Ill be loving you forever ||...

By chilexngirl

75.2K 3.3K 3.2K

«Te amare por siempre, solo el tiempo que tú quieras que lo haga» More

0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
23
24
25
26
27
28
29

22

2K 95 165
By chilexngirl

[...]

Desperté cuando mi teléfono empezó a vibrar, el número que me llamaba era un número privado. Fruncí el ceño, ¿la gente era hueona o qué? Eran las cuatro de la madrugada, a estas horas la gente dormía. Aún así contesté.

Y pa que te mientoooo, si eres la que mi corazón roba cuantas veces tú quieraaaaas...

Me quedé helada al oír su voz. De fondo se escucha música, gritos, gente cantando a todo pulmón algo que no entendía y a él, se le arrastraban las palabras, estaba curado.

—¡Perdón, Maite!—gritó alguien, pude reconocer de inmediato que era Luis. No alcancé a contestar cuando me cortó.

Franco se removió inquieto, bloqueé la pantalla del teléfono y él prendió la lámpara del velador.

—¿Quién era?—preguntó.

—Nadie.

—¿Quién era, Maite?—preguntó.

—¿Me escuchaste o no? Te dije que nadie, Franco.

Me quitó el teléfono de las manos en un acto rápido y después lo guardo debajo de su almohada. Fruncí el ceño, confundida por su actuar. Agradecí mentalmente a Erick que se le haya ocurrido tener un número privado.

Me costó demasiado seguir durmiendo después de lo qué pasó. En realidad era así desde que firmé los papeles y Alex los retiró para avisarme después que Erick también lo había hecho y entonces, oficialmente estábamos separados. No había noche en la que no me durmiera llorando en silencio y ahora era mucho peor. ¿Por qué me había llamado? ¿Por qué mierda lo hizo?

Me desperté a las diez, me bañé y tomé desayuno completamente sola. Desperté solamente porque Erick me llamó por teléfono y no había parado de hacerlo hasta ahora.

El problema es que, ayer lo llamé durante toda la tarde para confirmar si acaso íbamos a ir hoy a la eco pero él no contestaba mis llamadas y como ayer me llamó desde un privado, supe que había cambiado el número, de hecho desde hace dos días que no hacía más que ignorarme, me había bloqueado en WhatsApps, en Instagram y Facebook. Lo entendía un poco, aunque también pensaba que se pudo haber  comportado de una forma más madura. Cuando llamé a Charles para preguntarle qué cosa pasaba con él, lo único que supo responderme fue: "Anda lanzao.."

Cuando me llamó por sexta vez, decidí que lo mejor sería contestarle.

¿Qué pasa, estay sorda?—habló en cuanto respondí a la llamada.

¿Qué quieres?

Estoy fuera de tu edificio, esperándote.

Me acerqué a la ventana y rodé los ojos al darme cuenta que el nuevo auto lujoso del Erick estaba ahí, porque obvio, otro auto como ese aquí jamás estaría. Era difícil ver un Maserati MC Stradale en Bologna. Fruncí el ceño, ayer en la noche pensando, me di cuenta que ya no quería que me acompañara, quería ir sola.

Yo voy a ir sola, Erick.

Habíamos quedado de acuerdo que haríamos esto juntos, Maite. ¿Por qué no quieres ahora?

—Es que no quiero que vayas, ¿entiendes o te hago un dibujo? No es algo complicado de entender.

No seas cabra chica, Maite. No puedes prohibirme esto, sabes cuánto lo he esperado.

Solté un bufido y rodé los ojos.

Voy a ir con el Franco—mentí.

No me interesa, si quiere ir que vaya, después de todo es tu pololo, ¿o no? Y lo cierto es que no iré a estar pendiente de él, quiero ver como va el embarazo.

Bajo ahora.

Miré a Franco que estaba durmiendo encima de la cama con pura ropa interior y rodé los ojos. Nunca sería capaz de acompañarme, me había recalcado muchas veces que no le interesaba mi hijo porque no era de él.

Tomé mis cosas y bajé lo más rápido que pude para llegar a su auto, ahí, sin previo permiso, me subí y abroché el cinturón de seguridad, los autos demasiado deportivos me causaban muchísima desconfianza. Al ver que no avanzaba, me giré a verlo.

—¿Te vay a quedar viéndome todo el rato o vas a manejar?

—Hola, estoy bien, gracias por preguntar, ¿y tú?

Solté una risa irónica y rodé los ojos.

—¿Cómo estás?—pregunté.

—Bien.

—¿Bien? Eso no suena muy convincente—le dije, con ganas de que él siguiera hablando.

—Bueno, no estoy de lo mejor pero lo estaré. ¿Y tú?

—Bien, eso creo... ¿No has tenido más dolores? ¿No deberías estar en reposo?

—No es como que sea dolor físico, ¿entiendes?—asentí con la cabeza, sabía muy bien a lo que se refería—Pero bueno, tú que me cuidabas de las pocas veces que me enfermé sabes que no soy mucho de caer como pollo a la cama y prefiero salir. Ya pasó y no tengo otro dolor.

Era obvio que esta vez no iba a caer como un pollo a cama, si andaba lanzado, según el Charles desde esa noche que Alex me comunicó todo, lo cierto era que no había pasado nada de tiempo y él había sabido muy bien como mantenerse a un lado y evitarme a toda costa.

El teléfono de él empezó a vibrar y mierda, tuve miedo de que fuera la Flavia, es que esa mina todavía me perseguía y me daba miedo... Al ver el nombre "Gary" me tranquilicé.

—¡Wena, hermano mío!—gritó el Erick con una sonrisa de oreja a oreja.

—Wena, hermanito. ¿Cómo estás?

Todo bien por aquí, ¿y por allá? ¿cómo está la Cristi y los niños?

El Danilito creciendo más que nunca...Y la Maite, ¿cómo está ella? ¿cómo va con el bebé?

Bien, hermanito, de hecho ahora estoy con ella...

Bacán po, mi rey. Si se nota que se seguían amando, estaba bueno que ustedes se dieran cuenta ya po.

Pude notar cómo el cuerpo de Erick se tensó a mi lado y como sus manos apretaron aún más el volante.

No estamos juntos de ser pareja, de hecho nos divorciamos hace exactamente dos días. Me refería a que ahora vamos juntos al médico.

Fue lo único que contestó y lo agradecí, porque yo no lo hubiera dicho de manera tan corta y precisa.

Chuta hermanos, perdón por cagarla, no tenía la menor idea. ¡Hola, wachita! ¿Van a ver a a la guaguita?

—¡Hola, Gary! Sí, si Dios quiere sabemos hoy que es...

Me alegro mucho, ojalá sea niñito porque muero por pitearme a este hueón—Erick soltó una risa y negó con la cabeza—Ya chiquillos, que les vaya muy bien y estaré esperando la respuesta. Los quiero mucho.

Saludos rey, que estén bien.

Chao, Gary, saludos a la Cristi y los bebés, los quiero también.

La llamada se cortó y me concentré en mirar hacia afuera.

—Apostamos con el Gary—me dijo—Si es niño, tengo que dejarme depilar y si es niña yo lo depilaré a él.

—¿Y así me dices cabra chica a mi?—me burlé—Fíjate que ahora voy cien por ciento segura que es niño.

—¿De verdad?—preguntó. Asentí con la cabeza aún sabiendo que era mentira, el 70% de mi yo interior me decía que seria niñita, solo quería que se asustara.

Llegamos a la consulta de la Rena. Alguna que otra pareja que estaba ahí reconoció a Erick y no tardaron en sacar fotos, el bufó molesto porque su súper disfraz de lentes no le había funcionado.

—Yo creo que la única solución a todo esto es hacerlo público—dijo.

—¿Tú crees?

—Si po, porque ahora por los rumores es donde más pendiente están a nosotros, en cambio si lo hacemos público ya no van a tener que hablar...

Pero obvio que iban a tener que hablar, más por el hecho de que Erick Pulgar se convertiría en papá con su ex esposa.

—Me imagino lo difícil que se te hará eso si con suerte se lo contaste al Gary y curado.

Me ignoró por completo, se sacó los lentes y pude ver que debajo de sus ojos habían grandes ojeras, los ojos los tenía rojizos, de seguro no estaba durmiendo ni una huea. Se sentó al lado mío y sacó su teléfono mientras esperábamos pacientemente a que la Rena nos llamara, así fue, en menos de diez minutos salió con una enorme sonrisa.

—¿Nerviosos?—preguntó. Me dio un abrazo apretado a mi primero y después a Erick.

—Más que nervios diría que estoy ansiosa. Ya no aguanto más—dije, Erick me miró y sonrió. Me quedé pegada mirándolo algunos segundos hasta que prácticamente me obligó a entrar

—¿Pero tienen sospechas de algo?

—Estoy media confundida—ella me sonrió con ternura.

—Yo sospecho que será niñita.

—Entonces no esperemos más, siéntate acá amiga linda.

Me senté en la camilla y apoyé mi espalda atrás, la fue reclinando un poco hasta yo poder quedar cómoda con la vista a la pantalla, me esparció un poco del gel helado sobre mi abdomen.

—Maite, sabes que una colega está con licencia médica, estamos buscando un reemplazo. ¿No te interesa?

—¿De verdad?—asintió con la cabeza—Sí, obvio me interesa...

—Fantástico, entonces yo te voy a recomendar excelente con mi jefa, envíame algún currículum si tienes.

—Lo haré llegando a casa.

Erick escuchaba nuestra conversación atento, en cuanto la pantalla se encendió, los tres solamente pudimos poner atención a eso.

—¿E-Es en 3D?—le pregunté, mirando fijamente la pantalla. Mierda, su carita se veía preciosa, demasiado detallada y ya estaba amando su narizita respingada.

—4D querida amiga, hace dos semanas cambiamos los ecógrafos—fijó otra vez la vista en la pantalla—Corazón, pulmones, estómago, vejiga y riñones en excelente estado.

Miré la pantalla detalladamente, en la parte superior del utero se encontraba la placenta, lo que significa que estaba normal en ese aspecto. Intenté ver el sexo pero en la posición en la que estaba yo se me fue imposible. Erick estaba pegado mirando la pantalla con una sonrisa en los labios.

—Mira Erick, tus sospechas eran ciertas, es una niña. Una pequeña Maitesita.

Sentí que el corazón me iba a estallar y aún más cuando Erick, sin previo aviso me tomó una mano y la besó. Estaba feliz, estaba demasiado contento y amaba verlo así. Era inexplicable lo que sentía ahora y mucho más que impresionante como algo tan pequeño podía hacerme sentir tan grande... Mi hija, mi princesa, mi cómplice por toda la vida.

Estaba demasiado sensible así que no me importó cuando boté algunas lágrimas y Erick me las limpió con su mano. Sin siquiera darnos cuenta, estuvimos de la mano casi los cinco minutos más que duró la eco, o sea yo si me había dado cuenta pero al parecer él no.

Salimos de la consulta después de despedirnos de mi amiga y de presentarme con la jefa de servicio, era súper simpática y creo que le había caído bien. Caminamos hasta los estacionamientos, el auto del Erick sobresalía ahí, era demasiado lindo, el color rojo era demasiado brillante.

—¿Tu camioneta está en el taller?—le pregunté. No sabía que hablar pero quería sacarle un tema de conversación.

—Sí, pero la voy a vender...

—Ah.

—Me hizo sentir mejor comprarme esta huea, me quitó la tristeza, fue el que siempre quise.

—¿Entonces cuando estás triste vas y te compras un auto?—solté una risa. Él negó con la cabeza—Porque mira, estoy triste y no me he comprado ni un vehículo lujoso.

Decir que estaba triste no iba al caso, se me pasó... No estaba triste, al contrario me sentía bien al saber de mi hija y que estaba todo en orden. Bueno, si estaba triste.

—Mh, ¿estay triste?

—No.

—¿Quieres pasar a tomarte un helado?—preguntó.

—¿Broma?

—No, no estoy bromeando. Los helados siempre suben el ánimo.

—No creo que las cosas estén para tomarnos un helado, o sea en público, ya sabes—asintió con la cabeza—Ayer hice un helado delicioso de frutilla, ¿quieres?

—¿A tu casa?

—Sí.

—Mira, yo iría pero no quiero que tu pololito se enoje.

Rodé los ojos por la forma en la que lo llamó.

—Él no está, tenia que ir a buscar a su hijo.

—¿Donde dormirá la bebé?—preguntó Erick—El tema ese ya deberíamos estar viéndolo.

—Conmigo, en una cuna a un lado de la cama—respondí—Cuando esté un poco más grande, estoy pensando en cambiarme a un lugar obviamente más grande.

El camino de vuelta a mi departamento fue silencioso, estuve pensando solamente en que si ahora que sé que es niña, ¿se irá a parecer a mí o a Erick?

—¿Estás emocionado, Erick?—le pregunté.

Él sonrió, asintió con la cabeza y me miró algunos segundos.

—No te imaginas, aún no nace y no hay nada que no haría por ella.

Sonreí. Sabía que Erick iba a ser un excelente papá, de eso no tenía duda alguna y me gustaba saber que estuviera tan emocionado como yo.

—Maite, aún quiero que pases mi cumpleaños conmigo.

—¿De verdad?—asintió con la cabeza—Bien, estaré ahí.

—Yo te paso a buscar, en la tarde, como a las seis.

Estaba estallando por dentro y no sabía porqué. Finalmente llegamos a mi departamento, el camino fue demasiado silencioso y él se notaba muy nervioso. Antes de que pudiera abrir la puerta y entrar, me tomó del brazo obligándome a mirarlo.

—Lamento mucho que las cosas se hayan dado de esta manera, Maite.

Lo miré a los ojos y por primera vez en el día pude ver la pena que él sentía...

—Y-yo no quiero incomodarte, solo quiero saber que fue lo que hice mal para que tomaras esa decisión.

Eso había sido suficiente para que las ganas de llorar se adueñaran de mí. Odiaba profundamente a la Flavia por haberme obligado a tomar este camino, la odiaba a más no poder.

—Erick, nada fue tu culpa, fue solamente mi decisión y yo, yo de verdad quiero a Franco...

—Estoy claro que lo quieres, Maite—se acercó más a mi, cosa que quedáramos a solo unos centímetros—Pero dime, ¿lo amas a él o me sigues amando a mi?

Me quedé estática mientras sentía como sus ojos me consumían cada vez más. Justo cuando iba a hablar, la puerta de mi departamento se abrió y apareció Franco, nunca había estado tan content de verlo.

—¿Y tú no tenías que ir a buscar a tu hijo?—pregunté.

—Sí, pero es muy temprano. Hola, Erick, ¿cómo estás del accidente?

—Bien, gracias—contestó Erick, sin ánimos—Bueno, mejor me voy. Cualquier cosa me avisas, Maite.

—Que bueno verte, yo pensé que después del fiestón de anoche no vendrías.

Erick elevó una ceja y su rostro se tornó serio, sabía que se estaba comenzando a enojarse. Le lancé una mirada fulminante a Franco y él pareció no notarlo.

—Subiste de nivel amigo, mira que Gianella Marengo es hermosa, bueno, Flavia Acosta también era preciosa, ¿que crees tú, Erick?—me giré a mirar a Franco terriblemente sorprendida y después hice lo mismo con Erick.

Me desconcerté total cuando Franco me mostró la pantalla del teléfono, era una foto de Erick y efectivamente Gianella Marengo dándose un beso, en una disco. No supe describir lo que sentí en ese momento que la vi. Lo miré, él me miró abatido.

—Yo creo que deberías tener más respeto por tu polola que está al lado tuyo, y quizás, solo quizás podrías meterte en las hueas que realmente te importan—dijo, visiblemente enojado—Las cosas que haga o deje de hacer yo, son totalmente problema mío.

Y después de eso se fue, sin despedirse, sin decirme nada. Me mordí el labio y entré a mi departamento con Franco.

—¿Subiste de nivel?—lo miré incrédula—Lo dijiste como si yo no fuera nada, Franco.

—Lo dije para molestarlo, Maite. No creo que te enojes conmigo por eso...

—Ándate a la cresta, Franco.

Me metí a la pieza molesta y cerré la puerta de un portazo, haciendo creer que realmente estaba enojada con Franco siendo que me ardían las venas porque Erick Pulgar estaba con otra mina.

—————-
uuhhhhh👀 grax a todas por sus comentarios bonitos y sus votos❤️❤️

Continue Reading

You'll Also Like

515K 52.8K 132
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
569K 51.7K 42
Mazaki Suki es estudiante de primer año, compañera de los grandes jugadores del equipo de voleibol: Hinata Shoyo y Kageyama Tobio. Ella es amante de...
604K 81K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!