La rebelión de los K41D05
JongIn no había podido tener un sueño reparador después de escabullirse en la habitación de Kyungsoo. Al despertar al día siguiente, se sentía extraño, aunque esa palabra se había vuelto tan común para él, que lo extraño se convertía en una nueva normalidad, y la normalidad resultaba extraña cuando estaba de regreso.
Su cabeza estaba demasiado silenciosa, el ruido de fondo había cesado y eso le desesperaba, incluso más que las voces de antes. Se sentía como si su mente fuese liberada, y pudiera pensar por sí mismo, sin dejarse influenciar por otras emociones que no le correspondían. Después de tanto tiempo, sus ideas eran claras , aunque la sensación de vacío le molestaba y le hacía sentir débil.
Intentaba con todas sus fuerzas, pero no podía quitarse las esposas que lo retenían a la camilla, tenía que encontrarlo antes que abordara y fuera demasiado tarde. Había una idea circulando en su cabeza de lo que podría ocurrir si su pareja terminaba en la quinta dimensión.
Aquellas molestas voces ¡maldecían tanto a Kyungsoo!, que su mente contrariada, o debía decir, dominada, en más de una oportunidad le hicieron considerar asesinarlo ya que era una amenaza... Sin embargo, se dio cuenta que ese no era su deseo y empezó a distinguir sus emociones de la de ellos. También había otra parte de él, que solo quería protegerlo hasta el final.
Aunque estaba confundido hasta lo más profundo de su mente, JongIn tenía claro algo: su amor por Kyungsoo.
Detuvo por un momento su forcejeo con las esposas, algo grave estaba pasando a su alrededor, escuchó a lo lejos una alarma y enseguida un grupo de médicos estaban sobre él, luciendo visiblemente angustiados. JongIn sintió dolor que escocía desde su pecho y se distribuía por todo su cuerpo, estaba perdiendo algo que le perteneció todo ese tiempo, pero no sabía qué, sus ojos se sentían pesados, el movimiento a su alrededor era demasiado, así que lentamente los cerró y la oscuridad lo inundó.
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—Tú debes ser Do Kyungsoo.
Sentenció un Baekhyun de cabello platinado, con una reciente cicatriz todavía rojiza que atravesaba su cara desde la esquina de su ojo izquierdo y terminaba sobre su pómulo derecho. Su arma jamás había dejado de apuntar a Junmyeon, quien era la imagen del horror.
Definitivamente no era el mismo Baekhyun que salió de su dimensión abordo del CB y claramente, ahora se identificaba como el líder de aquella rebelión. Kyungsoo lo observaba sin ninguna reserva, el peliplateado arqueó una ceja en su dirección a la espera de una respuesta que él no se la daría.
—¡Suéltenlo!
Yixing sonó amenazante cuando apuntó su arma sobre lo que era Baekhyun, quien solo sonrió con malicia, jugando con el gatillo, mientras el rostro de Yixing enrojecía, fruto de la cólera.
Tanto Minseok, Yixing y el propio Kyungsoo, de manera ágil, digna de su entrenamiento militar, habían podido cambiar el armamento especial, por armamento común, al ver que la amenaza era bastante humana, o al menos en apariencia. Tendrían que ser extremadamente cuidadosos al disparar, ya que podrían herir a uno del mismo bando, y en el peor de los escenarios, un movimiento en falso podía terminar con la vida de todos o con una grave afectación en el módulo y nunca regresar a su plano.
—Guarda tus juguetes —comentó con cierta mofa el extraño Chanyeol, quien estaba a un lado del peliplateado.
Su cabello, también había cambiado, ahora era de un tono rosado y sus ojos de color magenta que se estrechaban sobre el chino.
Kyungsoo se detuvo en el más alto, a la espera de un movimiento amenazante, listo para disparar en cualquier momento. Ninguno había bajado la guardia en ese momento cargado de tensión, y por supuesto no obedecieron a la orden del extraño pelirosa.
Entretanto Junmyeon, quien parecía ser simplemente él, no paraba de llorar; visiblemente alterado se sacudía entre los brazos de las extrañas versiones de los tripulantes perdidos: Kim Jongdae, de ojos color turquesa, quien sonreía maliciosamente elevando sus comisuras labiales, y el idiota de Oh Sehan, con una sonrisa que empujaba sobre sus labios hacia un lado, y cuyos ojos dorados se detuvieron en Kyungsoo.
De ninguna manera, Kyungsoo se sentiría cohibido, así que dio un paso hacia adelante, manteniendo su postura militar.
—¿Qué son ustedes? ¿Qué quieren de nosotros? —Su voz salió cortante sin ningún titubeo.
Sus miradas oscilaban entre atrevidas y maliciosas, sus posturas eran relajadas demostrando lo poco que los consideraban como una amenaza, lo que irritó más a Kyungsoo. La nueva versión de Baekhyun, solo les prestaba atención a sus uñas, en un gesto que le pareció de indiferencia, provocando que su sangre hiciera combustión en sus venas.
—Somos lo que existimos, no tenemos nombre —respondió el líder de ese movimiento, levantando su cabeza, con una mirada que se posó sobre él—. Y lo que queremos es destruirlos, y tú Do Kyungsoo, lo vas a ver en primera fila antes de aniquilarte.
En eso Baekhyun, soltó el arma que apuntaba sobre Junmyeon, y en un movimiento veloz que nadie pudo prever, tomó el cuello de Junmyeon entre sus manos y lo torció hacia un lado. Bastó dos segundos para que su cuerpo solo cayera desplomado sin vida, luego de un pequeño quejido lleno de dolor y espanto.
Un jadeo colectivo se escuchó, Yixing con un gruñido casi animal, fue el primero en reaccionar, apretando el gatillo. Kyungsoo vio el movimiento de su dedo accionando el disparo, pero antes que la bala saliera del cañón, tenía a Chanyeol frente a él con sus dedos sobre la boca de fuego impidiendo el disparo; tomó el arma sin vacilar de las manos de un sorprendido Yixing, y no vaciló en propinarle, con la misma, un fuerte golpe en su cara que lo hizo retroceder y caer inconsciente.
Velozmente, el más alto extendió su brazo, ahora apuntando a Minseok, y a juzgar por la expresión de su cara solo se podía anticipar lo mucho que deseaba disparar y matar. El rubio, aunque conmocionado también apuntó a Chanyeol, con bastante valentía.
—Despídete de tu amigo, Kyungsoo.
—¡No! —gritó.
Sobre su vista cayó un manto rojo, sentía demasiada ira, al ver los cuerpos de Yixing y Junmyeon sobre el suelo, quería explotar de un poder que era más grande que él, así que se dejó dominar por este.
Kyungsoo vio el momento cuando el dedo índice del más alto empezó a presionar el gatillo, debía intentar alcanzarlo, así que cuando su cerebro dio la orden de correr, ya estaba sobre Chanyeol impidiendo que cumpliera su objetivo anterior. Aunque confundido momentáneamente, porque no había manera que se haya desplazado tan rápido, y aprovechando la sorpresa de su rival más alto, lo derribó de un golpe.
No estaba alucinando, juraba que vio un haz de luz azul salir de sus puños, mientras que del pecho de su rival eran expulsados ráfagas de luces moradas. Sabía que lo había herido gravemente, ya que estaba empezando a retorcerse en el piso.
Su piel estaba hirviendo y por supuesto que los otros tres no se quedarían sin luchar viendo como caía uno de ellos, así que anticipándose al movimiento de su contrincante, aterrizó sobre Sehan, quien con sus puños, desbordando una luz dorada, lo golpeó en su abdomen haciéndolo retroceder. Demasiado dolor se empezaba a acumular sobre su pecho pero resistió, la sonrisa petulante de Sehan lo hizo olvidar de su padecimiento y cuando este se le acercó, tomó su arma del suelo y sin vacilar, le disparó sobre su pecho; ante el impacto, su cara se convirtió en una de sorpresa mientras caía.
No pudo refugiarse en su victoria, en eso, desde atrás, sintió las manos de Jongdae sobre su cuello, intentando asfixiarlo. Lo levantó un par de centímetros del suelo, Kyungsoo intentaba con todas sus fuerzas liberarse, sus ojos ardían, incluso así, consiguió enfocar su mirada en Baekhyun de brazos cruzados, frente a él, mientras Jongdae reía detrás.
—¿Quién eres? —Baekhyun preguntó, manteniendo una expresión de repudio e ira.
—Lo que has estado buscando —dijo Kyungsoo en un hilo de voz debido la falta de aire.
Acto seguido, logró impulsarse con sus piernas libres, y derribarlo de un golpe sobre su abdomen.
Los ojos plateados de Baekhyun cambiaron a un rojo intenso, gruñendo en el suelo. Su silueta era delineada por una luz intensa plateada como su cabello.
—No eres Do Kyungsoo. ¿Eres? —Pareció sorprendido al indagar.
—¡Lárguense! —Su voz sonó más grave de lo habitual, con la presión en su garganta y su lado más instintivo intentando tomar el control—. No sigan con esto —añadió en medio de jadeos, sin entender realmente lo que había salido de sus labios.
Baekhyun lucía petrificado tras escucharlo, así que tomó ese momento de distracción y con su mano libre, buscó la segunda pistola al interior de su traje, apuntó con esta hacia atrás y disparó apuntando hacia la pierna de su rival. Sabía que había dado en el blanco cuando escuchó un gruñido detrás de él, proveniente de Jongdae, un breve vistazo hacia atrás, fue suficiente para sonreír al verlo sacudirse de dolor. Sangre bordeada por una aura turquesa, era expulsada de la herida de bala en su pierna derecha, su cuerpo convulsionaba con destellos de luces de ese mismo color.
Tarde comprendió, que fue un movimiento imprudente darle la espalda a Baekhyun, quien ya se había recuperado de su aturdimiento mental y sin poder esquivarlo, se trepó sobre él , tomándolo de su cuello, queriendo culminar la tarea de Jongdae, tal como hizo con Junmyeon.
Kyungsoo apretaba los dientes con todos sus músculos tensionados, intentaba resistir el movimiento, sus ojos empezaron a lagrimear, simplemente no lo conseguiría. Cuando pensaba que ya todo estaba perdido, fue salvado por Minseok, quien desde el otro lado del módulo, disparó, y su perpetrador cayó, liberándose de él; su garganta ardía y le costaba respirar.
Cuando por fin reguló su respiración, rondaba un silencio inquietante, había cinco cuerpos a su alrededor, algunos retorciéndose de dolor, otros como Baekhyun y Sehun sangrando copiosamente desde sus heridas abdominales, gruñendo casi animal, mientras brillaban, ¡estaban brillando incandescentes!, luces verdes, plateados, doradas, moradas, se mezclaban haciendo que se cegara por tanta exposición, demasiada luz que no le permitía ver más allá.
Cuando las cosas no podían tornarse más extrañas, las luces de la nave empezaron a titilar de un rojo intenso, la clara señal de emergencia; MKY empezó a sacudirse, tomando desprevenidos a Minseok y Yixing, este último quien había conseguido reaccionar luego del golpe recibido por Chanyeol. Se sacudieron violentamente, pero Kyungsoo logró mantenerse en pie, y vio el momento que un cuerpo luminoso desde el exterior rodeaba la nave y como una bomba de luz, cayó directamente sobre el pecho de Junmyeon.
De inmediato, su compañero que hasta entonces creía muerto, se levantó jadeando, buscando llenar sus pulmones de oxígeno. No era él, sus ojos eran de un rojo intenso y se enfocaron directamente sobre Kyungsoo, como si de una presa se tratara, y antes de figurar su próximo ataque, la versión malvada de Junmyeon lo hizo primero. Luces azules y rojas salían de los dos, combinándose, el otro era demasiado fuerte y él ya estaba cansado y sabía que estaba perdiendo.
Una voz dentro de su cabeza empezó a sonar como murmullos, quejidos de dolor; no lo soportaba más y eso lo distraía haciendo que los golpes de Junmyeon se volvieran más certeros. Cuando KyungSoo consideró que todo estaba perdido, casi agonizando, escuchó un disparo y era su contrincante quien estaba cayendo derrotado por segunda vez.
Volteó con la adrenalina corriendo libre en su sistema y fue Yixing quien sostenía el arma, que hacía un momento atrás, había usado. Pudo reconocer la mueca de terror dibujada en su rostro, al darse cuenta que era Junmyeon quien estaba sangrando en el suelo.
Kyungsoo tenía una maldición que intentaba decirle, el muy maldito había querido dispararle a él; pero no podía pensar con claridad, su cuerpo dolía, ardía cada que intentaba que ingresara algo de oxígeno a sus pulmones. No es cuando la batalla acabó que era totalmente consciente de las muchas voces en su cabeza, no era solo una, se convertían en quejidos, gruñidos casi animales, maldiciones, que está seguro que no eran suyas, y no deberían estar allí torturando su mente, lo que le imposibilitaba escuchar su voz interior. Todo giraba a su alrededor, Kyungsoo se desesperó, colocando sus manos sobre sus orejas, en un intento infructuoso de detenerlas, escuchó vibrar su pecho, ¡alguien que por favor las calle!
No sabía cuánto había estado allí al borde la locura cuando las voces en su mente una por una fueron desapareciendo, lentamente pudo ponerse de pie, aunque con algo de dificultad, intentaba no tambalearse mientras sus ojos se detenían en los cuerpos ahora opacos de los 5, sin vida.
—¿Kyungsoo? —Minseok lo miró aterrorizado.
Había olvidado por completo a sus compañeros que aparentemente estaban bien, prácticamente fueron olvidados por los 5, mientras que él se sentía como si un tren de carga le hubiese pasado por encima. En otra ocasión, los hubiera reprendido por no apoyarlo, pero luego recordó la intensidad de los golpes recibidos, las luces que se desprendían de ellos, incluso las que salieron de sus propias manos. Minseok y Yixing no podrían haber estado al nivel de las habilidades de los sin nombre, le aseguró una voz en su mente. Debía reconocer que sus acciones, aunque escasas, fueron vitales.
—Estoy bien —dijo intentando no demostrar lo destruido y sin fuerzas en que estaba.
Sus compañeros retrocedieron con cautela alejándose de él, Kyungsoo frunció el ceño sin entender su comportamiento; intentó acercárseles, pero ellos le apuntaron con sus armas y le hicieron detener. No entendía por qué estaban comportándose de esa manera.
—¿Qué mierda les pasa? —interrogó irritado, sus manos convertidas en puño, se sentía enojado, tenía un deseo por destruirlo todo, lo que creyó, contribuyó a que sus compañeros le miraran espantados.
—Tus ojos, Kyungsoo, brillan azul, al igual que tu piel —explicó titubeando el rubio.
—Eres una maldita linterna —dijo Yixing con clara molestia—. Lo siento, Kyungsoo, es lo mejor
Pudo ver cómo sonreía el chino con una nueva arma apuntando hacia él. Un dardo se incrustó en su cuello, estaba tan sorprendido que ni siquiera pudo esquivarlo, sus ojos se abrieron horrorizados, y la fuerza que lo acompañó dejó su cuerpo y todo se volvió oscuridad a su alrededor.
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—¿General Lee? —Uno de los médicos que estaba atendiendo a JongIn luego de su colapso se le acercó con un gesto para nada alentador.
—Hicimos todo lo que pudimos —informó, frunciendo sus labios.
El rostro del General se contrajo, y negaba pausadamente
—Está en coma inducido, tiene muerte cerebral —añadió.
—¿Hay posibilidad que despierte?
El medico negó en silencio y la pequeña esperanza en los ojos del General Lee desapareció y la máscara fría primó sobre su cara.
—Sus niveles de radiación eran demasiado altos —explicó el médico—, nunca he visto algo igual, no entiendo cómo ha podido vivir sin presentar algún signo.
—Y yo no entiendo cómo ustedes, no han podido notarlo antes —masculló haciendo evidente su malestar.
El medico se puso nervioso, luego de escuchar al General en ese tono cortante, no tenía una adecuada justificación, Kim JongIn nunca había mostrado señales de envenenamiento por radiación; solo cuando colapsó pudieron evidenciar el daño causado en su cuerpo, pero ya era demasiado tarde.
—Nunca presentó quebrantos en su salud, lo único, fue una gripe en su primer mes luego del viaje. Sus exámenes no arrojaron que algo estuviese mal, al menos no físicamente.
—Eso está muy mal. ¡Maldición! —El General intentó recomponerse—. Su cabello, la heterocromía ¿no eran señales?
—Se lo atribuimos a una mutación genética, en uno de los genes relacionados a la activación fenotípica de la pigmentación —explicó apresurado.
El mayor llevó sus dedos hacia su puente de su nariz, cerró los ojos por un segundo.
—Eso no es todo, General —señaló el personal en salud intentando mantener el toque profesional—. Cuando abrimos sus ojos para verificar el reflejo pupilar, su ojo derecho era nuevamente marrón, ya no tiene heterocromía.
—No lo vayan a desconectar, solo han pasado 7 días desde que se marcharon, debemos esperar para que Do pueda despedirse.
—Está bien, General, lo mantendremos con el soporte vital.
Dio media vuelta, alejándose, tenía un nudo en su garganta, el soldado Kim JongIn estaba muerto y no le pudo cumplir la promesa que le hizo a Do Kyungsoo. Solo esperaba que Zhang y sus hombres, hayan conseguido lo que necesitaban en la quinta dimensión, sin ninguna clase contratiempo.
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Yixing miró a Minseok, con las mismas preguntas dibujadas en su rostro, mientras piloteaban camino a casa. Con todo lo ocurrido era algo increíble que MKY no hubiese sufrido gran daño. Y es que todavía no estaba completamente seguro de todo lo que había acontecido.
—¿Eso realmente pasó? —preguntó atónito Minseok, quien todavía se veía algo pálido, claramente no se había podido recuperar del caos.
—Parece una mala película de ciencia ficción —respondió amargamente con su vista perdida en la quinta dimensión—. Espero que lo peor ya haya pasado.
Para Yixing, y estaba seguro que para su compañero a su lado, también, todo había sucedido tan rápido, que para sus ojos le fue imposible captar todo el caos a su alrededor; luego que Minseok lo socorriera tras el impacto recibido por ¿Chanyeol?, los cinco junto a Kyungsoo se movían demasiado rápido y no podían seguirles el rastro.
Con Minseok solo podían mantenerse lejos de la acción y ver los torbellinos de luces moviéndose uno sobre el otro, sin realmente poder hacer nada; se sentía tan impotente. Todavía no creía todo lo que había ocurrido, el nuevo Baekhyun había asesinado a Junmyeon frente a sus ojos, y en ese momento dejó que sus sentimientos nublaran sus pensamientos y se odiaba por eso, porque ante todo era un militar y había criticado ese aspecto en Kyungsoo que se dejaba «ablandar» si de JongIn se trataba.
Después de ese crudo suceso, hizo un gran esfuerzo para no pensar demasiado en ello, de que sus ojos no descendieran al cuerpo sin vida, de detener las lágrimas. Cuando Minseok disparó, sabía que solo había tenido suerte en no darle a Do, era imposible saber dónde terminaba uno y empezaba el otro cuando sus cuerpos emanaban tanta luz que los terminaba por encandilar; parecían una sola masa lumínica moviéndose a grandes velocidades.
Yixing, por el contrario, no había corrido con suerte, no quería que el remordimiento lo atacara cuando debía mantenerse enfocado en el regreso a su dimensión, alejó ese momento de su mente, cuando creyó haberle apuntado a Kyungsoo pero terminó disparándole a Junmyeon; aunque tampoco podía asegurar que ese era Junmyeon, su comportamiento era impredecible.
Yixing dio un breve vistazo a los 5 inmovilizados sobre las camillas disponibles en el módulo, ahora sin las luces parecían opacos, muertos, dijo su mente, pero no le creyó; la pantalla le mostraba otra cosa, sus signos vitales eran estables, incluso quienes presentaban heridas graves, lo que le resultó inusual.
Una vez que todos, incluyendo Kyungsoo, quedaran inconscientes, siendo el único médico presente, se acercó a los cuerpos de sus antiguos compañeros para socorrerlos, con ayuda de Minseok pudieron controlar el sangrado con una facilidad que le sorprendió, notó que las hemorragias poco a poco se detenían y la información recogida por los electrodos dispuestos en sus cuerpos y los aparatos de monitoreo, le mostraban que las heridas no eran tan graves como en un principio y que habían grandes posibilidades que con la asistencia médica especializada, pudieran recuperarse. Era de esperarse que las heridas de Baekhyun y Sehan, tan cerca a su corazón, fuesen mortales; pero definitivamente esta experiencia estaba lejos de ser considerada «normal».
La mente de Yixing estaba teorizando, y notando ciertos hechos, como que no eran sus compañeros los que estaban allí, claramente eran dominados por una fuerza perteneciente a los cuerpos luminosos, y uno de los efectos era que sus heridas sanaran con extrema rapidez, lo que significaría que debían apresurarse, ya que, de ser así, no sería sorpresa si en algún momento se despertaran y reinara el caos nuevamente.
Por otro lado, estaba Kyungsoo, sedado e inmovilizado, la cosa también lo había poseído a él, y sus ojos le recordaban al ojo derecho de JongIn, y ahí se planteó una nueva cuestión, ¿por qué los ojos de todos ellos cambiaron, y en el caso de JongIn, solo fue uno? Yixing negó ante una nueva avalancha de pensamientos, se recordó a sí mismo que debía mantenerse concentrado en lo que estaba haciendo en ese momento. Definitivamente, no había nada seguro, fue su mejor y más pobre conclusión, ahora había 7 caídos, empezando con JongIn, los 5 de las tripulaciones pasadas, y ahora Kyungsoo también.
¿Qué querían?, ¿qué eran? Tenía más preguntas, ¿sus compañeros se recuperarían cuando despertaran, o serían como JongIn?
Yixing no podía continuar con ese tipo de pensamientos, que no le llevarían a ningún lado, mientras siguieran en la quinta dimensión. Enterró el tema en su mente, y se enfocó en la labor que debía realizar.
—Ya estamos entrando en el vórtice —señaló Yixing cuando terminó por ajustar los grados en el Cizell Tao.
—Hogar, dulce hogar —suspiró Minseok, cuando fueron absorbidos por el túnel cuántico, de regreso a su dimensión.
Una vez que era seguro salir luego del aterrizaje, finalmente sanos y salvos en su dimensión, ninguno de los dos se animaba a dar el paso hacia la salida, pero ¡maldición! No podían perder tiempo, habían 5, todavía personas, que fueron heridas y debían recibir la atención adecuada. Yixing es el primero en salir, detrás de él estaba Minseok.
—Bienvenidos de regreso.
—Gracias —dijo secamente saliendo de la nave. Sentía que sus piernas se debilitaban, y escasamente pudo coordinar una respuesta.
—¿Dónde está Do? —preguntó el General Lee luciendo bastante ansioso.
Yixing haciendo gala de su entrenamiento y sin perder el norte, incluso cuando le era difícil mantenerse centrado, informó apresuradamente lo que había pasado, aunque era consciente que después debería especificar ciertas cosas que sucedieron. En seguida, colegas suyos, médicos y enfermeros, acudieron al módulo. Después de eso Yixing no recordaba nada más, se desmayó, al igual que Minseok quien ante había vomitado.
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Kyungsoo despertó por el ruido dentro de su cabeza: voces, unas gritando casi agonizando, gruñidos, hasta lo que creían era improperios hacia su persona; nada realmente claro, solo un estridente ruido, que lo desesperó al punto de querer gritar y mandar todo a volar. Abrió los ojos y lo embriagó una luz blanca, que le fastidiaba los ojos; intentó llevar sus manos hacia su cara, y es allí que notó que estaba en una pesadilla, ¡debía ser eso!, porque de lo contrario, no entendía cómo había terminado con una camisa de fuerza.
Detuvo sus intentos de liberarse, para fijar su atención en el lugar donde se encontraba, observó a pesar de la brillante luz, que era una habitación de paredes acolchadas color crema, y en una de estas, había un espejo que cubría más de la mitad de la pared, fue en ese momento, cuando horrorizado, se dio cuenta que estaba del otro lado de la sala de monitoreo, ahora él era el animal enjaulado. Empezó a reír descontroladamente, paseándose de un lado a otro, sacudiendo su cabeza; era bastante irónico, él siendo inmovilizado, siendo tratado como un vil animal, lo mismo que hicieron con...
Kyungsoo corrió hacia la ventana y terminó golpeándose con esta haciendo que retrocediera y cayera sobre su trasero; cómo explicaba lo que había acabado de pasar, él solo dio un paso adelante y en menos de un segundo, se encontró con el cristal y no pudo frenar a tiempo. Más desesperado y asustado que nunca, quiso medir su velocidad, ¡maldición! Antes de eso, necesitaba saber de JongIn, intentó tranquilizarse, aunque era tarea difícil, cuando esas voces chillantes seguían taladrando en su cabeza.
Esta vez se dirigió nuevamente hacia el cristal intentando ser consciente de cada paso que daba, se detuvo en el reflejo que le ofrecía, una parte de él empezó a negar vehemente a la imagen que le devolvía, su cuello presentaba unos moretones, como una especie de collarín, morados, azulados, incluso podía notar marcas de dedos sobre su piel, se horrorizó al notarlo, se dio cuenta que su garganta dolía. ¿Por qué no podía recordar?, no sabía que había pasado con él, quién había intentado lastimarlo de esa manera, por más que intentara, ninguna imagen venía a su mente. Kyungsoo, abrió grande los ojos, sin poder creerlo, ¡no podía ser! no podía ser cierto lo que estaba viendo, se debatía en su mente, pero el espejo no le mentía, sus ojos... ¡eran de un azul pálido como los de...! Al igual que su cabello. Kyungsoo se desmayó.
—Esta vez su comportamiento fue más controlado. Lo más inusual, fue cuando intentó autoinfringirse, al golpear su cabeza con la ventana.
—Tal vez no estaba intentado herirse, era su forma de escapar.
Kyungsoo escuchó al General Lee y a alguien más manteniendo una conversación a su lado, abrió los ojos y en seguida negó con la cabeza, ya que las palabras no venían fáciles a sus labios, no era ninguna de esas posibilidades, lo estaban malinterpretando, él solo había querido verse en el cristal, pero no pudo controlarse y terminó estrellándose sobre el, tenía el argumento en su mente.
Se sorprendió cuando sus ojos escanearon la habitación, y no había nadie con él, estaba completamente solo; fue en ese momento, cuando notó algo más, había silencio, las voces en su cabeza se habían callado. Tal vez solo había estado teniendo alucinaciones auditivas todo ese tiempo, y algo en su mente había hecho clic.
El soldado había estado en situaciones críticas y confusas durante su carrera militar, pero nada como esto, en la que ni siquiera tenía alguna noción temporal y su memoria había sido diezmada desde antes de lo que creía fue la misión en la quinta dimensión. Así que llamó a la calma, él no se había enloquecido, él seguía siendo Do Kyungsoo, aseguró en su mente, no se sentía diferente, tampoco sentía como si algo estuviera dentro de él. Así que con mesura se levantó del piso acolchado, y se dirigió hacia el espejo, que en realidad era un cristal unidireccional de monitoreo, sus ojos seguían teniendo ese extraño azul anormalmente claro, al igual que su cabello, era completamente azul como el de JongIn, también notó que había crecido desde la última vez que recordaba; eso quería decir, que ya llevaba bastante allí...
La realidad de ese último pensamiento, casi lo hizo enloquecer, gritando, sintiéndose perdido.
«¿Qué mierda está pasando conmigo?, por qué nadie me da alguna razón».
Descansó su frente sobre el cristal, sintiéndose derrotado, se quedó allí con su mente en blanco; pasados los minutos, sus ojos lentamente se ajustaron sobre el cristal y pudo ver claramente a través de este, pero aún había una capa de suciedad que no le permitía ver claramente, no sabía por qué creyó conveniente usar su lengua para limpiar el cristal y sorprendentemente lo consiguió, el vidrio estaba limpio y vio al otro lado, la cara del General Lee, recordó su última promesa, sus ojos se ampliaron e intentó pronunciar el nombre de JongIn, pero su voz era rasposa y su lengua la sentía demasiada pesada para pronunciar correctamente. No podía estar pasando; sino se había enloquecido antes, el tenerlo encerrado como un animal de seguro lo conseguiría.
Kyungsoo no aguantó más y las lágrimas salieron descontroladas; desplomando su cuerpo, terminó en el acolchado piso. No estaba bien, ni física, ni mental, ni emocionalmente; era un completo desastre.
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Primera vez que nos adentramos un poco en la mente de JongIn :0
En este cap pasa un poco de todo, espero hayan tenido una lectura amena.
Gracias, como siempre, por sus mensajes y estrellitas 💖
Pd. **El prox cap no sé cuándo lo publicaré :/