David sonreía con felicidad mientras comía de su enorme algodón de azúcar, Kala por su parte se mantenía robando algunos trozos de su algodón de azúcar y disfrutando de la fría y húmeda noche, a pesar de que solo quedaban pocas atracciones abiertas el parque había encendido todas sus luces, fue excitante para David observar como los ojos de Kala se abrieron sorprendidos al ver la belleza de todas las bombillas encendidas, la morena le brindó una sonrisa gratificante y se pegó más a su pecho, la sensación de alegría que sintió en ese momento aún no había desaparecido y mientras caminaban sin rumbo por el lugar, David no podía dejar de pensar en la alegría que le producía estar ahí con Kala.
Era sorprendente recordar la primera vez que la había visto en clases de cálculo, la sintió tan lejana, bella e inalcanzable pero ahora la tenía allí, sonriendo y recostada de su cuerpo, dejó escapar el aliento y rápidamente inhaló el olor del cabello de Kala que se movía al compás con el viento y se rozaba contra su rostro.
—Deberíamos venir aquí más a menudo —susurró Kala volviendo a robar del algodón de azúcar de David, no le incomodaba que lo hiciera—. Creo que a Cindy le encantará venir —admitió.
—Si —susurró David sin ganas, estaba haciéndose ideas de volver allí con Kala, solos, no con Cindy. Chasqueó la lengua decepcionado pero luego atrajo a Kala más a su cuerpo y colocó su mentón sobre la coronilla de la morena, le gustaba que fuera muy pequeña y que sus cuerpos encajaban perfectamente, o así lo sentía él, tomó mucho algodón de azúcar en su boca para terminarlo más rápido.
— ¿Qué deberíamos hacer ahora? —Kala se giró quedando cara a cara con David, sus ojos brillaban extasiados y la sonrisa en su rostro indicaba que quería seguir caminando por el parque o ir a otro sitio con juegos, David pensó en algún lugar que estuviera abierto a esas horas de la noche pero antes de responder una gota resbaló por la mejilla de Kala; confundido miró hacia arriba y rápidamente frías gotas de agua empezaron a empapar su rostro. — ¡Dios! —chilló Kala colocando las manos sobre su cabeza y mirando a todos lados, David tomó su diminuta muñeca y juntos corrieron hasta un cerrado negocio que con su techo podría cubrirlos un poco de la lluvia, perdió su algodón de azúcar en el camino y escuchó el gemido de decepción de su acompañante.
David vio como Kala empezaba a empaparse de agua y como su largo cabello se pegaba a su rostro, él no era la excepción, su cabello chorreaba agua y sus jeans se pegaban a sus piernas, por suerte la chaqueta de cuero evitaba que su camiseta se humedeciera. Estuvo a punto de quitarse su chaqueta y colocarla sobre los hombros de Kala pero sin ningún aviso la morena de soltó de su agarre y empezó a saltar bajo la lluvia, David la miró confundida.
—No creo que esa sea buena idea —gritó para que Kala pudiera escucharlo. La morena le brindó una sonrisa infantil y dejó que la lluvia mojara todo su cuerpo, a su lado todos corrían para cubrirse o llegar a sus autos pero Kala solo quería divertirse.
— ¡Esta buena, deberías venir! —Kala llamó a David pero éste negó con la cabeza, luego de varios segundos sonrió y se unió a Kala bajo la lluvia.
—Nos arrepentiremos de esto —anunció tomando la mano de Kala y dándole una vuelta, Kala lo ignoró.
—Solo disfruta —sonrío cuando David volvió a darle una vuelta y la atrajo a su cuerpo nuevamente.
—Put your head on my shoulder
Hold me in your arms, baby
Squeeze me oh-so-tight
Show me that you love me too —cantó David alzando la voz para poder escucharse sobre la lluvia, Kala arrugó la nariz y se carcajeo al escucharlo cantar.
—Cantas horrible —Se burló siguiendo sus pasos, David dejó de cantar e hizo un mohín con los labios—. No es cierto continua, puedes adicionar para reemplazar a uno de los de M5{1} —David rodó los ojos y alborotó el cabello de Kala, no mentía, David cantaba bastante bien.
—Seguiré cantando e ignorare tu doloroso comentario —Fingió estar molesto pero al final no pudo evitar besar la fría mejilla de Kala y colocar sus manos en su cintura—, Put your lips next to mine, dear
Won't you kiss me once, baby?
Just a kiss goodnight, maybe
You and I will fall in love —David acercó sus labios al oído de Kala para después cantar con lentitud:
—you and I will fall in love{2} —Kala rodó los ojos ignorando que la letra de aquella canción iba en serio. Abrió la boca para decir algo pero alguien la interrumpió:
—Chicos pueden enfermarse —Kala y David dejaron de bailar cuando una señora que llevaba un paraguas pasó por su lado, asintieron y luego de una última vuelta corrieron hasta donde David había estacionado el auto. En el trayecto se empujaron un poco y cuando finalmente las sandalias de Kala se rompieron, decidieron que era hora de entrar al auto.
—Estoy mojando el asiento —Se quejó Kala viendo como su cabello chorreaba agua por todas partes, David se quitó su cabello de la frente y se encogió de hombros.
—No importa —Buscó algo en los asientos de atrás y al final le ofreció una toalla para que secara su cabello, Kala lo miró con sorpresa—. Los hombres también andamos prevenidos.
—Ya veo —Kala secó su cabello, su cuello y colocó la toalla bajo su trasero para no seguir humedeciendo el auto. Por su parte, David se quitó la chaqueta y con otra toalla secó su cabello—, ¡Tu camiseta no está húmeda! —Chilló Kala al comparar su camisa que se pegaba de una manera súper incomoda a su cuerpo con la seca camiseta se David.
—La chaqueta me cubre —admitió David.
—No es justo —Kala dejó de quejarse cuando David le dio un toque a su frente y después le colocó su chaqueta, era pesada pero súper caliente al igual que olía a David.
— ¿Mejor?
—Mejor.
—Creo que nos vamos a enfermar —David se acomodó en su asiento para quedar de cara contra Kala.
—No seas aguafiestas, deja de llamar a la enfermedad —David rodó los ojos—. Aunque leí un libro sobre un hombre que lleva dentro de sí al demonio de la enfermedad, a esa enfermedad yo llamaría —ambos rieron, David había descubierto que a Kala le encantaban los libros, especialmente los de fantasía ligados con romanticismo.
—Boba —bromeó David alargando la mano y retirando el cabello de la frente de Kala, se entretuvo acariciando su suave mejilla, Kala sonrió.
—Deberías leerlo, son muy buenos libros —admitió recostando su cabeza del asiento y soltando un suspiro, David miró sus labios.
—Esos libros no son de mi agrado —susurró acercando su rostro al de Kala, quien solo rodó los ojos—, prefiero más los de crímenes.
—Hombres —bufó—. Se pierden de un buen libro de romance y pasión por ir a leer cosas de muerte —David sonrió, le encantaba Kala y era algo que ya no podía negar, le encantaba cuando hablaba sin pensar, cuando utilizaba palabras que desconocía, cuando se ponía modo dramática o solo cuando criticaba sus gustos para que los cambiara y adoptara los de ella, Kala era una chica tan imperfecta pero él la encontraba perfecta.
— ¿por qué me miras así? —susurró la morena sintiendo la caricia de los dedos de David en su mejilla.
— ¿Cómo?
—No lo sé... te brillan los ojos.
—Tal vez, porque me gusta estar contigo.
—A mí también me gusta estar contigo, David —admitió Kala. Justo cuando David estaba a punto de acortar la distancia entre ambos, Kala bostezó, cerró los ojos y se durmió en el asiento. Fue algo bastante rápido.
David sonrió y luego de colocarle el cinturón de seguridad, condujo hasta casa de Agnes. Estacionó frente a la casa, quitó su cinturón y giró en dirección a Kala. Su boca estaba abierta y todo el cabello había vuelto a pegarse a su frente y mejilla, su respiración era bastante calmada y de su boca salían pequeños ronquidos, era adorable.
Por unos minutos se quedó observándola pero cuando la lluvia empezó a disminuir y las mejillas de Kala se tornaron pálidas, decidió despertarla. Primero empezó quitando el cabello de su frente, acariciando sus párpados y al final dio pequeños toquecitos a su mejilla, la llamó.
— ¿Llegamos?
—Sí, dormilona.
—Oh, estoy muy cansada —bostezó y estrujó sus ojos como una niña pequeña.
—Lamento haberte agotado.
—Babosadas, me divertí muchísimo y ya sabes, hay que repetir.
—Sobre eso... ¿te gustaría salir de nuevo mañana? —Kala lo miró confundida—. Ya sabes, después de la universidad.
—Me gustaría pero sabes que ahora es mi turno de invitarte a salir —dijo, David se encogió de hombros.
—No importa, me gustaría volver a salir contigo ¿qué te parece?
—No hay problema —respondió bajando del auto, tomó su mochila la cual había dejado en el auto antes de salir a los juegos y mantuvo a puerta del copiloto abierta, David sonrió, se veía bastante pequeña.
— ¿Cómo en eso de las cuatro? —Kala estuvo de acuerdo, lentamente empezó que tirar de las mangas de la chaqueta para entregársela al moreno—, No, quédatela —Kala sonrió.
—Vale, nos vemos mañana David —Kala le lanzó un beso y bajo la atenta mirada de David corrió hasta la casa. David la vio desaparecer y encendió el auto para dirigirse a casa, diez minutos conduciendo y se quedó sin combustible, recordó que tenía que haber llenado el tanque pero Kala estuvo tan emocionada al ver el parque de atracciones que lo había olvidado, sonrió sin humor.
—Lo que causa el estar enamorado —sacó tu celular y marcó a Dean.
Kala cerró la puerta de casa, se dirigió al área de lavado, se desnudó hasta quedar en ropa interior y metió la ropa húmeda a la lavadora. Cansada y con bastante sueño se dirigió al baño donde tomó una corta pero caliente ducha, se vistió con un pijama, se trenzó el cabello y se lanzó a la cama. Solo pudo permanecer con los ojos cerrados varios segundos porque para su sorpresa, el teléfono comenzó a sonar.
Quiso ignorarlo pero luego de segundos en los cuales nunca paró de sonar, se levantó y tomó la llamada.
—Aiden, son casi las tres de la mañana ¿Estás loco? —Volvió a lanzarse a la cama y cubrió sus ojos con la almohada, al otro lado escuchó la respiración de Aiden.
—Sí, pero...
—Pero nada, sabes que aún sigo molesta contigo y está demasiado tarde para que me estés llamando.
—Lo sé pero es que aquí son como las diez de la mañana, lo siento —Se disculpó—. Te llamó porque creo que la encontré.
— ¿A quién encontraste? —preguntó Kala a punto de quedarse dormida.
—A Amanda —susurró—, estoy escondido observándola —Kala escuchó unos ruidos pero Aiden volvió a hablar—, es extraño, estar comiendo helado a estas horas.
— ¿Qué esperas ve a hablarle?
— ¿Crees que debo hacerlo? Joder, se ve tan triste y pálida —Kala rodó los ojos.
—Desde lejos no resolverás nada, acércate e intenta resolver el embrollo.
—Sí, tienes razón. Ahora mismo caminare hasta ella —Kala asintió volviendo a bostezar—, Oh Dios mío —susurró con sorpresa Aiden, Kala se asustó.
— ¿Qué pasó?
—Oh Dios mío.
—Aiden, ¿Qué diablos pasa? —Kala se sentó en la cama.
—Creo que me dará un infarto.
— ¡Aiden! ¿Qué pasa, carajo? —preguntó en español, estaba nerviosa.
—Está embarazada...
*****
—Y ahora cree que está embarazada —relató Kala untando crema de maní a su tostada, David asintió con la cabeza y se mantuvo pensativo por varios segundos.
— ¿Solo te dijo que estaba embarazada? —preguntó robando su tostada antes de que Kala pudiese darle una mordida, bufó.
—Sí, luego colgó y yo tenía mucho sueño así que me dormí —admitió tomando otra tostada.
—Joder —susurró David, Kala lo observó. Esa mañana había ido a la universidad y luego se habían encontrado en la salida, para su sorpresa David la había llevado a un parque se encontraba bastante cerca de la universidad y donde habían muy pocos juegos por lo que la mayor parte del tiempo se encontraba desolado. Allí habían ido hasta el árbol más grande y tomaron asiento bajo la sombra, David había llevado una cesta de picnic con muchos aperitivos y luego de conversar de cosas absurdas por horas, Kala procedió a contarle la historia de Aiden.
—Es horrible, tal vez estaba muy nervioso por volver a verla y creyó ver que estaba embarazada —anunció Kala quitando su tostada cuando David intentó robarla—, o tal vez solo subió de peso por la ansiedad, ¡vamos! No todos los días hacen un video sexual tuyo y amenazan con mostrárselo a todos.
—Tú primo fue estúpido.
—Ni que lo digas.
—Esas cosas no se hacen, mucho menos a una persona que confía en ti —Kala asintió.
—Eres muy caballeroso, David —el moreno sonrió con timidez y desarregló su cabello con nerviosismo.
—Gracias, ya deberíamos dejar de hablar de tu primo —Estuvo de acuerdo.
— ¿De qué te gustaría hablar? —Kala sacó dos latas de soda de la canasta y le lanzó una a David.
—De nosotros.
— ¿De nosotros? —Kala lo miró confundida. David abrió la boca para hablar pero la volvió a cerrar con nerviosismo. El día de ayer había sido estupendo, se divirtió muchísimo, rió hasta que le dolieron las tripas y sintió que había desarrollado cierta conexión con Kala, cuando bailaron bajo la lluvia y cantó en su odio "Put your head on my shoulder" se sintió en las nubes y cuando estuvo dormida en su auto y le dio la oportunidad de tocar su mejilla sintió que Kala era la chica perfecta para él.
Durante todos esos años se habla mantenido alejado de las chicas, siempre estuvo concentrado en ayudar a Dean con la constructora y en estudiar para ser un buen veterinario, la medicina era una carrera bastante larga y necesita de excelentes calificaciones para conseguir buenas pasantías. No le habían interesado las chicas y pensó en que el amor llegaría cuando aquellas piezas en su vida estuviesen en su lugar, pero Kala había llegado y de la nada había hecho que ya no pensara siempre en la constructora o en estar metido todo el día con un libro, ahora quería salir a divertirse, emborrarse y bailar pero todo en compañía de Kala.
Cuando el auto se quedó sin combustible y tuvo que llamar a Dean para que fuese a buscarlo su cabeza no abandonó el recuerdo de Kala y luego de un largo rato de esperar a Dean llegó a una conclusión: estaba loco y profundamente enamorado de Kala. No sé quejó al darse cuenta de sus sentimientos, todo lo contrario, los abrazó y les dio la bienvenida; durante la noche no dejó de pensar en ella y esa mañana despertó con solo una idea en mente: estar con Kala.
Miró la confusión en sus brillantes ojitos marrones, seguía masticando su pan y un poco de crema de maní ensuciaba la comisura de sus labios, cada vez que Kala comía se ensuciaba y para David era bastante dulce, alargó la mano y colocó un mechón de su largo cabello tras su oreja, Kala hizo un mohín. Estaba esperando una respuesta de David pero la verdad es que el moreno no sabía que decir, buscaba las palabras correctas pero nada se formaba en su cabeza, el diablillo de su hombro le dijo que soltara las cosas, más tarde podría arrepentirse, el angelito estuvo de acuerdo.
—Me gustas —soltó sorprendiendo a Kala, quien abrió los ojos y dejó caer el resto de su pan—. No, me encantas como no te imaginas. Estoy muy enamorado de ti y desde el primer momento en que te vi supe que querría estar contigo. Me encantas como nunca nadie me ha encantado, haces latir mi corazón como nunca antes había latido y me haces desearte a cada maldito segundo y Kala...
— ¿Si? —susurró con un hilo de voz, la había tomado desprevenida.
—Solo quiero estar contigo... solo quiero que seas mi novia —Dejó escapar el aire que tenía acumulado ¡al fin! Había dicho lo que tantas veces quiso decir y no se había atrevido a soltar, se sentía libre. Quiso reír cuando vio como Kala pestañaba constantemente, David dio algunos toquecitos a su mejilla.
—Oh... oh... no sé qué decir —admitió relamiendo sus labios—, no esperaba esa declaración, creo que...
—No digas nada —David se encogió de hombros, destapó su lata de soda y le dio un largo sorbo fingiendo estar calmado aunque por dentro era un desastre—. Piénsalo ¿sí? Y cuando estés lista me das tu respuesta.
—Pero —David volvió a silenciarla.
—Está bien, tómate tu tiempo y si la respuesta es no, no tengas miedo de decirme... sea cual sea tu respuesta, yo seré tu amigo —Kala volvió a abrir la boca para responder pero otra vez David volvió a silenciarla—. No me respondas ahora, Kala... toma tu tiempo ¿okey?
—Okey —susurró, David le regaló una tímida sonrisa y sacó unas cartas de la canasta. Jugaron varias horas y al final David la dejó en casa, Kala sonrió, si David no hubiese estado tan nervioso tal vez la hubiese dejado hablar y ella habría podido decir: si, me gustaría intentarlo contigo.
*****
Se sentía solo, desde el accidente había creado una coraza y se mantenía aislado dentro del lugar que había creado, sabía que estaba perdido pero desde que Kala llegó a su vida se dio cuenta de la gran soledad que lo había embargado durante esos años. Ahora Kala no estaba y hasta los recuerdos lo estaban abandonando, se arrepentía de haberla alejado y aunque una parte suya quería buscarla la otra le decía que dejara las cosas como estaban.
Pero era horrible estar y sentirse de esa forma, desde las navidades había estado amargado y más prepotente que de costumbre, le gritaba a Aleksandra constantemente y buscaba cualquier excusa para faltarle a Dean, ignoraba a Maritza y no perdía la oportunidad de ofender a Sarah cada vez que tenía la oportunidad. Era lo que Kala había provocado en él, durante su tiempo juntos Saúl no se había sentido solo, amargado o inestable pero ahora que Kala no estaba sentía que esos demonios volvían para atormentarlo, sentía que volvía a retroceder y no le gustaba.
No le gustaba saber que su cuerpo ya se estaba acostumbrando a Kala y ahora que la necesitaba no podía tenerla, se desquitaba con todos en la casa menos con David, quien curiosamente estaba apartado del resto y con una alegría para nada contagiosa. Muchas veces por las noches se preguntó si había tomado la decisión correcta al abandonar todo con Kala y pedirle que sean amigos. Se sentía perdido y desorientado, sus pensamientos eran vagos y confusos, se sentía tonto al no saber lo que quiera ¡maldición! Era un hombre, se supone que debía saber lo que quería en su vida y lo que no, pero al parecer era bastante inestable.
Salió de sus pensamientos cuando la puerta chirrió y las llaves hicieron un estruendoso ruido al ser depositada en la mesita que descansaba al lado de la puerta principal, escuchó unos fuertes silbidos y luego los pasos de esa persona. Pasó por su lado en la sala de estar y caminó hasta la cocina para abrir la nevera, el olor que llegó a su nariz le indicó que era David y que como siempre, venía de un muy buen humor.
— ¿Qué pasa? —preguntó amargado el moreno, puesto que su cabello rubio había quedado bastante destrozado, David tuvo que recordarle el cabello dejándole un estilo Burst Taper pero disminuyendo la cantidad de cabello en lo zona de arriba, ahora su cabello estaba negro, corto y bastante maltratado, sentía que había ido a la academia militar y había obtenido un horrible corte de pelo. Pensó que Kala había cambiado sus productos para el cabello en venganza pero descartó la idea, ella no haría algo así.
—Estoy contento, hermanito —David se detuvo a su lado y observó cómo Saúl se ponía recto en su asiento. En otra época había intentado alegra a su hermano menor y tratar de alejarlo de la zona "Sufrí un accidente, quiero estar solo" pero la cosas habían cambiado, ya era momento de dejar que Saúl tomara sus propias decisiones, si no quería seguir hundiéndose él mismo tendría que fabricar su propio salvavidas.
— ¿Por?
—Porque estoy enamorado —David se carcajeo y comenzó a tararear una canción—, pronto tendré novia.
—Pobre de la desafortunada.
—Ja.Ja.Ja —David bufó pero ignoró el comentario de su amargado hermano menor, no tenía tiempo para que su hermano con su mal humor arruinará el suyo.
— ¿Quién es la chica? ¿La conozco? —Saúl conocía a muy pocas personas.
—La sobrina de Agnes —David empezó a subir las escaleras para alejarse de Saúl, pero el ex rubio se puso de pie.
— ¿Dayden? —preguntó nervioso.
— ¡No! —Gritó David ya bastante lejos de Saúl.
— ¿Kala? —Saúl gritó esperando ser escuchado por David, su corazón se saltó un latido cuando lo escuchó gritar:
— ¡Exacto!
Saúl sintió que alguien lo abofeteó con bastante fuerza y sin poder mantenerse en pie, cayó de bruces contra el sofá en el que anteriormente se encontraba. Arrugó las cejas confundido y relamió sus labios varias veces.
¿Kala? Tenía que ser un error, era imposible que David estuviera enamorado de Kala o solo era imposible que Kala le correspondiera a David pero ¿Por qué sería imposible? Se preguntó, Kala podía enamorarse de quien quisiera y es obvio que ella no se mantendría toda la vida enamorada de Saúl, por fin lo superaría y podría estar con David, quien era un chico bastante asombroso, Kala seria afortunada de poder estar con David pero ¿Por qué eso no lo alegraba?
En vez de sentir que se había despojado de una carga sentía que algo le oprimía el pecho con bastante fuerza, ¿Qué era lo que estaba sintiendo? ¿Celos? No, ¿Envidia? Un poquito, ¿Temor? ¡Si, eso era! Tenía miedo de perderla, miedo de no volver a sentir lo que había sentido con Kala después de cinco años.
Jamás había sentido algo así y si lo había sentido no se comparaba a como se sentía esta vez pero lastimosamente, todo se sentía irreal ¿Su hermano estaba enamorado de Kala? ¿Kala estaba enamorado de David? ¿Eran novios? ¿Ya se habían besado? Saúl sostuvo su cabeza entre sus manos sintiendo que esta estaba a punto de estallar, su cerebro no dejaba de formular cosas y su corazón bombeaba sangre cada vez más rápido.
Esto no podía ser cierto, tenía que estar soñando, él no podía perderla.
¿Era demasiado tarde? No lo sabía, pero tendría que averiguarlo lo más rápido posible y buscaría ayuda de quien sea para poder hablar con Kala, no dejaría que las cosas terminaran de ese modo y no abandonaría, tal vez, a la persona que había intentado sacarlo de su desastre.
Las cosas no podían estar de ese modo, y él descubriría si no era demasiado tarde para estar con Kala aunque eso signifique, pasar por encima de David.
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