El Ascenso De Un Alfa ©

By AMH120

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Noah es un chico que a penas conoce su mundo, pero antes de tomar el cargo como el nuevo alfa; él cree que de... More

Prólogo
Capítulo Uno: El Novato
Capítulo Dos: Lejos De Casa
Capítulo Tres: Una Mano Amiga
Capítulo Cuatro: Perdiéndose
Bonus Familia Hale
Capítulo Cinco: Asesina
Capítulo Seis: Si Puedes Escuchar
Capítulo Siete: Camino A Casa
Capítulo Ocho: Blake Shadow
Capítulo Nueve: Cuando Te Deje
Bonus Familia Hale
Capítulo Diez: Misericordia
Capítulo Once: Resignación
Capítulo Doce: Conóceme
Capítulo Trece: Menguante
Capítulo Catorce: Pronto En Casa
Bonus Familia Hale
Capítulo Quince: Cazador Cazado
Capítulo Dieciséis: Nueva Luna
Capítulo Diecisiete: La Elegí
Capítulo Dieciocho: Cicatrices
Capítulo Diecinueve: Confusión
Bonus Familia Hale
Capítulo Veinte: Tu Decisión
Capítulo Veintiuno: Renuncio A Ti
Capítulo Veintidós: De Nuevo En Casa
Capítulo Veintitrés: Adiós
Capítulo Veinticuatro: Soltarte También
Capítulo Veinticinco: Enemigo Natural
Capítulo Veintiséis: Nuestra Historia
Capítulo Veintisiete: Cambios
Capítulo Veintiocho: Mi Sacrificio
Capítulo Veintinueve: Nuevos Mundos
Capítulo Treinta: Min Månen
Capítulo Treinta y Uno: Mío
Capítulo Treinta y Dos: Nubes e Ilusiones
Capítulo Treinta Y Tres: Cuidaré De Ti
Capítulo Treinta y Cuatro: El Hombre De Tu Vida
Capítulo Treinta Y Cinco: Verdad
Capítulo Treinta Y Seis: Tyler Hale
Capítulo Treinta Y Siete: Heredero
Capítulo Treinta Y Ocho: Los Hale
Capítulo Treinta Y Nueve: Nuestro Pasado y Futuro
Capítulo Cuarenta Y Uno: Vuelve
Capítulo Cuarenta Y Dos: Príncipe Demente
Capítulo Cuarenta Y Tres: Por Su Amor
Capítulo Cuarenta Y Cuatro: Todo Cambia
Capítulo Cuarenta Y Cinco: ¿Qué Más Quieren De Mí?
Capítulo Cuarenta Y Seis: Arconte De Luna
Capítulo Cuarenta Y Siete: Familia y Justicia
Epílogo
Agradecimientos
La Creación de un Alfa

Capítulo Cuarenta: Volví Por Ti

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By AMH120

Noah

Sostuve a Baruk en mis brazos cuando me puse de pie y negué varias veces al ver a Jake.

No era justo. Él no tenía derecho a dejar que ella viniera y mucho menos sin avisarme lo que iba a hacer. Esto también me competía a mí, era mi decisión, no la de él.
En realidad, pensar en verla no era lo correcto y en el fondo de mí sabía que había algo malo en todo esto. Sentía que estaba traicionando a Mara al ver a Emily.

—¿Qué fue lo que hiciste?

Miré a Jake molesto y él entendió mi sentir.

—Tienes que escucharme —negó varias veces con la cabeza para defenderse—, yo no sabía lo que me iba a encontrar cuando Albert me habló en la mañana para que fuera a la empresa. Pero debes escucharla porque es importante.

—No, tú no tenías derecho a decidir sobre esto. Al menos, debiste avisarme o llevarme contigo antes de traerla hasta aquí  —espeté—, ¿Tienes idea de lo que esto significa? ¿De lo que Mara puede hacer cuando se entere? Esto lo va a tomar como una traición y yo ni siquiera estaba enterado.

—Esto no fue planeado y te lo puedo jurar ante lo que tú quieras —negó de nuevo y vi la preocupación en su mirada—, pero de verdad, ahora debes escuchar lo que ella tiene que decirte porque es importante, Noah. Es más grande de lo que puedes creer.

—No —. Negué al ver a Emily—. Perdóname pero no puedo.

—Por favor —dijo ella y trató de acercarse—, necesito que me escuches, lo que tengo que decir es importante para los dos.

—No, perdóname, no puedo —dije de nuevo—, esto no está bien. No debiste venir.

—Noah deja que te explique, por favor —. Suplicó Jake.

—Dije que no —. Espeté molesto con la situación tensa en la que ellos me habían puesto.

—¿No quieres escuchar lo que puedo decirte? —murmuró molesta—, ¿No tienes curiosidad de saber por qué vine?

—Siendo honesto, no y no me interesa saberlo.

—Pues supongo que tu esposa sí —. Afirmó y detrás de aquella seguridad en sus palabras podía sentir que algo no marchaba bien, que ella estaba aquí con un propósito y no se iba a ir hasta conseguirlo y temía que lo hiciera. Que llegara a destruir lo que yo a penas estaba comenzando a construir.

—¿Qué? —. Cuestioné.

—Mara debe saber que estoy aquí y por qué.

Ella me miró serena y yo negué de nuevo.

—¿Eso qué quiere decir? —negué molesto con su silencio—, ¿De qué mierda hablas, Emily? ¡Contesta!

Ella pegó un brinco al escucharme molesto y también lo hizo Baruk quien comenzó a llorar en mis brazos y tuve que mecerlo para calmarlo. Por momentos olvidaba que a quien debía proteger ante cualquier cosa era a él. No debía dejarme cegar por el enojo que ahora me estaba embargando.

—Perdóname, Baruk. Papá no quiso gritar —. Murmuré besando la frente de mi hijo haciendo que se calmara poco a poco para después mirar a Emily de nuevo—. Sigo esperando una respuesta, ¿De qué hablas?

—Me refiero a lo que Mara me hizo cuando tú te subiste al avión con ella y lo que ahora hace cuando tú no la miras.

—¿Qué cosa dices? —. Dije incrédulo.

—Hablo de que tu mujer me alejó de ti siempre y durante todo éste tiempo ha estado haciendo cosas a tus espaldas.

Yo miré a Emily y retrocedí un paso. No podía creerle porque yo conocía a Mara, pero algo en su voz me hacía dudar y eso no estaba bien. Yo confiaba en Mara pero esto era algo que por más que le buscaba sentido, no lo tenía.
Baruk me tomó de la barbilla y lo miré sintiendo que el aire se escapaba de mis pulmones. Ahí estaba mi hijo, ¿Él debía escucharlo también?

—Lleva a Baruk a casa —. Le dije a tío Jake—. No le digas nada a nadie, no quiero que Mara se entere de esto ahora.

Jake asintió y de inmediato tomó a Baruk en sus brazos para alejarse.
Yo miré a mi hijo y sentí que el pecho se me quebraba cuando supe que estaba alejándolo de mí y no sabía si estaba mal o bien lo que estaba pasando, pero tenía que alejar a Emily de aquí o esto se iba a poner como campo de guerra en cuanto Mara se diera cuenta de lo que estaba pasando.

Tenía un mal presentimiento.

—Debes irte —negué al verla de nuevo—, por favor.

—No —negó de inmediato—, debes escucharme. No es todo lo que tengo que decirte.

—No.

La tomé de la muñeca para hacerla caminar pero ella se jaló de mi agarre para detenerme.

—Noah, por favor —. Suplicó.

—No, Emily.

—¡Noah! —. Espetó molesta y la miré al soltarla.

—Dame una buena razón para hacerlo —espeté molesto, no quería escucharla, no debía hacerlo pero algo en ella me estaba alterando porque aún con los años yo podía sentir su dolor—, dame una maldita razón para hacerlo, Em.

Ella me miró sorprendida al ver que le había gritado, en realidad, no me gustaba hacerlo pero ya no deseaba escucharla más.

—La razón suficiente es que Megan ha desaparecido —negó—, y eso es culpa de Mara.

Yo la miré a los ojos y supe que en su mirada había dolor. Algo que yo mismo había jurado borrar desde que la había visto y lo peor era que no era mentira. Ella de verdad creía en lo que salía de su boca.

—¿Qué?

—Megan halló la carta que le diste a Blake y se empeñó en buscarte por su propia cuenta —. Negó asustada—. Yo sabía que tenía que detenerla, pero justo antes de que ella bajara del avión que la traía hasta acá, ella desapareció.

—Eso no puede ser verdad, en la carta, yo no la mencionaba.

—Pero sí a mí.

Yo dejé de mirarla por un momento pero ella se aferró a mi mano para hacer que la mirara de nuevo.

—Ella sabe que le dijiste a Blake que me cuidara y que se quedara conmigo porque tú no ibas a volver jamás —murmuró—, ella me veía y sabía que te buscaba así que se le hizo fácil tratar de buscarte por su propia cuenta.

—Yo le di mi pluma —. Negué varias veces—, pudo usarla. Quizá con ello yo podría encontrarla ahora que...

—La pluma desapareció de su habitación hace años —afirmó irritada de verme buscar la solución más obvia—, alguien se la llevó y tú sabes perfectamente quién fue. La haz tenido en tu cama todo éste tiempo.

Yo la miré sorprendido y negué ante mis pensamientos que de inmediato formaban el rostro de la que ahora era mi mujer. No podía ser verdad. Ella no podía ser capaz de hacer una cosa tan vil y tan cruel.

—¿Nunca te preguntaste qué pasó? —. Susurró—. ¿Jamás pensaste o deseaste buscarme?

—Todos los días durante un año —murmuré—, pero también sabía que no me competía ya. Tú así lo decidiste.

—No, no lo hice así.

—Por supuesto que sí.

—Es que no tenía opción.

Yo la miré confuso y ella negó.

—Yo te alejé porque tenía miedo a no ser lo suficientemente buena para ti porque yo siempre supe que en ti había un hombre increíble y fuerte —sonrió triste—, pero yo no era la mujer más fuerte, ni la más guapa ni lista. Yo no me podía comparar contigo porque no era ni la mitad de lo que tú eres.

—Yo nunca te pedí cambiar para ser lo que quería —negué con la cabeza—, yo siempre te hice saber que te quería por quien eras y no por lo que otros decían de ti. Siempre te di la oportunidad de defenderte ante mí y todo lo que me decías para mí era la única verdad que yo aceptaba. La única.

—Entiende que fue difícil salir de una vida llena de mentiras y de dolor. No estaba lista para apartarme de mi hija y tampoco para ser la mujer que querías —susurró—, tenía miedo de ser un fracaso para ti.

—No, no eso no es verdad.

—Noah, es verdad.

—¡Yo te quería! —. Grité con fuerza y retrocedí un paso al sentir la importancia en mi cuerpo—. Yo te quería sin importar nada y tú me lastimaste. No te importó dejarme aún cuando yo estuve a punto de dejar de lado mi vida, de poner en pausa mis planes, de dejarlo todo por ti. ¡Nada de eso te importó jamás!

—Lo sé, perdón. Te lastimé y me arrepiento —sollozó—, sé que te hice daño pero debes saber que no miento cuando te digo que yo me arrepiento y que hice todo lo que pude por volver a ti pero no pude. Mara me lo impidió a toda costa.

Yo la miré y negué.

—¿Qué fue lo que pasó realmente? —dije sabiendo que lo que ella diría de verdad iba a ser un golpe de Mara muy bajo y quizá ni siquiera yo, incluso con todo mi poder, podría resolverlo—, quiero saberlo, dímelo todo por favor.

—Yo no deseaba hacerte daño, cuando subí al avión me di cuenta de que no podía dejarte y traté de volver en cuanto Megan me aceptó y Blake lo entendió —. Dijo y de su mochila sacó una fotografía que me extendió—. Ambos entendían que mi lugar no era ahí sino contigo.

Yo tomé la fotografía y por inercia sonreí al ver a Emily abrazar a Megan. Estaban contentas la una con la otra y en definitiva se notaba el crecimiento de la misma niña que una vez sostuve en mis brazos, misma que ahora era toda una adolescente. Ya era mayor pero aún había un rastro en ella de la niña pequeña que solía llevar en mis brazos.

—Ella te sigue recordando como su amigo ángel —afirmó—, y sé que está buscándote.

Yo la miré y negué.

—¿Por qué no volviste entonces?

—Traté de hacerlo pero Albert no me ayudó a encontrarte por órdenes de Mara.

—Eso no es posible, ella no tiene poder sobre él porque no trabaja para ella sino para mi familia —pensé en voz alta—, él es el hombre más fiel que los Lawrence tienen en tu mundo.

—Tienes razón, ella no tenía ése poder sobre él hasta que Jake le ordenó a Albert que no lo hiciera porque ella lo engañó diciendo que era lo mejor para que nadie te encontrara.

—¿Estás segura de eso?

—Ella borró todo rastro de ti y Jake me lo confirmó hace un rato.

Yo negué varias veces y las miré.

—Es imposible, ella no haría eso —pensé lo que dije—, Mara no haría eso. Ella me protegió, sí, pero sé que no lo hubiera hecho a propósito. No al saber lo que me importaba.

—Blake me ayudó a rastrear cada pista que tenía de ti, he viajado por Noruega por tantos años que hasta aprendí el idioma.

—¿Todo éste tiempo viajaste y no me hallaste? —. Dije incrédulo.

Sabía que Månen estaba oculto del mundo exterior y que para un humano era imposible hallarla porque no era simple, sin embargo, sabía que la gente contaba leyendas de éste lugar y que se acercaban a la verdad. Podrían hallar éste lugar si seguían el acertijo de la leyenda porque hacía referencia a la montaña del lobo que se hallaba cerca de aquí y desde donde se veía Månen para quienes tenían una buena intención.

Donde el lobo aulla es donde la hallarás.

—No es fácil hallar algo que no existe para los demás —. Dijo irritada—. ¿Sabes lo tonta que me veía preguntando por un lugar al que nadie conocía? ¿De lo que se reían de mí? Todos pensaban que estaba loca o que alguien me había engañado.

—Lo sé, fue tonto de mi parte decirlo —. Asentí entendiendo todo.

Ella suspiró en resignación.

—En uno de mis viajes me di cuenta de que todas las pistas eran falsas, que en realidad tú no estabas ahí y que nunca lo estarías porque alguien plantaba cada pista para hacer que yo fallara. Me alejaba.

Ella me miró y su semblante cambió a algo más nervioso en verdad, parecía que lo que me iba a decir era algo de lo que ella dudaba en hablar.

—Cando lo noté, me enojé porque pensé que jamás te hallaría de seguir así y fue entonces cuando le pedí a Blake que me ayudara a tomar la empresa de tus padres.

—¿Qué? —dije incrédulo—, ¿Atacaste a la empresa Lawrence?

—Era la única manera de hacer que me dijeran dónde estabas y no me equivoqué porque de inmediato Jake apareció y me dijo que era tu tío cuando le confesé la razón por la que estaba ahí —dijo en un tono triste y en un timbre levemente fuerte—, necesito tu ayuda y él lo entendió.

—No puede ser verdad...

Pensé en todo lo que decía y en mi mente no podía creer lo que ella me contaba. Parecía real pero no podía creerlo. Mara no era así y ella tampoco. Había cambiado.

—No puede ser posible... —. Susurré y le di la espalda.

—Mara impidió hasta el último momento que yo te encontrara pero no pudo seguir haciéndolo en cuanto Jake me vió —dijo tomándome del brazo para que la mirara—, él entendió todo y se apiadó de mí al dejarme venir aquí, para verte porque sabía que tú podrías ayudarme.

—No tenía derecho.

—Lo sé —asintió—, me dijo a lo que me atenía al llegar aquí y créeme que lo entiendo. Sé que tú vida tenía que seguir puesto que yo no estaba más en ella. Siempre supe a lo que me atenía cuando te busqué por tantos años pero tú eres el único que puede hallar a Megan ahora.

—¿Por qué yo? Blake tiene hombres para eso.

—Porque fue un amigo de Mara la última persona que vió a mi hija.

—¿Amigo?

—No sé cómo se llama —asintió—, pero lo vi una vez cuando hizo negocios con Blake. Él quería saber qué es lo que buscaba Mara cuando lo visitó y Blake accedió a decirle con la promesa de que alejaría a Mara de nosotros.

—Eso no puede ser verdad.

—¿De verdad la amas tanto como para no ver la verdad?

Yo me alejé de ella cuando me miró triste. No quería ser grosero pero en mi mente no estaba cómodo sintiendo sus manos en mí. Era como si mi propio cuerpo recordara su traición y quisiera alejarse de ella a toda costa.

—Sé que estás con ella, lo supe porque Jake me lo dijo y también porque yo lo intuía al ver que no me buscaste jamás.

—No te equivoques, yo no te busqué porque tú así lo quisiste —. Espeté con enojo y me erguí en mi lugar siendo orgulloso—. Y sí, en efecto, Mara es mi mujer ahora y es la madre de mis hijos. Mi luna.

La vi tensar su cuerpo en cuanto le dije que Mara ahora estaba conmigo, creo que ya se lo esperaba, pero no se había imaginado cómo eran las cosas desde que ella no estaba en mi vida.
No me arrepentí de decirlo, tenía que saberlo para que ella misma no pensara que su visita iba a cambiar algo en la vida de ambos, sin embargo, la forma en la que lo dije quizá no había sido la mejor. No deseaba lastimarla.

—Sé que tienes hijos.

—Así es —dije más tranquilo cuando contesté su pregunta—, trillizos en realidad. Se llaman Barak, Nalu y Nora.

Ella sonrió a medias y negó.

—Felicidades, sé que siempre quisiste una familia grande.

—Eso es... —murmuré—, verdad. Gracias.

—Entonces ahora sabes lo desesperada que estoy sabiendo que la única persona que puede hallar a mi hija eres tú —murmuró—, el hombre que está unido a aquella mujer que me lo ha quitado todo.

Yo asentí aceptando aquello y me abstuve de pensar en mi mente lo que ella me había dicho.
No podía creer todavía lo que me había confesado acerca de Mara pero también tenía en la cabeza la idea de que a penas Mara lo supiera, ella iba a venir aquí y armaría una batalla que estaba seguro que no iba a salir bien para nadie. Además, no quería que ellas se enfrentaran de nuevo porque ahora mismo sabía que Mara podría dañar a Emily y que ella ya no se iba a dejar.

Lucía más fuerte que nunca.

—Debes irte ahora, te ayudaré, pero primero debo hablar con ella. Mara debe decirme la verdad de todo esto.

Ella me miró triste y noté como su mirada era diferente ahora. En definitiva había cambiado bastante a como yo la recordaba.

—Pero...

—Perdona, no puedo dejarte aquí sabiendo que Mara en algún momento se enterará, no es correcto.

—¿Y fue correcto que ella te mintiera? —negó molesta—, ¿Qué me alejara de ti y desapareciera a Megan?

—Eso no lo sabemos aún —. Suspiré confuso al verla. En definitiva aquella respuesta no me la esperaba.

Emily era otra.

Su ropa era diferente. Ahora vestía un pantalón de mezclilla y un suéter de un color claro que la hacía ver realmente más grande a su edad, parecía que en todo éste tiempo ella había madurado lo suficiente como yo. Incluso su mirada había cambiado a pesar de que me miraba con los mismos sentimientos en ella; ahora se veía que ella era más sensible e incluso que estaba más arrepentida que antes. Lo que tanto pedí cuando ella me dijo que no me quería a su lado jamás.

—Lamento esto —susurró—, de verdad, lo lamento todo. No debí dejarte cuando me necesitabas y me arrepiento todos los días por ello. No tienes ni idea de lo que me duele ver que aunque yo te diga la verdad no me crees porque estás enamorado de ella mucho más de lo que me amaste a mí.

—No compares el amor jamás —negué—, no es igual, lo sé, pero no fue mi culpa.

—Ya lo sé —sollozó—, yo sé que la que se equivocó fui yo. Que la perdió fui yo porque tú ya no me amas.

Yo la miré y traté de ser cauto al acercarme aunque no estaba seguro si aquello era bueno o malo puesto que sus palabras me dolían también.

—Yo también lo siento —murmuré—, pero debes saber que en medio de todo esto está tu hija. No quiero que te confundas, te ayudo por ella pero esto no dice nada entre los dos. Yo ya elegí mi destino.

—Lo sé.

Yo la miré y noté que una lágrima resbaló por su mejilla.

—No, no llores Em —murmuré me acerqué a ella para llevarme su lágrima—, no quiero que llores.

—Es fácil decirlo pero no es sencillo aceptar que, por más que luché y traté de volver a ti, fue tarde —. Ella acarició mi mejilla y trató de aguantar su llanto—. No sabes lo que me arrepentí de haber vuelto a Chicago sin ti. No supe que te amaba tanto hasta que desapareciste de mi vida y lo peor es que yo lo causé. Yo te alejé de mí por miedo. Por estúpida.

—Encontraste a tu hija —negué—, eso no tiene precio, Em. Siempre vas a tenerla.

—¡Es que no entiendes que ella ya no está!

Yo quise abrazarla, sin embargo, no sabía si hacerlo era la manera más correcta de arreglar todo esto. Si Mara había mentido o no, era un tema que tendría que aclarar con ella pero esto es diferente. Yo también tenía claro que Mara es mi esposa ahora y sobre todas las cosas me debía a ella incluyendo mi respeto. Esto no era correcto.

—Me arrepiento de todo pero lo que más me duele es que ni siquiera a ella pude cuidarla como se supone que debía hacerlo —negó furiosa consigo misma—, yo no debí buscarte, debí aceptar que no te hallaría jamás y cuidar de ella. No debí llegar tarde aquel día y me arrepiento porque sé que de haber estado a tiempo ella estaría aquí, conmigo.

—Lo lamento, Emily.

Yo negué.

—Yo también —. Escuché decir a Mara.

Ella estaba a solo unos pasos de ambos y yo retrocedí solo uno sabiendo que Emily estaba demasiado cerca de mí.

—No sabía que tendríamos visitas —. Siseó al ver a Em.

—Claro que lo sabías —dijo Em—, tú misma me alejaste todo éste tiempo. Te encargaste de hacerlo para que no llegara a Noah de nuevo, te aprovechaste de él y de mí, pero te juro que ya no será así. No me vas a separar de lo que amo.

Mara no dijo nada y aquello me sorprendió puesto que imaginé que se negaría. Que era mentira.

—¿No vas a negarlo? —. Murmuré.

—¿Para qué? —negó confiada—, yo gané.

Yo la miré sorprendido y negué varias veces cuando sus palabras hicieron eco en mi cabeza.

—No, no es cierto —susurré—,  ¿Verdad? No pudiste hacer algo así.

—Dijiste que no querías verla y yo me encargué de hacerlo realidad, te protegí de ella para que no te lastimara de nuevo y sí —asintió—, yo sabía que algún día Emily iba a hallar la manera de encontrarte, pero como lo dijiste antes, ya es tarde. Tú me elegirías sobre ella, ¿No es así?

Yo vi en sus ojos una maldad que no pude creer y tampoco pude escuchar de nuevo a mi mente. No podía ser verdad que ella ni siquiera lo negó, solo lo admitió como si estuviera orgullosa de eso, de que me engañó.

—Me mentiste... —murmuré—, jamás mencionaste lo que hiciste.

—Noah...

—No —negué alejándome de ella al sentirme traicionado por mi propia mujer—, ¿Qué fue lo que hiciste?

—La alejé de ti para evitarte todo esto. Yo no quería verte sufrir más y decidí que la manera más fácil de hacerlo era alejando a aquello que te causaba dolor y que no te dejaba vivir en paz.

Yo no la seguí mirando, sin embargo, aquello Emily lo entendió bien y la retó con su mirada.

—Esto es lo que deseabas y ahí está —dijo Mara a Em—, ya tienes a Noah de nuevo frente a ti, ganaste pero no te llevaste el premio.

—Tú...

Vi a Emily tratar de llegar a Mara y me interpuse en su camino antes de que alguna de las dos pudiera dar su primer golpe.

—No, no lo hagas.

—Pero Noah, ¡Ella sabe dónde está Megan!

—No es verdad —negó Mara—, no sé dé que hablas. De verdad, yo no sé nada acerca de tu hija.

—¡Mientes!

—¡Yo no haría eso jamás!

—¡No mientas!

—¡Ya basta! —. Espeté.

—Pero...

—Si dice que no lo hizo, es porque no fue así —. Dije a Em.

Yo la miré a los ojos y sentí que de nuevo aparecía aquel dolor que hace años había dejado mi cuerpo. Era como si mi alma tuviera memoria y me estuviera recordando lo que sentí cuando ella me alejó, solo que ahora era diferente. Tenía la misma intensidad pero ahora parecía que la que la persona que estaba haciendo daño era yo. No ella.

—Veo que es verdad —dijo Em al verme a los ojos—, Mara tenía razón, tú la amas tanto que no me vas a creer.

—Eso es porque me conoce y sabe que jamás haría algo así —espetó—, acepta que perdiste y déjame tranquila con mi familia, ¡Lárgate de nuestras vidas!

—Mara —la miré molesto—, basta ya.

Yo dejé de mirarla y negué para mirar a Emily de nuevo.

—Debo llevarte a casa, no estás segura aquí.

—No hasta que ella me diga qué es lo que le hizo a Megan —negó molesta—, ¡Ella sabe donde está mi hija!

—¡Que no es verdad!

Mara me miró y negó varías veces.

—Te lo juro, Noah. Yo no le hice nada a ésa niña —. Dijo desesperada.

—Mara —susurré mirándola—, ¿Pero qué es lo que hiciste?

—Nada, de verdad, te lo juro.

—Que poca vergüenza tienes —. Dijo Emily.

Emily negó dejando en el suelo su propia mochila. Yo la reconocía, era la misma que yo le había entregado la vez que me dejó en el aeropuerto de París cuando se marchó en un avión directo a Chicago. Dejándome ahí sin nada. Sin nadie.

—Ahí está todo lo que me diste, no lo quiero.

—Em, eso es tuyo —. Negué tomando la maleta para extenderla de nuevo hacia ella—. Yo te lo di.

—Yo no quiero nada de ti —negó varias veces limpiando sus mejillas para borrar las lágrimas que salían de sus ojos sin control—, vine a pedir tu ayuda porque confiaba en tu juicio pero ahora mismo me arrepiento. Debí alejarme en cuanto tuve la oportunidad y evitar que a Megan le sucediera algo porque sé que esto fue su venganza para que me detuviera. Para que te dejara y debí hacer caso. Ahora Megan no está y no sé qué mierda es lo que voy a hacer ahora.

Iba a acercarme a ella para decirle que no era así. Que la apoyaba, sin embargo, me detuve al oler algo en el aire que de inmediato activó mis sentidos y di unos pasos frente a ella para reconocer al portador de ése fétido aroma. Olía a muerte.

—Pero claro que Mara no le hizo nada a la dulce Megan. Ella sería incapaz de tocar a un alma inocente aunque de ello dependiera su propia vida.

Miré al hombre que se acercó a nosotros y de inmediato coloqué a Mara detrás de mí junto a Emily.
No lo conocía, es verdad, pero sabría reconocer la maldad en los ojos de cualquier vampiro.

—No me esperaba una rencilla entre ustedes, aunque admito que fue la distracción perfecta para llegar a ti —rió al ver a Mara—, no me habrás olvidado, ¿Verdad, amorcito?

—Vete de aquí, Roy.

Yo gruñí al escuchar su nombre y de inmediato dejé que él notara como mis ojos se encendían en un brillante azul. Listo para atacar.

—¿Dónde está Megan? —. Espeté.

—Eso yo no lo sé y aunque lo supiera, créeme que no te lo diría —. Sonrió.

—¡Maldito!

Vi a Emily tratar de dar un paso hacia él pero la detuve en cuanto pasó a mi lado. Debía protegerla ahora también.

—¿Quién es ella? ¿Tu segunda hembra? —la miró—, encantadora mujer y tiene un espíritu salvaje. Que gusto me da compartir algo más contigo, así me gustan también.

Yo no dejé de mirarlo a pesar de que seguía provocándome. No deseaba darle la espalda puesto que no estaba subestimando a aquel idiota.
Puse una de mis manos en mi espalda y de inmediato empecé a crear con mi magia una llama sin que él lo notara o eso es lo que creí.

—Oh, Noah —rió—, de verdad, ¿Me crees tan estúpido como para venir a tomarte así nada más?

—No me subestimes —. Negué—. No me conoces.

—Por supuesto que sí —sonrió y estiró sus manos hacia mí—, ¡Atrápenlo!

Yo de inmediato lancé mi primera llama a Roy y tomé la mano de Mara para protegerla detrás de mí, sin embargo, una cadena sujetó mi otra mano antes de correr y fue Mara quien trató de liberarme.
Traté de mirar a mi alrededor pero me sorprendí al ver a Emily levantar su mano en donde sostenía un arma que sin dudarlo comenzó a disparar en contra de los hombres que comenzaron a rodearnos.

—No puedo.

—¡Apresúrate! —. Espetó Emily y miró a Mara.

Yo intenté liberarme con fuerza pero aquellas cadenas me estaban quemando la piel y entre más movimientos hacía, más me lastimaba a mí mismo. Era como si aquellas cadenas estuvieran siendo más astutas que yo y fueran capaces de aprisionarme incluso ante mi propio poder porque no me dejaban ni siquiera iniciar una llama en la mano que tenían sujeta.

—Es... Imposible —. Susurré viendo mi poder ser neutralizado por aquella cadena en mi muñeca.

Ahí lo entendí. No iba a salir de ésta.

—Mara escúchame.

Tomé con mi otra mano la de Mara y negué al verla a los ojos.

—Vete de aquí —. Espeté.

—No —. Espetó tratando de tomar mi mano y negué alejándola de mí en un intento desesperado por hacer que ella corriera lejos de aquí en cuanto Roy se acercó amenazante.

—¡Largo! —grité—, ¡Lleva a Emily contigo!

—No me voy sin ti —. Negó Emily y se acercó a ambos haciendo que yo negara.

—¡Váyanse!

—¡Eso no pasará! —. Gritó Roy tomándome de la cadena para jalarme con más fuerza haciendo que gimiera de dolor cuando comenzó a quemarme.

Tenía dos opciones, liberarme y pelear o mantener a salvo a las dos.

Con la fuerza que me quedó, abrí un anillo del tiempo y empujé a ambas hacia él. No fui consciente de lo que hice ni el lugar al que mi mente las había mandado, sin embargo, no lo pensé más y antes de que alguien pudiera seguirlas, lo cerré rápidamente y caí de rodillas al suelo cuando otra cadena sujetó mi mano libre.
Ambas cadenas se estiraron y me dejaron expuesto ante Roy quien me miró con una sonrisa al acercarse y pararse frente a mí.

—¡Mierda! —. Espetó molesto—. Pero sí que eres astuto.

—No vas a tocarlas jamás —. Gruñí y jalé de mis cadenas para acercarme a él y escupirle en la cara.

Él se limpió el rostro y sonrió para mirarme de nuevo y golpearme en la cara para hacerme caer al suelo.

—¿Tú crees?

Él me tomó del cuello y yo gruñí al sentir que mis poderes eran bloqueados e incluso no podía convertirme. Estaba siendo un inútil.

—Yo tengo lo que ellas quieren y eso va a hacer a Mara venir a mí tarde o temprano —sonrió—, tal vez tú te quedaste con ella pero yo soy el que la conoció mejor y créeme cuando te digo que voy a ganar ésta guerra.

Él me soltó en el suelo y de inmediato sentí como me atacaron por la espalda dejando clavada en ella una daga que me hizo arder la sangre. No sabía lo que era pero sí sentía como poco a poco estaba perdiendo las fuerzas de mi cuerpo para dejarme llevar por el dolor que me embargaba.

—Vamos, hay que sacarlo de aquí.

—Te vas a arrepentir de todo esto —. Susurré al quedarme en el suelo.

—No, Noah, tú vas a ser el que se arrepienta de todo por haberme subestimado demasiado —. Rió.








Nuevo Capítulo.

Espero que les guste mis Wattis. Nos acercamos a nuestro gran final y pronto vamos a descubrir el bien o mal que puede hacer Roy.
No se olviden de votar por los capítulos de la historia, me gusta ver siempre sus estrellitas✨

Pd: es el cap más largo de la historia, ¡Emocionante!

¡Saludos! 💛🤠

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Conmocionada, me quedé de pie sin poder moverme luego de leer las dos palabras que aparecían en mis resultados de la ecografía. ≤¡Solo Sucedió una ve...