AVISO.
Esto no lo hago con el afán de promover ni mucho menos normalizar una tema tan sensible como lo es la prostitución y todo lo que conlleva esto.
A lo largo de la historia iré relatando las consecuencias y daño que pueden causar todo eso, así que pido discreción, por favor.
Aviso desde ya, y muchas gracias.
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"¿No le dará vergüenza?"
"Es repugnante."
"Asqueroso, personas como tú no deberían de existir."
Esas palabras son algunas de las cuáles él tenía que oír todos los días.
El rubio era tachado como un ser repugnante por el hecho de ser un omega prostituto.
La gente acostumbraba a decirle cosas hirientes y demasiado crueles porque, según ellos, una persona como el no era digno de recibir ni una mínima pizca de respeto. Quizás, tengan razón y no merecía respeto, pero no podían juzgarlo cuando el lo hace para mantener a una bebé, para mantener un hogar estable y no cagarse de hambre.
Taehyung se había convertido en padre a la corta edad de dieciocho años, y digamos que la concepción de su pequeña no fue la manera que el hubiese querido. El castaño había asistido a su fiesta de graduación esa vez, disfrutó de la noche y bebió copa tras copaz junto a su grupo de amigos, y como era de esperarse, se embriagó.
Maldecía internamente su poca tolerancia al alcohol.
Lo cuál, le dejó el camino más facil su querido compañero y estúpido alfa, aprovecharse de él y de del estado tan vulnerable en el que se encontraba. Lo violó y como resultado de esa acción, terminó con un embarazo no deseado. El recordar aquella noche hace que la piel se le erice, también recuerda cuanto lloró mientras el otro lo embestia brutalmente mientras su boca era cubierta callando sus gritos. Podía sentir la respiración agitada del otro sujeto en su oreja y aún puede oír sus gemidos asquerosos.
Desde entonces, no hubo día en el cual no se haya sentido asqueado de sí mismo. Cuando toma una ducha, se refriega tan fuerte todo el cuerpo hasta dejarse rojo, tratando de borrar todo rastro de suciedad que dejó Minjae al tocarlo. Taehyung lloró tanto, tanto que literalmente sintió su cuerpo quedar seco y con el alma hecho pedazos. En un pensamiento iluso, creyó que el contarles sobre el embarazo y pedirle ayuda a sus padres lo haría todo un poco más fácil, pero lo único que ganó fue un rechazo e hasta incluso lo corrieron de casa.
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- ¿Qué quieres, Taehyung? Con tu madre estamos demasiados ocupados como para tener interrupciones.- Espetó su padre.
- Necesito contarles algo.
- Sea lo sea, dilo rapido, Tae.- Esa era su madre.- Realmente necesitamos terminar esto.
El rubio bajó la cabeza y miró sus mano, las cuáles jugueteaban nerviosamente. Se preguntó si estaba bien tomar la decisión de contárselo, tenía tanto miedo de la reacción que pudieran tener, pero de igual forma no era algo que pudiera ocultar toda la vida, en algún momento lo verían con una enorme barriga. Tomando todo el valor que pudo, levantó la mirada hacía ambos que lo observaban coriosos, suspiró hondo y habló.
- Estoy embarazado.
Cerró los ojos, esperando los regaños pero al no oír nada, los abrió nuevamente. Sus padres se encontraban en un especie de shook, el primero en reaccionar fue su padre.
- Dime que es una jodida broma, hijo.
El tono de su voz se volvió algo tan indescifrable.
- No, papá. Estoy en cinta.
Ni bien terminó de decir aquéllo, sintió un fuerte golpe en su mejilla derecha. Lo había golpeado, no se esperaba en lo absoluto eso.
- ¿¡Quién es el padre!? ¡Habla!
Taehyung lo miró asustado.
No podía decirle que era de MinJae, el hijo de su mejor amigo, no le crearían puesto que lo tenían como un ángel. Además, existía la posiblidad de que si le creyesen, lo obligaran a estar con éste, beneficiaria a ambas familias después de todo y él no quería eso.
No quería estar cerca, ni mucho menos tener que convivir con la persona que lo había abusado y ensuciando para siempre.
- No lo sé, fui violado la noche de mi graduación.- Mintió, bueno, no del todo.
- ¡Mientes! Seguro que sabes, pero el tipejo con el que te revolcaste te ha rechazado, a ti y a esa cosa que llevas dentro.- Dijo su padre, con una sonrisa burlona en su rostro.- ¿No es así? Maldigo el día en que te presentaste como un omega.
El menor sintió su corazón romperse pedazo, por pedazo. No podía creer que estuviese oyendo aquéllas palabras salir de la boca de su padre.
- ¿Tanto te costaba ser alfa? Siendo omega eres inservible, solo te utilizan para cogerte y tirarte en el estado que te dejaron. Los omegas no sirven para nada, solo para tener bebés y satisfacer a los alfas u betas, nada más.
- Pa... papá.
- No me llames así. Eres una decepción, pensar que quería un futuro distinto para ti.- Bufó.- Escuchame bien, te quiero fuera de ésta casa, ahora mismo.
- ¿Qué? No puedes decirlo enserio.
- No quiero a una puta en mi casa.
Miró a su madre, quién se encontraba con la cabeza agachada mientras negaba con su cabeza.
- Mamá...
La mujer no dijo nada, solo la vió levantarse rápidamente e irse de la misma forma se retirandose de la habitación, siendo seguida por su padre atrás.
•♡•
Con solamente diecisiete años, el castaño había sido echado del que llamaba hogar y tuvo que escuchar como los vecinos murmuraban cosas al ver sus maletas tiradas y oyendo a sus progenitores gritandoles. Gracias a Dios, su mejor amigo siempre estuvo tratando de brindarle toda la ayuda posible cuando le contó lo sucedido y Jimin, junto a su madre lo recibieron abiertamente en su hogar.
Luego de nueve largos meses, Taehyung al fín había dado a luz a su bebé y al momento de cargarla en sus brazos, sintió toda la tristeza irse por unos instantes. Recuerda como la admiró con tanto amor y la manera en la que sonrió mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. Su hija lo era todo, sería su pilar toda la vida, por quién hasta sacrificaría la misma. En ese momento conoció el verdadero amor.
Su pequeña Ailee era la niña más bonita y amorosa del mundo, que a pesar de tener solamente seis meses de edad, era bastante inteligente y entendía bastante lo que se le decía, cosa que le sorprendía bastante. Ailee tiene los ojitos color miel, estos expresaban amor y dulzura por doquier, pestañas largas, labios gruesos en forma de corazón y tez un poco canela como la suya. Le agradecía inmensamente al cielo el hecho de haber salido casi completamente idéntica a él, a excepción de su cabello azabache, eso lo habia heredado de MinJae.
No era por presumir, pero su hija es tan preciosa que literalmente podría se modelo a su corta edad.
- ¿Tienes más clientes hoy? Además de JaeBum. - Preguntó Jimin.
Durante todo éste lapso del tiempo, Jimin había sido su único apoyo y familia. Es quien lo acogió y estuvo cuando todos lo dejaron, limpió sus lágrimas, le brindó los mejores abrazos y consejos que le reconfortaba el alma, también cuidaba de Ailee cuando el tenía clientes.
Su trabajo no le daba orgullo, digo, no quería ser un prostituto o puta, como suelen llamarlo. Pero, era lo único que le hacía ganar lo suficiente para pagar todos sus gastos, las cuentas del departamento y para cubrir todos los gastó que su bebé requería. Sin contar que también tenía que pagar sus estudios.
Si, Taehyung efectivamente había entrado a la Universidad, estaba estudiando ingeniería, amaba todo lo que tuviera que ver con eso. No pensaba vivir a costa de la prostitución, claro que no, sólo hasta que pudiera terminar la carrera y poder darle una vida digna a su pequeña.
- Si. Tengo tres horas con el señor Choi.- Contestó, desanimado y asustado al mencionar a tal alfa. Es inevitable que el escalofrío recorriera todo su cuerpo, aún recuerda la última vez con él.
- ¿El que te golpea brutalmente? - Elevó una ceja dudoso. Asintió sin decir nada. - Deberías de cancelar los encuentros con él, Taehyung. Ese tipo, literalmente, te muele a golpes.
- No estoy en condiciones de negarme, después de todo, yo acepté éste trabajo sabiendo con lo que me toparía por el camino.- Le respondió, encogiendose de hombros. Y no mintió, en verdad sabía que podía pasar y encontrarse con alguien como ese hombre.- Además, el señor Choi me paga bien, demasiado diría yo.
- Pero eso no cubre las heridas y moretones que te deja. Sólo me preocupo por ti, temo que algún dia termine por matarte con la locura que tiene en su mente podrida.
- Te prometo que eso no pasará.
Jimin no puede creerle eso tan siemplemente, sabe que a lo que se dedica su amigo no es nada seguro. Tenía tanto miedo de que esa situación pasara a mayores, no quería que vaya con aquel alfa para que luego lo dejara totalmente herido y demacrado al terminar la sesión, pero asiente haciendo sonreír al otro.
- Vendré por ella a la noche.- Informa.
- Cuídate mucho y avisame cualquier cosa.
- Si, Mochi.- Asegura, dándole una calida sonrisa. - Hasta luego, mi amor. Papá va a echarte mucho de menos. - Se despide de su hija, dejándole un beso en su mejilla y luego saliendo a las corridas del hogae de su amigo.
- Pequeña, ¿Qué haremos con el necio de tu padre?- Sonríe al ver a la bebé con la una mueca de confusión en su carita.- Voy a comerte a besos si no dejas de ser tan tierna.