Jiang Chen había decidido ir a buscar a Xiaoxi a su salón. Se había portado muy grosero esta mañana después de salir de su casa y necesitaba pedirle perdón.
Cuando llegó al piso de Nutrición, vio un montón de gente amontonada fuera del salón de primer grado.
¿Qué habrá pasado? Se preguntó mientras se acercaba.
Asomó su cabeza hacia el centro y pudo distinguir enseguida el peinado de Doaming Si. Estaba frente a alguien y de pronto, la chamarra que sostenía en sus manos la alzó hacia arriba y la enredó en el cuello de... ¡Xiaoxi!
La menor no se preocupo por hacer o decir algo, simple se quedó quieta dejando que A-Si la utilizara de maniquí.
Enfurecido, dio media vuelta y se marchó lejos de ahí.
¿¡Por qué le estaban pasando estas cosas!?
Llegó hasta un parque solitario. Se recargó contra un árbol y trató de mantener los ojos muy abiertos y evitar que las lágrimas salieran.
Fue entonces cuando recordó la vez que Xiaoxi lo había visto a él en el bosque abrazado de Li Wei.
¿Así que esto fue lo que sintió? Se dijo a sí mismo, arrepentido de no haber aclarado las cosas cuando tuvo oportunidad, de haber rechazado a Xiaoxi tantas veces y no valorar las cosas que ella hizo por él.
Que lejanos se veían ahora esos tiempos. Recordó las horas que Xiaoxi lo esperaba en el estacionamiento con el desayuno en la mano, o la bufanda que le tejió. Ahora no había nada de eso.
Dejó que la tarde llegara por sí sola. Regresó a la residencia y evitó a toda costa andar por los sitios donde Xiaoxi andaba. Técnicamente las siguientes semanas se convirtieron en un ir y venir de la residencia a la universidad y viceversa.
En ese mismo tiempo, el rumor de Xiaoxi y Doaming Si comenzaba a ser historia. Así era la universidad de Mingde, cuando algo se hacia popular duraba al menos una o dos semanas, luego de eso quedaba olvidado.
Ellos por su parte jamás confirmaron nada. Aunque igual no lo negaron.
A-Si seguía visitando a Xiaoxi después de clases, la llevaba algunas veces a la cafetería de la escuela o los fines de semana iba a la tienda donde trabajaba. Se había vuelto rutina para él ver a la menor.
Ella se sentía algo estresada que el chico que más detestaba en el mundo fuera quien procurara más sobre sus asuntos que el mismo Jiang Chen, del cuál no tenía muchas noticias. Siempre que lo buscaba él huía o no respondía los mensajes.
Una tarde sin más, decidió que necesitaba respuestas. Desde que habían iniciado la universidad Jiang Chen había pasado la mayor parte del tiempo evitándola. Ya ni siquiera iba a las comidas que su mamá preparaba.
Aquel día salió temprano de clases, y, aprovechando que A-Si no estaba cerca, huyó con dirección al edificio de medicina en busca del alto.
Lo encontró justo saliendo de un laboratorio y lo llevó a rastras a una parte solitaria del edificio. Ahí, lo encaró para exigirle respuestas.
-Xiaoxi, no está bien que un chico y una chica estén escondidos así, tu novio podría verte.
-¿Novio? Uf -rezongó -¡Doaming Si no es mi novio! Sólo me sigue a todos lados como si estuviera pegado a mí. No me parece nada atractivo. Tú mejor que nadie sabe que la única persona que me ha gustado siempre eres tú, ¡Tú! Aunque pases la vida entera ignorándome sólo serás tú -no sabía si gritar de repente aquellas palabras la hacían sentir mejor o peor de lo que ya se sentía.
Era mentira que Jiang Chen era el único que le gustaba. En realidad, ni siquiera sabía si el mismo Jiang Chen seguía en su corazón. Sólo sentía la necesidad de gritárselo.
Quizás era la costumbre de estar siempre detrás de él y de darle explicaciones que no entendería o no quería escuchar. Jamás lo sabría.
-¿Entonces.... no somos nada? -la áspera voz de Doaming Si de repente hizo presencia detrás de la niña, quien sin entender por qué, se sintió mal.
-Doaming Si... -logró susurrar.
Pero el mayor ya se había marchado. Caminaba a grandes zancadas fuera del sitio. Quería alejarse lo más que pudiera antes de regresar y enjaretarle una paliza al medicucho ése.
Sabía que él no era el problema. Era Xiaoxi, por gustar de otra persona.
Llegó hasta la sala de entrenamiento de los F4. Sus demás amigos estaban ahí y al verlo trataron de adivinar quién lo había echo enojar esta vez.
-Ya sé... ¿Fue a caso tu novia? -preguntó burlón Meizuo.
-Será que... ¿Te dejó? -sin saber que esas palabras eran ciertas, Xi Men dijo aquella frase como si de algo sin importancia se tratase. Doaming Si lo volteó a ver más enfadado que antes.
En sus ojos ardía una llama que puso los pelos de punta de los tres chicos.
-¡Vamos! Era broma, mejor ven acá. Tenemos que practicar para la competencia.
De pronto, escuchar la palabra "competencia" le hizo pensar en una idea para deshacerse del medicucho.
💫🌸💫🌸💫
Dos días después, Xiaoxi llegó como todas las mañanas acompañada de Liao Danyi. Se dirigían a sus casilleros platicando de mi bien que le había ido a Ye Muxi en el casting y que era cien por ciento seguro que se quedaría dentro de la academia.
Mientras comentaban mi genial que sería verla en televisión, Xiaoxi abrió su casillero y ahí, al fondo de sus cosas, había una tarjeta de comodín de los F4.
Desde que pisó Mingde había escuchado mil historias de lo que significaba esa tarjeta. Verla de pronto entre sus cosas le atemorizó un poco.
–¿Estás bien? –le preguntó su amigo.
–¡Estoy perfectamente bien! –cerrando de golpe la puerta, Xiaoxi se alejó a toda velocidad del sitio, caminando hasta la azotea del edificio.
Estaba tan enfadada que en cuanto pisó el exterior comenzó a gritar un montón de majaderías hacia los F4 (principalmente Doaming Si). No se detuvo hasta quedar sin aliento y más palabra que decir.
Por último, soltó un suspiro muy fuerte y después decidió regresar.
Pero al dar media vuelta, su corazón latió muy fuerte.
–¿Y qué pasará cuando eso me suceda a mí? –a unos metros de ella estaba Hua Zelei, observándola desde quién sabe cuánto tiempo. En su rostro aún había una mirada de tranquilidad, casi como si lo que hubiese escuchado fueran buenos deseos y no un montón de maldiciones infantiles —¿Te alegrarás cuando mi cabello de termine de caer?
Xiaoxi se quedó muda ante la presencia de Lei. El muchacho, sin más interés, se levantó de su lugar y caminó hacia la salida.
–¿Tú no perteneces a los F4? –preguntó con valor Xiaoxi.
–Sí. Y a decir verdad... No me interesan los asuntos de los demás.
Dicho esto, terminó de marcharse.
La chica sabía que Hua Zelei sea muy diferente al resto de sus amigos y eso le agradaba de él.
Después de un largo rato meditando, regreso al campus para entrar a sus clases. Sin saber por qué, todo el mundo la señaló en su camino.
¿Qué les pasará? Se preguntaba a sí misma hasta llegar a su lugar.
–Vaya Xiaoxi, eres muy valiente. Te deseo mucha suerte cuando te enfrentes a ellos.
–Chen Xiaoxi, ya supimos que recibiste la carta del Jocker, debes sentirte orgullosa.
–Espero que pases al menos de la primera ronda. Sería muy vergonzoso para todos si ni siquiera supieras los nombres de las cartas.
Ignoró todos aquellos comentarios y se dedicó a la materia.
Más tarde, se enteraría que el mismo Doaming Si había colgado el anuncio en el muro de la escuela, para que todos supieran que había regado a Chen Xiaoxi a un duelo de Bridge.
–¡Por supuesto que no aceptaré! –gritó molesta la niña.
Con furia, caminó hacia el salón de ibridge a encarar a Doaming Si. Pero no lo encontró ahí.
Intentó buscar en las jardineras o los corredores y sí. Allí iba. Caminando hacia su maldito Lamborghini.
–¡Doaming Si! – gritó Xiaoxi con furia mientras dejaba todo caer a su lado.
Corrió con fuerza y al estar a unos cuantos metros de él, brincó y le soltó una patada en la cara.
Todo sucedió en cámara tan lenta, que los rostros de los demás F4 y los mirones tardaron en parpadear.
Ese momento era único.
–¿Quién quiere jugar a las cartas contigo? ¡Yo, Chen Xiaoxi, no lo haré!
Con mucha rudeza, sacó la carta de Jocker de su bolsillo y lo lanzó con fuerzas contra el inconsciente cuerpo de A-Si.