Stop Sleep, Please. [Min Yoon...

By LyeMin

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Donde YoonGi visita a su pareja en el hospital, hablándole y susurrándole momentos en lo que estuvieron junto... More

O
I
II
III
IV
V
VI
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
- Epílogo -
- Especial -
¡Pst!
GRACIAS POR MIL 💗🤧

VII

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By LyeMin

Tengo miedo de dejarte ir... Tengo miedo de soltar tu mano.

— Señor Min, es un gusto tenerlo aquí, ¿lo mismo de siempre?

— Sí.

El joven mesero se alejó de la mesa del mayor, quien sacó su teléfono para comenzar una conversación con Hoseok.

Más no esperó que alguien se sentara en el asiento frente a él.

— Hola, Min.

— Brom.

Aquel apellido salió mucho más seco de lo que quiso, pero no se quejaba. Odiaba con todo su ser a la chica frente a él, esa idiota que creía que por ser una chica con atributos grandes podía estar cogiendo con quien quisiera...

O esa era la amable opinión de Yoongi.

Nadie hablaba, simplemente se miraban a los ojos con seriedad, aunque la mirada de Yoongi transmitía más que eso; enojo, odio, tristeza.

— Escucha, Min, debemos hablar.

— No hay nada de qué hablar.

— Dios, sabes que Leo nunca sería capaz de engañarte, ¿no? —la rubia posó sus manos sobre la mesa, frunciendo el ceño—. Fuí yo, ¿ok? Yo fuí hasta la casa de Leo y comencé a coquetearle, él estaba incómodo pero aún así seguí insistiendo... Fue cuando me enteré de que ese día era el aniversario de ambos. Me puse celosa y lo único que pasó por mi cabeza fue besar a Leo, ambos caímos, y justo tú entraste. Él estaba sobre mí y tú pensaste lo peor. Te juro por Dios Yoongi que... —la chica dejó de hablar cuando aquel mesero se acercó con la orden del mayor. En cuanto éste se fue -ignorando que el mesero la vio con cara asesina- siguió hablando—. Leo te amaba Yoongi, te amaba con locura...

— ¿Por qué hablas en tiempo pasado? Asumes que está...

— Debes aceptarlo; ha pasado 2 años en coma Yoongi, él no va a despertar...

— Vete —murmuró, para luego golpear la mesa con su puño con fuerza, llamando la atención de los demás presentes—. ¡Vete de una vez! ¡Eres una maldita! ¡Piérdete, no necesito que me digas nada porque yo ya lo sé! ¡Vete!

A la chica no le quedó más que levantarse, murmurar un perdón y salir de la cafetería a paso apresurado.

El mayor se volvió a sentar, recibiendo justo una llamada.

¿Yoongi? ¿Qué pasó? Dejó de contestar los mensajes, ¿todo bien?

— Sí, más tarde iré a la empresa. Tengo cosas que hacer.

— Bien, cuídate Yoongi.

[ • • • ]

El mayor entró al hospital con su semblante habitual, serio. Se hizo paso entre algunas enfermeras y fue hasta la recepción.

— Señor Min, ¿al mismo lugar?

— Sí.

— Bien, firme aquí... y aquí.

Siguiendo las indicaciones de la mujer, dejó su firma en aquellos papeles, para luego caminar hacia el ascensor y entrar en él.

Fue seguido por dos enfermeras, quienes al ir tan apuradas al entrar no le tomaron mucha atención y siguieron su conversación.

— Supe que el doctor ya estaba pensando en desconectar los cables, dice que ya ha pasado mucho tiempo y que hay personas que sí están vivas que los necesitan.

— Pero eso sería cruel, ¿cómo se pondría la familia ante tal noticia?

— Por lo que sé, desde que ha sido internado sus padres nunca han venido a verle ni una vez, el único que lo visita es su novio.

— Vaya, pobrecito... Ese chico debe estar enamorado como para venir a verle aún estando en coma.

Y ante la última palabra Yoongi no pudo evitar exaltarse, ¿en coma? ¿sus padres nunca le visitaban? ¿sólo el novio? ¿LE QUITARÍAN LOS CABLES?

— Dicen que su novio viene todos los días.

— Es tan romántico.

Yoongi no podía estar peor. Le quitarían los cables a su novio, a su querido novio. Lo dejarían morir.

No, eso no era posible. Leo estaba vivo solo... solo está durmiendo... y ha tardado en despertar... sí, es eso...

Leo no tardará en despertar...

¿O sí?

[ • • • ]

— Hey, cariño.

Su mano apartó los mechones que caían sobre la frente y ojos del menor, notando enseguida lo mucho que había crecido su cabello.

— Ah, te ha crecido el cabello —susurró, acariciando éste—. Recuerdo que una vez me dijiste que querías tener el cabello largo... Creo que en éstos momentos te ves muy hermoso.

Calló, observando fijamente aquel aparato que señalaba los latidos de su novio.

Pum pum... Pum pum... Pum pum...

Aquel maldito sonido le estaba matando, pero, creía que era mejor escuchar eso a que escuchar un "Pi" largo y ensordecedor.

— Yo... escuché algo mientras venía de paso —apoyó su cabeza en la camilla, observando al menor desde ahí, acariciando su mano—. Ellos... ellos planean quitarte los cables; esos putos cables que te dan vida.

Su voz sonó quebradiza, más hizo por lo posible para no llorar.

— Dicen que ya te haz tardado mucho, Leo —murmuró, dibujando círculos en la mano del azabache—. Que hay quienes me necesitan esos cables aún más... Pero yo no puedo pensar en otra persona que no seas tú que necesite más esos cables. Mierda. Esos cables son los que aún te mantienen aquí, conmigo. Necesito que despiertes Leo, n-necesito... t-tú no puedes...

Sollozó, llevando una de las manos del oji ambar a su mejilla, sintiendo lo fría que ésta estaba.

— Sin tí no puedo, ¿ok? eres mi vida, eres todo para mí, Dios, necesito de ti... Te amo demasiado, no puedo pensar... en dejarte ir.

Murmuró, sintiendo las lágrimas salir sin control, moviendo la mano de su pareja con suavidad, queriendo sentir su tacto.

¿Recuerdas... cuando fuimos a París? Sí, fue un bello aniversario. Ese día en la Torre Eiffel, el museo de artes, la plaza, Dios, tú sonrisa al estar en aquellos lugares era arte.

— Yoongi, ésto es genial, no puedo creer que de verdad estemos en París.

Estábamos en un hotel, en nuestra habitación para ser precisos. Mientras tú estabas en el balcón admirando París yo estaba leyendo en la cama un libro que recientemente me habías regalado.

No era alguien de leer, era más de escuchar música y relajarme, pero el que tú me hubieras dado ese libro me había motivado a leerlo.

Decidimos que ese día estaríamos en la habitación, sin salir. Descansaríamos del viaje, pediríamos servicio a la habitación, nos bañaríamos en la tina.

Sin duda un gran día.

— ¿Ya pediste el almuerzo? —al fin te alejaste del balcón y te acercaste a mí, acostándote a mi lado y apoyando tu cabeza en mi hombro.

— Sí, y también pedí postre.

— Oh, eso está aún mejor —sentí tus labios en mi mejilla, haciendo que frunza el ceño y haga un puchero.

— ¿Por qué en la mejilla? Merezco algo mejor que eso —me quejé, dejando el libro a un lado -obviamente marqué el lugar por donde iba- y girándome para estar frente a frente.

— ¿A sí?

— Sí.

— ¿Y dónde quiere su aclamado beso, Min Yoongi?

— Pues, creo que lo justo sería que fuera precisamente aquí —con mi dedo índice señalé mis labios, cada vez acercándome más a Leo.

— Pues... creo que es justo.

Tus manos fueron hasta mis mejillas y por fin sentí tus labios contra los míos.

Nunca me cansaría de decirlo. Tus labios eran mi maldita adicción. Amaba besarlos y mordelos hasta dejarlos inchados y rojizos. Los suaves que eran tan solo hacía que mis deseos aumentaran.

Me puse lentamente sobre él, siguiendo el beso pero profundizandolo al morder su labio inferior y colar mi lengua.

Mis manos se dirigieron a tus caderas, mientras que las tuyas se entretenían con el cabello de mi nuca. Poco a poco pude introducir mis manos bajo tu camiseta, escuchando un suspiro salir de tus labios al sentir mi frío tacto.

Y aquel momento entre ambos fue roto debido al toqueteo en la puerta, haciendo que ambos nos separáramos.

Amaba verte sonrojado, y más si era por mi causa.

— Anda, debe ser la comida —dejaste un pico en mis labios, animándome a levantarme e ir hasta la puerta.

Lo hice con toda la flojera e irritación del mundo, pero lo hice.

Recibí las cosas que pedí, le agradecí al chico encargado de traer la comida y cerré la puerta, llevando el carrito lleno de comida y el postre hasta la cama.

— Ah, ya tenía hambre.

— Yo quería comerte a ti —me encogí de hombros, recibiendo un suave golpe de tu parte—. Yaya, vamos a comer.

Mientras que tú tomabas lo que parecía ser spaghetti, yo tomé unas cuantas costillas de cerdo que pedí, llevando uno de inmediato a mi boca, sintiendo el delicioso sabor de ésta.

— Mierda, ésto está delicioso.

— Ésto también, al parecer se esfuerzan mucho al hacer esto... Nunca había visto éste platillo, supongo que es un plato tradicional —y ahí estaba tu pequeño "jefe" interior—. ¿No sería algo raro si lo vendiera en la cafetería? Podría comenzar a hacer de la cafetería un lugar donde también puedas almorzar y cenar.

— Ni idea amor, tú eres el que sabe. Además, siempre tienes buenas ideas y la gente lo sabe, por eso van a tu negocio.

— Eres un amor Yoongi, te besaría, pero tengo mis labios llenos de salsa.

— Me da igual, bésame ya idiota.

Dejé la comida a un lado y la de él igual, tomando su nuca y juntando nuestros labios.

[ • • • ]

— Mira ésta tina.

Me sorprende que semejante tina pueda caber en el baño, pero qué más daba, supongo que al ser un hotel muy lujoso todo era lujoso.

Y era así, ya que el marco del espejo en el baño parecía ser de oro. Las baldosas blancas parecían brillar de lo blancas que eran.

Tomé unos cuantos shampoos del lavamanos, además de unos aromatizantes y jabón.

Abriste la ducha, para que así la tina comenzara a llenarse. Ésta no tardó en llenarse, y yo no podía estar más ansioso.

— Déjame quitarte la b-...

— Ni de te ocurra Min.

Me señalaste, amenazante. Reí divertido al verte tan a la defensiva.

Aún teniendo un año de noviazgo, ambos no habíamos tenido nuestra primera vez.

No me refería a nuestra primera vez en general, ambos teníamos en claro que el contrario no era vírgen.

Pero aún así, nosotros aún no teníamos nuestra primera vez juntos, como pareja.

Y algo que esperaba de éste viaje, era que al volver ya no siguiera siendo así.

— Bien, me meteré yo primero, a ver si así te quitas la pena —pellizqué con suavidad su mejilla, escuchando una pequeña queja.

Desaté el nudo de mi bata de baño, saqué mis brazos de las mangas de la bata y finalmente me despoje de ella, dejándola colgando en un perchero.

Lo único que me cubría era mi bóxer negro, ya que sabía que si estaba desnudo por completo de seguro Leo se incomodaría.

Y lo que menos quería era eso.

Me introduje a la tina, soltando un suspiro al sentir el agua contra mi piel, relajando mis músculos de inmediato.

Eché mi cabeza hacia atrás, para luego ver a mi novio, quien parecía indeciso.

— Hey, si te sientes incómodo no debes obligarte. Sabes que yo nunca te forzaría a algo.

— No es eso... S-solo estoy un poco nervioso, es todo.

Después de soltar un suspiro, mí lindo novio también se deshizo de su bata, dejando a la vista la piel blanca de su pecho, abdomen, piernas y brazos.

Algo que me extrañó ver fueron unas marcas en tus muslos, más decidí no preguntar. Tal vez luego me lo contarías a su debido tiempo.

Te adentrarte a la tina, sentándote entre mis piernas abiertas. Te hundistes un poco en el agua, mojando tus cabellos negros.

La mejor imágen del mundo.

Verte así, casi desnudo frente a mí, con tu cabello mojado y las gotas cayendo de las puntas de éste. Además de que odian ver las pequeñas gotas recorriendo tu piel, como si fueran perlas.

— Eres hermoso —susurré, abrazándote de la cintura y acercándote a mí. Besé la curvatura entre tu cuello y hombro, escuchando un pequeño suspiro de tu parte—. Te amo.

— Yo también te amo, Yoongi.

Dejé otro beso en al área y me decidí por tomar el shampoo, abriendo éste y vertiendo un poco del contenido en mi mano derecha.

— Cierra los ojos, no vaya a ser que te caiga espuma en los ojos.

— Bien.

En cuanto esparcí el shampoo con aromas a fresas en tu cabello comencé a mover éste, haciendo que la espuma saliera de apoco.

Ante los masajes en tu cabello parecías relajado, y eso me alegró, hacerte pasar un rato de relajación.

Con el pequeño grifo de agua que estaba tras de mí quité el shampoo de tu cabello.

Repeti el proceso dos veces más, para luego tomar el aromatizante a rosas y echar un poco de éste en el agua de la tina.

— ¿Qué era eso amor?

— Aromatizante, de olor a rosas.

— Oh, huele bien.

Asentí, tomando el jabón del borde de la bañera y comenzando a frotar éste por tus brazos.

Al principio te tensaste, quedándote quieto, tieso. Pero después de susurrarte al oído un "te amo" pareciste relajarte.

Seguí mi labor de lavar tu cuerpo, y cuando llegó el momento de lavar tu parte íntima te pasé el jabón.

Mientras, yo tomé otro jabón y comencé a pasarlo por mi cuerpo. Luego de eso, sólo fue cuestión de segundos para quitarnos el jabón del cuerpo.

Duramos unos minutos más en la tina, dándonos pequeños besos y caricias, pero sin pasar más allá.

Finalmente salimos, dejamos que la bañera se vaciara y salimos del baño. Nos secamos y luego de vestirnos nos acostamos.

Mientras que yo tenía un simple short y una camiseta, tú tenías una camiseta mía que por obvias razones te quedaba larga y tu interior.

— Yoongi, te amo.

— Yo también te amo, Leo.

Murmuré, abrazando tu cuerpo y quedando dormido en seguida.

Maratón 1/2

¡

Que ooondaaa! Espero que éste capítulo les guste. Cómo ven es un poco más largo que los demás, y eso es porque bueno, la inspireishion me llegó de repente y yo de loca "si va mano'" Bueno, eso es todo. Nos vemos en el otro capítulo, besos 💅💋👀

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