perdida los unió. Louis había visto a Gabrielle morir lentamente en una camilla de hospital, conectada a sondas y máquinas hasta que palideció y dejo de respirar, y Harry había perdido a Amanda en un abrir y cerrar de ojos, ella había sido arrancada de su vida antes de que Harry se diera cuenta.

Ninguna de las dos situaciones era mejor que la otra. Algunas veces, Louis pensaba que haber perdido a Gabrielle antes de saberlo, hubiera sido mucho mejor que verla agotarse y sufrir hasta el último aliento, pero después recordaba todo el dolor desgarrador e inmanejable con el que Harry tuvo que luchar antes de superarlo, y simplemente no sabía. Sobretodo porque Harry era una de las personas más fuertes que había conocido, y no se derrumbaba fácilmente.

El lugar donde se conocieron fue un grupo de ayuda. Louis llevaba alrededor de medio año asistiendo, después de haber escuchado a Meredith y aceptar la ayuda. Harry acababa de entrar, guiado por las personas más cercanas a él que se preocupaban después de que Amanda murió durante el parto de su hija más joven.

A Harry le tomó alrededor de cuatro meses llenarse de confianza suficiente para contarle su historia a Louis, hablar sobre Amanda, Oliver y Victoria, y solo una semana después fue capaz de contar la historia completa frente al grupo de apoyo. Ese fue el primer paso para la superación, aceptar e intentar hablar de eso así desgarrara la garganta con cada palabra.

Fue un proceso, uno del que Louis hizo parte. Después de todo, el había perdido a su esposa un año antes de lo que Harry lo había hecho, y se sintió bien ayudar, guiar a la buena persona que sabía que Harry era.

Después, simplemente las cosas fluyeron, se transformaron y, antes de saberlo, Louis hacía parte de la vida de Harry, veía a sus hijos (solamente a Victoria porque Oliver era una pequeña mierda obstinada que lo detestaba y desconfiaba de él), comía con ellos, hacía parte de las fechas importantes, hacía planes para ir al parque o al cine o a cualquier lugar familiar con ellos, después estaba besando a Harry, haciendo el amor con él y lo próximo que Louis sabía era que quería casarse y tenía el anillo en sus manos, listo para pedirle a Harry que dieran un paso demasiado importante.

Uno de los obstáculos más grandes, era que Louis era una de las personas menos románticas en la tierra. Es decir, tenía un maldito don para escupir cualquier clase de cosa seductora que le conseguiría un polvo cada vez que quería, pero no podía planear algo dulce y bueno, algo que fuera lindo.

Así que necesitaba la maldita ayuda, ¿de quién? No tenía una puta idea, pero necesitaba hacer la propuesta a Harry lo más pronto posible.

Louis se levanto de la banca del parque público, arrojo la colilla de cigarrillo consumido al suelo, pisándola con su teni mientras guardaba el anillo en la caja de terciopelo azul que le habían obsequiado en la tienda. Miró decididamente alrededor, lleno de determinación, dispuesto a pedirle matrimonio a Harry cuanto antes.

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Como era natural, la primera persona a la que Louis recurrió fue a Meredith. Después de todo, ella era la única amiga que Louis sabía que era sincera. Algunas veces, demasiado sincera para su gusto, pero eso era bueno, había hecho a Louis muchas veces ver la realidad más rápidamente de lo que hubiera hecho con la ayuda de alguien sutil o precavido.

Además, Meredith era lesbiana; eso demás de asegurarle que nunca follarían y arruinarían la amistad, le era útil porque Meredith sabía toda la mierda acerca de ser homosexual y se había casado hace seis meses con Laura, la única mujer que consiguió ponerla en línea.

Louis vio como su mejor amiga dejaba una jarra de cerveza frente a él con fuerza, sentándose en la silla de enfrente con su propia cerveza, mientras estaban en un bar deportivo al que Meredith lo había arrastrado.

-Entonces -Meredith empezo -, ¿te piensas casar? Eso es increíble, nunca esperé que quisieras eso de nuevo, Louis.

-Bueno, mierda, Meredith, estamos igual -él lo confesó, porque incluso había sido una sorpresa para él cuando el pensamiento se cruzó por su cabeza una mañana después de dormir con Harry hace poco.

-Pero es genial, amigo -Meredith continuó, su cara estoica como de costumbre -. Estoy feliz por ti, también por Harry. Él es un buen hombre.

-Lo es -Louis asintió, bebiendo un trago de cerveza -. Y como es un hombre tan maravilloso, necesito que sepa lo que significa para mí cuando le pida matrimonio. ¿Ves el problema que tengo aquí, Meredith? No tengo una maldita idea de como hacer eso. Fue más fácil ganarme a Oliver, y el futuro criminal en potencia me extorsionó unas treinta veces antes de eso.

Al principio, Oliver odió la idea de que Louis los visitara en la casa de Harry, porque el pequeño criminal era inteligente y sabía de sus intenciones antes que Harry mismo. Un día, repentinamente, Oliver cambió, le ofreció a Louis un trato. Louis le daba cinco dólares y Oliver le permitía pasar tiempo con su padre sin intentar arruinar nada. A Louis le pareció genial, el hijo de su posible novio le estaba haciendo una oferta de paz, cinco dólares no eran nada si podía pasar un momento tranquilo con Harry. Claro, eso con el tiempo cambió, y a medida que Oliver creció y se hizo más maduro e inteligente, los cinco dólares se convirtieron en cincuenta, y fue subiendo hasta que Harry se enteró y Oliver fue castigado por tres meses sin salir de casa.

Algunas veces, eso no lo detenía de estafar a Louis sin que Harry lo supiera.

-Quieres un consejo, entonces, ¿verdad? -Meredith preguntó, claramente no adivinado -. ¿Qué te puedo decir, amigo? Fue fácil para mí, solo lo hablé con Laura. Deberías hablarlo con Harry. Son hombres maduros, no vas a recortar corazones de confeti y los lanzarás sobre él, o atarás un hilo a su dedo y lo guiarás a un lugar, o dibujarás tarjetas donde le dirás cuánto y porqué lo amas. Solo háblenlo.

Si Louis lo pensaba, Meredith tenía la maldita razón. Hablarlo. Ellos no eran universitarios. Louis pronto cumpliría cuarenta, y Harry había cumplido treinta y cinco el mes anterior. No iban a ponerse a hablar sobre malditas propuestas cursis e inmaduras, ¿verdad? Verdad.

Antes de responder, el celular de Meredith hizo un ruido y ella revisó el aparato atentamente. Meredith tenía esa pequeña sonrisa en la cara, la que casi nunca estaba ahí, la que solo tenía cuando hablaba con Laura o algo acerca de ella. Si el matrimonio podía hacer que una mujer dura como Meredith sonriera como una estúpida, Louis quería eso con Harry.

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Resulto que hallar un momento para hablar con Harry fue toda una misión imposible. Entre el trabajo como policía de Harry, el propio trabajo como vendedor de autos de Louis, lidiar con los niños y el aseo de la casa, apenas tenían tiempo para desearse buenas noches antes de irse a dormir.

Louis se había dado cuenta de que técnicamente ya estaba casado con Harry, durmiendo en su misma cama, cuidándole la hija y hasta lavándole la ropa, ¿por qué importaba un anillo si ya eran un par de esposos atareados con la estresante responsabilidad de la vida familiar? Louis no sabía, pero todavía quería proponerle matrimonio a Harry.

Como el momento para hablar no estaba llegando por sí solo, Louis decidió forzar un momento, y el único momento durante el día que se sentaron ambos en un mismo lugar, fue durante la cena. El único problema era Oliver y Victoria que también cenaban con ellos.

Harry estaba sentado en un extremo, Victoria en la silla especial para bebés a su derecha, Louis al otro lado de Harry, y Oliver en el otro extremo de la mesa (el niño reclamo ese lugar porque según él, Louis no iba a sentarse en el lugar donde lo debía hacer la otra persona que mandaba en la casa). Estaban comiendo unos macarrones que se preparaban con agua y margarina, porque era lo único que Oliver sabía hacer (Harry lo estaba haciendo aprender a cocinar ya que el año siguiente Oliver se iría a la universidad, y por orden de Harry, su hijo no iba a cenar pizza todos los días).

Louis no era fanático de los macarrones, de todos modos prefería el espagueti, que era realmente lo único que podía cocinar de forma exquisita; aunque la comida de Oliver no estaba mal, Victoria se la había comido toda en tiempo récord.

Comió su cucharada de los macarrones, dándole una mirada a Harry que estaba callado, revisando que Victoria no derramará su jugo, Oliver estaba con la cara metida en el celular, había una extraña sensación de tensión. Louis tal vez lo estaba imaginando.

-Y...¿cómo fue tu día, Harry? -Louis pregunto conversacionalmente, mirando a Harry. Harry dejo de limpiar la cara de Victoria, solamente para lanzar una mirada severa a Oliver que miró por encima de su celular -. Huh, ¿pasa algo que deba saber?.

-Sí.

-No -Oliver y Harry contestaron al mismo tiempo, Oliver miró a su padre como si lo hubiera traicionado -. ¡No le vas a contar a Louis, va a molestarme! -Oliver chilló, ofendido y Louis supo que el chico había perdido cualquier clase de misericordia de Harry cuando en lugar de suplicar, exigió.

-Nadie te envió a hacer eso ¿verdad, Oliver?.

-Pero no puedes contarle a Louis, ¡ya me castigaron en la escuela!.

-¿Y? Louis hacer parte de la familia, puede saber.

-Papá...

-Sabes que se enterará de cualquier manera, tiene una habilidad para eso.

-¿Qué pasó? -Louis preguntó, genuinamente interesado por lo que tenía a Oliver tan avergonzado -. Vamos, quiero saber.

-Que Oliver--

-¡Papá!.

- Que Oliver - Harry repitió obstinadamente, como si la interrupción no hubiera llegado - pensó que sería buena idea tomarse fotografías en ropa interior y de alguna forma, lo descubrieron en la escuela, y todos, incluso la directora, recibieron un mensaje con esas fotografías. Pasé toda la mañana en la escuela, explicando porqué mi hijo tenía esa clase de comportamientos, y en el departamento de policía me asignaron horas nocturnas extras para completar el turno que perdí mientras veía un video sobre lo peligroso de las redes sociales y enviar esa clase de fotografías.

Louis no pudo evitar soltar una carcajada, mientras Harry veía seriamente a Oliver y Oliver se sonrojaba de vergüenza, desafiando con la mirada a su padre pero sin atreverse a decir nada. Victoria, ajena a lo que estaba pasando, comenzó a reírse por la forma en que sonaba la risa de Louis.

-Fue un accidente -Oliver justificó, con los dientes apretados -. Le explique a la directora.

-"Un accidente" por el que tendré que ir a tu escuela dos veces más para recibir charlas sobre el comportamiento de los adolescentes y cómo manejarlo -. ¿Por qué demonios hacías eso, Oliver? Es tu último año y todos te recordarán como el niño larguirucho que se tomó esas fotografías frente al espejo. Estoy seguro de que tu anuario dirá algo de eso, ¿es lo que querías conseguir?.

-No, pero--

-Vamos, Harry -Louis interrumpió a Oliver, finalmente recuperándose de su risa, y tratando de mantener el ánimo de Harry para poder decirle que estaba pensado en casarse con él -. No entiendo cuál es el alboroto aquí. ¿Olvidas las fotos que te tomaste para mí y todavía tengo guardadas aquí en el celular? No tenías mucha ropa que digamos.

Louis ni siquiera había terminado de hablar cuando ya se había dado cuenta que había cometido un error. La cara de Harry, dirigiéndose a él mortalmente seria, sonrojándose debajo de la capa de barba, y teniendo la mirada más dura que Louis había recibido en mucho tiempo, lo congelaron.

Mierda, la había cagado. Estaba seguro de que esta noche dormiría en el sofá, y su buen sentido racional le gritó que no moviera un músculo, que no respirara si era posible por que Harry Styles lo estaba mirando como un animal feroz que saltaría sobre él, pero no del modo que Louis querría. Con la mirada de Harry, estaba seguro de que el otro hombre podría saltar y destriparlo.

Oliver se levantó, abrió sus manos en un gesto de como "no necesitaba saber eso, iré a mi habitación a llamar a mi psicólogo para que me ayude a bloquear esa imagen mental" y se fue. Solo cuando Oliver estuvo lo suficientemente arriba en las escaleras, Harry se levantó, tomando a Victoria de la silla y llevándosela, sin decir una maldita palabra.

Bueno, Louis había logrado arruinar la primera oportunidad de hablarle a Harry sobre un maldito matrimonio. Se dio cuenta que realmente tenía una extraña habilidad para decir lo menos apropiado de la manera menos apropiada.

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