Capitulo Veinte

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David sonreía con felicidad mientras comía de su enorme algodón de azúcar, Kala por su parte se mantenía robando algunos trozos de su algodón de azúcar y disfrutando de la fría y húmeda noche, a pesar de que solo quedaban pocas atracciones abiertas el parque había encendido todas sus luces, fue excitante para David observar como los ojos de Kala se abrieron sorprendidos al ver la belleza de todas las bombillas encendidas, la morena le brindó una sonrisa gratificante y se pegó más a su pecho, la sensación de alegría que sintió en ese momento aún no había desaparecido y mientras caminaban sin rumbo por el lugar, David no podía dejar de pensar en la alegría que le producía estar ahí con Kala.

Era sorprendente recordar la primera vez que la había visto en clases de cálculo, la sintió tan lejana, bella e inalcanzable pero ahora la tenía allí, sonriendo y recostada de su cuerpo, dejó escapar el aliento y rápidamente inhaló el olor del cabello de Kala que se movía al compás con el viento y se rozaba contra su rostro.

—Deberíamos venir aquí más a menudo —susurró Kala volviendo a robar del algodón de azúcar de David, no le incomodaba que lo hiciera—. Creo que a Cindy le encantará venir —admitió.

—Si —susurró David sin ganas, estaba haciéndose ideas de volver allí con Kala, solos, no con Cindy. Chasqueó la lengua decepcionado pero luego atrajo a Kala más a su cuerpo y colocó su mentón sobre la coronilla de la morena, le gustaba que fuera muy pequeña y que sus cuerpos encajaban perfectamente, o así lo sentía él, tomó mucho algodón de azúcar en su boca para terminarlo más rápido.

— ¿Qué deberíamos hacer ahora? —Kala se giró quedando cara a cara con David, sus ojos brillaban extasiados y la sonrisa en su rostro indicaba que quería seguir caminando por el parque o ir a otro sitio con juegos, David pensó en algún lugar que estuviera abierto a esas horas de la noche pero antes de responder una gota resbaló por la mejilla de Kala; confundido miró hacia arriba y rápidamente frías gotas de agua empezaron a empapar su rostro. — ¡Dios! —chilló Kala colocando las manos sobre su cabeza y mirando a todos lados, David tomó su diminuta muñeca y juntos corrieron hasta un cerrado negocio que con su techo podría cubrirlos un poco de la lluvia, perdió su algodón de azúcar en el camino y escuchó el gemido de decepción de su acompañante.

David vio como Kala empezaba a empaparse de agua y como su largo cabello se pegaba a su rostro, él no era la excepción, su cabello chorreaba agua y sus jeans se pegaban a sus piernas, por suerte la chaqueta de cuero evitaba que su camiseta se humedeciera. Estuvo a punto de quitarse su chaqueta y colocarla sobre los hombros de Kala pero sin ningún aviso la morena de soltó de su agarre y empezó a saltar bajo la lluvia, David la miró confundida.

—No creo que esa sea buena idea —gritó para que Kala pudiera escucharlo. La morena le brindó una sonrisa infantil y dejó que la lluvia mojara todo su cuerpo, a su lado todos corrían para cubrirse o llegar a sus autos pero Kala solo quería divertirse.

— ¡Esta buena, deberías venir! —Kala llamó a David pero éste negó con la cabeza, luego de varios segundos sonrió y se unió a Kala bajo la lluvia.

—Nos arrepentiremos de esto —anunció tomando la mano de Kala y dándole una vuelta, Kala lo ignoró.

—Solo disfruta —sonrío cuando David volvió a darle una vuelta y la atrajo a su cuerpo nuevamente.

—Put your head on my shoulder

Hold me in your arms, baby

Squeeze me oh-so-tight

Show me that you love me too —cantó David alzando la voz para poder escucharse sobre la lluvia, Kala arrugó la nariz y se carcajeo al escucharlo cantar.

—Cantas horrible —Se burló siguiendo sus pasos, David dejó de cantar e hizo un mohín con los labios—. No es cierto continua, puedes adicionar para reemplazar a uno de los de M5{1} —David rodó los ojos y alborotó el cabello de Kala, no mentía, David cantaba bastante bien.

Aunque no pueda VerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora