paper hearts. » caché. [adapt...

By softshameless

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Ésta historia no es mía. Todos los derechos reservados a @Paper_Crush, quién me dio el permiso para adaptar... More

Aclaraciones.
Argumento.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36 |1|.
Capítulo 36 |2|.
Epílogo.
Paper hearts.
Capítulo: extra.
♡.

Capítulo 18.

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By softshameless

—¿Estás segura de esto, Calle?—le preguntó Poché una vez estacionó el auto frente a la casa de la pareja sospechosa. Calle tomó aire.—Entiendo que Noah fue tu novio y lo que sucedió con él, no me molesta si prefieres quedarte aquí.—intentó sonar convincente y claro que lo logró. 

—No me afecta.—le respondió sinceramente, mientras se quitaba el cinturón de seguridad.—Éste Noah dejó de importarme de ese modo hace mucho.—dijo, mientras abría la puerta. Poché asintió. 

—Está bien.—respondió en una risa de hacer lo mismo y bajar del auto.—Vamos entonces.—dijo cerrando la puerta. 

Calle y Poché caminaron hasta la puerta de la residencia de Norah Lennon. La menor suspiró intentando contener sus emociones antes de tocar un par de veces la puerta y que segundos después una sonrisa hipócrita abriera la puerta. 

—Abogada.—dijo extendiendo su mano a ella. Poché miró aquella mano con una sonrisa irónica de mirar el rostro de Norah.—¿Cómo le va?—preguntó bajando su mano al ver que la mujer claramente no correspondería el gesto. 

—¿Podemos pasar?—preguntó ignorándola por completo.—Quisera hacerle unas preguntas a usted y a su novio, muy joven por cierto.—no pudo evitar ser sarcástica. Norah la miró intentando decir alguna palabra inteligente, no recordaba tener programado un interrogatorio, y su error fue pensar aquello.—Así que...¿podemos pasar o quiere que traiga una orden?—preguntó sin paciencia. 

—C-claro que sí.—respondió en una risa nerviosa, mientras se hacia a un lado. Poché simplemente entró a la casa seguida por Calle, y lo primero que vieron fue a Noah Walker sentado cómodamente en el mismo sofá donde estaba sentado Mario el otro día. 

—Oh, la pareja feliz está reunida.—sonrió Poché mirando a ambos. Noah se sintió nervioso de inmediato, y aún más al ver a su ex prometida tras Poché.—Esto lo hará más rápido.—dijo mientras se sentaba frente a Noah en el sofá que tenían en frente, los separaba una pequeña y baja mesa con cosas encima. Calle se sentí a su lado tímidamente. 

—¿Qué necesita, abogada?—le preguntó Norah mientras se sentaba al lado de su novio quién la tomó de la mano sin quitar su mirada de Poché.—Nosotros no hemos hecho nada.—en su voz era obvio que estaba nerviosa y la mirada insensible y llena de Poché no ayudaba para nada. 

—Respuestas.—suspiró cruzando sus piernas.—¿Dónde estaban las noches de los asesinatos? Saben muy bien las fechas.—rió irónica al ver el periódico sobre la mesa.—Oh vaya, una pareja de cuidad.—volvió a reír. 

—¿Qué quieres?—le preguntó Noah con su ceño fruncido, Poché no le intimidaba.—Nosotros no-...—

—Hemos hecho nada.—interrumpió Poché con voz sarcástica.—Otra excusa sería más útil—volvió a reír.—, sólo logran hundirse más y más.—se encogió de hombros. 

—Daniela.—la llamó Noah de repente. Calle ladeó su cabeza.—¿En realidad me crees capaz de matar a una chica?—Poché miró expectante a Calle, esperando con ansias su respuesta. 

Los minutos se convertían en horas, y Daniela se encontraba en la iglesia, esperando a que su prometido cruzara la gran puerta y que dijera alguna de sus tontas excusas para que lo disculparan por llegar tarde, pero no sucedía, no había rastro de Noah. 

—Hija...—intentó hablarle su padre, destrozado por ver a su hija llorar con el corazón completamente roto. Calle ni siquiera alzó su mirada, estaba sentada en el escalón del altar. Todos se habían ido, todos menos su padre. 

—No llegó, papi.—le respondió aún con sus manos cubriendo su rostro. Germán suspiró mientras se sentaba a su lado.—Me dejó. 

—No era tu persona idónea, lo sabes.—respondió suavemente, y en ese momento los llorosos ojos de su hijita se posaron en los suyos.—¿Cómo te sientes?—le preguntó con una pequeña sonrisa. Calle frunció el ceño como si fuera obvio.—Te duele y te dolerá por mucho tiempo, pero debes entender que la decisión de Noah fue dejarte y ahora la tuya debe ser superarlo. 

—Pero mi vida, toda mi vida...—sollozó. Germán volvió a suspirar, él jamás había hecho llorar a su hija de esa manera precisamente porque no lo merecía, y tener que verla destruida por ese imbécil simplemente lo enojaba de sobremanera.—Ya no está. 

—No sé qué podría ser más importante que tú para él el día de hoy—respondió.—, pero ya ves que no vale la pena, hija, y-...—

—Mamá ni siquiera vino—susurró con un puchero. Germán sonrió un poco melancólico pasando delicadamente su pulgar por las lágrimas de su hija.—, y tú te quedaste conmigo.—su padre la envolvió en sus brazos antes de besar su sien. Calle se acurrucó en su pecho sintiéndose una niña pequeña e indefensa otra vez. 

—No sería la primera vez.—respondió Calle inconscientemente, sorprendiendo a Noah. 

—¿De qué hablas?—le preguntó el chico confundido.—¿Por qué dices eso?—Calle negó con su cabeza.

—No es relevante.—le respondió simplemente. 

—¿Lo dices por nosotros?—preguntó aún con el ceño fruncido. Poché suspiró y Norah veía la escena altamente confundida.—Yo no quise dejarte en el altar, Daniela. 

—Pero lo hiciste.—se encogió de hombros. 

—¿Altar?—preguntó Norah ansiosa. Poché rió al verla tan desconcertada en el asunto, al parecer cierto chico no era completamente sincero. 

—Pasó hace años, Daniela.—le dijo calmando su expresión.—Hace años.—repitió. 

—Sí, y aunque ya no me importe—aclaró.—, no llegaste porque atropellaste a Noah Ruiz con tu auto blanco.—agregó. Noah Walker abrió sus ojos sorprendido.—El día que sería nuestra boda resultó ser el mismo día en el que Noah Ruiz murió—Norah llevó su mano a su boca para cubrirla molesta. Poché asintió dándose cuenta de ese abismal detalle, sabía que contarle a Daniela antes de llegar sería una buena idea.—, porque un auto blanco, con placas que coinciden chocó mientras manejaba su bicicleta.—suspiró.—¿Cómo pudiste al menos seguir manejando el mismo auto?—preguntó indignada. Noah Walker quedó en blanco, no sabía que responder, no sabía que hacer; estaba en una situación en realidad comprometedora. 

—Fue Juan Pablo.—dijo después de unos segundos. Poché rió irónica, era su turno de intervenir. 

—Claro, culpen al pintor humilde sin futuro.—dijo sarcástica.—A nadie le interesa lo que pueda pasar con el chico.—miró a Daniela, antes de volver su vista a la pareja de sospechosos.—Oh esperen, a mí sí—rió fingiendo sorpresa.—, y es por eso que voy a defenderlo en el juicio que ya programé. Te voy a hundir.—le dijo directamente a Noah, quizá olvidando que aún habían tres familias buscando respuestas. Noah sonrió al escuchar los golpes en la puerta. 

—Llegó mi abogado.—rió mientras se levantaba para caminar hacia la puerta, y al abrirla pasó lo inevitable. 

—¿Mario?—Poché murmuró con el ceño fruncido. 

—¿María José?—preguntó Mario sorprendido.—¿Qué haces aquí? Son mis clientes.—en ese momento Poché se levantó. 

—¿Vas a defender al asesino de mi hijo?—preguntó en realidad confundida. Mario ladeó su cabeza. 

—¿De qué hablas?—preguntó de igual manera. Daniela ya estaba preparada para alguna escena desastrosa.—¿Quién?—preguntó buscando a cualquier persona con su mirada. 

—¡Tu cliente!—soltó sin paciencia.—Él atropelló a Noah, Mario.—le dijo ansiosa, tratando de hacerlo entender. El hombre dirigió su mirada a Noah Walker quien sonrió en realidad nervioso. 

—¿Te estás burlando de mí?—le preguntó enojado, él le creería a su ex esposa, le creería a Poché sobre a cualquier persona.—¿Por qué mi esposa dice eso?—dijo inconscientemente. Daniela puso los ojos en blanco al escucharlo. 

—¡Eres un imbécil, Noah!—le dijo furiosa a Noah levantándose.—¡Eres la única persona a la que se le ocurre contratar al esposo de la madre del niño que mataste!—al procesar sus propias palabras cubrió su boca con ambas manos, mientras negaba efusivamente con la cabeza. 

En ese instante el mundo se quedó en silencio. 

—Noah, no.—susurró destrozada, mientras veía la carita de su hijo cubierta de sangre, sintiendo como su respiración disminuía poco a poco al mismo tiempo en que dejaba de sonreír.—No me dejes.—rogó, mientras negaba con su cabeza. 

El auto blanco simplemente rodeó el cuerpo de Noah Ruiz para seguir de largo, sin importarle que el niño probablemente moriría, lo tenía muy claro. 

La primera persona que lo vio abrir los ojos fue la misma persona que tuvo que verlos cerrarlos para siempre, Noah Ruiz murió en brazos de su madre. 

Mario procesó rápido aquellas palabras, y claro que rió irónicamente, claro que sus ojos se llenaron de lágrimas y claro que casi le rompió la quijada a Noah Walker de un golpe. A Poché aquello no le sorprendió, lo esperaba a decir verdad, y sin darse cuenta la mano de Daniela estaba entrelazada con la suya. 

—Tú fuiste el imbécil que nos quitó a nuestro hijo.—le dijo Mario mirándolo desde arriba ya que Noah estaba en el suelo tratando de acomodar su mentón con su mano. 

—Amigo, yo-...—intentó decir adolorido. 

—Yo no soy tu amigo—rió irónico.—, nos vemos en el juicio.—volvió a reír antes de simplemente caminar a la puerta y salir de allí antes de cometer una locura, debía actuar con inteligencia. 

Poché miró al hombre que le quitó lo más importante que alguna vez tuvo y todo lo que alguna vez quiso decirle, simplemente no salía de su boca. 

—¿Poché?—le preguntó Daniela al levantarse a su lado, esperando alguna reacción. 

—Te odio.—le dijo a Noah mirándolo directamente a los ojos.—Te odio tanto.—dijo casi inaudible zafándose del agarre de Calle al verlo levantarse.—Te voy a hundir, y es una amenaza.—asintió antes de, como su ex esposo, caminar hacia la puerta para ella misma salir de allí. 

—Vaya.—dijo Daniela sarcástica al escuchar el estruendoso ruido de la puerta cerrarse.—Bien hecho. 

—¿De qué lado estás, Daniela?—preguntó con odio.—Ella está loca.—Daniela negó con la cabeza. 

—Lo suficientemente cuerda como para hundirte.—respondió segura.—Ahora—rió.—no tengo ninguna duda.—fue lo que dijo mientras se dirigía a la puerta y salía de la casa, dejando a la pareja confundida y nerviosa. 

━━━━━━ ◦♡◦ ━━━━━━


Daniela suspiró al ver la silueta de Poché dentro del auto, así que simplemente caminó hacia el, y al llegar subió. Corazón roto, de nuevo, cuando la vio con sus brazos cruzados sobre el volante y su cabeza sobre ellos lloraba como si le hubieran arrebatado a su hijo de nuevo. 

—Hola, Poché.—saludó suavemente Calle mientras sonreía, a pesar de escucharla llorar de esa manera, debía hacer algo para calmarla.—Mira, mira—susurró sacando una pequeña grabadora de su bolsillo.—, tú me enseñaste a siempre grabar todo antes de cualquier interrogatorio.—Poché la miró levemente.—Todo está aquí.—sonrió acercando su rostro al de ella. Poché también sonrió un poco al entender.—No llores—susurró limpiando sus lágrimas con su pulgar.—, vamos a meter al malo en prisión.—le habló emocionada. 

—Oh, Daniela.—sollozó antes de simplemente abrazarla.—No sé cómo podría pasar por esto sin ti.—susurró mientras sentía los brazos de Daniela corresponder con el mismo amor.—Me has dado...—negó levemente con su cabeza.—...-me has devuelto todo. 

—Es reciproco.—respondió sin dejar de sonreír. Poché se separó del abrazo de Calle y al ver el reflejo de sus ojos, sin querer retrasarlo más, simplemente la besó, sin importarle el lugar donde estaban o quién las pudiera estar viendo. 

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