- ¡Détente! ¡Suéltame! – Se quejaba Catra, mientras jalaba bruscamente su brazo para zafarse de la rubia que seguía arrastrándola por el pasillo. La morena se detuvo y agachó la cabeza sintiéndose confundida, cabreada y algo incomoda – ¿Realmente quieres hablar de esto ahora? – Decía mientras frotaba su brazo mostrando su deseo de no estar ahí.
De pronto, sintió como su cuerpo fue jalado por la ojiceleste, mientras ésta rodeaba con sus fuertes brazos aquel cuerpo delgado de la de ojos bicolor, culminándolo en un abrazo muy íntimo y tierno. Catra se quedó sin palabras y sin moverse, tan solo sentía como el abrazo le removía un montón de emociones que no recordaba que aun habitaban en su interior.
- Te extrañé – Pro fin soltó Adora en voz baja, casi un tierno susurró que se rompía por el nudo de su garganta que se esforzaba por deshacer.
Ese par de palabras habían hecho eco en los oídos y mente de Catra, ablandando su semblante y dejando que su cuerpo cediera ante el abrazo. Pero justo antes de poder cerrar sus brazos y corresponder los sentimientos de la rubia, un rencor latente regresó a ella, como si de pronto aquel fuego hubiera sido revivido con gasolina y se hubiera hecho aún más feroz de lo que había estado sintiendo esos últimos años.
Cerró sus puños con frustración para por fin terminar empujando a la chica que había pasado de un tierno abrazo a estar completamente desconcertada por las acciones de la morena.
- ¡¿Acaso crees que diciéndome eso arreglarás todo?! – Reclamó Catra, de nuevo con sus puños cerrados y sus dientes fuertemente apretados intentando controlar toda esa ira que sentía sin mucho éxito. - ¡¿Tienes idea por todo lo que tuve que pasar?!
- Catra yo...
- ¡Argh! ¿Sabes qué? Olvídalo- Cortó de tajo la morena mientras le daba la espalda a la otra chica y caminaba con un aura de total enfado y enojo a su alrededor.
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Catra bajó por el elevador del complejo de apartamentos, y caminó un par de calles con los puños tan apretados que incluso sus uñas atravesaron un poco su piel dejando salir algo de sangre, mientras sus ojos asomaban unas cuantas lagrimas que fervientemente se esforzaba por mantener en su lugar. No quería hacer una escena, no después de haberse controlado tanto y menos aún en medio de la calle con un montón de desconocidos viéndola y juzgándola.
Para cuando pasaba por la cuarta calle, había logrado calmarse un poco, "Algo bueno salió de su orgullo", un pensamiento que pasó por su mente mientras daba paso tras paso. Sus emociones iban en una escalada violenta y luego en declive, como en una montaña rusa realmente extrema, sus pensamientos y memorias del pasado hacían que fuera muy difícil enfocarse en que su vida ya no era aquella y que ahora "estaba mejor", pero el haber visto a la que consideraba la principal causante de todo su infortunio de ese entonces ponía en un total desequilibrio emocional.
Cuando por fin había logrado llegar a un tipo de equilibrio y exactamente once cuadras después desde el lugar de la fiesta, se encontraban ya frente al complejo de apartamentos donde vivía junto con sus compañeras de cuarto que muy probablemente estuvieran aún dormidas.
El edificio en donde vivía era sin duda más pequeño y sencillo que en dónde había sido la fiesta la noche anterior, pero sin duda era muy agradable y cómodo. Tenía todo lo necesario, y la distribución sin duda era más que suficiente para las tres estudiantes. Otro plus con el que contaba es que la dueña del edificio era una anciana muy amable y, pese a que parecían faltarle a veces algunos cabales, siempre se aparecía con algún platillo casero para compartir con sus inquilinas favorita.
La castaña apreciaba todo esto, sabía que después de lo que vivió en su infancia, tal vez no era un lugar muy lujoso a los ojos de los demás, pero era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo, así que no le gustaba causar molestias ni a esa dulce ancianita con miopía, ni a sus dos amigas que siempre la habían apoyado y por las cuales había logrado un progreso tan positivo a esa altura de su vida.
Con todos esos pensamientos rodeando su mente mientras el viejo elevador llegaba hasta el 4to piso, logró relajarse aún más, con la intención de llegar y botarse en su cama hasta que fuera totalmente necesario salir de su habitación y así no molestar a nadie en el proceso mientras trataba de "volver a cerrar" viejas heridas, las cuales parecen, nunca estuvieron cerradas en lo absoluto.
Al abrir la puerta del departamento, se encontró con una muy preocupada Scorpia mandando mensajes insistentemente mientras le decía a Entrapta que probablemente deberían de llamar a la policía, por su lado, la de pelo morado estaba experimentando con un programa en su computadora que ella misma había desarrollado, con el cual hackearía las cámaras de seguridad de la ciudad para encontrar pistas. En eso, las miradas giraron directo a la morena quien aún estaba tratando de entender por qué sus amigas estaban causando tanto lío.
- ¡Ahí estás, Wildcat! Nos tenías muy preocupadas – Dijo Scorpia mientras corría abrazar bruscamente a la de ojos bicolor, quien se esforzaba por respirar y salir del asfixiante abrazo que su amiga le estaba dando.
- ¿Pero de qué demonios hablas? Sólo llegué un poco tarde, es todo – Contestó Catra encogiéndose de hombros tras haberse liberado del cariñoso, pero estrangulador abrazo.
- Después de que desapareciste de la fiesta anoche no supimos más de ti, tratamos de contactarte, pero nunca obtuvimos respuesta – Explicaba Entrapta desde su lugar – Incluso cuando intenté triangular la ubicación de tu móvil, éste aparecía como apagado, así que Scorpia y yo empezamos a preocuparnos.
- ¿Mi móvil? – Dijo la morena algo extrañada mientras buscaba entre sus cosas su teléfono - ¡Maldición! Parece que se le terminó la batería y no me había dado cuenta... Lamento haberlas preocupado – Agachó la cabeza con cierta vergüenza y un nudo en su garganta que amenazaba con volver a aparecer junto con un mar de lágrimas; pero ¿qué le estaba pasando?, ella normalmente no haría eso, no se sentiría así y mucho menos haría una estupidez como preocupar una genio de la tecnología con poco control de impulsos, y a la extremadamente emocional y sobreprotectora Scorpia, precisamente porque sabía que harían alguna tontería y que al final ella tendría que solucionar los desastres que causaran.
Las chicas notaron que algo le pasaba, se miraron mutuamente con ojos acongojados, expresando su preocupación por la castaña quien rara vez mostraba algún ápice de vulnerabilidad.
- Sí, bueno, vamos, no fue gran cosa. Ya estás aquí – Rompió el momento Scorpia intentando sonar totalmente relajada sin lograrlo realmente - ¿Qué tal si te vas a descansar un rato mientras preparamos el desayuno?
- Sí... gracias – Dijo Catra con un semblante algo triste pero también conmovida por el intento de sus amigas por no hacer notar su estado actual y tratar de reconfortarla a su manera.
Se dirigió a su habitación, y sin abrir las cortinas de esta, se tumbó en la cama en la breve obscuridad que el lugar y la hora del día le permitían tener; Era como buscar un refugio en la obscuridad, ¡No!, era el buscar un escondite en el cual pudiera desaparecer por un momento, un lugar donde no pudiera sentir, no pudiera pensar, no pudiera existir...
Cerró los ojos, y tras derramar unas cuantas lágrimas de frustración en la almohada para ahogar el sonido, cayó totalmente dormida.
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Mientras, una Adora derrotada emocional y físicamente abría también la puerta de su apartamento, dónde sus dos mejores amigos se encontraban ya limpiando el desastre de anoche. Bow recogía algunas botellas cerradas con liquido amarillo que sin duda estaba seguro no era cerveza y no tenía la intención de averiguarlo. Por otro lado, Glimmer echaba en una enorme bolsa toda la basura que encontraba tan solo en el área de la cocina.
En cuanto sus amigos se dieron cuenta que entró, unos ojos curiosos se posaron sobre la rubia, deteniendo cualquier actividad que estuvieran haciendo (y de lo cual Bow estaba enormemente agradecido).
- ¿Y bien? – Preguntó Glimmer - ¿Ya nos contarás qué sucedió? – Decía con una ceja levantada y un tono pícaro.
- ¿Podemos dejar esta charla para después? – Contestó Adora poniendo sus dedos sobre su sien – La cabeza me está matando, siento que explotará en cualquier momento – Esperaba que esa excusa funcionara, ya que ellos sabían muy bien de su mala tolerancia al alcohol.
- Ten, toma esto – Bow le acercó un par de pastillas para la resaca y una bebida energética – Y qué tal si mientras lo haces, nos cuentas un poco de ¿cómo es que la persona con la que has estado obsesionada todos estos años pasó la noche en tu cuarto? – Dijo acusándola graciosamente como si de un detective se tratara.
En respuesta a esa acusación, Adora casi se ahoga con las pastillas, el chico había dado en el clavo. Aunque claro, no era difícil para ellos, pues ya habían escuchado el nombre de "Catra" más veces de los que a ellos les gustaría haberlo hecho. Sabían que Adora había hecho varios intentos por encontrarla sin éxito y que el hecho de que apareciera en su habitación el día después de la borrachera de su vida daba paso a muchas interrogantes que no pensaban dejar pasar.
- ¡Aghhh! La verdad es que no lo sé – Respondió la rubia – No recuerdo nada de anoche. Ni siquiera recordaba haberla visto en la fiesta, pero parece que estuve jugando contra ella uno de esos juegos de bebida sin haberla reconocido... o no sé – Adora tomó su cabeza y la sacudió un poco intentando hacer que las piezas de recuerdos que tenía de la noche anterior tuvieran algún sentido, porque le parece casi imposible el hecho de no haber podido reconocer a Catra hasta ese día en la mañana. Aunque claro, ella ya había tomado algunos tragos y las luces estaban absurdamente bajas en la fiesta, pero aun así todo era muy confuso.
Sus amigos notaron lo conflictuada que estaba, de alguna forma habían entendido que no era bueno seguir presionándola, al menos no por ahora.
- Vamos, Adora ¿por qué no duermes un poco? Bow y yo seguiremos limpiando un poco más, y después los tres iremos por algo de almorzar – Adora asintió a la sugerencia de su amiga.
Ya en su habitación, se recostó tan sólo para encontrarse en su cama con el olor de alguien más, un olor que la alteraba y calmaba al mismo tiempo, un olor por el que moría tener cerca; abrazó la almohada que tenía más fuerte aquel aroma y comenzó a sollozar entre un mar de alegría, decepción y tristeza que no acababa de entender, y así de igual forma, cayó rendida ante el llanto y el cansancio de todo lo que estaba sintiendo en ese momento.
Ambas chicas dormían en mundos paralelos, sin llegar a tocarse, tan cerca y tan lejos a la vez, no tenían idea de que eso sólo era el comienzo de una nueva serie de eventos que les darían un vuelco completo a sus vidas, algo que tal vez ambas ansiaban o necesitaban.
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Aún estoy dejando las interrogantes bases sin responder, porque quiero darle más peso, pero realmente las respuestas se acercan ya que no quiero hacer tan larga esta historia ^^u
Hasta ahora espero les vaya gustando :3
Si tienen alguna sugerencia o recomendación con gusto los leo ^w^