Maratón 3/3
Juliana
Esa noche no pasó nada, solo uno que otro ladrón asaltando a mujeres o ancianos, esos eran los humanos que me enferman y también los que abusan de mujeres, niños y ancianos, humanos maltratados por otros de su misma especie. A Jasper si lo dejaron usar armas, bueno, a todos, pero eran armas que no llamaban mucho la atención, pistola o Espadas gemelas; esa ocupaba Lena, Dagas ninja; Alice, Jasper otra espada, una india, su favorita, y yo unos cuchillos de luna creciente, los tenía tras mi espalda. Lo único que hice esa noche fue defender a esas personas siendo asaltadas.
Un hombre apuntó a una mujer con un arma y la llevó dentro de un callejón, veía como le revisaba la cartera y sacaba todo lo que tenía dentro, tiro la cartera, la mujer estaba muy nerviosa, en ese el tipo comenzó a tocarla descaradamente, oí sus gritos y baje, el tipo se asusto al oír ruido, miró hacia dónde yo estaba, pero no me veía.
—¿Qui-quién está ahí? —preguntó asustado, sacó un arma y apuntó —¡Sal ahora mismo! ¡La mataré! —agarro a la mujer para usarla como escudo y apuntó a su cabeza, salí de la oscuridad —. ¿Quién eres? —me pregunto yo me acerque lentamente —. Si te sigues acercando te juro que la ma... —no logro terminar de hablar cuando me acerque a gran velocidad y le quite el arma, le doble el brazo y el dolor hizo que soltara a la chica.
—Vete —le ordene.
—Gra-gracias —me dijo la mujer y salió corriendo de ese callejón, me gire y el tipo me golpeó con un pedazo de madera en la cara, se asombro al ver que la madera se había partido en dos, la tiro y me golpeó en el estómago pero le dolió más a él.
—¿Que eres? —me preguntó.
—Tu peor pesadilla —le conteste le di un golpe en el estómago que lo hizo volar hasta golpearse la espalda contra un muro, cayó al piso cerca del arma que había tirado, camine para volver a pegarle, este tomó el arma, me apuntó y me disparo, dándome en el estómago, me dolió, me toque la herida, podía ver la sangre, era imposible que un arma con balas normales me lastimara, ardía mucho dentro.
—Parece que no eres tan invencible —me dijo, me sentía algo débil, este se levantó y me dio una patada en la boca haciéndome caer, volvió apuntarme con el arma, sentí una briza pasar muy rápido por mi lado y el tipo ya no estaba, solo oí sus gritos en la oscuridad hasta que ya no se oía más, Bill salió de la oscuridad, me ayudó a levantarme y también tomó el arma del ladrón y salimos de la ciudad.
* * *
—Deja de moverte —me decía Lena mientras intentaba sacar la bala de mi interior —. Ya estoy a punto de sacarla...solo un poco...más...¡Listo! —vi la bala sujetada por las pinzas, la dejo dentro de una charola de metal, vi mi herida que comenzaba a sanar sola —. Quien como tú que sana de inmediato —dijo mientras me limpiaba el rastro de sangre de mi piel.
—Es una bala de plata —dijo Bill mirándola —. Es muy raro que fabriquen balas así.
—Seguramente alguien sabe que existimos —habló Eric —. Y eso es muy peligroso.
—Siempre han habido humanos que saben de nuestra existencia, pero nunca nos habían atacado.
—Ese ladrón no me atacó por lo que soy —le dije, todos me miraron —. Él estaba asaltando a una chica, solo eso, el arma la sacó de repente y la uso contra mi, pero no sabía lo que yo era.
—Pudo robarsela a alguien más —dijo Jasper.
—Es posible —dijo Bill —. Debemos investigar más a fondo sobre esto, por qué ya no son sólo dos nuestros enemigos, ahora también los humanos —dijo mientras salía de la habitación.
—No debiste ayudar a esa humana —me regaño Jasper.
—No podía dejarla así como así, podía haberla matado.
—Los humanos se han matado entre ellos durante siglos, no sería nada nuevo —me dijo.
—¿No tienes empatia?
—No con ellos —contestó —. Son unos salvajes.
—Nosotros somos igual de salvajes.
—No, solo los humanos y los Lircay —me dijo, aquí vamos de nuevo —. Ellos son una especie salvaje, una raza que nunca debió de existir, que debería ser eliminada.
—Lo que hay que eliminar aquí es tu asquerosa lengua —le dije molesta.
—Inténtalo —me desafío, lo mire con seriedad —. Sabes que no puedes conmigo en batalla, acabaría contigo en segundos.
—Será mejor irnos —sugirió Alice, este asintió y salieron también.
—No lo soporto.
—Pues tiene razón —me dijo Lena, la mire con una ceja alzada —. En una pelea él te ganaría muy fácil. Si entrenas un poco...
—Tú podrías entrenarme —le propuse —. Eres genial en la pelea y tu si puedes vencerlo a él.
—Me parece bien —acepto, en eso sonó su celular, lo miró y sonrió —. Tengo algo que hacer ahora.
—¿Vas a salir? Es algo tarde.
—No te preocupes, estaré bien —me dijo.
Lena
Entre a ese bar, y la busque con la mirada entre todas las personas y logre visualizar sus ojos azules, estaba en un rincón, se veía algo nerviosa, miraba para todos lados, parecía una niña perdida, me acerque pasando por entre la gente, daba pequeños sorbos a su bebida.
—Hola —la salude, elevó un poco la cabeza y al verme sonrió, se arreglo sus lentes.
—Hola, que bueno que llegas —me dijo —. Ya me sentía algo incomoda.
—¿Quieres algo de beber? —me preguntó una camarera.
—Lo mismo que ella —conteste.
—Bien, vuelvo enseguida —dijo y se fue.
—Me llamaste para decirme que tenias algo importante que decirme, ¿que es?
—¿Te acuerdas de la chica que te hable la otra vez? —preguntó, yo asentí —. Pues ya se de que bar había salido esa noche.
—¿Cuál? —le pregunté, justo en eso apareció la camarera con mi trago lo dejo y se fue.
—Es un club nocturno llamado "Fallen". Abrió hace 5 meses —contestó.
—¿Sabes donde queda? —pregunté.
—¿Quieres ir a divertirte? —pregunto con una sonrisa divertida, yo sonreí.
—Tal vez —conteste —. Gracias por ayudarme.
—No es nada —dijo —. Eres una investigadora, ¿no?
—Algo así —conteste.
—Bueno, ya será mejor que me vaya —dijo, levanto la mano y en eso llego el camarero con la cuenta, la miró, su teléfono comenzó a sonar, lo miró y apretó los labios.
—¿Todo bien? —pregunté.
—Si, era James —contestó —. Mi novio.
—Tienes novio —afirme algo desilusionada.
—Hace 3 meses —me dijo —. Me mando un mensaje diciendo que mañana no podrá salir conmigo para celebrar los 3 meses juntos, tiene mucho trabajo.
—¿En qué trabaja? —pregunté curiosa.
—Es fotógrafo —contestó, vi que iba a sacar dinero.
—No —la detuve —. Dejame pagar a mi.
—Bueno —saque el dinero y lo deje en la mesa, con Kara nos pusimos de pie y salimos del bar —. Espero que nos volvamos a ver.
—Estoy segura de que si —le dije, nos quedamos mirando un momento —. Me preguntaba si un día quisieras ir a cenar...como amigas claro.
—Me encantaría —dijo con una sonrisa, vi un taxi y lo hice parar, abrí la puerta.
—Yo te aviso cuando, donde y a que hora.
—Me parece bien —dijo ella, le di un beso en la mejilla y Kara subió al auto, cerré la puerta, el auto se alejo. Volví al castillo para contarle a los demás.
Juliana
Estaba con Lena en la arena entrenando con un bastón extensible cada una, eran especiales para nosotros, los normales se romperían al instante al golpear con ellos. Lena era bastante buena, tenía buena defensa y lograba vencerme con rapidez, comenzamos a pelear con los bastones chocandolo uno contra otro, algunos bastonazos llegaban a mis piernas, brazos o estómago.
—Tienes que estar más alerta, para que puedas defenderte bien —me aconsejó —. Esas cosas nos atacaran sin piedad —yo asentí. Volvimos a pelear, esta vez dure más, pero de confiada me dio un golpe en la pierna y caí de espalda al suelo —. Nunca te confíes.
—Si, lo se —le dije desde el suelo.
—Creo que ya es suficiente —me dijo, me dio la mano para ayudarme a levantarme, la tomé y me pare —. Eres buena, pero si no te confiaras tan seguido, serias hasta mejor que yo —sonreí —. Vamos —iba tras Lena cuando comencé a sentir un inmenso dolor en la espalda, en las escápulas para ser específica, sentía un gran ardor, como si algo quisiera salir, pero no podía, hace tiempo que no me pasaba, antes me pasaba cuando era niña —¡Juliana! —Lena se acercó corriendo hacia a mí —. ¿Que sucede?
—Me duele...atrás —conteste, le mostré donde.
—¿Otra vez? —me preguntó, yo asentí.
—¿Que sucede? —esa era la voz de Bill —Juliana —no podía hablar por el dolor.
—Le duele atrás, como antes —le dijo Lena.
—¡Ahhh! —el dolor cada vez era más intenso.
—Tienes que relajarte, Juliana —me decía Bill.
—Arde...mucho —le dije como pude, pero lo intente, respire para relajarme y solo logre ver borroso y luego se volvió todo negro, pero el dolor ya no lo sentía.
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Aquí esta el último capitulo de este pequeño maratón, espero que lo hayan disfrutado.
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Chio 🐾🐾🌈