William Sevedo: persona que arruina situaciones tan esperadas.
Narra Ámbar.
¿Nunca les pasó que estaban ansiosos y nerviosos por algo que querían escuchar o saber?
Pues a mí me pasó justo ahora.
Cuando Ryan estaba a punto de decirme toda la historia de él y Ethan hace años (historia que esperé hace eternas semanas), alguien toca la puerta diciendo mi nombre.
Y ese alguien es mi padre querido (que se note el sarcasmo por favor).
—¡Ámbar!, ¿Estás ahí?— los golpes constantes en la puerta suenan en mis oídos.
Cierro los ojos lentamente y apreto los labios.
Lo miro a Ryan y él asiente para que abra la puerta.
Me levanto y cuando abro esta lo miro sonriendo falsamente.
—Más vale que sea de vida o muerte— pongo mis manos en la cadera.
—No tanto, pero de verdad necesito tu ayuda...— no termina de hablar porque asoma la cabeza adentro del cuarto y lo mira a Ryan confundido —¿Quién es él?
—Papá, él es Ryan, hijo de Brianna y también hijo de Jeremy, tu amigo de la oficina.
—¿Brianna y Jeremy tienen un hijo?— pregunta sorprendido.
—Larga historia, y Ryan, él es mí papá William.
—Un gusto— Ryan se acerca y le da un apretón de manos a mí papá.
—El gusto es mío, luego te haré el interrogatorio— dice serio y ruedo los ojos. Ryan asiente dudoso.
—Bien ahora qué todos nos conocemos, ¿Qué pasó papá?— suspiro
—Es Ethan.
—¿Ethan?— pregunto preocupada por la cara que tiene él —¿Qué-qué le pasó?
—La pregunta es, ¿Qué no le pasó?— se toca la cabeza cansado.
—Papá, ¿Él está bien?, ¿Dónde está?
—Está aquí en el living, lo senté en el sillón, y de estar bien, no, no lo está— mi cara se pone pálida.
—¿Qué le pasa?
—Está más que ebrio, ni siquiera sé cómo pudo entrar a un bar con 17 años.
—¿Cómo que está ebrio?
—Ah, y está con un ojo medio hinchado ya que cuando pasaba con mí camioneta por ahí, lo ví peleando con unos chicos que estaban allí, así que lo traje y cuando nos estábamos por bajar, vomitó adentro de la camioneta— niega con la cabeza.
—¿Pero porqué estaba ebrio?— paso por su lado y camino hacia las escaleras.
—No me quiso decir, en todo el camino estuvo diciendo cosas incoherentes, y que hay una chica que lo está volviendo loco— termino de bajar las escaleras y suspiro cuando lo veo.
—Está bien, yo me encargo papá, gracias por traerlo— acaricio su hombro y le sonrío.
—No fue nada, voy a limpiar la camioneta.
—Ah y toma la "pistola de agua"— saco de mi espalda una puta arma de verdad.
¿Qué?
Soy precavida, y cuando llegué ví que el auto de mamá no estaba eso me preocupó y como estaba tan concentrada en ella (que no ví la camioneta de Ryan), saqué mí arma que estaba escondida en mi auto y al no escucharla adentro de casa, me asusté, pero más me asustó encontrar a Ryan esperando en mí cuarto y apuntarle con un arma en la cara no fue la mejor opción para que los dos gritemos del susto.
Por eso mi mentira del día fue inventar la pistola de agua.
Luego tendré una seria conversación con Raquel Scarlett acerca de sus mentiras.
Hablar con Ryan y ver su rostro detenidamente después de tres semanas sin siquiera cruzar miradas fue algo confuso, algo diferente, algo que no todos los días me sucede.
Un calor inexplicable invadió mí pecho al verlo tan lindo y sexy como siempre, esperándome sentando en mí cama con su pelo desordenado con algunos rulos en sus puntas como si se estuviera pasando las manos en el, nervioso al verme y que reaccione de mala manera -lo cuál hize- pero a pesar de todo, ver sus ojos verde-azulados y su sonrisa me dejó atónita, sin palabras.
Y sí, puedo ser una experta en armas, pero me siento una mujer primeriza que apenas está aprendiendo del ¿Amor?, aún no lo sé.
Mi papá asiente dudoso y a la vez confuso porque no entiende que hago con mí arma y se va hacia afuera.
Me acerco hasta Ethan que en vez de estar sentado en el sillón, está en el piso.
—Dios, está arruinado— me asusto por lo que dice Ryan. No me había dado cuenta que estaba atrás mío.
—Sí, al parecer.
Ethan nos escucha y voltea la cabeza hacia nosotros.
—Este día no podría ser peor con el idiota este— señala a Ryan enojado.
Bueno en realidad me señala a mí, está tan ebrio que apenas puede ver bien y encima está con un ojo medio hinchado.
—Ay, Santo Dios— digo masajeando mí sien —Será mejor que te vayas Ryan, antes de que haya otra pelea— bromeo mirándolo.
—Está bien— lo acompaño hacia la puerta.
—Ah y luego te llamo para hablar ¿Ok?
Él asiente sonriendo sabiendo que no tiene otra opción.
—Nos vemos luego linda— me da un beso en la mejilla —encargate de la bella durmiente— se refiere a Ethan.
—¡Ya vete!— me río y lo empujo hacia afuera.
—Bien, bien, me voy, tranquila, ten cuidado ¿Ok?
—¿A qué te refieres con cuidado?
—Solo cuídate— me tira un beso y se va.
Cierro la puerta media confusa y me doy vuelta mirando a Ethan que está en el suelo mirándome con un brillo extraño en sus ojos.
—Aver, coopera— lo ayudo a levantarse.
—Eres un amor— se agarra de mi hombro mientras se ríe.
—Y tú un pesado— digo apenas.
—Así me quieres, pic— toca mi nariz riendo.
—Vamos.
Cómo podemos -mejor dicho, como puedo- subimos las escaleras hacia mí cuarto.
Entramos, y apenas lo suelto para cerrar la puerta, él se tira en mí cama abrazando mí almohada.
—No, Ethan— gimo —tienes que bañarte, tienes la remera con vómito, ven.
Lo agarro de los brazos y con toda su pereza vamos al baño.
Preparo la bañera con agua caliente y le voy sacando la ropa poco a poco.
—Tú siempre preocupándote por mí, eres tan buena— acaricia mí mejilla.
Le sonrío y cuando está totalmente desnudo se mete a la bañera.
Me siento en el borde de la misma frente a él agarrando el shampoo y poniéndole un poco en la cabeza.
—Ay Ethan, ¿Qué te pasó?— pregunto haciendo masajes en su cabello.
—Nada enana, solo tuve una pelea porque estaba muy ebrio— suspira y empiezo a pasarle jabón en su espalda.
—Sabes que a mí no me puedes mentir.
—Estoy bien.
—Tu cara dice todo lo contrario— me río.
—Mí cara sí, porque es un desastre, pero estoy bien.
—Aún sigues siendo lindo— aprieto sus mejillas y a cambio recibo agua en mí blusa. Abro la boca dramáticamente y cierro los ojos. Me saco la blusa empapada y la tiro en el canasto.
—Tú te lo buscaste, sabes muy bien que no me gusta que hagas eso.
Le tiro un poco agua en su cara y me río.
»Y también vas a tener que bañarte— tardo en procesar la información ya que me agarra de la cadera y me mete en la bañera con él.
—¡Ethan!, ¡Estás más que muerto!— agarro sus hombros y con mis fuerzas lo hundo.
Obviamente no sé en qué pensé porque él tiene mucha más fuerza y ni siquiera pude terminar de meter su cabeza al fondo del agua.
—Ya para agresiva— me tira agua y yo le tiro mucho más.
Soltamos una carcajada y nos quedamos mirando sonriendo.
Toco despacio su ojo medio hinchado y él hace una mueca.
—Lo siento, ahora te voy a poner hielo— acaricio su mejilla apoyando mi frente en la suya.
—¿Por qué te preocupas tanto por mí?— la pregunta hace reírme.
—¿Y porqué no?, eres mí mejor amigo, al que confío plenamente, eres la persona que también se preocupa por mí y me escucha cuando tengo un mal día, eres el chico y el hombre que quiero y amo mucho, eres mí amigo de toda la vida Ethan, se todo de ti y tú de mí, así que ¿Por qué no me voy a preocupar por tí?, sería la amistad más rara y horrible sí no me preocup...— no termino de completar la palabra porque me agarra del cabello y me besa sonriendo tristemente.
Al principio no le respondo, pero al ver su cara... termino besándolo.
—Te quiero tanto enana— deja mis labios para besar mi cuello y el valle de mis pechos. Agarro su cabello soltando un jadeo y respirando pesadamente.
—Ethan— murmuro apenas cuando su mano deja mi cabello y la traslada hacia el borde de mi calza y me toca por sobre la tela de la ropa interior —Ethan no, para— pongo una mano en su pecho alejándolo unos centímetros de mí.
Aunque la situación me excitó mucho siendo honesta, tengo mi autocontrol y también tengo mis 3 simples reglas la cual una de ellas:
Regla número 2: nunca tener sexo más de una vez.
—Lo siento, es que no puedo controlarme al verte así, tan... No lo sé, de alguna forma me vuelves loco— se pasa la mano por su cabello y me mira arrepentido.
—Yo, no-no pasa nada— le sonrío y salgo de la bañera toda empapada —voy a terminar de bañarme— bromeo para aligerar el ambiente.
—Sí, como quieras— dice sin mirarme.
No respondo y terminando de sacarme la ropa adentro de la ducha, abro el grifo de agua caliente.
Escucho algunos pasos y la puerta cerrarse.
Suspiro sabiendo que Ethan salió del baño.
Antes dije que tenía ganas de hacer muchas cosas con Ethan, que quería más de él, pero estando en el curso reflexioné, pensé, y me dí cuenta que todo fue un error, una equivocacion y que solo me acosté con él por pena, y porque me insistía.
Sí, probablemente me podría considerar la mejor amiga más zorra y perra del mundo que solo se acostó con su mejor amigo por lástima.
Me siento terrible y más al saber que casi termino haciéndolo con él de nuevo. No solo se trata de mis reglas, sino que no quiero que ninguno de los dos nos hagamos ilusiones.
Lo cual Ethan parece que las tiene, pero yo estoy muy lejos de esa posibilidad.
Osea sí, Ethan es lindo, agradable, y atento conmigo. Yo... después de que tuvimos sexo, lo miro de distinta manera.
Ya no lo veo como el mejor amigo que me prestaba sus útiles cuando me olvidaba la cartuchera al llegar a la escuela.
Él ya es un hombre.
Y un hombre muy lindo que aún me confunde.
—Cualquier cosa que pienses Ámbar, cometiste un error— me digo a mí misma apoyando la frente en la pared mientras el agua caliente recorre todo mi cuerpo relajándome.
Un error...
Supongo que la palabra error está presente en cada persona y en la vida de la misma, que una equivocacion es parte del ciclo de la vida, de la naturaleza y que a todo el mundo le va a suceder en cualquier momento.
Yo no voy a cometer el mismo error otra vez.
Dicen que de los errores se aprende. Pienso que aprendí de esto a no lastimar y a no ilusionar a la persona que tiene el pensamiento muy distinto al que creías que tenías.
¿Qué quiero decir?, Que empiezo a sospechar de que Ethan realmente no quiso tener sexo conmigo porque lo atraía sexualmente, sino puedo y me atrevería a creer que de alguna forma le gusto.
Envuelvo el toallón en mi cuerpo y seco mi pelo con una toalla.
Dudosa, abro la puerta pensando que Ethan está ahí, pero cuando asomo la cabeza no hay nadie, el cuarto está vacío.
Me cambio y me acuesto un rato en mí cama. Pongo "My future" de Billie Elish y miro al techo un rato.
Júralo...
La palabra júralo que me dijo Ryan resuena en mí cabeza.
Se notaba a kilómetros que no lo estaba diciendo en broma, lo cual me dejó un tanto preocupada. Pero yo siempre cumplo mis promesas así que no le voy a preguntar ni decir nada a Ethan.
Millones de teorías vienen a mí mente de qué pudo haber pasado entre ellos dos.
¿Por qué se pelearon por mí?
¿Por qué Ryan me dijo que me conoce hace mucho cuando yo no lo recuerdo?
¿Por qué Ryan me dijo que no le diga nada a Ethan sí él también estuvo presente en esa historia?
¿Por qué siento que tengo un mal presentimiento?
Cada pregunta me confunde aún más de lo que ya estoy.
Agarro mi teléfono y le escribo a Ryan.
Yo: Hey!
Sí, no soy muy buena iniciando una conversación.
Al instante me llega una notificación.
Ryan: ¿Ya me extrañas linda?
Ruedo los ojos por su arrogancia.
Yo: Ya quisieras presumido.
Ryan: jajaja, así soy soy.
Yo: ¿Estabas haciendo algo?
Ryan: No, estoy acostado en mi cama, esperando para cenar. ¿Y tú?
Yo: También acostada. Aún no tengo hambre.
Ryan: No quiero parecer un idiota, pero sin sonar mal, ¿Pasó algo?, porque es muy raro que me escribas, aunque debo decir que me está encantando hablar contigo.
Yo: No, no pasó nada, solo estaba aburrida y quería hablar contigo.
Ryan: Eso sinceramente me hace sentir halagado.
Me río imaginado que debe estar sonriendo feliz.
Yo: ¿Cuando nos podemos ver?
Ryan: Pues, mañana, ya que tenemos instituto, dah.
Yo: No tonto, eso lo sé, pero en un lugar mas...
No sé cómo decirlo ya que su mente retorcida puede mal pensarlo.
Ryan: ¿Privado?, ¿Reservado?, ¿Solo los dos?
Golpeo mi cabeza, ¿Qué dije?
Yo: Sí Ryan, solo los dos.
Ryan: Oh, perfecto, ¿Quieres mañana a las nueve en el hotel que está a unos veinte minutos de mí casa?, es muy lindo, reservado y lo mejor de todo es privado para nosotros dos.
Dios, ¿De verdad me gusta este chico?
Wao se siente tan raro decirlo.
Yo: No de esa forma idiota, no quiero sexo contigo.
Ryan: Al menos lo intenté :(
Yo: ¿Mañana tus padres están en tú casa?
Ryan: No, los dos llegan a la noche, solo va a estar Emily.
Yo: Bien, entonces mañana vamos a tu casa para hablar, ¿De acuerdo?
Ryan: ¿Solo hablar?
Yo: Sí, solo hablar.
Ryan: Va a ser difícil, ya que la última vez no habíamos terminado lo que empezamos.
Suspiro nerviosa y me sonrojo recordando, tiene razón.
Tardo en responderle y otro mensaje llega.
Ryan: ¿Te puse nerviosa no?, Apuesto a que estás sonrojada.
Yo: ¿Qué?, no, el teléfono se me había caído.
Ryan: Claro, claro.
Yo: ¿Entonces sí?
Ryan: ¿Sí qué?
Yo: Hablamos en tu casa.
Ryan: Sí, me parece bien, tengo que ir a cenar.
Yo: Ok, no vemos mañana.
Ryan: Linda.
Yo: ¿Sí?
Ryan: Te quiero.
Ryan: Como una amiga :3
Mi corazón aceleró de golpe al ver ese mensaje.
No le contesto, apago el teléfono y miro de nuevo al techo.
Sonrío como una boba luego de un rato. Me quiere, como una amiga claro.
Pero igual me quiere.
¿Qué me estás haciendo Ryan Thomas Cooper?
Puedo estar feliz pero esa sensación de miedo todavía sigue presente, como si me observara y me prohibiera sentir otra cosa que no sea el miedo.
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Bueno, acá les traigo otro capítulo.
Sinceramente este capítulo me encantó, ya que Ámbar se dió cuenta de su error y no lo quiso cometer de nuevo.
Yo también les juro que la mataba si lo hacía otra vez, jajajaja.
Y que poco a poco siente cosas por nuestro bellísimo Ryan.
Preguntas:
♥¿Quién quiere pegar a William Sevedo?
♥¿Qué opinan sobre la decisión de Ámbar?
♥¿Qué les pareció el capítulo?
Reapondan, comenten y voten.
Los quiero y nos leemos luego ❤