Nunca supo si todo lo ocurrido había sido un sueño, pero en los meses que transcurrieron después de aquello no volvió a pasarle nada similar.
Su vida había transcurrido con normalidad. Acabó sus vacaciones de enero y volvió a Londres para seguir trabajando, de nuevo adentrándose en aquella rutina diaria de llamadas, sesiones de fotos y tardes editando con Photoshop. Había vuelto a su vida normal y no había señal alguna de que aquello fuera a cambiar.
Tuvo que resignarse a la idea de que, por más enamorado que estuviera de Louis, las cosas ya no iban a ser las mismas. Él se casaría, formaría una familia...tendría una vida aparte de él y Harry tendría que buscar su camino de la misma manera. Louis había tomado la decisión de estar con otra persona, y él tendría que aceptarlo, por más que le doliera. Ya llevaba cinco años haciéndose a la idea, pero aquel sueño o lo que fuera aquello habían vuelto a meter la idea de rogar por una segunda oportunidad en su cabeza.
Pero sabía que no podría ser así. Por lo que seguir con su vida como si nada hubiera pasado era lo mejor que podía hacer.
Durante los primeros tres meses del año, su vida no hizo demasiados cambios. Su trabajo se mantuvo estable, hizo algún que otro amigo gracias a este e incluso había tenido la oportunidad de coquetear con alguna que otra persona en salidas esporádicas que había hecho algún fin de semana, pero nada había ido lo suficientemente lejos como para marcar un cambio en su día a día. Todo se había mantenido con normalidad y, aunque en ocasiones le aburría, de alguna manera sintió que no debía forzar las cosas. Para Harry, si algo tenía que pasar, ya llegaría su momento.
Un día como otro cualquiera, se encontraba en su pequeña oficina, aquella que solía utilizar para pasarse horas en el ordenador organizando carpetas o editando fotografías de sesiones anteriores. Era lo que normalmente solía hacer durante todo su horario laboral, pero aquel día le tocaba tener una reunión con los editores de la revista de la semana, la cual sabía que iba a ser bastante larga y solo pensarlo ya lo hacía sentirse exhausto.
Veinte minutos antes de tener aquella reunión ya había preparado todas las fotografías que había seleccionado para la edición de aquella semana, aun sabiendo que se tendría que hacer por lo menos dos selecciones más. Soltó un fuerte suspiro al acabar y al asegurarse de tenerlas todas guardadas finalmente cerró su portátil y apoyó su espalda de mejor manera en la silla, intentando relajar sus músculos al colocarse en una posición más cómoda. En aquel preciso momento, el teléfono fijo que había encima de su escritorio empezó a sonar. Y él realmente lo quiso ignorar, pero sabía que no podía arriesgarse por si se trataba de algo importante.
—¿Sí? —respondió.
—Soy Joe —reconoció la voz del chico de la recepción—. Ha venido un tal...Louis Tomlinson. Dice que es un viejo amigo y pregunta si puede subir a verle.
El corazón de Harry se detuvo durante unos milisegundos.
¿Louis?
Se quedó largos segundos en silencio, sin saber qué decir. No esperó aquello en absoluto y aún menos después de todo lo ocurrido. Era decir, ¿qué hacía allí?
Se sintió demasiado desconcertado y confuso al escuchar las palabras de aquel recepcionista. No podía ser un error, pero...
—Está bien. Dile que pase —consiguió decir.
Volvió a colocar el teléfono en su lugar.
Tuvo que pestañear un par de veces antes de reaccionar, aunque en realidad seguía sin hacerlo del todo. Louis había ido a verlo, sin previo aviso, así de la nada...Se sintió lleno de curiosidad. Realmente quería saber el motivo de aquella inesperada visita a la vez que no lograba encontrar una explicación lógica. Ellos no habían acabado en buenos términos y no se habían vuelto a hablar desde aquel día. Además, recordó que aquel mes sería su boda y dudaba bastante que fuera a visitarlo para darle una invitación.
Pocos minutos después escuchó unos leves golpes en la puerta y finalmente Louis entró en aquella oficina, primero asomando su cabeza y sonriendo con algo de timidez.
¿Acaso era posible que estuviera más guapo que la última vez?
—Hola —saludó Louis al entrar.
—Hola, pasa —lo saludó Harry con una sonrisa, haciéndole un gesto con la mano para que se sentara en la silla que había delante del escritorio. Louis sonrió de la misma manera e hizo caso a sus gestos, sentándose delante de Harry aún sin decir nada—. Bueno... ¿Cómo tú por aquí? No sueles venir mucho a Londres, si no me equivoco.
Louis se mordió el labio y asintió con la cabeza.
—Sí, bueno...—hizo una pausa—. Ahora...vivo aquí
Harry alzó levemente sus cejas, expresando sorpresa. Aquello tampoco se lo esperaba.
—¿Desde cuándo? —preguntó con curiosidad.
—Desde hace menos de una semana, la verdad —Louis sonrió a medias.
Harry ladeó levemente la cabeza, apenas frunciendo su ceño.
—Pero... ¿No vivías con Zayn en Manchester? ¿Os habéis vuelto a mudar? —siguió preguntando. Pudo notar lo nervioso que estaba, viendo sus manos temblar levemente y notando los constantes suspiros que iba soltando con disimulo. Louis tuvo que coger aire antes de responder a aquella pregunta.
—En realidad... —tragó saliva y miró hacia un lado durante pocos segundos—. He venido solo. Zayn sigue viviendo en Manchester.
Harry se quedó callado durante un rato, sin entender demasiado lo que Louis le estaba diciendo, no estando seguro de que las palabras que había escuchado fueran reales.
—¿Y eso?
Louis lo miró fijamente, esperando unos segundos antes de responder.
—Lo hemos dejado —dijo sin más.
Oh.
Se quedaron en silencio durante varios segundos, Louis mirando hacia un lado sintiéndose algo tenso y Harry sin saber qué decir ni cómo debía reaccionar, ya que no era algo que se esperara en absoluto. Una parte de él quiso alegrarse por ello, pero en el fondo sabía que era una noticia que debía tomarse con delicadeza. Louis había pasado de estar a punto de casarse a quedarse soltero, y supuso que no sería algo fácil de llevar.
—Oh... —aclaró su garganta, aún sin creérselo. Tuvo que pestañear un par de veces y mover su cabeza hacia un lado antes de seguir hablando—. Y... ¿Por qué? Si se puede saber, claro.
Louis suspiró y bajó la mirada.
—Las cosas no iban bien por mi parte y...necesitaba estar solo —admitió, alzándose de hombros, como si no tuviera importancia.
—Pero... ¿tú y él...?
—No —respondió, esta vez mirándolo a los ojos—. No habrá boda, si es eso lo que querías saber.
Harry asintió con la cabeza y tragó saliva.
—Yo...lo siento. No lo estarás pasando bien.
—En realidad, estoy...bien —volvió a suspirar y acto seguido mostró una sonrisa—. Hace ya un par de meses de ello, así que...—negó con la cabeza y aclaró su garganta—. Pero bueno, no he venido a hablar de eso sino de...otra cosa.
Harry aclaró su garganta.
—Claro, dime.
—Bueno... —esta vez alzó su mirada—. Al hacer la mudanza he visto que aún tengo algunas cosas tuyas que no sabía que tenía y...en fin, no sabía si querías recuperarlas o...
De repente, como si hubieran esperado al momento exacto, el chico de recepción abrió la puerta de la oficina y asomó la cabeza por esta.
—Recuerda que en diez minutos tienes una reunión en la quinta planta —le avisó.
Harry lo miró y asintió con la cabeza, agradeciéndole con una sonrisa. Después de aquello el chico se fue y cerró la puerta detrás suya.
—Iré a recogerlas, si te va bien —le dijo entonces a Louis.
Este sonrió y asintió levemente con la cabeza.
—Sí, claro. Cuando quieras.
—Si me pasas tu dirección...
—Bueno... —se mordió el labio—. Puedes pasarme tu número y te envío la ubicación. Lo habría hecho antes, pero...perdí tu contacto.
Harry soltó una leve risa algo disimulada y acto seguido apuntó su número en uno de los pósit amarillos que tenía encima de su escritorio. Una vez hecho, se levantó de su sitio, lo que automáticamente provocó que Louis hiciera lo mismo. Harry se acercó un poco más a él, colocándose a escasos centímetros.
—Háblame a cualquier hora —le dijo, tendiéndole aquel trozo de papel en el que había apuntado su número de teléfono.
Se miraron fijamente durante varios segundos y se mostraron una sonrisa mutuamente. Finalmente, Louis se despidió y Harry pudo irse a su reunión.
Las horas pasaron demasiado lentas, hasta que por fin Harry pudo salir del trabajo, sintiéndose totalmente exhausto. Recogió todas las cosas de su oficina, asegurándose de dejarlo todo en su sitio y despidiéndose de las pocas personas que quedaban en el edificio y finalmente pudo irse hasta su apartamento, tomando un taxi que tardaría apenas diez minutos en llevarlo.
En cuanto llegó, se sacó toda su ropa y se metió a la ducha, sintiéndose algo más relajado en cuanto sintió las gotas de agua caer sobre su cuerpo. Se quedó allí durante varios minutos, hasta que decidió salir envolviendo su cintura con una toalla después de haberse secado levemente el pelo.
Caminó hasta la cocina aún con la toalla puesta y buscó su móvil, el cual apenas había usado para mirar cuatro cosas en las redes sociales. En cuanto lo desbloqueó, no pudo evitar dejar que una sonrisa se asomara por su rostro al leer los mensajes que había recibido de aquella persona en específico.
"Holaa :)"
"Soy Louis por si no tenías mi contacto jajaja"
"En fin te paso mi ubicación y ya cuando me digas vienes a casa y te devuelvo tus cosas"
"Holaa"
"¿Qué tal te iría mañana por la noche?"
"Más que perfecto"
"Pues allí estaré ;)"
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.
.
Holaa :(
siento muchísimo haber tardado tanto pero es que he estado súper out estos días, es decir, tenía 0 ganas de escribir (realmente sigo así) y aún siento que este capítulo no ha quedado como quería
Pero bueno siento eso y que sea tan tan corto, de nuevo prometo intentar actualizar lo más pronto posible pero vuelvo a pedir perdón de antemano
(siempre escribo cuando tengo un poquito de ganas porque si lo hago no teniendo en absoluto luego los capítulos salen horribles)
gracias por todo el apoyo ¿vale? de verdad que lo agradezco mil
Pronto (creo) subiré otra fic (borré la otra pq soy una indecisa sí señor) y haré otro poquito de spam por aquí porque si os gusta esta fic la que publicaré después os gustará aún más
nos leemos pronto amores