15 años después...
Juliana
Estaba sobre la copa de un árbol, observando todo a mi alrededor mientras esperaba que llegarán los demás. Era una reunión con los Lircay, ellos nos llamaron, por fin los conoceré, vi una pequeña bandada en el cielo, admiraba a los pájaros, ellos no tenían reglas y eran libres de ir donde querían, sonreí.
-Juliana —oí qué me llamaban, baje la mirada, era Lena, estaba con Alice —. Ya es hora —yo asentí y baje de un salto, note que también estaba Jasper, mi relación con él no había cambiado mucho, pero nos llevábamos un poco mejor.
Seguimos caminando y vimos a lo lejos a Bill y Eric, ya estaban en el puente, nos reunimos con ellos.
—Ya era hora de que llegarán —nos dijo Eric molesto.
—estábamos buscando a Juliana —le dijo Lena.
—Y la encontraron sobre los árboles —afirmó Bill, yo sonreí.
—¿Por qué estamos aquí? —pregunté curiosa.
—Pronto lo sabremos —contestó Eric mirando a otro lado del puente, venía un grupo de personas, eran 4, tres hombre y una mujer rubia, vi que Bill camino hacia ellos, lo seguimos quedamos todos frente a una línea.
—Que bueno que llegas León —le dijo Bill se dieron un saludo cordial con la mano —. Vamos directo al grano, ¿que sucede?
—Algo está pasando en la ciudad, algo malo —contestó el hombre canoso —. Mi hijo Derek —señalo a un chico alto y corpulento de cabello corto negro despeinado, piel no muy clara, ojos claros, barba, usaba una polera con manga gris y un pantalón negro dentro de una botas, tenía una mirada seria y su amigo al lado no era muy diferente; la mujer rubia tenía tomada la mano de León, al parecer era su pareja, vestían todos ropa simple, no como nosotros siempre formal —. Él trabaja con la policía, me dijo que descubrieron dos cadaveres de unos indigentes.
—¿Eso que tiene que ver con nososotros? —preguntó Bill.
—Los cuerpos tenían dos mordidas en su cuello —contestó León.
—¿Insinúas qué alguien de nosotros atacó a esos humanos? —preguntó Eric perdiendo la paciencia, Bill lo calmo.
—Tranquilo —habló Derek —. No insinuamos nada, sabemos que ustedes no son capaces de hacer eso, los cuerpos estaban completamente secos, sus cuerpos huesudos, es como si no sólo hubieran bebido su sangre, si no todo su interior —todos nos miramos sorprendidos.
—He visto algunos animales así, aquí —hable, todos me miraron.
—¿Serán ellos? —preguntó Bill mirando a Eric y a los Lircay.
—Vlad y Lucian se sacrificaron para destruirlos, no lo creo —contestó León.
—Pero pueden volver, parte de ellos es de demonio —hablo Eric —. Tal vez no murieron, solo tardaron en recuperarse, y ahora volvieron.
—Eso sería muy peligroso tanto para nosotros y para los humanos —dijo la mujer al lado de León.
—Lucía tiene razón —dijo León —. Nuestro deber es defender a los humanos de esas criaturas, hemos entrenado para eso.
—Entonces eso haremos —le dijo Bill, todos a sentimos, nos despedimos cordialmente de los Lircay y volvimos al bosque, yo iba atrás de todos, me gire inconscientemente, cuando lo hice vi una mujer a lo lejos, no era la rubia, y estaba con Derek, no la podía ver bien, solo sus ojos amarillos que miraban donde yo estaba, sentía que me miraba, Derek le hizo una seña y esta se metió entre los arbustos, me llamaron y continue con mi camino.
Estábamos en casa, todos reunidos en esa enorme sala, piso cerámico negro, que formaban una flor al unirse las cuatro puntos, un alfombra rojo oscuro cerca de la gran chimenea, los sillones color carmesí rodeando un centro de mesa de vidrio grueso y patas de madera gruesa; Bill estaba frente a la chimenea con una copa de vino.
—¿Entonces que haremos? —preguntó Eric impaciente.
—Seguir vigilando la ciudad como siempre —le contestó Bill —. Pero junto con ellos —nos señaló, nos miramos.
—¿Estas seguro? —preguntó Eric, Bill asintió —. Son muy jóvenes.
—Ya están listos, han entrenado desde pequeños.
—Puede que Alice y Lena lo estén, hasta un poco Juliana, pero Jasper.
—¿Qué hay con él? —preguntó Carlisle molesto.
—Qué no sabemos si se puede controlar con los humanos —le contestó Eric.
—Él puede hacerlo —dijo Bill —. Confío en él —vi a Jasper sonreír —. En todos.
Quién lo diría, por fin iré a la ciudad pero para protegerla y no sólo para divertirme, será la primera vez de Jasper, por eso Eric no estaba seguro de lo que hacía Bill, pero tenía que confiar en él, yo lo hacía.
* * *
Los extraños ataques ocurrían de noche, en algún callejón, fue ahí donde encontraron los cuerpos, a la policía no le importo mucho que los cadáveres hayan sido de unos indigentes, pero para nosotros si era importante, quienes quieran que los haya atacado pueden cambiar sus víctimas, no se que clase de seres son específicamente, Bill solo nos contó que era una extraña raza muy antigua de vampiros, más oscuros, más hambrientos y que también atacan vampiros y que son muy fuertes.
Con Lena y los demás fuimos a una cafetería a la que íbamos frecuentemente, para Jasper era la primera vez y lo notaba nervioso al ver a tantos mortales juntos. El lugar se llamaba Midnight, lo divertido es que de noche era un bar, un lugar muy tranquilo, rústico y con toques modernos, nos acercamos a la barra y pedimos algo para beber, nos sentamos en los pisos.
—Que bueno verlos, chicos —dijo Sandy con una sonrisa, era camarera/bar woman —. Y veo que trajeron a un nuevo cliente. Hola —Jasper la miro y solo hizo una mueca.
—Es algo tímido —le dijo Alice acariciando el brazo de este, le dio un beso en los labios para que se relajara, vi que le dio una media sonrisa, Sandy nos trajo para beber y nos dejó solos para atender a otras personas que habían llegado.
—Se ve un lugar agradable —comentó Jasper, tomó el vaso y le dio un sorbo a su trago —. ¡Vaya! Está bebida sabe muy bien - todas sonreímos —. ¿Que es?
—¡Capuchino! —dijimos las tres y bebimos al mismo tiempo.
—Capuchino —volvió a repetir en un susurro, comenzó a beber y se lo tomó todo estando aún caliente —¡Otro! —exclamó al terminarlo, vi a Sandy girar sorprendida.
—Veo que hay un nuevo fan del Capuchino —le dijo con una sonrisa.
—Es que nunca había probado esto, sólo vino y sangre —Alice le tapó la boca para que no siguiera hablando, Sandy miró confundida.
—Quiso decir, sangría, que bebe sangría —aclaré, Sandy asintió y se fue —. Ten más cuidado para la próxima —le dije.
—Es que...lo siento, no volverá a pasar, es que probar algo diferente, es...pues, diferente.
—Te entendemos, pero ten más cuidado —le dije, este asintió, vi que Sandy le trajo otro café, este movió la cabeza en agradecimiento y recibió el vaso.
Unos minutos después vi entrar a una chica de cabello rubio, llevaba puesto un vestido azul, se sentó en la mesa que estaba cerca del ventanal, tenía los ojos azules, dejó el bolso que traía aún lado y sacó una tablet dentro de el, en eso se acercó un camarero y la atendió, iba hablar con Lena cuando note que no dejaba de mirar a la chica, parecía perdida en ella, vi que la rubia levantó la mirada y miró para todos lados y su mirada quedó en nosotros, sonrió y saludo con la mano, Lena hizo lo mismo, luego la chica rubia seguía en lo suyo, Lena se giro quedando frente a mí, la mire con una ceja alzada.
—¿Qué? —preguntó, levante más la ceja y sonreí —. ¿La chica? —yo asentí —. La conozco hace un tiempo, su nombre es Kara Danvers, es periodista.
—No sabía que tenías una amiga periodista —le dije con una sonrisa.
—Pensé que podría ayudarnos, ella fue la que sacó los fotos a los cadáveres, por eso la llame —me dijo.
—¿Ella sabe lo que somos?
—No, claro que no —contestó —. Mira, después te cuento como la conocí, debo hablar con ella ahora —se levantó y la vi dirigirse donde ella, se saludaron y se sentó frente a la rubia, Lena se ponía nerviosa cuando Kara sonreía, solo espero que esa amistad no se convierta en algo más. Estaba hablando con Alice y Jasper, escuché la campana cuando abrieron la puerta, pero no vi quien en entró, pero sentí un olor que me embriago, no sabría identificar que aroma era, pero solo se que me encontaba.
—Huele a perro mojado —dijo Alice moviendo la nariz, yo no huelo eso.
—Pues ya sabes de donde viene ese apestoso aroma —dijo Jasper con desagrado, movió la cabeza y las dos giramos, eran Derek y su amigo que habían estado en el puente el día anterior, caminaron hacia nosotros al vernos, y note que había alguien más, pero no veía muy bien quien era, el aroma era cada vez más fuerte.
—Que bueno que vinieron —dijo Derek —. Ami ya me conocen, él es Aaron —el chico solo sonrió —. Y ella...—se movio —. Es mi hermana menor, Valentina —mis ojos se abrieron de par en par, era la chica castaña del otro día, la de los ojos amarillos, aunque ahora los tenía azules, un azul muy hermoso, no dejaba de mirarme y yo tampoco, el aroma que sentía provenía de ella, solo de ella. Vestía un pantalón negro ajustado a su cintura, botas bastante femeninas del mismo color, la polera escotada, también apegada a su cuerpo y una chaqueta de cuero.
—Nosotros somos, Alice, Jasper...la que está sentada haya es Lena, ni idea de lo que está asiendo... Y está morena es Juliana —al decir mi nombre, Valentina sonrió y yo también sonreí.
—Supongo que nosotros somos el grupo que vigilará esta ciudad, ¿no? —preguntó Aaron.
—Pues así es —contestó Derek.
—Ya llegaron —dijo Lena de repente —. Qué bueno, por qué tengo algo de información —nos aviso —. Kara me contó que los cadáveres que encontraron no fueron los primeros, anteriormente encontraron el cadáver de una chica que llevaba desaparecida varios días y que la encontraron en las mismas circunstancias que los indigentes.
—¿Por qué nunca habló de esa chica la policía? —preguntó Derek, Valentina y yo no mirábamos de vez en cuando.
—Fueron los padres, tuvo una muerte horrible, no querían que la prensa estuviera ahí —contestó Lena —. La chica había ido a un antro antes de desaparecer.
—¿Como se llama ese antro? —preguntó Aaron.
—Eso no lo sé, Kara no alcanzo a descubrir más, pero lo seguirá haciendo, así que me mantendrá informada —contestó Lena.
—Bien, entonces cuando tengas más información podremos investigar —nos dijo Derek —. Esta noche nos toca vigilar.
—Si, ya sabemos —habló Jasper.
—Estamos en contacto —dijo eso último Derek y se marcharon, la última en salir fue Valentina, antes de abrir la puerta giro su cabeza y me miró y sonrió, sus ojos se tornaron amarillos unos segundos, los míos rojos y también sonreí, abrió la puerta y se fue, por el ventanal que no tenía cortinas pude ver que se reunió con los demás y se fueron, ese tal Aaron se coloco a su lado y la tomó por la cintura, sentí una extraña molestia en mi interior y desaparecieron de mi vista.
—Ni se te ocurra —dijo una voz tras de mi, me gire, era Lena.
—No se de que hablas.
—Sabes perfectamente bien —me dijo seria —. Pero aunque te hagas la desentendida, te advierto que no la mires así.
—¿A quien? —pregunté, si sabía de lo que hablaba.
—A la Lircay, no sólo te lo digo por que es una chica lobo, sino que también es como la princesa del grupo junto con su hermano.
—Yo puedo mirar a quien quiero —le dije.
—Lo sé, pero no miras a los demás como la miras a ella —me dijo —. Es diferente.
—De la misma manera que tu miras a Kara —le dije, mi amiga se tenso —. La miras como si te la quisieras comer, y no precisamente como si fuera una carnada, más bien como...
—¡Ya cállate! —me tapó la boca, yo solo sonreí —. Es diferente.
—¿Por qué es diferente? —pregunté.
—Kara es humana, no está bien visto, pero tampoco está prohibido, en este tiempo —contestó —. Pero estar con una especie diferente y más con una que a sido nuestro enemigo desde el principio de los tiempos, esta prohibido.
—Tenemos un acuerdo con ellos desde hace siglos, ¿no?
—Si, pero es para protegernos y proteger a los mortales, no para aparearse con ellos —contestó.
—Yo no me quiero aparear con ella —le dije, levantó una ceja como diciendo "¿entonces?" —. Es solo que...no se, la verdad...es alguien misteriosa y atrayente...no se como explicarlo, es...es extraño.
—Tú eres la extraña —me dijo con una sonrisa —. Pero te quiero... Y si te quieres fijar en alguien, busca a alguien de los nuestros —pensó —. Pronto vendrán Víctor y sus hijas Sonja y Selene, las dos son muy atractivas, ¿te acuerdas de ellas?
—Si, me acuerdo, la ultima vez que las vi eran muy niñas —conteste —. Y su padre me daba miedo.
—Ellos pronto vendrán. Recuerdo muy bien que Sonja estaba siempre pegada a ti —me dijo moviendo sus cejas de arriba abajo, yo solo reí. Nos quedamos un rato más en la cafetería y luego volvimos al castillo.
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