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Todos decían que el dolor se volvería costumbre en algún momento pero la joven Kane podía llevarle la contraria a eso, doce días, exactos, eran en los que había estado consciente de que perdió a su familia y amigos. El joven príncipe había intentando consolar a la joven pero ella si no estaba llorando, estaba mirando por el inmenso balcón
que la detenía de ir al bosque que conoció. Había recopilado información de donde habían estado establecidos y a cuando quedaba la ciudad triku.
El sonido de los pasos del príncipe, se pudo oír por toda la habitación; Devon Kom Trikru, El hermano menor de Aarón quien no era nada parecido a él ante los ojos de Kaylee.
— Aquí está tu comida, renacuajo— El joven castaño de dieciocho años era un completo martirio, le había otorgado un apodo a Kane quien lo escuchaba y ardía al no saber que era lo que significaba y por qué lo decía tan despectivamente.
Los movimientos de Kaylee fueron rápidos pero repentinos, tomando por sorpresa al príncipe, la joven colocó un cuchillo no tan filoso en su vena yugular haciendo que el sonriera con un tipo de egocentrismo.
—¿Qué es tan gracioso?— Quiso saber soltando el enojo en su frase.
— Qué eres tan inocente.
La mirada de Kaylee subió a la de Devon sin entender sus palabras— ¿Crees que puedes hacerme daño? ¿Cuán intocable te crees?
La joven cedió por un segundo y eso fue provechoso para el, empujándola y colocándose detrás de ella; pasando su brazo derecho por delante de su cuello y el otro ejercía presión contra el derecho haciéndole alguna especie de llave.
— Podría matarte...y yo no lo dudaría.
La puerta fue abierta haciendo que Devon la soltara y retrocediera unos pasos mientras que Kaylee se tocaba el cuello con enojo en su mirada.
— ¿Devon?— Una voz femenina sonó sorprendida por la presencia del príncipe en la recámara de la skaikru.— Me disculpo... Príncipe Devon, La mujer debe acompañarme.
Devon observó a ambas mujeres— ¿Te dieron la custodia de la Skaikru?
— Si, mi príncipe.
— No soy algo que custodiar— Alzó la voz la joven, Devon se acercó un poco a Kaylee.
— Ahora tienes que temer— Kaylee dirigió su mirada a la mujer que tenía frente a ella, mirando por última vez a Devon antes de seguir a la pelirroja frente a ella; había algo, se conocían más que príncipe e sirvienta pero no le importo en ese instante.
— Tengo ordenas de custodiar su paseo por la torre— Informó sin mirarla, pero la joven al examinó complemente, Cabello pelirrojo, ojos verdes y brillantes y muchas pecas en su rostro y por la forma que cambiaba debía tener una buena destreza con las armas.
— ¿Cuál es tu nombre?— intentó hacer plática Kaylee mientras observaba su alrededor.
— Ygritte— Respondió con voz dura, por alguna razón rechazaba a la joven, cuando Kane vio la oportunidad no dudó en tomarla, estaban caminando por un pasillo que no era demasiado algo como romperse algo, y ella lo sabía; sin dudarlo aprovechó la distracción y se tiró por la primera ventana que vio, cayendo con un poco de dolor en sus palma y en las plantillas de los pies.
— ¡Skaikru!— El grito de la pelirroja se escuchó por todas partes pero Kaylee ya no confiaba en lo que le decían, no sabía en quien confiar y solo quería escapar.
Kaylee comenzó a intentar ocultarse en el mercado de polis, cubriéndose el rostro, las alarmas comenzaron a sonar; la comandante ya sabía de su huida, aunque fueran agradables con ella, ella era una prisionera y aunque Aarón le prometía que no si lo era, si no la dejarían ir libremente, cuando estaba por doblar hacia un pasillo, escuchó los pasos agitados y sabían que eran guardias de la torre buscándola.
— Ella está asustada...por eso actúa de esta forma, la alejamos de su hogar y matamos a su gente, es normal que quiera escapar— Intentó dialogar Aarón con su hermana.
— Hermano, ella sabe mucho sobre nosotros...o está con nosotros o en nuestra contra— Lexa tocó con gentileza la mejilla— Te volviste más inocente...ella te hace débil.
— N-No yo no, solo ella está sola en el mundo como yo alguna vez lo estuve, necesita volverse a encontrar.
Lexa miró a Devon y asintió, haciendo que el saliera inmediatamente en busca y captura de Kaylee Kane, los pasillo de polis se podría describir como un caos de gente comerciando entre clanes, se podía apreciar a muchos tipos de personas con diferentes estilos y marcas en sus rostros y cuerpo, Kane claramente no parecía tan terrestre, pero el tener una ropa diferente con la cual había caído en la tierra le era de ayuda.
—¿Qué está sucediendo?— Cuestionó un pelirrojo a Aarón quien justo salió de la sala principal.
— Es kaylee...
—¿La Skaikru?
— Si, ella escapó— En su voz se podía notar la desesperación, temía por ella, lo que la gente pudiera hacerle al odiar a los caídos del cielo.
— Valiente...o muy estúpida— Soltó el joven— ¿Cómo es que era?
— Devon es muy bueno encontrando gente— El príncipe conocía demasiado bien a su familiar y sabía de lo que era capaz al seguir una orden de su hermana.
Los pasos de Kaylee eran rápidos y sabía cómo moverse entre la multitud sin quedar estancada, por un pequeño descuido pasó a golpear a una niña de unos trece años aproximados.
— Lo siento— Se disculpó, ayudándola a levantarse; la niña vestía con una vestido azul tan claro como el agua y unas pequeñas trenzas adornaban su cabello negro.
— No, está bien— La respuesta fue en el odio nativo terrestre pero al ver como la mayor no la entendía sus ojos se abrieron de forma exagerada— Eres Skaikru— Aseguró haciendo que Kaylee comenzará a negar.
— ¡Atrápenla!— El grito de Ygritte provocó que Kaylee levantara su mirada y se volviera a disculpar antes de correr, la niña observó como la castaña se alejaba y noto cómo había algo en el suelo que relucía, acercándose se dio cuenta que era una pulsera, la sostuvo en sus manos y observó a Ygritte pasar.
La pequeña escapada de Kaylee no duró mucho con seguridad hasta que sintió como la mujer que la custodiaba le lanzaba flechas a sus pies haciendo que la gente gritara y se asustara por el repentino suceso.
cuando Kane dobló hacia la derecha segundos después se dio cuenta que estaba perdida, no había salida, era su fin; nuevamente encerrada en la torre pero esa idea se esfumó al ver como la pelirroja sostenía el arco con firmeza y seguridad sin dejar de apuntar.
— Se acabó— Murmuró mirándola— Lástima que Aarón no está para defenderte.
— No necesito que me defienda.
— Baja el arco, Ygritte— Ordenó Devon interponiéndose en la pequeña disputa de mirada que tenían las mujeres— Kaylee Kane ahora te declaro prisionera de Trikru.
©️lynnmoony ┊2021 ┊Tercera edición