POV Lisa
- Lis, ella mi novia..- Él tomó con suavidad su mano y la acercó hasta nosotros.- Jennie, ella es Lisa. Lisa, ella es Jennie.- Nos presentó.
Sí había algo habitual en el circuito de elección de parejas de mi primo, era que absolutamente todas las muchachas que con las que salía, además de ser unas idiotas, eran increíblemente atractivas.
Para mi sorpresa, Jennie no era la excepción, pero si tenía un atractivo completamente distinto. Ella tenía una belleza natural, por así definirlo. Y a diferencia de las demas, no tenía una de esas típicas sonrisas de revistas. La suya, en una primera impresión, era genuina.
- Mucho gusto.- Extendí mi mano.
- El gusto es mío Lisa, me alegra por fin conocerte, BamBam me ha hablado demasiado de ti.- Dijo haciendo acento en el "demasiado".
- Bueno, supongo que es algo normal cuando estás por conocer a su familia.- Dije restandole importancia.
Ella rió.- No hablo sólo de ahora, desde que lo conocí me ha estado contando de ti.- Mire a Bambam encogiendose de hombros.
- Bambi ¿Estás tratando de hacerme quedar como una bruja?.- Pregunté fingiendo estar ofendida.
Él y Jennie rieron.- Lis, no necesitas de mi para eso.- Bromeó.
- Oigan ustedes tres.- Llamó Mino.- ¿Ya se presentaron? Necesito cambiarme.- Dijo apurandonos.
Rodee los ojos y comenzamos a caminar todos juntos hasta las afueras del aeropuerto. Peleamos un poco intentando hacer entrar todas las maletas en el coche. Para luego pelear otro poco en decidir cómo viajariamos.
- Lis, tú y Wendy vayan atras, Mino adelante y Bambam puede cargar a Jennie.- sugirió mi madre finalmente.
Miré hasta la pareja mencionada, Bambam sonreía como todo un galán y Jennie se mostraba con un leve rubor y una sonrisa timida.
Tortolitos..
- Dense prisa, ya no soporto estos jeans.- Se quejó Mino.
- Te dije que debías hacer ejercicios cariño.- Wendy le golpeteo el pecho.- Eso o comprarte unos talles extras.- Bromeó y yo no resistí soltar una carcajada.
- ¡Wendy!.- La regañó avergonzado.
- ¿Qué? ¿A caso miento?.- Siguió burlándose.
Durante el viaje, no sólo tuve que lidear con las pésimas bromas de mi madre y mi tío -claramente son hermanos.- sino también con los arrumacos que Bambam le hacía a Jennie cada tanto.
Él se veía realmente felíz y Jennie durante el viaje, participó de la conversación animadamente. Por momentos, no pude evitar sentirme sorprendida por sus respuestas ingeniosas y graciosas a la vez. Tenía un humor bastante bueno.
Quizás ésta vez, Bambam eligió correctamente.
Yo me limité a terminar de comer mis galletas y tomar mi refresco que, aunque no me llenaran, al menos evitaban que mi estomago rugiera como si no hubiera comido hace días.
Cuando el coche se detuvo frente en mi porche, bajé de inmediato y estiré las piernas. No había sido un viaje largo, pero la mala posición me había provocado unos fuertes calambres. Fingiendo detenerme a propósito, me mantuve quieta a un lado del coche.
- ¿Calambres?.- Preguntó Bambam con una sonrisa malvada.
Palideci de inmediato.
- N-No, sólo quería estirar.- Mentí sin moverme, sintiendo el hormigueo en mis piernas.
Él sonrió aún más y se acercó con rápidez.
- Bambam, llegas a tocarme y te ma..- No terminé mi amenaza cuando el desgraciado ya me había tomado de las manos y comenzó a correr. Para evitar caerme, trastabille detrás suyo.- ¡IDIOTA!.- Le grité mientras se reía.- ¡Suelta, joder, sueltame!.- Le supliqué en un estado de pánico.
Hizo caso omiso y corrío arrastrandome. Cuando el hormigueo incesante abandonó mis piernas, salí corriendo detrás de él.
- ¡No Lis, era broma, era broma!.- Se echó a correr con rápidez.
- ¡Voy a patearte el trasero!.- Me colgué de su espalda.
Escuché, a los lejos, las risas todos los que estaban subiendo el porche con las maletas en mano, mientras Bambam intentaba quitarme de su espalda.
- Joder, eres como una garrapata.- Gruñó riendo.
Luego de una larga batalla que ninguno gano, porque mi madre me regañó, entramos juntos a la casa.
- ¿Ustedes son así siempre?.- Preguntó Jennie mientras Bambam la tomaba por los hombros.
- Siempre.- Contestamos al unísono y nos dimos una sonrisa cómplice que terminó en más risas.
- Bambam, ¿Por qué no llevas las maletas arriba y le muestras un poco la casa a Jennie?.- Sugirió Wendy desde la sala.
- Claro.- Él sujeto dos de las maletas y le hizo una señal con su cabeza a Jennie para que lo siguiera.
Nuestra casa era bastante espaciosa, sobre todo porque no era nuestra sino de mis abuelos. Como éramos una familia pequeña, mi abuelo hizo habitaciones extras para que todos pudiéramos quedarnos aquí durante las vacaciones, ya que todos vivíamos algo lejos.
Cuando murieron y Mino fue transferido, la única que podía hacerse cargo fue mi madre, así nos mudamos aquí. Era eso o vender la casa, algo que ninguno de los quería hacer.
- Y ¿Jiyong dónde está?.- Preguntó mi tío.
- Aún no sale del trabajo, llegará en una hora.- Contestó mi madre desde la cocina.
Mientras hablábamos, noté que Bambam no regresaba. Supuse que estaría "enseñándole" la casa a Jennie, así que continúe la charla para distraer a los demás de su ausencia.
Un rato después, mi padre hizo acto de presencia con saludos estruendosos y una buena botella de vino que, en mi caso, ni siquiera quería mirar por la reciente resaca que había tenido.
Un rato antes de que anunciarán la cena, Bambam y Jennie bajaron riendo por las escaleras.
- Se lo ve bien.- Murmuré hacía Wendy quien parecía más que complacida de verlos.
- Él está genial. Te lo digo Lis, Jennie es una joven increíble y le está haciendo mucho bien.- Afirmó mientras sonreía.
Mi madre anunció que la cena estaba lista, yo subí rápido al tocador de mi cuarto para lavarme las manos y bajé de inmediato. Si bien las galletas me habían calmado un poco, el hambre seguía allí presente y tan sólo sentir el aroma de esa pasta con salsa que había preparado mi madre, mi estómago rugio impaciente.
Nos sentamos, yo me serví una buena ración de pasta con salsa. Mis tíos comenzaron a hablar contando las novedades de Seúl, mientras que mis padres hablaban sobre todo lo ocurrido en Tailandia y cada tanto, contando alguna anécdota tonta.
No hablé demasiado, en realidad estaba más concentrada llenando mi estómago que escuchando las mismas viejas historias que contaban mis padres y mis tíos, quizás, para poner a Jennie al tanto.
Había notado que Jennie hablaba con mucha espontaneidad, algo que quizás yo no podría. No parecía la clase de chica que se inhibia con facilidad. Aportaba comentarios graciosos, pero no bromistas, sino con la clase humor refinado y elegante que, me daba cuenta, ella tenía.
Hizo honor a casi todo lo que mi tía había dicho, y Bambam igual. Era simpática, pero también poseía ese aire humilde e inteligente. En algún punto de la cena, me di cuenta que la había estado observando más de la cuenta, le atribui eso al hecho de que no la conocía y me sentía curiosa, quería analizarla un poco más.
- Y bien, supongo que ya están más que listos para comenzar su primer año universitario.- Anunció mi padre. Sólo atine a rodar los ojos.
- Sí, de hecho, ya conseguí un lugar para nosotros Lis, te encantará.- Dijo Bambam señalandome con el tenedor.
- ¿Ya lo tienes? ¿No es muy pronto?.-Cuestione dejando mis cubiertos sobre el plato vacío.
- Los lugares más baratos son los primeros en agotarse, creí que sería lo mejor.- Habló con obviedad. Yo asenti dándole la razón.- Está a unas calles de la Universidad, es un lugar lindo y bastante tranquilo. Tiene una cocina, una sala, el baño y tres cuartos.- Añadió.
- ¿Tres cuartos?.- Frunci el ceño.
- Oh sí, ya sabes, mientras más ocupantes haya, más barato es.- Explicó.
- Claro, seguro habrá alguien más que necesite un cuarto.- Dije restandole importancia.
- De hecho sí, Jennie.- Dijo él y la mencionada me miró con algo de miedo.- Ella también estudiará allí, creí que podríamos darle ese cuarto.- Terminó de decir.
La idea no pasó por mi cabeza y tampoco es que tuve demasiado tiempo para pensarla. Analice la situación superficialmente y asenti.
- Claro, no hay problema. Si es conocido es mucho mejor.- Dije encogiendome de hombros.
Volví los ojos rápidamente en su dirección y ella me sonrió agradecida, quizás, porque no me opusiera. Aunque en realidad, no tenia a qué oponerme. A penas nos conociamos, pero algo me decía que no seria un problema convivir con ella.
El resto de la cena fue tranquila, comenzamos a bromear y a reírnos. Conté un par de anécdotas vergonzosas de BamBam durante la primaria, Jennie se rió toda la noche y me sentía feliz cada vez que ella lo miraba y le acariciaba la mano con ternura por sobre la mesa.
Ahora veo porque Wendy la halago tanto, es la señorita perfecta para Bambam..
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¡Hola, hola!
Un capítulo especial porque cumplo años y me siento bueno!
Esa sonrisita de Nini me derrite el corazón ¿A ustedes no?
Gracias por el amor que le dan, me hace felíz leerlos.
Nos vemos en la próxima actualización.
Love G.