Escapando del infierno (+21)

By girl_blue_666

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Adrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Pu... More

PERSONAJES
Praesagium
⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
CAPÍTULO 1 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 2 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 3 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 4 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 5 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 6 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 7 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 8 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 9 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 10 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 11 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 12 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 13 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 14 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 15 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 16 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 17 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 19 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 20 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 21 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 22 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 23 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 24 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 25 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 26 (CORREGIDO)
Capítulo 27 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 28 (CORREGIDO)
Capítulo 29 (CORREGIDO)
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36; Parte 1
Capítulo 36; Parte 2
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 //FINAL//
Epilogo
Praesagium
⚠️ NOTICIA IMPORTANTE ⚠️
EXTRA
EXTRA 2
EXTRA 3
EXTRA 4
EXTRA 5
CONTINUACIÓN
EXTRA 6

CAPÍTULO 18 (CORREGIDO)

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By girl_blue_666


Adrien Volkov

Estoy por levantarme de la silla cuando veo un montón de cartas cerradas y la dirección de una me llama la atención.

"Universidad de Brown"

— ¿Querías ir a Brown? — Tomó la carta y giro en la silla mirando a Hanna que sigue devorando las fresas del desayuno, no me dejo comer ni una.

La chica alza la mirada y mira la carta en mi mano negando.

— ¿Parezco alguien que iría al Brown?

— ¿Por qué postulaste para entrar entonces? — Miro la carta cerrada y vuelvo a girar viendo las demás.

— Yo no postule, ellos me lamían los pies para que fuera a sus universidades.

— Cambridge, Columbia, Cornell, Harvard, MIT, Oxford, Stanford, Princeton, Yale... Mierda Hanna. ¿Eras un cerebrito?

— ¿No lo parezco? — Sonríe de lado metiendo otra fresa a la boca.

— ¿Por qué no estudiaste en una de ellas?

— Porque abrí ROM, y no me malentiendas, no me estoy conformando, es solo que con ROM gano más que en cualquier carrera que hubiese elegido, y probablemente ahora estaría metida entre libros y no tendría tiempo para coger.

»— Y coger es vital para seguir viviendo. — Me señala con una fresa y la mete en su boca por completo.

— ¿Cuáles son tus prioridades? — Alzó una ceja.

— Mi coño, yo y después mi familia.

— ¿Dirías qué piensas con el coño? — Tomo la de Harvard y la abro con cuidado.

— No, pienso en el bienestar de mi coño, pero ¿Por qué hablamos de él si no lo vas a coger?

— Tan bien hablada como siempre, Hanna. — Sonrío divertido y sacó la carta leyéndola detenidamente.

Si, en palabras simples le ruegan por que asista a su universidad.

»— ¿Qué te hubiese gustado estudiar?

— Medicina forense.

Giro la silla por completo hacía ella.

— ¿Hablas en serio? — Asiente. — Debes tener estomago para eso.

— Me dijeron lo mismo cuando dije lo que quería estudiar. Estuve a punto de hacerlo, iba a ir a Cambridge, pero las cosas cambiaron y fui a San Francisco donde abrí uno de las discotecas más polémicas del mundo. ¿No es bonita la vida?

— ¿Te arrepientes?

— No, estoy orgullosa de ROM, me gusta lo que he hecho con él, y lo que haré con él en un futuro. — Me sonríe.

»— Es solo que nunca pasó por mi cabeza hacerlo. ¿Qué hay de ti? ¿Siempre quisiste lamerle las bolas a tu padre? Lo siento, ¿Trabajar en la empresa de tu padre?

La miro mal y guardó la carta en el sobre dejándola donde estaba.

— Nunca supe que estudiar, así que estar en la empresa familiar no es algo que me desagradé. — Me alzo de hombros.

— ¿No sabias? — Niego.

Mi padre gritando.

Boris saliendo de la habitación.

»— ¿Y abrir tu propio gimnasio? Te gusta ejercitar.

— A ti te gustan las fresas y no tienes una tienda de fresas.

— No es que no lo haya pensado. — Sonríe divertida y abre la puerta del cuarto para sacar la mesa ya sin comida.

»— Pero seamos sinceros, ese no hubiera sido mi negocio.

— No me gustaría tener un gimnasio, ejercitar es lo mío, pero hasta cierto límite. ¿Sabes qué me hubiese gustado intentar?

— ¿Un trio? Tienes cara de nunca haber hecho uno. — Ríe y se sienta en el sofá blanco junto a la cama.

— No, no le veo la gracia a compartir a la persona que amo con alguien más.

— Lo divertido es cuando A TI te comparten. — Ríe con malicia subiendo una de sus piernas a la otra y se cruza de brazos mirándome divertida. — Bien dime, ¿Qué te hubiese gustado intentar?

— Me hubiese gustado ser parte de la FSB. — Frunce ligeramente el ceño.

— Espera no me digas... Yo sé quiénes son.

— Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa. — Sonrió divertido y ella asiente rápidamente.

— ¡Los espías rusos! Si yo igual quise ser espía por un tiempo. — Ríe. — Pero ya sabes, estoy del otro lado del mundo con lo de The Auream. No podría entregar a los amigos de mi padre, dan buenos regalos en las fiestas.

— ¿Qué tan cercana es tu familia con ese mundo? — Deslizó la silla hacia ella y quedo frente a su sofá.

— Uhh ya no sé si responderte, quizás si seas de la FSB. — Ríe desenredando sus piernas y pone ambas sobre las mías. — ¿Eres un agente secreto Adrien D. Volkov? ¿O ni siquiera ese es tu nombre?

— No, lamento decirte que soy normal y ordinario, pero con un nombre sexy.

— Un nombre muy sexy. —Sus pies se enganchan en el respaldar de la silla y me atrae hacia ella sin esforzarse mucho. — Con un cuerpo sexy... ojos sexys...

El beso de hace unos instantes me hace picar los labios.

— No desvíes el tema, ¿Qué tan cercanos?

— ¿Por qué quieres saberlo? ¿No puedes quedarte con la duda? — Bufa y niego cruzándome de brazos al igual que ella.

— Soy curioso, ya lo sabes. Ahora satisfáceme con respuestas.

Malicia pura se adueña de su sonrisa y su mirada.

— Puedo satisfacerte con mi lengua ahí abajo si gustas.

— Vamos Hanna, respétame un poco, voy a denunciarte por acoso, primero me besas y ahora esto.

Le hace gracia mi comentario y ríe divertidísima.

— Si, yo te acoso. ¿Qué quieres saber?

— ¿Que tan cercanos son Los Morgan con las mafias?

— Mucho, y no solo con las mafias, con todos los grandes. — Frota su índice con su pulgar haciéndome saber que con la gente adinerada. — El mundo es grande, demasiado ¿Sabes?

»— Pero siendo un Morgan lo tienes en el bolsillo.

— ¿Tu padre tiene negocios ilegales?

— ¿Negocios ilegales? — Ríe a carcajadas. — Si Adrien, aparte de tener un hotel para La Élite, también vende armas de manera ilegal, y drogas ilegales.

Ruedo los ojos.

— Vamos Hanna, cuéntame.

Deja de reírse y se limpia la piel bajo los ojos con cuidado.

— Ya te conté, allá tú si me crees o no.

🚬🚬🚬🚬

— ¿Por qué nos vestimos elegante? ¿No es una cena familiar?

Hanna niega y tira más de la corbata haciendo que me incline hacia ella y apoyé mi mano en la pared para no chocar con su rostro.

— Vendrán amigos, primero es la cena, luego una fiesta, pero podemos retirarnos antes si gustas, los hombres suelen ir a jugar al casino de papá y las mujeres hablan sobre sus joyas y operaciones, no es una fiesta divertida.

— ¿Qué hay de tus hermanos?

— Los chicos juegan en el casino y Cass se encierra con Meg y Alex a ver películas.

— ¿Y tú? — Miro sus ojos y ella sonríe tirando otra vez de mi corbata.

Fue mala idea besarla, ahora quiero hacerlo de nuevo teniéndola tan cerca.

— Yo juego en el casino.

— ¿No es peligroso que estés rodeada de hombres bebidos? — Le miro preocupado y ella sonríe ampliamente alzando su mirada a la mía.

— Bebidos o no, yo soy mucho más peligrosa para ellos.

Se aleja de mí y meneando las caderas avanza hacia el escritorio poniéndose unos aretes.

»— Y soy una Morgan, nunca lo olvides.

— ¿Cómo olvidarlo si lo repites cada vez que tienes la oportunidad? — Paso una mano por la camisa ajustada mirándome en el espejo y luego miro de reojo a la chica al otro lado de la habitación, que se está quitando la bata dejándome ver su espalda por completo y unas bragas rojas de encaje.

Aunque está frente a un espejo no logro ver la parte delantera de su cuerpo.

Y me frustro un poco por eso.

»— ¿Iras desnuda a la cena?

— Ya quisieras que fuera desnuda. — Ríe avanzando al armario y dejando las puertas abiertas escuchó cómo abre maletas. — Si quieres puedes bajar primero, voy a tardar un poco.

— ¿Tardar más? — Sonrío divertido y avanzó hacía el teclado.

— Hey, una cosa es arreglarme y otra es vestirme, ¿Bien?

— Bien, voy a dormir, quizás así dos horas más, pasen rápido.

Me insulta en alemán y yo riendo tomo una de las partituras.

"Love, Love, Love - Hanna Morgan"

¿Eras una adolescente enamoradiza, eh?

Voy viendo los nombres de las demás. No sé mucho de partituras, esa es una de las razones por las que nunca aprenderé a tocar el piano, sin embargo, las de Hanna son extensas y ordenadas.

Quiero escucharlas todas.

Vuelvo a dejarlas donde estaban, pero una se me cae y la levantó con cuidado.

— 2Pac y Barbie. — Vuelvo a leer el nombre en voz alta sin encontrarle lógica y me giró al escuchar tacones.

Tacones negros abiertos son lo primero que veo, piernas esbeltas lo segundo.

Un vestido negro largo con abertura en la pierna derecha, se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, y un cinturón delgado plateado estaba sobre la tela en su cintura, un gran escote en forma de V dejaba poco a la imaginación y la tela sobre sus brazos le daba un toque de clase a su vestido tan revelador.

— ¿Ya se te paro?

Su rostro demuestra diversión pura junto a una gran seguridad. Sus labios van pintados de un rojo carmesí, la punta de su nariz brilla ligeramente y sus ojos... Dios sus ojos...

Una capa oscura de sombras afinaba su mirada felina dándole un toque más sexy del acostumbrado, si es que eso era posible.

— Te ves hermosa. — Dejo la tablatura junto a las demás y avanzo hacia ella con lentitud repasando su atuendo otra vez.

— Lo sé.

— Realmente hermosa. — Una vez llego frente a ella tomo sus manos miro detenidamente su reloj plateado y rojo y los anillos grandes que cubren sus dedos.

Hanna ríe y me mira de pies a cabeza con una sonrisa.

— Tú te ves sexy.

— Si encuentras que me veo sexy déjame decirte que este era mi outfit cada día en Rusia.

Hanna se muerde el labio sin quitarse el labial y luego sonríe de lado.

— Ya entiendo a Alice, ¿Sabes? Cualquier mujer se volvería loca teniéndote veinticuatro siete.

Rio con ella y le extiendo mi brazo divertido.

— No puedo ofrecerme veinticuatro siete para ti, pero hoy estaré las horas que necesites.

Hanna toma mi brazo con elegancia y termina tomándose las manos sobre la cintura.

— Me sirve por el momento, Señor Volkov. ¿Listo para una cena con la familia Morgan?

— Listo para ahorrarme la curiosidad, Señorita Morgan. — Ríe divertida y avanzamos juntos hacia la puerta. Me detengo antes de que la abra y me mira confundida. — ¿Lista para ver a tu madre?

— Lista. — Sonríe ligeramente y abre la puerta suspirando profundamente.

Mientras avanzamos por los lujosos pasillos de la mansión no puedo evitar ir mirando cada cuadro y retrato familiar, y haciéndolo, Hanna va diciéndome lo mucho que odia a Sasha y lo feliz que será cuando se muera.

¿Igual la abandono cuando la dio a luz?

No me esperaría menos.

Nos detenemos ante dos grandes puertas doradas y dos guardias las abren para nosotros diciéndole a Hanna lo bien que se ve. Ella solo los ignora y me arrastra dentro del lugar.

Cuando entramos las hermanas de Hanna se encuentran sacándose fotos con el móvil de Alex, Henry y Chad hablando entre sí y Derek bebiendo de espaldas con un hombre igual de alto que él y una mujer rubia de un vestido negro.

Si Hanna no estuviera a mi lado juraría que esta allá.

— Buenas noches. — Hanna habla lo suficientemente alto para llamar la atención de todos y se aferra más a mi brazo cuando las personas bebiendo se giran.

— ¡Llegaron! — Alex se levanta con una gran sonrisa y Cass la obliga a volver a sentarse sonriendo igual que ella.

El hombre es el más sorprendido, incluso sus ojos se llenan de lágrimas.

Avanza rápidamente hacia nosotros riendo, Hanna suelta mi brazo y se abalanza hacia el hombre fundiéndose en un abrazo apretado con él.

— Mi Lauralei... — Hanna ríe y deja que el hombre bese su rostro repetidas veces.

Era alto y delgado, su cabello era castaño y a los costados tenía algunas canas que revelaban que ya no era tan joven. Se apartó un poco de su hija y pude ver una barba bastante cuidada en su rostro.

Hanna no tenía ni un rasgo que dijera que él era su padre, entonces sonrió. Y su sonrisa brillo de la misma manera que brillaba la de Hanna.

Se apartó de ella murmurándole algo y ella rio volviendo a abrazarlo con fuerza.

Unos tacones chocando con el suelo hicieron que apartara la vista y me sorprendió cuando la vi.

Eran idénticas.

La señora Morgan era igual de alta que Hanna, sus piernas eran algo más largas, eso, o su vestido era muy corto. Su figura estaba cuidada y era igual de provocativa que la de su hija.

Al mirar su rostro me encuentro con que mira fijamente mis ojos y siento un escalofrío al ver que sus ojos son celestes, demasiado similares a los de mi jefa.

Sin embargo, hay algo en ellos, cuando veo los de Hanna o los de Alex, sientes confianza, logras ver su alma de alguna forma, y te das cuenta que son personas buenas y genuinas. En los de su madre no sientes eso, te provocan incomodidad e incluso el azul en los bordes te advierte que desconfíes de ellos.

Sasha provoca desagrado a pesar de ser belleza pura.

Avanza hacía mi sin dejar de mirarme y le mantengo la mirada dándome cuenta que al igual que su hija, no hay imperfección alguna en su rostro. Unas cuantas arrugas a los costados de sus ojos, pero me atrevo a decir que solo la vuelven más atractiva.

Ladeo ligeramente su rostro dándole un sorbo a su vaso de vino y luego me sonrió con malicia.

— ¿Reed eh? — Su voz es grave con un acento alemán marcado. Se acerca otro paso y toma la corbata roja de mi cuello. — Lo intuí.

Hanna había elegido una corbata roja solo para hacer alusión al nombre del adolescente.

El padre de Hanna alza su rostro hacía mi con una mirada curiosa. Rodea los hombros de su hija y avanza hacía mi extendiéndome su mano.

— Ian Morgan.

Sus ojos verdes brillaban igual a los de su hija cuando veía algo interesante.

— Adrien Volkov. — Estrecho su mano y le sonrío ligeramente. — Su hija me ha hablado muy bien de usted.

— ¿Te contó de la vez que perseguí a un imbécil con una escopeta por qué la hizo llorar?

— Papá. — Hanna lo mira mal y él ríe a carcajadas soltando mi mano.

— Un gusto conocerte Adrien, te presento a mi esposa. — Suelta a Hanna y rodea la cintura de la rubia mirándola con cariño.

En la mirada de Ian Morgan podías ver el amor que le tenía a su esposa.

»— Sasha Morgan, es un encanto, pobre de ti si te enamoras de ella.

— Todo un encanto. — Murmura Hanna y su madre la mira mal.

— Tendré cuidado con no hacerlo. — Le sonrío al hombre y él asiente divertido señalando la mesa.

— Por favor, acompáñanos.

Los hermanos de Hanna toman asiento y tomando el brazo de la rubia, avanzamos tras sus padres. Las únicas sillas libres en ese lado de la mesa estaban separadas, una junto a su padre y la otra junto a Sasha.

Derek comenzó a hablar mientras tomaba asiento y así dejaron de prestarnos atención, pero logre ver la duda en la mirada provocativa de la chica a mi lado.

Se debatía entre sentarse junto a la pesada de su madre o junto el cariñoso de su padre.

Solté su brazo bajo su mirada atenta y le sonríe ligeramente. Rodee la mesa y corrí la silla para que ella tomara asiento junto a su padre y Derek. Devolviéndome la sonrisa, beso mi mejilla y se sentó poniendo las manos bajo su trasero para no arrugar el vestido.

Rodeo otra vez la mesa y me siento bajo la atenta mirada de la rubia mayor. Le da otro trago a su copa importándole muy poco lo que habla su hijo y siento una mano sobre mi pierna venir desde su lado.

Ya entendía lo que decía Ryan sobre la asquerosa personalidad de la mujer. No tiene límites, está en la mesa junto a todos sus hijos y su esposo, y aun así me toca buscando provocarme.

Apartó su mano unos segundos después de salir de mi asco y alejo mis piernas de ella escuchando al mayor de sus hijos hablar emocionado sobre el casino.

No pasa mucho hasta que la comida es traída por doce sirvientes bien vestidos.

— Falta Diego. — Alex señala al final de la mesa y Meg asiente rápidamente a mi lado.

— Ese Latrino no comerá en mi mesa.

Volteo mi rostro hacía la rubia mayor que mira fijamente a Alex y a juzgar por la mala cara de la mujer, es probable que sea un insulto lo que acaba de decir.

— Diego comerá con nosotros por qué vive en esta casa. — Hanna frunce el ceño.

— Tu eres visita, no tienes derecho a opinar. — Henry mira mal a su hermana y no entiendo su odio.

Ayer me preguntaba mucho sobre las intenciones que tenía con ella y ahora le habla como si la fuera odiar el resto de su vida.

— Chicos cálmense. — Su padre mira a ambos rubios y luego a su esposa. — Diego comerá con nosotros, siempre lo excluimos y Alex me pidió que esta vez sí lo dejáramos participar, así que así será. ¿Entendido?

— Espero que se haya puesto algo decente, aunque sea. — Sentencia Sasha haciendo una mueca.

La mesa queda en silencio ya que nadie toca la olorosa comida por qué falta Diego. Chad se aclara la garganta y comienza a contar sobre su viaje a San Francisco hace unos meses. Relata la paliza que le dio a ese pobre pelirrojo con demasiada alegría y Cass pelea con él tratándolo de animal descerebrado.

Su padre trata de que dejen de pelear, pero ya no lo escuchan, Derek habla con Hanna y sus padres y yo me distraigo hablando con Meghan.

— Lauralei, ¿Qué tal las cosas en ROM? — Dejo de mirar a la castaña a mi lado cuando Ian le habla a su hija.

— Todo bien, Reed me ayuda en eso. — Alza su copa de vino hacía mi guiñándome un ojo y yo sonrío.

— ¿No me darás detalles de tu gran plan?

— No papi, te enteraras al mismo tiempo que el resto. — Sonríe divertida.

— Vamos Hanna, somos tu familia debes contarnos. — Derek mira entrecerrando los ojos a la rubia y ella se acomoda en su silla asintiendo.

Comienza a contarle sobre expandir ROM y todos la miran asombrada, menos Sasha, se nota que no le gusta la idea de su hija.

Las puertas volvieron a abrirse y un chico trigueño se abrió paso con un traje gris. Cass agradecio por que al fin iban a comer y alex se levanto de inmediato para tomar la mano del chico y guiarlo a la silla a su lado.

— Agh, desde aquí puedo oler su traje barato.

Nadie dijo nada, pero el chico miro incomodo a la mujer a mi lado.

Con la llegada del chico, comenzamos a comer y Derek empezó a hablar sobre un viaje que quiere hacer, pero en mas de una ocasión era interrumpido por Sasha.

Quién soltaba comentarios como; "Supe que murieron dos chicos de sobredosis en ese lugar", "Qué asco los drogadictos." lo poco que preste atención, pude darme cuenta que Sasha siempre buscaba la forma de hacer que la conversación molestara a uno de los presentes.

Pensé que podía ser a Diego ya que se movía incómodo en su lugar bebiendo litros de vino, pero cuando fui a beber del mío me di cuenta de la mirada de culpa que Derek le daba a Hanna y cómo su padre acariciaba con cariño su mano sobre la mesa.

"Una sobredosis de cocaína"

Las palabras de Hanna cuando le pregunté en qué se inspiró retumban en mi cabeza y la miro fijamente incapaz de creerlo, sin embargo, ella no me mira en ningún momento y se concentra en comer e ignorar a su madre.

No se ve cómo alguien que tuviera un pasado con las drogas, ¿Hace cuánto tuvo que haber sido?

Su madre busca humillarla con sus comentarios. Eso solo la vuelve un ser mucho más despreciable.

Cuando Sasha ya había bebido más, seguía poniendo sus manos en mis piernas, era tan molesto que cada vez apartaba sus manos con más fuerza. ¿Cómo es que su esposo no se daba cuenta de la horrible mujer que tenía a su lado?

Meghan estaba sonrojada mientras jugaba con sus manos bajo la mesa, o quería ir al baño o le incomodaba las cosas que decía su madre, todos se veían como si se arrepintieran de estar en la mesa, menos Henry, él le daba la razón a Sasha cuando hablaba de lo despreciables que son los drogadictos.

— Latino de mierda. — Escucho un susurro y giro mi rostro hacía Sasha. Lleva su décima copa de vino a sus labios y mira fijamente al otro lado de la mesa.

Giro mi rostro sin prestarle atención a lo que me cuenta Meghan y me concentro en el chico junto a Alex. Ambos hablan en susurros sonriendo y la adolescente está un poco sonrojada.

¿Ellos acaso...?

»— ¡Vete de aquí! — Sasha se levanta tambaleante y mira fijamente a la pareja que habla bajo. Todos se voltean hacia ella incluyendo su esposo. — Latino pedófilo de porquería.

— No tienes derecho a hablarle así a Diego. — Hanna igual se levanta de igual manera y miro fijamente a su madre. — No es ningún pedófilo.

— Oh por favor, mira cómo está con tu hermana. — Señala al final de la mesa y todos se giran. — Guardias sáquenlo de mi casa, no voy a arriesgarme a que viole a Alex por la noche.

Él chico se levanta frunciendo el ceño.

— ¿Disculpe?

— Escuchaste bien, no eres tan idiota, sabes inglés después de todo.

— Yo... — Diego contrae su rostro dolido y se limpia la boca con su servilleta antes de dejarla con cuidado sobre la mesa. — Si usted viviera aquí, vería qué nunca he tenido esas intenciones con ninguna de sus hijas.

»— Lo siento Alex, pero no puedo comer si estoy recibiendo insultos. — Mira a la chica a su lado y ella niega tomando su mano pidiéndole que se siente otra vez. — Disfruten la comida y espero que usted Señora Morgan, disfrute su cumpleaños.

Mira a todos los de la mesa y se suelta con cuidado de Alex saliendo del lugar.

— Qué dramático. — Sasha se vuelve a sentar y llena otra vez su copa.

— Disfruta tu cumpleaños, madre. — Alex tira su servilleta a la mesa y corre tras el chico dejando la mesa en un silencio incómodo.

Hanna vuelve a sentarse y se frota las sienes con el ceño fruncido.

— ¿Estas feliz ya? Lograste mandar la noche a la mierda antes que yo. — Mira mal a su madre.

Me había sorprendido qué pasará tanto tiempo sin soltar una grosería.

"Mierda" es su palabra favorita junto a unos cuantos insultos en alemán.

— Respektiere mich, verdammte Göre. — Sasha le devuelve la mirada y su esposo le quita la botella de vino entregándosela a uno de los sirvientes qué seguía ahí.

*Respétame, Mocosa de mierda <<alemán>>

— Verpiss dich, Sasha. — No sé qué le habrá dicho, pero me queda claro lo que significa mostrar el dedo del medio.

*Vete a la mierda, Sasha <<alemán>>

Ian toma rápidamente su mano para que deje de mostrarle el dedo a su madre y la mujer mira ofendida a Hanna.

— ¿No podemos tener una cena decente? Nunca estamos todos juntos, y cuando lo estamos pelean. — El hombre se levanta con elegancia y niega suspirando. — Iré por Alex y Diego, Derek vigila que nadie se mate.

El hombre sale del comedor cuando su hijo mayor asiente.

— ¿Te cambio de lugar, Hanna? — Chad señala su lugar y luego el de Hanna.

— ¿Qué te hace pensar que quiero sentarme junto a ella? — Henry a su lado le mira mal y Chad le devuelve la mirada.

— Te gusta ver el mundo arder, ¿Verdad?

Henry le sonríe ampliamente antes de darle un sorbo a su copa de vino. A él le encanta ver el mundo arder, no tengo duda de eso.

— Nos pintan como una familia perfecta. — Meghan susurra a mi lado dándole un trago a su vaso de gaseosa. — Somos un desastre, ¿Realmente quieres ser parte de nosotros? — Me mira sin entenderlo y asiento lentamente.

— No son una familia perfecta, pero ¿Alguna lo es? — Sus mejillas se sonroja ligeramente cuando le susurró al oído. — Todos y cada uno de ustedes es fascinante, cualquier persona estaría encantada de estar sentado en mi lugar.

Meghan me sonríe, alzo mi copa de vino y la chocó con la de ella riendo ligeramente.

— Dime Hanna, ¿Cómo es que este sexy chico conociendo tus adicciones está aquí contigo?

Apartó la copa de mis labios y me giro hacía Sasha viendo cómo se sirve más vino a pesar de que su esposo hace unos minutos le quitó la botella.

Miro a Hanna frente a mí y ella deja su tenedor con un trozo de zanahoria otra vez en su plato, me mira cansada como si me pidiera disculpas y luego mira a su madre con esa seriedad que conozco bastante bien.

— No es un gran misterio, Adrien está aquí de la misma forma que has mantenido a papá todos estos años a tu lado. — Le sonrió con cinismo.

A su madre no le gusto su comentario y apretó su mandíbula haciendo sonar sus dientes.

— ¿Cómo Hanna? ¿Con sexo? — Si, a Henry le gusta ver arder el mundo.

— Si, con mucho sexo, te sorprendería lo duro que lo pongo tan solo con una mirada. — Hanna me miró fijamente, quería reírme, todos se inclinaron para ver si realmente me había puesto duro con la mirada que me dio Hanna.

Incluso Meghan se inclinó hacia mi lado para ver si era cierto.

— ¿Duro? Oh, claro, era de esperarse, si solo heredaste mi belleza, poner duro a los hombres es lo único que has sabido hacer toda tu vida, y así será siempre.

»— No esperes tener una familia como lo hice yo, porque cuando los chicos se enteran de la mierda que es tu vida se van. — La mira fijamente y luego rueda los ojos como si recordara algo. — Oh espera. Tampoco podrías, te hiciste mierda el coño, nunca saldrá un bebe de ahí.

Vi la seguridad de Hanna flaquear unos segundos ante las últimas palabras de su madre, pero se recupera volviendo a tener una mirada helada cómo los inviernos en Rusia.

Pensé que soltaría algo, diría algo tan potente que la perra de su madre no tendría más remedio que cerrar la boca, pero no lo hizo.

Al contrario, se levantó en silencio, agradeció la comida y se marchó lentamente con una elegancia digna de ella.

Pensé en ir tras ella, decirle que lo había hecho bien, que su madre notoriamente la odiaba, pero que muchas personas más la apreciaban, sin embargo, cuando me iba a levantar, la mano de Meghan tomo mi brazo.

— Tiene que estar sola, o se desquitará contigo. — Meghan miró avergonzada el lugar de Hanna.

Me acomodé en mi asiento y le di otro trago a mi copa viendo el plato de Hanna.

¿Hanna ya había traído un chico a la casa de su familia?

Alex dijo que era el primero, tengo tanta curiosidad, tantas preguntas respecto a Hanna, ya entiendo por qué me advirtió que no podría preguntar.

Hay tanto que quiero saber de ella.

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