El ladrón y el bárbaro | Omeg...

By Kiirime

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Tweek estaba perdido, exiliado por si mismo de sus tierras y de su tribu. Craig era un ladrón que solo vagaba... More

En el bosque
En el arbol

En la guerra

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By Kiirime

El campamento estaba como siempre, lleno de personas tanto nobles como campesinos caminando de un lugar a otro cumpliendo con las labores de la guerra, justo como todo debía ser.

Pero cuando los trotes de caballos llenaron el lugar amurallado todos quedaron congelados en su sitios por unos instantes, todo antes de reaccionar y comenzar a moverse con mayor prisa de la que estaban haciendo hace unos momentos, ¿porque?

Porque el comandante Craig Tucker había llegado.

El alfa venia con esa mirada sombría de siempre, mostrando sus ropas manchadas de sangre que incluso llenaba parcialmente su cabello negro, el cual aun se podía ver a pesar del chullo azul que traía puesto. Si no fuera por el pequeño cuyo que descansaba en su hombro seria la figura mas atemorizante del lugar, claro, eso no quitaba que de verdad lo fuera para algunos.

—Comandante, el Rey Clyde y Lord Token lo esperan en la carpa de planeacion—Llegó una pequeña omega que le avisaba mientras bajaba de su caballo.

—Bien—Dijo seco dirigiéndose al lugar.

Al llegar, pudo ver a sus amigos que no dudaron en estrecharlo en sus brazos siendo medianamente correspondido por él, quien aun a pesar de los años no mostraba expresión alguna, ni alegría ni tristeza.

—¡Que bueno que hayas llegado a salvo de nuevo Craig!—Lloriqueó Clyde.

—Sabes que nunca fallo "mi rey"—Rodó los ojos por el estúpido formalismo.

—Eso es cierto pero de verdad nos preocupamos, escuché que mas de la mitad de tus hombres habían fallecido, parece que los elfos se están volviendo fuertes—Comentó Token algo preocupado por el rasguño en el rostro del pelinegro.

—Eso es porque se les han unidos los vampiros, algunos hechiceros de las montañas e incluso enanos—Informó mientras ponía en el gran dibujo del mapa las nuevas piezas del tablero—con esto creo que estamos empatados, a este paso la guerra acabará en otros cinco años mas.

—¡¿Otro cinco años?!—Se desinfló el castaño en la mesa—no puedo creer que mi hijo nazca en medio de una guerra—Agregó bastante triste.

—Dímelo a mi, tuve que enviar a mi omega y mi cachorro al castillo de las costas para mantenerlos alejados de todo esto—Meditó el nuevo Lord de Blackstone.

—Si, pero por suerte yo ya no tengo nada que ver con eso—Dijo con tranquilidad el ex-ladrón mientras acariciaba a su peludo compañero.

—Es cierto amigo, esta fue tu ultima misión, ahora eres libre de disfrutar de la pensión que te otorgó el estado junto con tu nuevo titulo de Lord—Felicitó el moreno.

—Ahora podrás dejar la violencia atrás, conseguir una omega, tener cachorros...—Enumeró el rey, luego suspiró—Te envidio, no tienes ninguna responsabilidad de por vida como la de ser rey o militar como la de Token—Se quejó.

—Yo no me pienso casar—Sus amigos al escuchar sus palabras se preocuparon.

—¿De que hablas? Pensé que te habías rendido de buscar al omega bárbaro—Cuestionó el rey algo confundido.

—Saben bien que la razón por la que acepté unirme a su guerra hace cinco años fue porque pensé que encontraría a Tweek entre algún guerrero de mis filas, pero por lo que veo eso no pasó—Explicó.

—¿Estás seguro de que no murió?—Se atrevió a preguntar Token.

—No, el lazo que nos une me hace sentir sus emociones constantemente, eso significa que aun sigue con vida—Se tocó el pecho sintiendo como la adrenalina se sentía al 100% eso significaba que el rubio estaba en una situación eufórica, sus instintos le decían que lo protegiera, pero desde hace mucho aprendió a ignorar esos distintos antes de sucumbir a la frustración.

—Craig...

—No loo digas Token, no pienso marcar a otro omega para deshacerme de esto, es lo único que me tiene tranquilo al saber que aun respira—Miró a sus amigos severo—Dije que me rendiría de buscarlo, pero no de olvidarlo. Viviré el resto de mis días solo, como debió ser siempre—Declaró mientras salia de la carpa a manera de que la conversación había acabado.

...

El alfa entró en aquella taberna donde sus hombres descargaban sus frustraciones acostándose con alguna omega lavandera del campamento o bebiendo hasta que los levantaran para la siguiente partida al campo de batalla. A pesar de que habían hombres mucho mas grandes y fuerte que él todos lo desviaban la mirada al verlo llegar, era algo que el realmente apreciaba ya que no le gustaba que la gente lo molestara para banalidades.

Luego de aceptar la propuesta de sus amigos de unirse al frente de la guerra que se avecinaba contra los elfos en busca de obtener la vara de la verdad, la reputación de Craig como Feldspar, el ladrón y mercenario había cambiado dramáticamente, siendo ahora el apodo de Feldspars sinónimo del caballero negro, un alfa que luchaba por el bienestar de Zaron sin medir consecuencias. Aunque a decir verdad, sus razones estaban lejos de ser altruistas.

Craig tenia la idea de que si el sueño de Tweek era convertirse en un guerrero una guerra seria el lugar perfecto para ir, durante años vio llegar e ir a miles de personas de todo el continente para participar en la causa, pero nunca se encontró con su destinado, eso era una razón mas para morir en el campo al tiempo que era la motivación para continuar.

Pero la esperanza si bien es lo ultimo que se pierde, al final si que se va, y ese era el estado actual de Craig, un alfa resignado a la soledad donde solo reinaba el recuerdo de ese cabello platinado junto con ese par de ojos que tanto lo habían enamorado en el pasado.

—Tres años de felicidad por cinco de dolor. Ya he dado suficiente—Se dijo a si mismo bebiendo lo ultimo que quedaba de vino en su copa, estaba dispuesto a irse cuando cierta tonalidad comenzó a sonar, una que el conocía bien.

—B-b-b-b-b-buenas n-noches alfas, be-betas y lindas omegas. Aquí llegó su b-bardo favorito—El pelinegro dio una pequeña sonrisa mirando a su viejo amigo, un muchacho lisiado que al igual que él quedó huérfano de pequeño, pero claro, ambos tomaron formas de sobrevivir diferentes.—H-hoy vengo con una leyenda de los an-antagonistas de esta guerra, así es, los egoístas y tra-traídos chupa culos de los elfos—Muchos de los presentes abuchearon el nombre—aunque no será de ellos exactamente de qui-qui-quien hablemos esta noche... sino de uno de sus bes-bestias...

Craig no pudo evitar poner máxima atención a la historia que iba a contar su viejo amigo.

"Entre lo mas alto de las copas del bosque, se escuchan los gritos que no son de tu madre"

Todos los presentes rieron, todos menos el de chullo.

"Se dice que una bestia que se pinta de rayas, te rebana el pescuezo como tu esposa en la cama"

"Su cabello dorado y sus flechas de acero, son mas brillantes que tus dientes de armero"

El alfa no podia creer lo que escuchaba, las similitudes eran demasiadas... no podía ser que Jimmy hablara del mismo personaje que siempre rondaba sus pensamientos.

"Sus ojos son hermosos, como donde el cielo y el pasto se unen. Pero no te confíes, que te deja como feto abortado"

No necesitaba mas explicación, sabia perfectamente la persona de quien trataba la historia. Se levantó de su asiento sin escuchar mas, sabia que luego de eso seguirían las bromas estúpidas por lo que sin perder tiempo se encaminó hasta la tienda donde aun se encontraban sus amigos ideando una estrategia con algunos de los altos cargos. Al llegar hizo una entrada que llamó la atención de todos los presentes, quienes lo vieron llegar con esa luz de determinación que hace mucho no veían.

—Cambié de opinión, mañana mismo parto de nuevo al campo.

Ahora sabia que estaba buscando del lado equivocado.

...

Durante esos cinco años Craig no había visto a su omega, al principio pensó que tarde o temprano lo encontraría entre sus propias filas pero ahora entendía que era lo contrario, pues su amado se hallaba en el bando contrario, seguramente la razón de nunca haberlo encontrado como oponente en sus batallas podía deberse a que a pesar de comandar un gran numero del ejercito de Kupa Keep, la realidad era que las batallas contra el Rey Elfo nunca habían sido parte de su estrategia, sabia perfectamente el poder que poseía por sus poderes así que siempre buscó la manera de debilitar su ejercito en numero y no en fuerza, esto le había funcionado durante mucho tiempo pero últimamente la batalla se encontraba pareja en ambos reinos participantes.

Pero este momento su objetivo no era debilitar el ejercito enemigo ni acabar con la guerra, no, en esta ocasión su único objetivo era que por fin, después de años de espera, volver a estar frente a su honey, su omega, su destinado, el amor de su vida.

Quien se hallaba a muchos metros de él en el campo de batalla.

Ahí estaba, destacando entre el ejercito de criaturas mágicas como uno de los pocos humanos que apoyaban la causa de las criaturas místicas. Ahora lucia tan diferente, ya no había rastro del niño que alguna vez fue, pues ahora era mucho mas alto, con el cabello mas largo junto con un cuerpo y rostro levemente marcados, justo como un bárbaro debía lucir.

—Lo lograste, niño—Susurró para si mismo antes de dar la señal a sus hombres para empezar la batallas, al hacerlo todos junto a él galoparon dispuestos a vivir, posiblemente, el ultimo día de sus vidas.

Su dirección era clara, estaba yendo de frente contra el rubio que se veía tan pequeño en comparación a su caballo negro y él montado. Tweek también lo miraba y lo reconocía, esto lo sabia porque al momento de llegar al extenso campo lleno de muertes pasadas su rostro se llenó de horror y sorpresa, reconociendo al alfa que cabalgaba al frente del ejercito enemigo.

Se miraron mientras que era cuestión de segundos cuando ambos se encontraran, el rubio no dudó en sacar su arco dispuesto a disparar a su enemigo, Craig sabia que era capaz de hacerlo por el sentimiento de adrenalina que inundaba su pecho, pero el también parecía dispuesto a atacar por la pose de defensa que tomó encima de su caballo. En menos de un parpadeo el impacto llegó.

Pero no hubo sangre, ni enfrentamiento en realidad.

Cuando Tweek se dio cuenta se hallaba siendo cargado en la parte de atrás del caballo, no supo en que momento había pasado de sostener su arco apuntando a su antiguo compañero a estar siendo dirigido a lo profundo del bosque, completamente alejados de la zona cero.

Cuando por fin pudo reaccionar no dudó en levantar en el caballo con agilidad y tomar una rama fuerte para así bajarse del corsel, el alfa al ver esto paró el galopeo para también bajarse y mirar de frente al rubio.

—¡¿Que mierda crees que haces?!—Preguntó gritando el bárbaro, cuya voz era gruesa pero manteniendo cierto tono dulce.

—¿Es lo primero que me vas a decir luego de no vernos por cinco años?—Preguntó de regreso el otro, quien se mantenía tranquilo, esto enfureció a Tweek.

—Somos enemigos—Sacó sus dagas de su espalda—no me importa que seas tu, Craig, solo le soy fiel al Rey Elfo Kyle. Ahora lucha—Dijo acercándose para dar un golpe de frente que fue fácilmente esquivado por el otro, que se hallaba de brazos cruzados y con una ceja alzada.

—¿Así que ahora solo somos enemigos? Vaya niño desagradecido. Pero bien, lucharé contigo—Dijo mientras daba sacaba su espada y apuntaba con una sonrisa al omega—está bien si me matas, pero si yo gano tendrás que escuchar lo que tengo que decir—Esto desconcertó un momento al otro pero rápidamente se recuperó.

—La unica manera de que ganes es asesinándome, esto es una guerra idiota—Murmuró mientras volvia a acercarse para pelear.

A decir verdad Craig estaba impresionado por las nuevas habilidades del bárbaro, todo lo que alguna vez le había enseñado había sido potenciado al punto de ser tan veloz y ágil que cualquier otro hombre temería por su vida, pero él no, sobre todo porque su corazón le decía que sin importar qué, el chico no seria capaz de hacerle daño.

Porque aun en el fondo amaba a Craig.

El rubio terminó por saltar hasta los arboles donde empezó a lanzar flechas rápidas las cuales eran interceptadas por la velos espada de Craig, todo hasta que se le rompió por el impacto.

—Carajo—Maldijo mientras sacaba un par de dagas y las lanzaba en dirección a los arboles, pero el otro predecía el impacto de sus ataques.

Asi duraron un buen rato hasta que en un punto el pelinegro, en un pequeño error fue alcanzado por las flechas de Tweek las cuales lo dejaron prensado a un grueso tronco en mitad del bosque, quedando por completo a merced del omega.

—Has perdido agilidad Craig, eso es muy malo para un ladrón como tu—Le dijo mientras ponía una daga en su corazón.

—Esa vida ya la dejé atrás, todo por buscarte a ti—Confesó y por unos instantes Tweek se sonrojó, pero negó con la cabeza enfocándose en su tarea.

—Eres mi enemigo, enemigo de los elfos y un indigno de la varita de la verdad. Mi deber es... acabar contigo—Profesó mientras nuevamente acomodaba el puñal dispuesto a matarlo, Craig sintió la tristeza apoderarse del cuerpo del rubio, junto con ese olor tan característico a miel que lo traía loco desde hace ocho años.

—Hazlo, ganaste—Cerró los ojos listo para morir—será un honor morir por la mano del bárbaro que siempre he admirado.

Pero el ataque no llegó, solo hubo silencio hasta que un pequeño sollozo acompañado de las feromonas que manifestaban la profunda tristeza de Tweek llegaron.

—No puedo—Lloró dejando enterrada la daga en la tierra—no puedo matar a mi alfa.—Lo ultimo lo sorprendió.

—Tu... ya lo sabes.

—¡Claro que lo sé!—Gritó sacándose las lagrimas con violencia—cuando me fui no lo entendía pero ahora, ahora entiendo perfectamente el lazo que tenemos, lo supe desde el momento en que pude sentir el dolor que sentiste el día en que me fui. He luchado con ese sentimiento durante años—La ultima frase lo dijo casi en susurro. Craig se empezó a sacar las flechas ante la mirada caída del omega.—Nuevamente soy una desgracia como guerrero, no pude matarte—Agregó al verlo libre.

—Para mi el solo hecho de que hallas podido tener esa oportunidad hace que ganes mi respeto—Sonrió mientras se levantaba para ofrecer su mano al otro, pero fue rechazado bruscamente para luego levantarse por si mismo.

Ambos se miraron, Craig pudo ver cada detalle del rostro de Tweek nuevamente, notando que algunos bellos se asomaban por su barbilla haciéndolo notar algo varonil pero sin perder ese toque delicado que ofrecían sus facciones, cortesía de su biología como omega. Sin esperar mas lo abrazó con fuerza, siendo levemente correspondido por el mas bajo.

—Te extrañé honey—Le dijo cerca de su oído.

—Yo desearía no hacerlo también—De dejó caer en el hombro del alfa—sigues oliendo a café.—Craig se separó.

—¿Así que a eso huelo?—Sonrió de lado. El otro asintió.

—Los elfos me enseñaron a cultivar granos de café y todo su proceso para ser ingerido, la primera vez que lo olí supe que ese era tu olor... supongo que por eso me gusta tanto—Meditó un poco.

—Parece que me he perdido mucho de tu vida—Sonrió tocando los largos cabellos que poseía el rubio, eran gruesos, justo como los recordaba.—nunca imaginé encontrarte con los elfos.

—En realidad, la noche que me fui lo hice porque el rey elfo Kyle me ofreció unirme a él en la guerra que se aproximaba y yo... acepté.—Recordó un poco nostálgico—¿recuerdas que un elfo me había dado fruta unos meses antes? bueno, supongo que desde ahí me gané su confianza.

—Vaya, y yo pensando que era la imaginación de un niño—El rubio le dio un golpe que a decir verdad si le dolió—Vaya, si que eres fuerte.

—Soy un bárbaro, es parte de mis raíces—Dijo con orgullo, definitivamente era el mismo niño de siempre solo que con ligeras modificaciones.

Eso le recordaba algo.

—Tweek, perdóname por haberte tratado como un niño indefenso, sobre todo por haberte limitado—Soltó las palabras que desde hace años pensó y deseó decir—lamento haberme comportado como un padre y no como tu compañero—Tomó las manos del rubio.—Tweek, lo que mas me arrepiento en la vida fue el haberte alejado de mi.

Sus feromonas delataban el arrepentimiento que lo consumió durante todos esos años, ahora que por fin tenia a su amado de frente para decírselo se sentía mejor, al menos así, si ese realmente era su ultimo día de vida, podría morir en paz.

—Eso ya quedó en el pasado—Respondió Tweek con una ligera sonrisa—cuando me fui me di cuenta de que ser un guerrero representaba mas que solo tomar un arma, luchar y defenderse. Ser un guerrero es tomar la vida de un ser vivo sin pensar un momento en lo que fue de su vida, sobre todo porque si dudas ellos aprovecharán y terminarán con la tuya. 

—¿Entonces porque sigues siendo un guerrero?—Preguntó y vio la mirada determinada del omega.

—Por la vara de la verdad—Craig se sorprendió de escuchar esa razón, porque si bien esa era la manzana de la discordia y el objetivo de la guerra a él en lo personal nunca le importó, hacia su trabajo como estratega pero en realidad no le veía sentido.—Debo protegerla de tu reino, para proteger a Zaron.

—Para proteger a Zaron deben utilizar la vara, no acapararla—Tweek negó ante esto.

—Las personas de Kupa Keep no entienden la vara, ésta es lo ultimo que queda del árbol de origen y por ende solo es capaz de otorgar un deseo.—Explicó—el trabajo del rey Kyle es proteger la vara de la codicia que posee el Gran rey mago Cartman, él dice que con la vara pueden proteger Zaron de posibles ataques de extranjeros pero no es así, lo desea para ser el gobernante eterno de Kupa Keep. Los elfos no están siendo egoístas con el continente, están protegiéndolo.

—Eso suena como algo que Cartman haría, pero tu eres un bárbaro Tweek, no un elfo.

—Es cierto, pero gracias a Kyle y los elfos he comprendido el valor del honor, del orgullo por la tierra y sé que si no lucho en esta guerra y el rey mago Cartman se hace inmortal... podría llegar a la tribu de los bárbaros—De solo pensar esa idea se le erizaba la piel.

—Parece que Kyle es alguien muy apreciado por ti—A pesar de su expresión monótona, los celos que desprendía su aroma le decía sus verdaderos pensamientos. El rubio soltó una carcajada.

—Si que lo es, pero no de manera romantica—El pelinegro subió una ceja—los elfos no son humanos como tal así que todos son betas por nacimiento, sin embargo...—Miró burlón al alfa—Kyle es mitad humano y bueno... él es un omega como yo—Explicó echándose a reír mas cuando vio al mas alto apretar los labios levemente.

Craig se dio una palmada mental al verse descubierto, pero entonces se dio cuenta de que eso lo podía ayudar con lo mas importante de este reencuentro.

—Supongo que si te ríes es porque sabes de mis sentimientos hacia ti—De pronto, la risa de Tweek fue disminuyendo hasta solo quedar una pequeña sonrisa junto con un sonrojo leve en sus mejillas.

—Si, lo comprendí cuando te vi llegar al campo de batalla—Tomó la mano de pelinegro y la hubicó en su pecho—Sentí todo lo que tu corazón siente, en el mio—Craig tomó la mejilla del rubio y miró sus ojos.

—Te amo Tweek, creo que te amé desde el momento en que te vi en ese manzano—Confesó y el rubio suspiró.

—Yo también te amo Craig, al principio no supe exactamente que tipo de amor pero cuando me di cuenta... ya no pude sacarme ese sentimiento, incluso aunque lo intenté durante años—Ambos se miraron unos segundos antes de darse un beso tan apasionado como los que se dieron en el primer celo de Tweek, pero este era lleno de verdad y amor.

—No quiero volver a perderte—Dijo su mayor temor, por mas lindo que fuera el momento sabia donde se encontraba y que se suponía que debían estar haciendo. El rubio le dio una mirada de disculpa.

—No puedo abandonar mi causa—Le respondió con algo de dolor en su voz—Por favor, entiéndeme.—Suplicó.

Craig sabia que con solo usar su voz de mando podría llevárselo, irse lejos en su caballo donde no hubiera guerra, tomar un bote y navegar a otras costas donde podrían tener una vida plena juntos, una alejada por completo de las armas y de todos sus conocidos. Solo debía dar la orden.

Pero respetaba los deseos de su omega.

—Bien, solo no mueras, porque si algo te pasa no tendré ya nada que ate a este mundo—Le dio un ultimo beso en la frente y se dispuso a ir a su caballo pero la mano del rubio lo detuvo.

—No, aun no—El alfa estaba confundido, pero de pronto el aroma dulce del rubio se hizo mas fuerte, invitándolo a acercar sus cuerpos y volver se a besar—quiero darte un regalo de despedida, para que sepas que este no es nuestro ultimo adiós.

Lo guió hasta un lugar mucho mas escondido donde eran tapados por el frondoso bosque y los arbustos frutales, se dejó caer encima del regazo del alfa sin parar de besarlo, recolectando el sabor de sus labios con cada contacto, trasmitiendo todas sus intenciones en ese tiempo.

—Tweek...—Intentó decir algo al ver como el omega quitaba sus ropas y la poca armadura que llevaba.

—Por favor, esto no es como esa vez junto al lago... esta vez yo si quiero de verdad—Pidió, pero luego pensó en sus palabras—es decir, en ese tiempo también lo quería, pero ya sabes el celo no ayudaba y tampoco entendía bien como fun-—Tampoco pudo terminar pues el pelinegro lo besó con fuerza haciendo que ambos cayeran, estando Craig encima de Tweek.

—Esta bien—Besó su cuello—yo también quiero hacerlo—Besaba su cuello y pecho descubierto mientras terminaba de sacarse su propia ropa, en menos de unos minutos ambos ya estaba completamente desnudos, dejando de lado cualquier arma que llevaran consigo.

Disfrutaron del tacto del otro, descubriendo con sus manos curiosas el cuerpo del contrario, si bien el suelo no era el lugar mas cómodo para su primer encuentro no les importó, sabían que no tenían tiempo y mucho menos un lugar para ello, que fuera un momento maravilloso dependía completamente de ellos.

Tweek gimió cuando luego de un poco de jugueteo sintió la intromisión de Craig dentro de sí, soltando algunas lagrimas por la extraña sensación, pero no por ello dejó de sentirse feliz de tener su primera vez con la persona que amaba quien para su suerte ya era su alfa.

—¿Te duele mucho?—Preguntó el alfa al ver que no paraba de llorar, pero el otro negó sonriendo.

—No, es solo que estoy feliz de estar contigo así... cuando era mas joven llegué a pensar que nunca me dejarías de ver como un niño—Explicó, Craig también sonrió y volvió a besarlo apasionadamente, con hambre.

—Te puedo asegurar que ya no te veo así, ahora al verte solo puedo ver al omega de mi sueños, al bárbaro fuerte y decidido que me alegro haber conocido—Ni siquiera él entendía lo que significaba esas palabras para el rubio, quien ahora se sentía plenamente feliz.

Decidieron cambiar de posición para hacerlo mas cómodo, Craig se acomodó en el tronco de un árbol manteniendo a Tweek en sus piernas, siendo este quien daba subía y bajaba para generar fricción en sus cuerpos, no tardaron en regalar al otro los gemidos de placer que le otorgaba ese encuentro.

—T-te a-amo—Gimió Tweek mientras se agrazaba a su compañero, sintiendo que no tardaría mucho en acabar.

—Y yo a ti—Gruñó el otro mientras aumentaba su velocidad, impulsado por las palabras que le susurraba su omega en el oído, ninguno de los dos duró mucho en esa posición cuando ambos llegaron al orgasmo.

El sol estaba en lo mas alto del cielo lo que significa el inicio de la tarde, por mas que desearan mantenerse ahí acostados hablando sobre lo que ha sido de la vida de cada quien en esos años sabían que tenían un deber que cumplir, así que lastimosamente tuvieron que vestirse y luego de una mirada de despedida cada quien volvió a lo suyo en el campo de batalla la cual aun se encontraba encendida. Hicieron su deber pero obviamente ignorando la presencia del otro, evitando cualquier contacto violento entre ellos.

Al finalizar el día los guerreros de Kupa Keep quedaron en desventaja por lo que sin mas remedio tuvieron que hacer una retirada, cosa innedita considerando que su comandante era el mismo Feldspar, pero todo se debía a que la razón por la que había ido ese día no era para ser el vencedor de una guerra, sino para reconquistar el amor de su omega.

Pero eso nadie lo sabia.

Llegaron al campamento con un animo de fracaso pero para Craig no había manera de que su ligera sonrisa y nueva perspectiva de la vida cambiara, no iba a volver a pensar en una vida tranquila con un titulo de Lord que ni siquiera pidió, no, estaría hasta el fin de esa guerra y sin importar el vencedor, él iría directo por la mano de su omega. Incluso si eso podría llegar a costarle la vida.

...

Luego de la batalla Tweek junto con el resto de elfos y seres mágicos volvieron a lo profundo del bosque, en la parte mas pantanosa donde pocos eran los que se atrevían a invadir, allí se hallaban los arboles mas grandes que el hombre haya visto los cuales servían de hogar para los seres de magia y algunos humanos que se unieron a esa causa, entre ellos estaba Stan Marsh, el mas fiel de los guerreros al comando del rey elfo Kyle.

—Veo que la batalla no estuvo tan reñida como pensé—Dijo el elfo pelirrojo quien miraba la vara flotando atras de su enorme trono hecho de raíces y hojas.

—No mi rey, los soldados de Kupa Keep decidieron retirarse antes de las seis de la tarde—Informó Tweek haciendo una reverencia, Kyle se acercó a él y desordenó sus cabellos aun manchados de sangre.

—Puedes levantarte Tweek, en este momento solo quiero hablar con mi amigo, no con uno de mis fieles súbditos—El rubio se levantó y abrazó a su amigo.

—¿Donde está Stan?—Preguntó sin ver rastro del alfa pelinegro.

—Esta por el frente del Noroeste, al parecer la batalla contra las fuerzas de la princesa Kenny está mas fuerte que nunca, seguramente por la magia oscura que les prestó el mugroso del mago Cartman.

—Oh ya veo—Su aroma denotaba que algo no estaba bien y esto fue captado por su amigo.

—¿Que sucede Tweek? Hoy luces diferente... melancólico.

—Yo siempre estoy melancólico, tu mismo lo dijiste desde el primer día que llegué aquí.

—Si pero hoy no es una melancolía diferente, como preocupada no triste—Tweek suspiró, no podía esconderle nada a su rey.

—Hoy me encontré con mi alfa, después de tantos años volví a ver a Craig—Recordó el rostro ahora mucho mas duro y fuerte del pelinegro a quien recordaba un poco diferente. El elfo abrió los ojos con asombro.

—Ya veo... si, he oído que es el comandante del ejercito principal del Rey Clyde y el Lord de Blackstone—No se notaba muy feliz por el encuentro.

—Si, pude matarlo pero... no pude, lo siento, te he fallado como guerrero de tu confianza—Se lamentó bajando la cabeza, pero Kyle la volvió a levantar con su mano mostrándose compasivo.

—Las cosas del amor actúan de esa manera, no te preocupes, te comprendo.—Lo tranquilizó—Pero debes entender que es el enemigo por lo que durante esta guerra debes mantenerte alejado de él—Advirtió, pero Tweek ni se inmutó.

—Lo sé, ambos lo sabemos—Dijo firme recordando esa ultima mirada que se dio con el alfa, soltando feromonas negativas nuevamente.

—Lo siento Tweek, desearía poder ayudarte pero tu mismo elegiste el bien de Zaron por encima de tu propio corazón, y confió plenamente en que seguirás tus ideales.

—Y así será mi rey—Se volvió a arrodillar, suprimiendo un poco el dolor que le causaba volver a estar lejos de su amor.

...

Los días pasaban y la guerra continuaba, en el bosque de los elfos cuando Tweek no se hallaba en batalla se encontraba entrenando, siempre se mantenía en una mejora constante de sus habilidades con la intensión de ser mas eficaz en el tablero, queriendo siempre destacar entre los guerreros mágicos que lo rodeaban, aunque para todos ellos ya era el humano que mas admiraban incluso mas que Stan.

Sin embargo, últimamente el sueño y los mareos le jugaban en contra todo el tiempo, tenia la teoría de que había comido alguna planta venenosa la cual tenia un efecto a largo plazo, estaba preocupado por su salud y su vida, si bien en el pasado esto no le hubiera importado ahora con la promesa de volver a ver a Craig quería mantenerse con vida el tiempo necesario. Es por ello que sin mas remedio buscó a rey Kyle para que con sus poderes curativos detectara lo que le causaba malestar y lo neutralizara.

Pero nunca esperó la reacción de su líder.

—No puede ser...—Susurró al alejarse rápidamente del rubio mientras llevaba una mano a su boca por la sorpresa.

—¡¿Que es?! ¡¿Me voy a morir?!—Preguntó comenzando a temblar con la idea morir por una enfermedad sin cura, siempre pensó que su destino seria fallecer luchando contra otros, no con una estúpida enfermedad.

—No, pero esto es mucho mas importante que eso—Comentó el otro reponiéndose, pensando algo.

—¿De que hablas? Vamos no me dejes con el suspenso, siento que me voy a morir, oh dioses no...—Se agarraba el cabello con fuerza.

—Tweek, estás en cinta—Ante estas palabras sintió que el mundo a su alrededor desaparecía, bajó suavemente sus manos de su cabello y se quedó por completo paralizado, procesando lo que acaba de escuchar.

—Y-yo...

—No me dijiste que habías tenido relaciones con Craig, pero soy un idiota al no haberlo intuido—Reflexionó con el ceño fruncido.—Pero esto puede ser de nuestro beneficio.

—¡¿Que?!—Exclamó el rubio sin entender a que se refería.

—La ultima vez que Stan fue de espía a Kupa Keep dijo que el comandante Feldspar era amigo intimo del rey Clyde y de Lord Token, quienes junto con la princesa Kenny representan los aliados mas fuertes que tiene el rey mago

—¿A donde quieres llegar entonces?—Preguntó mientras inconscientemente llevaba una mano a su vientre. El rey elfo lo miró serio.

—Si Craig se entera de tu embarazo podría convencer a sus amigos de retirar su apoyo a la guerra, de esta manera las defensas de Cartman se verían afectadas gravemente. La guerra podría terminar mas rápido de lo esperado y la varita estaría a salvo.—Explicó mientras que Tweek analizaba cada palabra.

—¿Quieres poner a mi cachorro como un mediador incluso antes de nacer?—Preguntó con el ceño fruncido.

—Tweek, necesitamos acabar con la guerra, muchas vidas de mi gente y de humanos se está perdiendo por una esperanza inexistente de ser protegidos, ¡debemos terminar con esta absurdes!—Se excusó pero Tweek se acercó a la puerta.

—No pienso poner a Craig en una encrucijada y mucho menos usar a mi hijo de esa manera.—Y esa fue su ultima palabra antes de marchar.

...

Se sentía vil, sentía que estaba faltando a todos sus principios como rey pero debía hacerlo, debía terminar la carta que posaba entre sus manos y enviarla lo antes posible con su ave mensajera, incluso aunque eso le costara una amistad.

—Ky, sabes que si envías esa carta al comandante Tucker estarías faltando a los deseos de Tweek—Intentó razonar Stan, pero a pesar de que al pelirrojo de verdad le dolía siguió escribiendo.

—Lo sé, pero mi gente lo necesita, el resto de humanos también y sobre todo debo proteger a la varita, es mi deber y eso es mas grande que cualquier amistad—Algunas lagrimas amenazaban con salir de solo pensar en Tweek repudiándolo por lo seguir sus deseos.

—¿Eres consiente de que así como hay una probabilidad de que ocurra lo que quieres también lo hay de que Cartman lo utilice en nuestra contra?—La pluma se dejó de mover.

—Si, soy consiente de que si esta información llega a manos del rey mago gordo podría amenazar a Craig de que si no lo ayuda a conseguir la varita le dará caza a Tweek.—Se volteó y miró a su amigo severo—pero te puedo asegurar que sin importar qué, no dejaré que nadie le haga daño a Tweek, no podría vivir con ello—Stan tragó duro.

—Está bien, mi rey, no me voy a entrometer mas en sus decisiones—Y sin mas el pelirrojo tomó el escrito y llamó a su búho para que enviara el mensaje al general Tucker.

—Espero que todo salga bien y esta guerra termine pronto—Expresó mientras veía partir a su ave.

...

Uy, creo que nuevamente y como siempre hice mal los cálculos y en vez de dos capítulos serán tres, el próximo será el ultimo, lo juro xD

Lamento el lemoncito super corto y sin sentido pero como es medieval como que no quería hacerlo tan realista... sobre todo con el cuento del omegaverse al cual aun no me acostumbro, como que aun me suena fascinantemente ficciticio. Idk.

Bueno, por ahora los dejo con esto, realmente me duelen los dedos así que me voy a valer verga un rato. Bye.





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