¿Qué ha sido lo más idiota que alguna vez han hecho en su vida? Además de pedir dos dólares de algo y al final preguntar "cuánto le debo" al vendedor, por supuesto.
Yo definitivamente fui un idiota por haber seguido al rubio radioactivo que no conocía en lo más mínimo.
Pudo haber sido un ladrón, un violador, un mafioso, tal vez un matón o 一en el peor de los casos一 un imbécil manipulador que no sabe respetar el espacio personal, o algo parecido. Las posibilidades eran infinitas, la mayoría eran negativas, pero allí andaba yo como todo un estúpido, parado recto a cierta distancia dentro de una casa para huéspedes bastante modesta mientras que el que me había llevado hasta allí miraba y perseguía con ojos de perrito a un alto pelimorado que por lo que sabía se llamaba Choi Soobin.
一Soobinnie, por favor~ 一rogó el rubio en un tono exageradamente agudo y meloso.
No era un ladrón ni un violador, al menos, aparentemente solo era el sinvergüenza de sus amigos.
Luego de habernos encontrado, Yeonjun me guió hacia una casa de huéspedes de dos pisos visualmente atractiva y ubicada en los alrededores del centro de la ciudad. Al inicio creí que sería una víctima de algún acto delictivo y acabaría peor que antes, pero grata fue mi sorpresa cuando resultaba ser que la famosa vivienda estaba en un barrio bastante pacífico, o al menos lo suficiente. Fuimos recibidos por un alto hombre de cabello morado y labios abultados que si no hubiera tenido esa expresión fastidiada al ver a Yeonjun me habría parecido realmente atractivo.
Regresando al inicio, la expresión fría del más alto no cambió ni por un segundo, con sus ojos oscuros clavados sobre el rubio como si pudiera atravesarle el alma hasta a mí me daba miedo.
一No 一respondió firme por tercera ocasión, Yeonjun se quejó como un bebé一. Siempre que traes gente ocurre un desastre, no, gracias 一añadió en un timbre aún más cortante, todo eso sin dejar de caminar en ningún momento, buscando alejarse del muchacho pegostoso一. La salida está por allá.
一¡Sé más respetuoso con tu Hyung!
El nombrado Soobin suspiró con molestia a la vez que se quitaba los lentes redondos de pasta delgada que llevaba puestos y se giraba para ver al insistente muchacho que no dejaba de seguirlo a dondequiera que se moviera. Quise reír por su expresión obstinada e irritada, pero me aguanté cuando él miró directamente hacia mí.
Por ello permanecí completamente inmóvil.
Respiré disimuladamente cuando su vista se posó en los lentes que se volvió a colocar y luego regresó hasta el mayor, mismo que seguía en sus payasadas de rogar como perro en la lluvia.
一Soobin, por favor, te juro por Dios que-...
Un trapo húmedo, sucio y con olor a desinfectante cayó en todo el rostro de Yeonjun.
一Deja de jurar por Dios, ni siquiera tienes vergüenza 一Soobin refunfuñaba entre dientes a la vez que se agachaba para tomar de nuevo el trapo con el que había estado limpiando poco antes de aparecernos.
En ese entonces no sabía mucho de la dupla, pero por la forma en la que el pelimorado aún no nos había sacado con una pala o una escoba, podría deducir que al menos era conocidos cercanos.
Después me enteraría de las razones a ese "no".
一Soobin, vamos, ¡Dale una oportunidad! 一El más alto se cruzó de brazos y entrecerró sus ojos en un gesto de desinterés puro.
一No.
一Por favor~.
一No.
一Si lo haces te doy un beso.
一¡Iugh, no! 一Exclamó Soobin de inmediato, una expresión de asco se reflejó en su rostro cuando el rubio se iba acercando hasta él con todas las intenciones de dejar un beso en su mejilla一, ¡Aleja tus labios de pato de mí!
Luego de la exclamación, la palma de la mano del más alto terminó funcionando como un muro para mantener al rubio lo suficientemente alejado para no perturbar su zona de confort.
El menor intentó zafarse de la situación con un semblante rudo, pero eso no fue impedimento alguno para Choi Yeonjun, quien ante la indiferencia de su dongsaeng decidió colgarse de su brazo como un mono antes de abalanzarse hasta sus hombros.
一¡Yeonjun, quítate, me vas a dislocar el brazo!
Esta vez no pude retener mi risa, por educación fue bastante baja, pero realmente quería reír con fuerza. Mientras lo hacía, el rubio que ahora tenía sus brazos alrededor del cuello del pelimorado que exclamaba maldiciones susurró algo para el menor, cosa que lo hizo detener su agresividad y guardar silencio.
Segundos más tarde Yeonjun se alejó de Soobin sin escándalos o exageraciones, solo soltando su agarre para dejar de lastimar el cuello del menor. El de cabello morado mantuvo su vista perdida por un momento desde que Yeonjun le habló, cuando dejó de estar obligado a sostener su peso acomodó su ropa y volvió a enfocarse en mí.
一¿Por qué debería dejarte quedar? 一Me preguntó, sus ojos estaban entrecerrados en una expresión desinteresada.
Cambio de escena, ahora tenía una oportunidad.
O algo así.
Ya tenía un veredicto para mí, pero por educación aún así me estaba dando un último ápice de esperanza.
Yeonjun me miró, abriendo sus ojos de forma exagerada en un intento por "ayudarme" a reaccionar ante la intimidante actitud del más alto. Yo, en ese momento y dadas las circunstancias, no me podía dar el lujo de dejar pasar la oportunidad de dormir bajo un agradable techo en aquella bonita casa de huéspedes.
Entonces tenía que pensar.
¿Por qué Choi Soobin debería dejarme quedar en su guesthouse?
一Sé cocinar muy bien 一afirmé con seguridad一, hice cursos de cocina y estuve un tiempo en una academia.
一¿Y? 一Inquirió el de cabellera morada.
¿Y?
一Y podría ser de ayuda para preparar las comidas para los huéspedes.
En mi vida no recordaba ser bueno en muchas cosas. En los deportes me iba fatal, las artes me resultaban complejas, tal vez los idiomas era lo más sencillo para mí, pero aún así era un asco en comparación al resto de personas a mi alrededor. Sin embargo, una de las pocas cosas de las que estaba realmente seguro de mí mismo era mi forma de cocinar, y luego de tener un sueño como el mío, eso era lo mínimo que podría hacer.
Dulces, cenas, postres, desayunos, aperitivos, almuerzos. Sabía preparar de todo.
Quizás podría ganar con lo que sé.
Luego de mi afirmación, un sonido gutural fue acentuado por Soobin sin que tuviera que separar sus labios, me inspeccionó de arriba abajo en alguna clase de evaluación meditada que me hizo tensar. Cuando su vista dio a parar de nuevo en mi rostro chasqueó su lengua y dijo:
一Pruébalo.
Y como era de esperar, mi ceño se frunció ante la "repentina" petición.
一¿Disculpa?
一Dices que sabes cocinar bien ¿No? 一Asentí一, entonces pruébalo.
Antes de poder permitirnos responder algo, Soobin caminó la corta distancia entre la sala de estar y la cocina, sin esperar que lo estuviéramos siguiendo o no, dirigiéndose directamente hasta su destino sin mirar a los lados. Yeonjun y yo nos vimos las caras antes de caminar rápido detrás del pelimorado que ahora se encontraba en la cocina, sacando la mayoría de utensilios e ingredientes necesarios para un desayuno promedio y casi tirándolos sobre la isla de color blanco que contaba con una cocina eléctrica de un lado y tres bancos de madera del otro.
Observé lo que había sobre la mesa. Huevos, harina, leche, pan, azúcar, café, mantequilla y otros ingredientes de gran potencial estaban a la vista de todos, esperando ser usados. Cuando Soobin terminó con su labor se enderezó en su lugar y nos miró a nosotros dos, quienes estábamos parados a un distancia considerable, solo observando como niños desde lo que podría ser considerado como la entrada de la cocina.
一Bien, aquí tienes 一Soobin me extendió un delantal que tomó desde un perchero junto a la nevera y el cual tomé con ambas manos一. Prepara lo que quieras, yo te miraré.
Ah, iba a hacer presión.
Perfecto.
Hacer una actividad cotidiana con alguien encima viendo cada cosa que haces claramente no es para nada incómodo, por supuesto que no.
Cuando volví a mirar hacia adelante el pelimorado ya estaba sentado frente a la encimera del lado contrario a la cocina, lugar desde donde tenía una perfecta vista de todo lo que haría con lujo de detalles e incluso inspección sanitaria en vivo y en directo desde el lugar de los hechos. Solo hacía falta bajar un poco la altura de la lámpara, colocarla en diagonal a mi rostro y sería tan abrumador como un interrogatorio en una película de detectives.
Extroversión, ¿Dónde estás cuando te necesito?
Respiré hondo bajo la mirada entrecerrada de un pelimorado miope y aburrido justo después de que Yeonjun me mirara y modulara un pequeño "ánimo" mudo acompañado con una sonrisa.
En ese momento me estaba arrepintiendo mucho de no haber llamado a Taehyun.
(...)
El tiempo en la cocina se me pasó volando, y antes de poder prepararme emocionalmente para la primera crítica no hecha por Huening Kai o Taehyun hacia mi comida, ya estaba sentado frente a Soobin con un nudo de gran tensión en la parte alta y central de mi espalda y hombros obligándome a permanecer recto en su totalidad, lo que había preparado estaba frente a él en un visualmente atractivo platillo que se limitaba a una versión modificada del más clásico desayuno coreano, rollo de huevo y caldo de verduras condimentado. Junto a Soobin y frente a mí en la mesa de comedor estaba Yeonjun, él también tenía su propio plato, pero al igual que mi persona parecía más interesado en la reacción del contrario que en su propia comida.
Cuando Soobin se llevó la primera cucharada a su boca mi corazón comenzó a latir acelerado mientras que mi mente planificaba diferentes rutas de escape en caso de ser necesarias, exagerando antes de tiempo como era acostumbrado. La expresión del más alto no cambió en ningún momento mientras comía, siendo tan uniforme la forma en la que escondía su opinión que si no fuera por el movimiento constante en su boca sería fácilmente confundido con algún maniquí o algo.
El suspenso era palpable, casi apuñalable con algún cuchillo para mantequilla.
¿Le gustó o no le gustó? ¡Excelente pregunta! Respuesta: no tengo ni la más jodida idea.
Cuando el pelimorado se levantó de la mesa y comenzó a caminar fuera del lugar en un tenso silencio indiferente pude suponer que tendría que buscar otro lugar para quedarme esa noche. Miré a Yeonjun antes de hacer cualquier otra cosa y este me regresó el gesto con pena, mis cejas se curvaron hacia abajo y de la nada, estando de espalda a nosotros y jugando con una decoración en una repisa a la altura de sus hombros, el dueño de la vivienda habló.
一Te vas a quedar, pero no quiero ver nada que pueda significar desastre.
Inmediatamente al terminar sus palabras Yeonjun se levantó con una gran sonrisa, dispuesto a abrazar al pelimorado que se resistía a sus muestras exageradas de afecto gritando blasfemias en contra del rubio que le tenía harto y que buscaba con insistencia dejar un beso en alguna parte de su cara solo para molestar.
Mientras que ellos que ellos estaban es su pequeño momento divertido, yo estaba internalizando mi emoción de haber encontrado un lugar donde quedarme por mis propios medios... Más o menos.
¿Qué pensaría de mí la mujer que me echó de casa sin esperanzas de que sobreviviera?
A modo de celebración luego de comer estuvimos todos juntos un rato hablándonos, al inicio fue una conversación algo tensa que se volvió más casual luego de que el dueño del lugar bajara la guardia con nosotros y se convirtiera en una divertida representación de una madre humillando a su hijo frente a sus amigos, intentamos conocernos como podíamos hasta que finalmente Soobin corrió a Yeonjun diciendo que no debería quedarse si no iba a ser útil de alguna manera.
Entonces Yeonjun se ofreció a lavar los trastes y el más alto se negó, alegando que era demasiado estúpido como para hacerlo bien.
Ellos dos resultaban comparables con perros y gatos.
Soobin me mostró con rapidez la distribución de la casa. En la entrada hacia la derecha estaba la sala, varios muebles y decoraciones minimalistas eran acompañadas por un televisor frente a ellas y una salida a un pequeño jardín al que los huéspedes podían pasar si querían, aunque todas las plantas fueran del propietario del lugar; a la izquierda estaba un comedor que 一separado con una isla一 tenía enfrente la cocina de colores blancos; derecho había un pasillo bastante amplio que del lado izquierdo dirigía a una habitación principal 一la de Soobin, imaginaba yo一 y un baño, mientras que a la derecha había una escalera hacia el segundo piso, donde estaban otras cuatro habitaciones y un segundo baño.
一... Y entonces, esta sería tu habitación 一explicaba Soobin con paciencia a la vez que prendía la luz en la recámara tras aperturar el paso a la misma.
Miré alrededor, era una habitación de tamaño promedio, bastante agradable visualmente. Él tomó unas cobijas y las dejó sobre la cama mientras que yo miraba los dibujos que habían en la pared, colgados de forma desordenada y llamativa.
一Antes era la habitación de Yeonjun 一comentó en medio del silencio一. Espero no te moleste.
Mientras tenga un techo donde dormir no me importaba nada en realidad.
一¿Yeonjun antes vivía aquí?
一Lo hizo hasta hace un tiempo, se mudó hace una semana así que muchas de sus cosas aún están tiradas por allí.
Como respuesta simplemente asentí.
一Por cierto ¿De dónde conoces a Yeonjun? 一Me preguntó con una expresión confundida a la vez que terminaba con su labor de ordenar la habitación de forma superficial, dejándome a mi la tarea de ubicar mis pertenencias.
一Esta mañana lo conocí en la parada del bus 一contesté sin despegar mi vista de los dibujos, muchos de ellos eran rostros sin acabar que causaban curiosidad.
一¿Y...? 一Dijo el más alto, incitándome a continuar el relato.
Silencio.
一No hay más 一confesé con vergüenza.
Por otro lado, Soobin tosió un poco para llenar el silencio ligeramente incómodo que se había formado de repente.
一Bueno, espero no te encariñes con él 一comentó a la vez que se colocaba junto a mí, la diferencia de altura entre ambos resultaba divertida一, siempre está de aquí hasta allá sin parar ni pensar, desaparece y aparece como quiere, es un "espíritu libre" según él.
No respondí a aquello, en su lugar moví mi cabeza de arriba abajo como muestra de que sí lo había escuchado. Él dejó una palmada en mi hombro como alguna clase de hermano mayor para luego retirarse sin obviar el típico "buenas noches" que correspondí de inmediato 一dejando de observar finalmente los dibujos一 y me permitió verlo una última vez antes de cerrar la puerta al acabar de salir.
Respiré hondo, la fragancia desconocida, pero agradable de un hogar distinto al mío me hizo sonreír. Dejé mi bolso sobre la cama y comencé a sacar lo que necesitaba en el momento, coloqué mi teléfono a cargar 一el cual si fuera una persona hubiese suspirado de alivio luego de haber quedado en dos por ciento一, pensé en cambiarme de ropa, sin embargo la pereza era mayor que yo.
Tomé asiento en la orilla de la cama, mirando con más detalle las paredes azules y blancas que estaban llenas de decoraciones personalizadas que contrastaban con el resto del ambiente minimalista del lugar, repisas con figuritas, una pizarra recientemente limpiada, un mapa del mundo con diferentes tachuelas de colores en algunos lugares y un par de muebles de utilidad para una persona con una vida laboral promedio. Todo se sentía tan extraño y familiar a la vez que parecía llamarme en susurros para buscar respuestas que dentro de mi cabeza anhelaba con locura, respuestas a interrogantes que no iba a conseguir en ese momento por lo cansado que estaba.
Pero... ¿Respuestas a qué?
Ignorando las interrogante extrañas de mi cerebro dejé el bolso hacia el lado de la pared y me recosté en la cómoda cama con la idea de solo descansara vista un momento, pero como era de esperar quedé atrapado en los brazos de Morfeo de inmediato, y por un momento me sentí como si estuviera en casa.
Por primera vez algo iba bien para mí.