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Bellamy, Clarke, y Jaden se habían ausentado durante aproximadamente un día, sumiendo el campamento en una calma inusual. Aunque la mayoría se preparaba para un posible ataque terrestre, este no se materializó.
Bajo la tranquila luz del sol, Kaylee y Octavia recogían moras, sumergiéndose en una conversación casual, algo que hace mucho no tenían.
— ¿Te gusta Lincoln? — preguntó Kaylee, concentrada en las moras. Intentando no mirar a la menor para no incomodarla más de lo que la pregunta pudiera haber causado.
— No lo conozco mucho — respondió Octavia. — ¿Cómo conociste al otro terrestre? ¿Desde cuándo?
— Su nombre es Aarón, lo conocí después de rescatar a Jasper. — Kaylee terminó de recolectar las moras y las guardó en su bolsito— Se que es peligroso pero él fue diferente conmigo, no me quiso hacer daño desde ese día sigo encontrándome con él...es mi amigo.
— Sabes que si Bellamy se entera, se pondrá furioso— Kane ya lo tenía en mente, él parecía detestar a los terrestres y en cierta forma lo entendía.
— Eso me da igual— Respondió con tranquilidad
Consciente de las posibles consecuencias, Kaylee estaba decidida a mantener su amistad con Aarón. Al entrar al campamento, notaron comportamientos extraños entre algunos residentes. De la nada muchos recuerdos se hicieron presentes en ella, mareándola un poco en el proceso.
En el interior del arca, Kaylee caminaba tomada de la mano de su madre, Jane, hacia la enfermería. La pequeña temía las agujas, pero sabía que era necesario para su tratamiento médico constante debido a la enfermedad hereditaria que amenazaba su salud.
— No te dolerá nada — intentó calmarla Jane mientras entraban en la enfermería y Kaylee se sentaba en una camilla.
— Hola, Kaylee — saludó Abby, la doctora Griffin, a su paciente. Kaylee respondió con una sonrisa. — Hoy te tomaremos algunas muestras más y te daremos vitaminas.
La rutina médica de Kaylee era vital para controlar su condición. Mientras tanto, Clarke jugaba ajedrez sola en un rincón de la misma habitación. Abby extrajo las muestras necesarias y le proporcionó a Jane las vitaminas. Mientras que la pequeña observa a la pequeña rubia con interés.
— Su nivel de glucosa se encuentra bien— Comentó la doctora— Los síntomas no han avanzado.
Kaylee se bajó de la camilla y caminó hacia Clarke, observando cómo movía las piezas de ambos lados.
— Hola, Clarke— Saludó sonriéndole.
— Kaylee.
Las niñas de alguna manera siempre se mantenían distante aunque tenían que verse varias veces en la semana. Los recuerdos salieron de la mente de Kaylee con rapidez, y prestó atención a lo que sucedía a su alrededor, En el campamento, la tensión aumentaba.
— ¿Qué les sucede a todos? — cuestionó Kaylee, observando a su alrededor.
— ¿Consumiste nueces? — preguntó Octavia.
— Una o dos, no más.
La oportunidad para liberar a los terrestres surgió. Kaylee se encargó de recoger ropa para ellos y subió ansiosa al segundo piso, donde Blake desataba a Lincoln y Aarón ya estaba libre.
— Ponte esto — indicó Kaylee entregando prendas a ambos, ayudando a Aarón, que estaba golpeado.
— Kaylee, no quiero causarte problemas — susurró Aaron. Kaylee lo miró decidida.
— Yo te sacaré de esto, te lo debo. Me salvaste — afirmó la morena, sellando su determinación.
— no me debes nada.
— Me salvaste— Re afirmó, Tras bajar al rubio quien lo ayudaba Kane, temiendo ser descubiertos, Finn los observó.
— Te veré pronto— farfulló Aarón antes de emprender camino fuera del campamento.
— Ten mucho cuidado— Respondió la joven con algo de temer por tu amigo. Aarón se alejó junto con Lincoln, Finn se acercó rápidamente, y Kaylee le pidió que guardara el secreto.
— Prométeme que guardarás el secreto— Kane suplico a su amigo, el asintió.
Bellamy regresó al campamento, herido pero con armas y municiones. Kaylee lo cuidó, y a pesar de la complejidad de la situación, compartieron un beso que simbolizaba la complicidad y la conexión que compartían. Sin embargo, Kaylee guardaba secretos que podrían cambiar la dinámica de su relación.
— tienes que tener cuidado— comentó, pasando el paño con suavidad por el rostro del pecoso.
— Lo tuve que matar— Aunque la frase de bellamy sonaba algo segura, en el fondo ambos sabían que él no tenía la seguridad de lo que hizo fuera correcto.
Bellamy le había explicado lo que había sucedido, y ella lo comprendió; ya había estado antes en esa situación pero Blake había ocultado que había pensando en irse. Sabía en el fondo que Kaylee se volvería más distante con el y probablemente terminaría lo que tenían. Su mente se había dividido en dos grandes miedos; Abandonar a Kaylee o ser arrestado por lo que había hecho.
— Vamos a vivir.
— Cumpliremos nuestros sueños.
Bellamy sabía que algo había sucedido cuando se fueron pero tenía que darle tiempo y espacio a kaylee, Jaden también había sido golpeado pero no demasiado.
— ¿Puedes quedarte?— Pidió Bellamy a Kaylee y ella asintió— Iré a hablar con jaha.
Kaylee le dio su apoyo y después se recostó en la cama, estaba volviendo a confiar en bellamy, estaba agradecida con clarke por ofrecerse a hablar con Jaha y Bellamy; cuando él volvió a la carpa pudo verla dormida, la tapó con cuidado y se quitó la chaqueta para poder acostarse junto a su chica, él sabía que no la merecía pero no era capaz de renunciar a ella aunque eso los destruyera a ambos.
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Los días transcurrían y, con ellos, surgían nuevas situaciones para Kaylee, quien ahora se encontraba en una encrucijada tras ser descubierta por su mejor amigo. La joven había decidido visitar a su amigo terrestre, Aarón, aún afectado por los golpes recibidos en el campamento.
— ¿Kaylee? — La voz de Kane interrumpió la práctica de combate de Aarón y Kaylee. Ambos giraron rápidamente, Aarón elevando su espada en defensa, pensando que se trataba de una amenaza.
— ¡No! ¡Aaron, No! — Kaylee intervino velozmente para evitar que Aarón hiriera a Mikkel, quien sostenía un arco apuntando al terrestre. — ¡Basta! ¡Ambos!
— Lo sabía — murmuró Mikkel, notando la conexión. — La pulsera, tú se la diste. Es tu amigo.
— Lo es, Mikkel.
Con las armas bajadas y la tensión disipada, Kaylee procedió a presentarlos de manera casual. A pesar de la desconfianza mutua, ambos confiaban en Kaylee y optaron por comportarse por ella. A medida que se acercaba el día de la unidad, algunos lo esperaban con entusiasmo, mientras que otros preferían no bajar la guardia. Mikkel, Kaylee y Aarón se encontraban fuera del campamento, este último ya recuperado por completo.
—¡Vamos Mikkel!— Animó la morena desde su posición en una roca, observando con intensidad el duelo de espadas entre Aarón y Mikkel. — Aarón te está dando una paliza.
Los jóvenes estaban inmersos en el entrenamiento, y el aire resonaba con el choque de las espadas. En el turno de los dos chicos, la maestría de Aarón en el manejo del arma destacaba sobremanera ante la destreza aún en desarrollo de Mikkel.
— Se terminó el entrenamiento — anunció Aarón, su respiración agitada y el sudor goteando por su frente. Hacía apenas una semana que lo había introducido en el arte de la espada, una experiencia que había transformado la perspectiva de ambos jóvenes del cielo.
— Estuvo bien — comentó Mikkel, esbozando una sonrisa que provocó risas en Kaylee. Sus ojos chispeaban con una mezcla de admiración.
— Nunca pensé ver algo que no te saliera a la perfección.
Las lecciones de Aarón continuaron, detallando las variadas formas de sujetar la espada y los secretos para mejorar la agilidad. Regresaron al campamento en un silencio cómplice, tratando de mantener la discreción. Kaylee abrazó a Aarón con gratitud, sintiendo la conexión entre ellos, había algo que hacía que ella confiara en él. Se separaron con sonrisas compartidas, disfrutando de la compañía mutua en ese rincón del mundo.
Al llegar al campamento, la celebración estaba en su apogeo. La gente reía y brindaba con el alcohol de Monty. Mikkel, decidido, anunció su intención de visitar a Jaden, desviándose por un sendero apartado. Kaylee se acercó sigilosamente a Bellamy, sintiendo el palpitar de su corazón antes de abrazarlo por la espalda.
— ¿Quién soy? — intentó distorsionar su voz, con una picardía que se reflejaba en su postura.
— La mujer más hermosa del mundo — respondió Blake, esbozando una sonrisa que iluminó su rostro. Bellamy se giró, y sus ojos se encontraron con los de Kaylee en un intercambio de complicidad y cariño, poco a poco ambos se iban entrando nuevamente a abrir sus corazones para en otro, como ya lo habían hecho una vez.
Kaylee se elevó ligeramente en puntillas, sus labios buscando los de Bellamy mientras él la rodeaba con firmeza por la cintura. La conexión entre ambos era palpable, y sus cuerpos se comunicaban en un lenguaje que trascendía las palabras. Aunque Finn desaprobaba su relación, la fuerza de su unión resistía.
— Voy a tomar un trago — murmuró Kaylee, alejándose con una promesa en su mirada. Bellamy asintió, observándola con una mezcla de orgullo y deseo mientras se alejaba.
A lo lejos, algunos murmullos insinuaban que la conexión con el arca había caído, pero Kane no le prestó atención. Finn se acercó a Kaylee, consciente de su papel en la protección de los terrestres y su defensa de la paz. Mientras tanto, Kaylee observó a Bellamy y Clarke conversar desde la distancia, pero prefirió centrarse en el presente y se unió a Jasper para tomar un trago, sumergiéndose en la efervescencia de la celebración, si debía admitir que le era extraño que bellamy y clarke charlaran ya que no tenían tan buena amistad pero se habían unido más desde su pequeña expedición.
— Lamento interrumpir — se disculpó Finn, dirigiéndose al grupo de jóvenes con una expresión seria. — Pero necesito hablar con Kaylee.
Kane asintió, y a medida que se alejaron de la multitud, encontraron un rincón más privado para abordar el asunto.
— ¿Qué sucede, Finn? — preguntó Kay, observando con curiosidad a su compañero. Finn, antes de hablar, echó un vistazo cauteloso a su alrededor.
— Hice un trato con los terrestres. Ellos traerán a su líder, y nosotros al nuestro.
La mirada de Kaylee mostró cierta indiferencia, pero su interés estaba piqueteado.
— ¿A quién llevaremos? ¿Clarke o Bellamy? — inquirió, mencionando a los líderes del grupo. La desconfianza de Kaylee hacia Clarke era palpable, mientras que la relación de Bellamy con los terrestres parecía oscilar entre tensa y hostil.
— Clarke.
— Bueno, ¿y para qué soy buena? — volvió a preguntar Kaylee, deslizando un toque de sarcasmo en sus palabras, buscando comprender la razón detrás de la solicitud de Finn.
— Te necesito como refuerzo — explicó Finn, sus ojos reflejando preocupación. — Sé que Bellamy es tu pareja, pero no puedes decirle nada, ni a él ni a Jaden.
— ¿Por qué, Jaden?
— Se pegan a Bellamy como garrapatas — soltó Collins, generando una carcajada espontánea en Kaylee. A pesar de la gravedad de la situación, la forma en que lo expresó le sacó una sonrisa.
— Puede ser, pero Jaden es nuestro mejor amigo.
— Solo te pido que no le digas, solo eso— Suplicó Collins.
— Lo haré — respondió Kaylee resignada. — ¿Puedo decírselo a Mikkel?
— Sí, ya se lo dije.
Con esas palabras, Finn se retiró para recoger sus pertenencias. A Kaylee le pesaba la idea de ocultarle algo a Bellamy, pero sabía que revelárselo desencadenaría una discusión. Guardó un cuchillo en la manga y se preparó para partir.
Al abandonar el campamento, el silencio se apoderó del grupo. La tensión era palpable, y las interacciones entre Kaylee y Clarke eran escasas desde el incidente con el terrestre.
— Ojalá tengas razón en esto — comentó Clarke, expresando sus dudas. — ¿Pero ya pensaste que podría ser una trampa?
— Sí, pero como es el día de la unidad, decidí tener esperanzas.
Mikkel lanzó una mirada significativa a Kaylee, haciendo una mueca que denotaba su incomodidad. Decidieron avanzar para aliviar la atmósfera tensa que los envolvía.
— En serio, Finn — la rubia sonaba incrédula — , estás poniendo demasiada fe en alguien que te clavó un cuchillo.
— Y estás sonando cada vez más como Bellamy — respondió Finn, señalando una verdad incómoda. Kaylee no era la única que tenía dudas.
— Solo estoy tratando de mantenernos vivos.
— También yo.
Caminaron a lo largo del puente, el aire fresco de la mañana llenaba el ambiente mientras Kaylee y Mikkel jugaban lanzándose objetos. El sol apenas comenzaba a iluminar el horizonte cuando divisaron a Octavia en el puente, con la certeza de que Lincoln y otros terrestres no estaban lejos.
— Así que tú arreglaste esto —expresó Clarke con resentimiento—. Los ayudaste a escapar, ¿no es así?
— No solo ella —intervino Kaylee, su mirada desafiante—. Si quieres desquitarte con alguien, hazlo conmigo.
— Confío en él —anunció la pequeña Blake, con determinación en su voz.
— Últimamente hay mucha confianza —murmuró Clarke, lanzando una mirada de desconfianza hacia Finn.
— Alguien viene —informó Finn, su atención fija en el otro extremo del puente.
Octavia corrió hacia Lincoln, abrazándolo con fuerza mientras la emoción se reflejaba en sus ojos. La mirada de Kaylee se desvió hacia la figura que seguía a Lincoln. Al ver a Aarón acercándose, no pudo contener su alegría y corrió hacia él, abrazándolo con ansias.
Mikkel se unió al abrazo con un gesto amistoso, y minutos después, más terrestres llegaron, esta vez montando a caballo.
— Dijimos sin armas —recordó Finn, corriendo de la mano de Clarke para unirse al grupo de terrestres.
Bellamy notó la sonrisa de Kaylee al ver a los terrestres, especialmente a uno de ellos. Sus ojos brillaban con asombro al descubrir la presencia de caballos.
— Me dijeron que no habría —confesó Lincoln, su mirada perdida en las personas más allá.
— ¿Ella es tu hermana? —susurró Kay hacia Aarón, quien negó con la cabeza.
Finn miró a Clarke antes de avanzar juntos hacia los terrestres. Lincoln extendió su brazo, deteniendo a Finn.
— Ella va sola.
Bellamy se volvió hacia Kaylee con preocupación, mientras ella sentía compasión por Raven. Clarke avanzó hacia la líder terrestre, pero fue detenida.
— No ella —vociferó la mujer, bajándose del caballo—. Hablaré con la Natblida.
— ¿De qué están hablando? —preguntó Mikkel, confundido. La mirada de Aarón se posó en Kaylee, tomando su mano con determinación.
— ¿Quién es Natblida? —preguntó Lincoln, buscando respuestas en la expresión de Aarón pero parecía estar muy preocupado como para otorgarle una respuesta.
— ¿Qué es Natblida?— Quisieron saber, era una nueva palabra que nunca habían escuchado ni sabían su significado.
— Ser sangre negra —aclaró Aarón y segundos después se dirigió a Kaylee—. Te buscan a ti.
Kaylee estaba confundida; su sangre era diferente debido a su enfermedad genética. Iba a avanzar, pero Aarón, de manera protectora, se interpuso.
— Aarón, puedo hacerlo— quiso tranquilizarlo pero el no cedió.
— Iré contigo —murmuró sin soltarla. Ella asintió, miró a Clarke por un momento y señaló que la acompañara. Los tres avanzaron, pero Aarón se mantuvo un poco más atrás.
— Tú eres la Natblida —afirmó la mujer, mirando a Kaylee. Esta le ofreció su mano para que lo comprobara, sacó una pequeña daga y provocó que la sangre oscura brotara, tiñendo el puente con misterio y suspense.
Caminaron hacia el centro del puente, el cual crujía bajo el peso. El aire fresco de la mañana se mezclaba con la tensión palpable.
— ¿C-Como es posible? —preguntó Clarke sorprendida, observando a Anya, la mujer terrestre con una pintura de guerra que marcaba su rostro.
— Soy Kaylee —se presentó hacia Anya, intentando romper el hielo.
— Mi nombre es Anya —la mujer miró a Clarke, esperando la presentación de la rubia.
— Clarke —ofreció su mano, pero Anya la miró con desinterés y la examinó con la mirada—. Creo que empezamos muy mal... pero queremos poder vivir juntos en paz.
— Entiendo... comenzaron una guerra y ahora están arrepentidos.
— Nosotros no iniciamos una guerra —interrumpió Kaylee, su tono buscaba calmar la tensión.
— Ustedes atacaron sin razón.
— ¿Sin razón? Los misiles que lanzaron destruyeron una aldea completa —dijo furiosa Anya, con la carga de la tragedia en sus palabras.
— ¿Los misiles? —preguntó desentendida Clarke—. Esa era una señal para nuestras familias, no teníamos idea.
— Son invasores, su nave aterrizó en nuestro territorio.
— Sentimos lo de la aldea, eso no fue un plan para atacarlos —intentó calmar Kaylee, pero la tensión persistía en el aire.
— Pensamos que la tierra era inhabitable.
— Sabían que estamos aquí cuando capturaron a dos de los nuestros y los torturaron... todos son actos de guerra.
— Entendemos el punto —Kay informó, mirando a Clarke y luego a Anya—. Por eso tenemos que ponerle fin a esto.
— Lincoln dice que vendrán más de ustedes, guerreros.
— Sí, pero también vendrán granjeros, médicos e ingenieros —intentó convencer Clarke con una voz calmada y convincente
—. Podemos ayudarnos mutuamente, pero no estando en guerra.
— ¿Puedes prometerme que los que lleguen no nos atacarán? ¿Que respetarán los términos de paz?
Kaylee sabía que no podían prometer eso; el consejo siempre buscará más.
— Nuestro pueblo tendrá que conformarse con el tratado. Esta es su tierra y nosotros haremos lo que esté a nuestro alcance para vivir en paz —dijo antes de que la rubia pudiera hablar. Anya la miró unos segundos, analizándola.
— Confiaré en ti. Tu gente espero que siga a su líder —respondió hacia Kane.
— Si disparan primero, los que vengan no se molestarán en hablar; nuestra tecnología los aniquilará —advirtió Clarke, y la mirada de Anya se volvió más sombría al escuchar la advertencia.
— Otros ya lo han intentado, siempre salimos victoriosos. —La confianza resonó en la voz de Anya, pero bajo esa seguridad, las sombras de la incertidumbre persistían en el puente.
Las tensiones se disipaba en el puente hasta que un giro repentino alteró el equilibrio, amenazando sus vidas.
— ¡Kaylee! ¡Clarke! —gritó Jasper, la angustia en su voz resonando en el aire cargado de adrenalina.
Jasper disparó frenéticamente, y las flechas de los terrestres se arremolinaron como enjambres. Clarke, rápida como el instinto, se lanzó al suelo en un intento desesperado por eludir las flechas mortales. Aarón, desafiando las amenazas, se interpuso frente a Kaylee, envolviéndola con su cuerpo para protegerla de cualquier daño inminente.
— ¡Cúbrete y corre! —ordenó Aarón, mientras Anya se preparaba para atacar a Kaylee, pero un disparo la hizo retroceder. El rubio tomó el brazo de Kaylee y la alejó rápidamente de la línea de fuego, guiándola con determinación.
Lincoln, en un acto heroico, se interpuso ante una flecha que se dirigía hacia Octavia, sus ojos fijos en Aarón.
— Llévatela —suplicó, y Aarón tomó la mano de Octavia, liderando la huida con destreza. Bellamy interceptó el grupo junto a Jasper, y Raven miró con desaprobación a Kaylee, cuyos ojos estaban llenos de consternación.
— Vamos por aquí —guió Aarón, llegando a un punto donde debía regresar—. Corran derecho y no se detengan.
— Aarón —murmuró Kaylee, su mirada llena de preocupación.
— Estaré bien.
— Gracias.
Kaylee miró por última vez a su amigo antes de ser arrastrada por Octavia. La consternación la mantenía inmóvil. Bellamy, lleno de rabia, no podía soportar la idea de que Kaylee fuera amiga de un terrestre y que le hubiera mentido todo el tiempo. La escena dejó el puente impregnado con un cocktail de emociones, una mezcla de miedo, lealtad y la cruel realidad del conflicto que los rodeaba.
©️lynnmoony ┊2021 ┊Tercera edición